DOS MESES DESPUÉS

El tiempo había pasado volando, después del beso entre Freen y Becky, las cosas se habían puesto un poco tensas, pero después de un par de semanas, volvieron a hablarse, poco a poco y con normalidad.

Cualquiera que las viera en el trabajo, pensaría que eran amigas de hace muchísimos años, aunque no era una mentira, se conocían desde que Becky tenía 11 y Freen 14, fueron mejores amigas desde entonces, inseparables y muy unidas. Cuando Becky tenía 16 y Freen 19 comenzaron su noviazgo, cuando Becky tenía 22 y Freen 25 se casaron y finalmente cuando Becky cumplió 25 y Freen los 28, se divorciaron.

Ahora tenían 33 y 36 años respectivamente, claro que se conocían de toda la vida y entre ellas se conocían mejor que nadie, aunque quisieran ocultarlo, no era necesario que pasara mucho tiempo para que ellas pudieran hablar con normalidad, para que volvieran a trabajar en equipo, para que volvieran a reír y disfrutar de la compañía de la otra, pero una se estaba enamorando nuevamente ¿Quién?

Richard y Billy, iniciaron sus trámites de divorcio, a pesar de que Richard rogara y suplicara, Billy no dio su brazo a torcer, le dolía demasiado tener que separarse de la única persona a la que había amado y aun amaba, sus hijos se dieron cuenta de que algo andaba mal, pero no podían descifrar con exactitud que era. La chica que portaba él bebe de Billy y Richard ya tenía 5 meses de embarazo y la ecografía mostraba que tendrían un niño, estaba más que feliz, cada día trataba de actuar lo más normal, pero siempre extrañaba el cariño de su esposo.

La situación de Richard había empeorado con los meses, prácticamente vivía con Friend, no por su gusto, sino porque nuevamente la madre de su hija había intentado quitarse la vida tomando pastillas al ser rechazada por Richard, y él temía dejarla sola con su pequeña e inocente bebé, era un peligro muy grande. Lo cierto, es que, por consejo de Non, el mejor amigo de Becky y un gran abogado de Tailandia, ya habían iniciado a escondidas un trámite para que pudiera quedarse con su hija, alegando que Friend era muy inestable.

Por otro lado, la relación de Nam y Non no podía ser mejor, desde que habían regresado de su luna de miel todo entre ellos era flores y bombones, algo totalmente irritante para Becky y Freen, quienes constantemente soportaban sus cursilerías cada vez que se hablaban por teléfono o cuando se traumaban al entrar a un lugar y encontrarlos follando.

La pequeña Song se había adaptado a su escuela, gracias a su prima Sam, últimamente pasaba mucho tiempo con su abuela Nun, su tío Heng y su novio, Saint, claramente la pequeña Song no tenía idea de su parentesco, pero estaba encantada cada vez que iba a la casa de aquella señora tan amable, sentía como si tuviera una familia mucho más grande, una familia con la que ahora pasaba tiempo.

—Señora Nun ¿Mi tío Heng es su único hijo?

—¿Qué te he dicho, Song?

—Que la llame abuela o abuelita, y no señora —le sonrió y apretó sus mejillas.

—Bien preciosa y respondiendo a tu pregunta, no es mi único hijo, tengo dos hijos más.

—¿Y por qué no vienen a verte? ¿No te quieren?

Nun se río ante la inocencia de la pequeña.

—No preciosa, mi hija mayor se va a casar y vive con su novia y mi segunda hija —suspiró un poco y puso una cara triste— Mi segunda hija se fue a Nueva Zelanda con una tía, tenía algunos problemas y prefirió cambiar de aires.

—Entiendo... cuando crezca yo no quisiera separarme de mi mami, ella se quedaría solita y no tiene más hijos.

—¿Te gustaría tener uno o más hermanitos?

La pequeña vio a su abuela y levantó una ceja, pensando por unos segundos y luego sonrió asintiendo con su cabeza.

—Me encantaría tener hermanitos, pero... para eso necesita a mi papá.

—¿Cómo?

—Mi mami Becky necesita a mi papá, para que tenga hijos igual de perfectos que yo.

Nun al escuchar las ocurrencias de su nieta, comenzó a reírse y llevó sus manos a su boca, para evitar que viera la forma en que se reía. Song no entendía el motivo de la risa de su abuela, pero sin evitarlo, la contagio y también comenzó a reír.

—Abuelita Sun ¿Puedes mostrarme tu álbum de fotos?

—Claro preciosa, ven —la cargó y la sacó de la cocina llevándola a su habitación, dejándola sentada en su cama.

La mujer buscó en su armario y saco una pequeña caja junto a un libro, se sentó con su nieta y abrió el álbum comenzando a mostrarle las fotos a su curiosa nieta.

—¡Wao, aquí te ves muy joven!

—¿Me has dicho vieja, Song?

—Yo... Bueno sigamos viendo— la pequeña cambió de tema— ¿Aquí esperabas a tu primer hijo?

—Si, aquí tenía 22 años y estaba embarazada de Freen.

—¿Freen?

Nun se maldijo mentalmente al haber mencionado a su hija, siempre evitó hablar de él frente a su nieta, para evitar las preguntas que ella no era capaz de dar respuesta, aunque podía mentirle fácilmente, estaba consciente de que el tema de su hija solo le correspondía a Becky.

—Si, mi hija mayor —pasó la página.

—¡Ahora todo tiene sentido! —gritó emocionada!

—¿De qué hablas, preciosa?

