❥Capítulo XVI
Becky entró a la empresa "Team N Tailandia", las personas que había ahí la saludaron respetuosamente y ella les correspondió el saludo, iba a ir a la oficina que Noey le había asignado, pero la secretaria la detuvo.
—Señorita Armstrong, la señorita Chankimha la está esperando en su oficina.
—Bien, gracias Mina.
Iba a ser un día difícil y pesado, tener que soportar a Sarocha Chankimha a inicios de la mañana no era algo que realmente le agradara, acepto su amistad solo para mantenerla alejada de su hija y en este punto estaba comenzando a dudar si era una buena idea o no.
—Te demoraste mucho, supongo que no desayunaste.
—No acostumbro a desayunar —mintió.
—De hecho, si mal no recuerdo, odias no desayunar, te pones de mal humor el resto del día, toma —le extendió un café— No tiene veneno ni drogas, si es lo que preguntas.
—Odio el café.
—¿Por qué mientes? Eres fanático del café.
Becky rodó los ojos, era imposible mentirle a Sarocha Chankimha y menos si ella era una de las pocas personas que más la conocía, casi 10 años de conocerla, sumándole los tres años que estuvieron casadas, no debía ser una sorpresa que ella sepa sus gustos y disgustos.
—Bien Freen —aceptó el café— ¿Por qué viniste tan temprano, Freen?
—Quiero mostrarte el avance de los planos.
—¿Qué tienes en mente?
Freen sacó su maletín y puso los planos sobre el escritorio, Becky se sentó en la cómoda silla viendo con detenimiento los planos que su exesposa había traído, sin duda alguna era la mujer más talentosa que había conocido.
—Primero, que la sede de modelaje se construya al lado de este edificio y pensaba en construir un pequeño espacio, como una tienda donde se podrán poner los modelos de ropa que salgan de cada colección.
—Tengo que probar tu capacidad —sonrió burlona—¿Cuál es el fin de crear la sede de modelaje y la tienda juntos? ¿No se puede obviar la idea y no construir la tienda?
—No juegues conmigo Becca —sonrió siguiéndole el juego— El fin es sencillo, al acabar cada pasarela y cada vez que saquen una colección, los clientes y los invitados no tendrán que esperar cierto periodo de tiempo para ver las muestras en las tiendas, sino que...
—Podrían ver la colección y las muestras, saliendo de las pasarelas ¿No?
—Exactamente.
—Esa es una gran idea, Freen, me gusta mucho como lo acabas de plantear.
—Pensaba en que la sede de modelaje y pasarela sea de dos pisos, mientras que la tienda sea de uno solo.
—Bien, eres brillante.
—Lo sé —le respondió girando su cabeza para mirarla a los ojos por unos segundos.
Becky se sintió pequeña cuando la fuerte mirada de Freen se posó sobre la suya, haciéndolo estremecer en su lugar, intentó desviar la mirada, pero no pudo, aquellos ojos miel era una de sus grandes debilidades
La castaña giró su cabeza hacia los planos, evitando verse nerviosa.
Freen, sonrió al darse cuenta de que su pequeña castaña se había puesto nerviosa, quería acercarse un poco más y volver a sentir como sus respiraciones se mezclaban, pero era tarde, Becky había volteado la vista.
—Tengo que revisar cosas, así que... sí es todo, puedes retirarte Freen.
—Lo haré, hablaré con mis contactos para iniciar la construcción.
—Hazme un presupuesto de lo que necesites, boletas y todo.
—Claro —dijo mientras guardaba los planos en su maletín, iba a salir de la oficina, pero antes de abrir la puerta se volvió a girar hacia la castaña— ¿Vamos a almorzar luego?
—Yo... creo que está bien.
—Bien.
Con esto último se retiró y pudo respirar tranquila, definitivamente todos esos meses iban a ser demasiado largos ¿Podría aguantar tanto cerca de Freen y evitar que sepa la verdad sobre Song?
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A las 3 de la tarde, Freen apareció en la oficina de Becky, quien se encontraba hablando por teléfono, no hizo ruido y se acercó lentamente a ella, que se encontraba mirando por la enorme ventana de la oficina.
—También te quiero, volveré pronto.
¿Te quiero? ¿Una novia acaso? No, su Becky no podía tener a alguien más.
—Primero debes terminar con tu terapia antes que puedas venir a verme, el alcoholismo te hace daño y lo sabes —Suspiró y se quedó en silencio varios segundos— Sí logras recuperarte, evaluaré la posibilidad de que volvamos a estar juntas, Warang.
Freen tosió con algo de molestia haciendo sobresaltar a Becky en su lugar, Becky se dio la vuelta en su lugar, viendo a la pelinegra que lo miraba fijamente como buscando una respuesta. Becky estaba nerviosa y se puso aún más nerviosa ante la fija mirada de Freen.
