7
La menor miraba a todos lados con preocupación. El cronómetro en su teléfono marcaban 5 minutos de márgen para terminar y no había rastro de su mejor amigo ¡Le dijo que podría cubrirlo por una hora! Se maldijo internamente por acceder a su petición.
Debió negarse rotundamente, pero esa mirada en sus ojos, tan triste cuando llegó, se convirtió en esperanzadora y por sobretodo suplicante ¡Maldición! El sabía perfectamente que no podía negarse a su pedido y estaba abusando de su poder.
— ¡Maldición Takuma! ¿Donde estas?
— ¿Señorita Ichinose?
Oh mierda, esa voz, esa maldita voz ¿Acaso el universo la estaba castigando? Volteó al instante y se encontro con la juzgadora mirada de la madre de su mejor amigo, no pudo hacer mas que tragar en seco por su presencia.
— ¿Si? ¿Que se le ofrece?— Preguntó la castaña, aparentando tener todo bajo control.
— ¿Puedo saber donde esta mi hijo y por que no esta acompañandola?— Preguntó con molestía, estresando mas a la joven con esa pregunta.
— Jugamos a las escondidas, ya sabe, uno se esconde, el otro lo busca, y digamos que Takuma es muy bueno en este juego porque no puedo encontrarlo.
— ¿Y debían jugar en la villa familiar?
— Sería un desperdició no jugar en los extensos parques de nuestra villa ¿No le parece?
Alguien debia entregarle un premio de la academia con el grabado "Ichinose Hanako, mejor actriz del año" por como manejaba tal mentira con tanta facilidad. Lamentablemente le estaba ofreciendo majestuosa atención a una ignorante del arte.
— ¿No son lo suficientemente mayores para estar jugando? Ya no son niños.
— Oh, cierto, que inmaduro de mi parte. Iré a buscar a Takuma para que ustedes junto a mis padres firmen su renuncia al manejo de la empresa y nos la otorguen, despues de todo tengo 13 años y Takuma 17, suficiente edad para ser adultos— Mencionó con ironía, molestando mas a la mujer.
Era consciente que su familia tenía mucho mas poder sobre la de su mejor amigo, y que la arpía frente a ella tenía una mente tan cerrada que se guiaba por esas leyes, y que no habría forma de que le contradijera.
— Solo no hagan un escándalo, mi hijo tiene una reputación que mantener.
— Me lo imagino.
Le sonrió soberviamente a la mujer, haciendo que esta se retiré con un bufido ¡Maldita vieja! Con razón estaba tan arrugada para su edad, si actuaba como amargada.
Siguió rondando el parque, simulando que buscaba al rubio, por si alguien los vigilaba desde la casa principal, y una vez lejos se permitió demostrar su estado ¡Dios! Se encargaría de hacerle pagar toda esa situación apenas tuviera la oportunidad.
En el instante que el cronómetro llegó a 0, divisó a su amigo saltando el muro por donde se fue, suspiró de alivio al ver que llegó a tiempo y en una pieza.
— ¡Por fin llegas!— Exclamó al estar frente al mayor, recibiendo una mala mirada.
— ¡Oh! Gracias Hanako por preguntarme como me fue, por suerte todo salió bien— Dijo con ironía, ganandose un golpe en su brazo.
— No sabes por todo el estrés que tuve que pasar. La vieja arpía me preguntó por ti y tuve que improvisar. Si pregunta, jugamos las escondidas ¿Entendido?
— Entendido.
— ¿Ahora si me contaras la razón por la que tuve que cubrirte con tus padres en plena cena de negocios entre nuestras familias?— Preguntó curiosa.
Takuma sabía que eso pasaría. Despues de todo su mejor amiga era su única salida esa noche, no solo por su lealtad, si no porque ella conocía todas las salidas ocultas de la villa y puntos ciegos de las cámaras. Si no fuera por ella nunca habría escapado para ver al beta. Lo mínimo que le debía era una explicación.