—Mi tío Heng dijo que era hermano menor de Freen, de Freen Chankimha y tú eres la madre de mi tío Heng, o sea tu eres la madre de la famoso artista y arquitecta, Freen Sarocha Chankimha.

La cara de Nun se puso pálida ante la confesión de Song, dejándola atónita y sin palabras, sin saber cómo responder o como evadir aquel tema, aunque...

—Debes alistarte preciosa, a las 4 debo llevarte con tu mamá y quedan 20 minutos.

—Abuelita Sun ¿Aquí hay pinturas de Freen?

—Primero vamos a alistarte y hablamos en el camino.

—¡No, no! Por favor —puso su carita tierna— Muéstrame, aunque sea una pintura de Freen, solo una y ya.

—Todas sus pinturas se las llevo, aquí no hay nada —mintió haciendo una mueca de fingida tristeza.

—Que mala suerte tengo —rodo los ojos molesta.

Nun se sintió aliviada de que le haya creído y no hiciera más preguntas, aprovecho para ponerle su abrigo y sus zapatos, antes de llevarla con Becky. Song salió de la casa hacia el jardín, quería tomar una foto mental del hermoso jardín que tenía su abuela, para poder pintarlo en un cuadro y regalárselo.

En ese momento vio a un hermoso gatito blanco pasar por su jardín y salir a la calle, Song se apresuró a seguir al gato, poder atraparlo y llevarlo a casa, sin supervisión alguna, salió de la enorme casa de su abuela y vio al gato al otro lado de la pista, cruzó corriendo sin mirar a ambos lados y de pronto todo quedó en silencio.

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—Entonces ¿Quieres hijos o no, Non?

—Si quiero, pero aún no sé. Tengo miedo.

—No hay que tenerle miedo a nada más que a la muerte.

—Quizá y solo quizá tengas razón —se rio acostándose en el sofá de su amiga.

Estaban viendo "The walking dead", mientras comían palomitas de maíz, el sábado era un día libre y sin tanto trabajo. Non aprovechaba en visitar a Rebecca en su departamento mientras que Nam estaba como jefa de un proyecto de un nuevo restaurante. Rebecca disfrutaba de la compañía de su mejor amigo, se había acostumbrado a que los sábados y domingos Song pasara tiempo con su abuela, después de todo aquella mujer nunca la trató mal y no era culpable de los errores de su hija.

El celular de Rebecca comenzó a sonar, pero decidió ignorarlo, realmente quería ver la serie; sin embargo, el celular seguía y seguía timbrando, al punto de irritar a ambos amigos.

Nun.

Rebecca se sorprendió al ver el nombre de la abuela de Song, antes de contestar, su pecho comenzó a dolerle, como un mal presentimiento, no quiso esperar más y contestó.

—¿Bueno?

—Rebecca, estoy en el hospital "Siriraj", necesito que vengas ahora.

—¿Ahora? ¿Pasó algo con Song?

—Si Becky, Song tuvo un accidente, ven por favor.

—Voy...

Colgó y se giró a ver a Non.

—Becky ¿Qué tienes?

—Vamos al hospital, Song tuvo un accidente, no sé, Nun no me dio más explicaciones.

—Claro vamos ahora —Non se levantó y tomó su abrigo junto a Rebecca quien salió rápido del departamento y se dirigieron al auto del pelinegro.

Rebecca en su desesperación empezó a buscar las llaves del auto, sintiendo como algunas lágrimas caían por sus mejillas.

—¡Tranquilízate! Mientras más te desesperes, no llegaremos —sacó las llaves de bolsillo de su mejor amigo— Entra, yo conduciré.

La pelinegra entró al auto, con las manos temblorosas, con las lagrimas cayendo sobre su rostro pálido, provocando que Non se pusiera tembloroso al conducir el llanto de su mejor amiga hacia que su piel se erizara. No paso mucho tiempo hasta que llegaron al hospital, ni siquiera el auto estaba bien estacionado, hasta que Rebecca bajó rápidamente entrando al enorme lugar, yendo directamente a recepción.

—Busco a Song Armstrong, me informaron que ingresó aquí.

—Buscare en la base de datos, espere un momento.

—Rápido por favor, mi hija me necesita.

Sus manos aún temblaban de desesperación, sintió impotencia al ver la lentitud con la que la recepcionista tecleaba en la computadora.

—¿Becky? ¿Qué haces aquí? —escuchó la voz de Freen.

—Ahora no Freen —habló viendo a la ineficiente chica delante de ella— ¿Tan difícil es buscar el nombre de una persona? ¡Agilice sus dedos!

—Cálmate Bec Bec, iré a traerte un té de la máquina.

Rebecca hizo caso omiso a la palabras de la mayor, no quería un té, quería ver a su hija, a su pequeña, a su estrella, a su razón de ser, quería tenerla en sus brazos, besar su cabeza, quería que en esos momentos ella le estuviera haciendo berrinches.

—Becky —escuchó la voz de Nun.

—Señora Chakimha ¿Dónde esta Song?

—Ell...

—¡Mami! —gritó la pelinegra corriendo a su encuentro mientras salía del consultorio de Heng.

Rebecca la examino brevemente, tenia una gasa sobre su cabeza y otra sobre su rodilla, pudo notar que en sus mejillas se encontraban lagrimas secas, y sin evitarlo un poco más, la estrechó entre sus brazos, besando su mejilla repetidamente, examinando si tenía alguna otra herida.

—¿Estas bien, estrellita?

—Si mami, estoy bien, ya no llores —pidió la pequeña limpiando las lágrimas que caían por el rostro de su progenitora.

—¿mami? ¿Tienes una hija, Rebecca?

En ese momento, todo se congeló.