—Tengo trabajo, hablamos luego, cuídate —colgó.
Freen sonrió levemente y se acercó un poco.
—¿Tu novia? —preguntó.
—Ya tengo hambre, deberíamos ir a almorzar —caminó hacia la salida.
No dio más de tres pasos y no se acercó lo suficientemente a la puerta, cuando otra mano tocó su brazo, obligándolo a girarse.
La castaña la miró confundida, notó que la mandíbula de Freen estaba ligeramente apretada y sus cuerpos estaban relativamente juntos, haciendo que se estremeciera.
—Déjame Chankimha —intentó quitar su brazo.
—¿Es tu novia, Becky?
—Freen, fui clara contigo desde que decidí intentar ser tu amiga, no me falles y tampoco te metas en mi vida.
Con esas palabras, la pelinegra pareció reflexionar sobre lo que estaba haciendo y soltó su brazo, sus mejillas pronto se colorearon de un suave rojo y la vergüenza la empezó a invadir, alejándose de Becky lo suficiente.
—Lo siento, no sé qué me pasó.
—Que no se repita, Chankimha.
—No pasara de nuevo, tienes razón, me excedí y me disculpo nuevamente.
Becky salió primero de la oficina seguid de Freen. Fueron a comer a un restaurante no tan lejano de la empresa, tomaron una mesa y se sentaron, Becky fue la primera en tomar la carta, viendo que es lo que podía pedir, mientras que Freen miraba la carta sin ánimo de pedir, tenía una espina en su pecho, tenía muchas preguntas en su mente ¿A quién le hacia esa promesa? ¿Quién era Warang?
—¡Freen! —llamó su acompañante.
—¿Eh?
—El mesero está preguntándote tu orden.
—Yo... no tengo la carta.
—La carta está en la mesa, Freen —Becky se empezó a reír suavemente ante la distracción de Freen.
—Oh, si es verdad.
—Tráigale un plato de Pad Thai por favor y para tomar un jugo de mango —Freen le sonrió al mesero.
—Enseguida traigo sus pedidos.
—Aún recuerdas que el Pad Thai es mi comida favorita.
—Freen, no olvides me hiciste aprender a cocinar ese plato, para tu cumpleaños —se burló.
—No lo olvido, como tampoco olvido que ese día quemaste el arroz.
—¿Te acuerdas? —Becky comenzó a reírse— Todo el departamento estaba lleno de humo y cuando saliste de la ducha pensaste que habías usado demasiada agua caliente.
Sin darse cuenta, ambas comenzaron a reírse, por unos minutos Becky se olvidó de todo el pasado entre ella y Freen, por un momento olvido su secreto, olvidó que estaba sentado frente a la madre de su hija, una madre que no sabía la existencia de su propia hija, por solo unos minutos todo se sintió realmente bien.
Freen, olvidó todo el daño que le había causado a Becky, sentía como la felicidad se apoderaba de cada parte de su cuerpo, escuchar la risa de la castaña era como una medicina a su alma muerta, y después de ocho largos años pudo sonreír nuevamente, no era una sonrisa por obligación, al contrario, era una sonrisa sincera.
Ambas se miraron sin dejar de sonreír, no podía evitar, era como si la chispa que antes había, no se hubiera apagado, al contrario, seguía tan viva como hace años.
Terminaron de almorzar entre risas y divagando entre viejos recuerdos hasta que la aparición de nuevas personas de alguna manera le borraron la sonrisa Becky.
—Rebecca, hola —fue el indiferente saludo de May hacia la acompañante de su hermana.
—Hola May —respondió con el mismo tono.
—¿Becky? Wow, no puedo creer que seas tú, hace años que no te veo —el chico tatuado se acercó a Rebecca.
—¿Te conozco? —levantó una ceja.
—¿No me reconoces?
Negó frunciendo el ceño ligeramente.
—Soy Gemini.
—¿Gemini? —inmediatamente Rebecca se levantó de su silla y abrazó al chico tatuado.
—Oh joder, como te extrañe —respondió el abrazo con fuerza, sin darse cuenta de las miradas celosas de las hermanas Chakimha.
May no podía evitar ver aquella escena llena de celos y cierto remordimiento, su mente viajo a sus años escolares, precisamente a cuando ella tenia 14 años y salía con Gemini, cuando escuchó la conversación de su novio con uno de sus amigos diciendo "Rebecca Armstrong es la persona más hermosa de este puto universo", esa fue la maldita frase que hizo que se sintiera insegura de Gemini y la razón por la que acudió a su hermana.
—Si bueno, Gemini es MI novio, por sí no lo sabias —la rubia sonrió falsamente y abrazó el brazo de su novio.
—Tranquila May, no pienso quitártelo, no tienes porque ser tan posesiva ¿Eso te lo enseñó la celosa de tu amiguita?