— No fue nada ilegal, pero mi madre no lo aprueba.
— Esa vieja le molesta hasta que respires— Se burló, causandole una pequeña risa al rubio— ¿Que fue exactamente?
— Promete que no gritaras— Pidió en voz baja, recibiendo un asentimiento de cabeza de la alfa— Estoy enamorado de alguien, y esa persona me pidió que nos vieramos.
La menor parpadeó sorprendida, y antes de siquiera abrir la boca, Takuma la cubrió con sus manos, sintiendo el grito ahogado resonar contra su palma.
— ¡No puedo creerlo! ¡Por fin esta pasando! ¡Seré cuñada!— Exclamó, brincando de alegría— Pero aguarda ¿Que quería? ¿Sabe de tus sentimientos? ¿Acaso te corresponde?
— Bueno, aquí viene lo complicado. Yo me le confesé apenas me conoció, claro que me rechazó por ni siquiera conocerme, pero me dió una oportunidad para ser su amigo y...
— Y conociendote no te diste por vencido— Completó Hanako, a lo que el contrario asintió.
— Y se ve que mi esfuerzo dio frutos, porque hoy me besó y me pidió vernos para que hablaramos del tema. Decidimos darnos una oportunidad.
Sin poder contenerlo, Hanako lo abrazó, sumamente feliz por su amigo, volviendo a saltar en el proceso.
— ¿Eso quiere decir que ambos se quieren de la misma forma?
— No exactamente. Ken nunca estuvo enamorado, ni tampoco estuvo en una relación, por lo que apenas esta comprendiendo lo que siente.
— ¿Pero no es peligroso?— Preguntó preocupada.
Hanako conocía a su amigo, Takuma era tan leal que podía darlo todo por amor y salir lastimado. Varias veces vio sus muestras de afecto a supuestos amigos y le dieron la espalda cuando menos lo esperab. Si una amistad le dolía, no queria imaginar un corazón roto, ella no quería eso para él.
— Confío en Ken, el no me lastimaría apropósito.
— Puede que no sea apropósito, pero no quiero que te lastime de igual forma.
— Eso no pasará. Confía en mí.
La menor suspiró rendida, asintió para acabar con aquel tema, pero claramente no lo dejaría asi, ella misma se encargaría de comprobarlo.
— Volvamos, seguramente no falte mucho para que mamá vuelva a buscarme.
— Juro que me las pagarás por esto, no quiero volver a tener que soportar a esa vieja bruja.
— Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, Hanako. Prometo que no volverá a pasar.
Claro que la castaña no se creyó esa absurda mentira, estaba segura que volvería a pasar y reiteradas veces, pero no tenía ganas de reclamarselo aun.
[***]
Kensuke se sentía extrañamente feliz esa mañana, tanto como para saludar con un beso y abrazo a sus progenitores, entablar una cálida conversación con su cuñada, y estar dispuesto a que su hermano mayor lo alcanzara hasta la avenida principal.
Claro que Hide notó el extraño buen humor de su hermanito. La anterior noche este huyo a ver a su supuesto pretendiente y tuvo que excusarlo en la cena, y no fue hasta casi 3 horas despues de su partida que volvió, con toda su familia ya en cama.
No le reclamó nada por precaución, pero claro que aprovecharía su corto viaje en auto para hablar sobre aquello.
— Asi que... ¿Como te fue anoche?— Preguntó sin quitar la vista del camino, pero gracias a su sexto sentido de hermano mayor, notó que el menor se tensó.
— Pues... ¿Bien?— Respondió desviando la mirada, sin querer explicarse demasiado.
Hideyoshi se carcajeó ante aquella respuesta, pareciera que su hermanito no recordaba que él era fanático del chisme y que su vaga respuesta no lo convencería.
— ¿Lograron arreglar sus problemas?
— Si. Tenías razón, el lo entendió.
— ¿Ya puedo llamarlo "cuñado"?
— ¡Hide!— Exclamó avergonzado, recibiendo una carcajada aun mas fuerte del mayor— Aun no es mi novio.
