Que Freen apareciera de la nada, podía ser un milagro o una maldición, quería golpear a ese imbécil por seguirlo, por acosarlo. Su plan era mantenerlo alejado y solo serian cercanos en horas de trabajo, entonces ¿Qué mierda hacia estacionado frente a la casa de su hermano?

—Antes que digas algo, no te seguí porque soy un acosador, simplemente al subir al taxi dejaste caer esto —mostró un llavero.

Rebecca se dio un golpe mental ¿Cómo pudo ser tan imbécil de no darse cuenta de que se le habían caído las llaves? Aun así, era no era justificación para que el mayor lo siguiera ¿O sí?

—Gracias.

Se dio la vuelta con la intención de tomar un taxi, pero todos los que pasaban por la avenida estaban con un pasajero dentro, apretó su puño volviéndose a girar hacia el pelinegro a punto de subir a su lujoso auto.

—Saro ¿Puedes llevarme al hospital?

—Claro —fue la respuesta inmediata de la pelinegra.

—Bien. —suspiró y subió a la parte del copiloto, poniéndose el cinturón de seguridad, sus puños seguían apretados.

Ninguna dijo nada durante el camino, ambas estaban en silencio, en un incómodo silencio ¿De que hablaban las exesposas que ahora eran amigas y no se habían visto por 8 largos años?

Freen en su mente intentaba buscar las palabras correctas para iniciar una conversación decente, pero como si su cerebro se hubiera secado, ninguna palabra salía de su boca. El silencio incomodo se vio interrumpido por la canción que empezó a sonar en la radio, provocando que las únicas pasajeras en aquel auto sintieran pequeñas mariposas en el estómago.

What would I do without your smart mouth?

Drawing me in and you kicking me out

Got my head spinning, no kidding.

I can't pin you down.

What's going on in that beautiful mind?

I'm on your magical mystery ride.

And I'm so dizzy, don't know what hit me.

But I'll be alright.

All of me.

Esa hermosa canción era su canción, la canción que bailaron en su fiesta de graduación, con la que bailaron el día de su boda. Para la suerte de Rebecca, antes que sonara el coro, habían llegado al hospital y su corazón dejo de latir con fuerza.

—Gracias Freen, nos vemos.

—Yo entraré al hospital, necesito hablar con mi hermano de algunas cosas, nos vemos.

—Nos vemos —fue la respuesta cortante de Becky.

Posteriormente Rebecca entró al hospital sin tener idea de donde podría estar su cuñado, su hija y sus sobrinos, dedujo que, en el área de Richard, pero justo antes de subir al ascensor se encontró con Heng.

—Becky, que bueno que llegas, necesito que vengas ahora.

—Heng lo siento, estoy buscando a mi cuñado.

—Lo sé, está en mi consultorio, ven por favor.

Becky, estaba comenzando a inquietarse, nadie le decía nada, toda la información se la dejaban a medias y eso comenzaba a desesperarla, necesitaba respuestas, quería saber dónde estaba su hija, si Billy y sus sobrinos estaban bien, no podían estarle diciendo algo a medias y esperar que este tranquila, cuando ella era la persona más inquieta del planeta.

Entró al consultorio de Heng y se encontró con Billy llorando a lagrima viva, su rostro estaba rojo y su nariz moqueaba. Miró bien el consultorio y no vio a su hija.

—¿Billy?

—Bec... —fue el susurro quebrado de Billy.

—Billy ¿Qué pasó?

—Richard... Richard tiene otra familia —soltó volviendo a llorar entre lágrimas.

—¿Qué?

—Richard tiene una amante y una niña ... Becca, él me ha estado engañando y no sé por cuanto tiempo.

—Pero... —Rebecca no tenía palabras para explicar lo que estaba sintiendo —Billy... ¿Cómo te enteraste?

—Vine a dejarle su almuerzo... él estaba en su consultorio con una mujer, ella le había traído comida, no quise entrar, no quería pensar mal, pero... —su voz se quebró— Pero ella le dijo algo de su hija y luego lo besó... Becky, ella lo beso y Richard no hizo nada.

Sin poder evitarlo más, Billy comenzó a llorar, siendo abrazado por Becky, quien lo rodeó entre sus brazos dejando que pudiera desahogarse, entendía lo que estaba sintiendo, porque hace 8 años ella había derramado las mismas lagrimas por la misma razón.

Richard era su hermano, pero nunca podría aceptar lo que hizo, simplemente la infidelidad era la peor traición que se le puede hacer a una persona que te ame con todas sus fuerzas.

—¿Dónde están los niños? Vamos por ellos y en el camino veremos qué hacer.

—Los niños están en la veterinaria —su voz salió en un susurro.

—Debes descansar Billy, no te puedes deprimir por mucho que esto duela, piensa en tus dos niños y el nuevo integrante.

—Lo haré, pero primero vamos por ellos.

Sin decir nada más, ambos salieron del consultorio y luego del hospital, encontrando a Saint abrazando a Heng, esa pequeña escena hizo que Billy quisiera llorar, pero no lo hizo.

—Saint, vámonos a la veterinaria, debemos recoger a los niños.

—Si jefe.

—Saint —su voz salió molesta.

—Lo siento, Billy.

Saint ayudo a Billy a subirse a la camioneta, Becky iba a hacer lo mismo, pero se acercó a Heng y le hizo cosquillas en su estómago.

—Te deseo suerte con ese chico, se ve que te quiere.

—Gracias Becky, prometo que luego te contaré todo con lujo de detalles.

—Eso espero Heng —le dio un abrazo fuerte y subió al auto.

Freen apareció detrás de su hermano menor, con una sonrisa suave, prefirió no hacer ningún comentario, solo se limitó a despedirse de Heng e irse a su hogar, a su dulce hogar.

━✧♡✧━━━✧♡✧━━━✧♡✧━

—Qué bueno que llegas amor —Charlotte apareció con un hermoso vestido de flores, yendo a besarla, pero nuevamente Freen corrió el rostro.

—Estoy sudada, perdón linda

—No importa, quiero un beso.

—Charlotte por favor, estoy muy cansada y debo trabajar en el proyecto de Noey.

—¿Desde cuándo un proyecto es más importante que yo?

—Desde que yo soy la única trabajando para mantener este departamento, para cumplir tus caprichos de "La boda ideal".

—No es solo mi boda, Sarocha, es nuestra boda —hizo énfasis en "nuestra", viéndola con completa indignación.

—¡Charlotte para ya! —levantó un poco la voz— Necesito trabajar y si no te gusta, ponte a trabajar en algo, aporta para no ser la única.

Dicho eso, se dirigió a la oficina que tenía en aquel lujoso departamento, sintiéndose frustrada ¿Por qué con Rebecca a pesar de la incómoda situación no se sentía así? ¿Por qué de pronto se sentía tan frustrada?

Dejó de mala gana su maletín sobre el escritorio, caminando de un lado a otro con las manos en los bolsillos, respirando profundamente para calmar esa pequeña frustración, antes que creciera y creciera.

Después de varios segundos, se sentó en su cómoda silla y abrió uno de los cajones del escritorio, sacando una pequeña polaroid, en la que claramente se podía ver a Becky sonriendo y ella mirándola como una tonta enamorada, sonrió inconscientemente al ver esa fotografía, pasando uno de sus largos dedos por el rostro de Becky.

La extrañaba y mucho.