—Con Charlotte no te metas, Rebecca.
—Entonces no te metas conmigo —le sonrió con burla y miró a Freen— Ya pagamos la cuenta, así que me iré adelantando a la oficina —besó la mejilla de Gemini y le extendió un pequeño papel— Llámame, fue un gusto verte de nuevo.
Hizo una leve inclinación de cabeza en forma de despedida y salió del restaurante, dejando a todos en aquella mesa con la boca cerrada. Gemini se alejó un poco de las hermanas para buscar una mesa más cómoda.
—Ella me quiere quitar a Gemini otra vez.
—No veas cosas donde no las hay, May.
—¿No te diste cuenta de cómo se le insinuó? —hizo una mueca de preocupación— Yo no le diré nada a Charlotte, sobre que saliste con tu ex, pero por favor habla con ella y exígele que se aleje de Gemini, no importa si debes enamor-
—¿Estas loca? No May, una vez cedí ante tus caprichos, pero esta vez no, hablaré con ella y no para "advertirle", sino para que tú te quedes tranquila y no hagas locuras —comenzó a caminar hacia la puerta, pero se detuvo y se giró nuevamente— Si Gemini te deja, no será por Rebecca, sino por tus celos estúpidos.
May se quedó en silencio, viendo como su hermana se iba, dejándola con los ojos cristalizados, sí era consiente que tenía un problema de celos, hacía años que había dejado de ir al psicólogo ¿Debía volver a ir?
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Freen entró a la oficina de Rebecca y la encontró en su laptop, trabajando y tecleando con mucha rapidez.
—Debemos hablar, Rebecca.
—¿De los celos irracionales de tu hermana? Sabes que hace años, cuando me pediste que me alejara de Gemini por nuestra relación, yo le aclaré que me viera solo como una amiga.
—No estoy segura de que lo hayas convencido.
—Fue hace años Sarocha, yo intenté convencerlo —se levantó de su asiento, acercándose a ella con el ceño fruncido.
—Bueno entonces habla nuevamente con él, intenta convencerlo, no quiero que Gemini se ilusione contigo.
—¿Qué te pasa? ¿Por qué me hablas así?
Freen estaba molesta, caminaba de una lado a otro sin dar pasos grandes ante la mirada confundida de Becky.
—Disfrutas que otro hombre te dedique su atención y que se pueda enamorar de ti ¿Verdad? —Becky iba a refutar, indignada, pero Freen se adelantó respirando agitadamente — Si, lo disfrutas, te gusta sentir su admiración su afecto, pero no lo voy a permitir ¡No lo voy a permitir!
—¡SAROCHA!
Becky iba a regresar a su sitio, pero Freen la tomo del brazo, jalándola hacia su cuerpo y con uno de sus brazos, la tomó de la cintura, acercando su rostro al suyo y besando sus labios. La menor intentó separarse ante el repentino acto, empujó con sus brazos el cuerpo de la pelinegra, pero esta hizo más fuerte su agarre y segundos después, la menor puso sus brazos alrededor de su cuello, correspondiendo el beso, disfrutando de aquellos labios que años atrás la volvían loca.
Segundos después se separaron, por falta de aire y Becky se alejó de ella.
—Ya cumpliste tu capricho, ya me besaste ¿Ahora qué sigue?
—Yo... no sé qué me pasó, pero tu correspondiste a mi beso, te sentí estremecer entre mis brazos.
La mayor miró su exesposa con una ligera sonrisa, aún agitada por el beso.
—Que absurda eres Freen ¿Acaso piensas que después de todos estos años todavía me interesas? ¿Crees que todavía siento algo por ti?
—No juegues conmigo Rebecca, no estoy dispuesta a permitirlo.
—¿Yo estoy jugando contigo? ¿Quién es la que se va a casar? Conozco a tu prometida, Freen, yo no estoy jugando contigo ¿Por qué me besaste? ¡Exijo una explicación!
Lo cierto es que la mayor se quedó en blanco, no sabia que decir, no sabia como responderle, su corazón seguía latiendo con rapidez, sus labios aún sentían los de Rebecca y sus brazos querían volver a envolverla.
—¿Quieres saber por qué te bese? —Rebecca levantó una ceja en afirmación— Pues... ni yo misma lo sé.
—Sé que dices la verdad, sigues siendo muy indecisa. Debo irme Freen, no voy a perder mi tiempo contigo, adiós.
Rebecca tomó su maletín de trabajo y se fue de la oficina, prácticamente huyó de su exesposa, no iba a pedirle explicaciones, no quería quedarse a escuchar las respuestas. No podía hacerlo, no iba a permitir que las emociones la dominaran, no podía permitirse caer en los encantos de Sarocha Chakimha, tenía que mantenerse firme y centrada, por su razón de ser, por su hija, por Song.
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