— ¿"Aun"? ¿Significa que tiene oportunidad?
Kensuke se avergonzó aun mas por sus palabras, encogiendose en su asiento, un fallido intento de ocultarse.
— Tal vez acepte salir con el y ver si funciona.
— ¿Y si funciona planeas formalizar?
— S-si.
Hideo sonrió ante la respuesta. Por fin Kensuke estaba intentando abrirse con alguien mas. Siempre supo que a el le costaba relacionarse con los demas niños de su edad, odiaba ser el centro de atención y por ende era demasiado tímido, pero una vez entraba en confianza con una persona, era un amigo leal.
Estaba feliz de ver que conoció a alguien que lo comprendía y trataba de ayudarlo a superar esa timidez, aun si esa no era su intención en lo absoluto. Al menos, junto a aquel alfa, mejoraría un paso a la vez.
— ¿Puedo conocerlo?— Preguntó divertido, a lo que el menor negó al instante.
— ¡Es muy pronto! Si te conoce podría llegar a ilusionarse o asustarse.
— Entiendo, pero si quieres, puedes invitarlo a nuestra boda. Ya sabes, para que te haga compañía.
— ¿No crees que sería muy apresurado?
— Para nada. En las bodas sueles llevar a un acompañante, una cita. La fiesta será en 3 meses, hay tiempo aún.
— 3 meses es muy poco tiempo.
— Ken, hace un mes y medio dijiste que no te gustaba ese chico y ahora decides darle una oportunidad, no se tu, pero si pensamos en eso, en 3 meses puedes enamorarte.
— Ashh, bien, lo invitaré— Respondió rendido, volviendo a mirar por la ventana— ¿Esta es su última semana aquí?
— Hasta la boda, si. Debo terminar mi tésis de la universidad.
— No puedo creer que tú, siendo el cientifico mas joven en ser galardonado, aun deba escribir una tesis ¿Acaso no les basta ya con los supresores?
— Si les basta, pero mi tesis no será sobre eso— Respondió tranquilamente— Planeo trabajar en supresores alfa.
— ¿QUE?— Preguntó sorprendido, asustando al mayor por su volúmen— Estas bromeando ¿Verdad? ¿Supresores alfa? ¿Como es posible?
Kensuke estaba anonadado. Supresores alfa, su hermano había perdido la cabeza si creía que eso era posible. Los alfas eran los seres mas territoriales e instintivos de todos. Para ellos sus feromonas lo son todo, es su fuerza y poder, y si su hermano lanzaba los supresores, les quitaría ese poder, y por ende, los betas y omegas ya no vivirían bajo su mandato.
— Debo buscar la compatibilidad entre los anticuerpos y los genes alfa, asi como hice para los omegas. Ese fue mas fácil por ya tener la anterior formula. Era inexacta pero funcionaba, yo solamente busque sustitutos que potenciaran su efectividad y no dejaran tantos efectos secundarios. Pero con los alfas... Eso tomará tiempo, no hay nada.
— ¿Y como planeas presentar una tesis de algo que no tienes idea?
— No será el supresor, si no demostrar que nosotros tambien podemos tomarlos. Demostrar que ser alfa, beta u omega da igual, todos tenemos las mismas capacidades de lógica, solo merecemos igualdad de oportunidades, y si los omegas deben tomar supresores, los alfas deberían hacer lo mismo.
— ¿Pero eso no te afecta? Digo... Eres alfa.
— Soy consciente de mis privilegios por mi segundo género, privilegios que no merezco ni necesito. Se perfectamente que la razón por la que aceptaron mi formula de supresores es por ser alfa, si hubiera nacido omega, o beta, jamas habría llegado. Si voy a tener todo servido en bandeja por ser alfa, al menos haré que valga la pena, y por cada ventaja que tenga, trataré de devolverle el favor a los omegas y betas que no gozan de la misma suerte.
— ¿Y como harás para que lo acepten?
— Trabajaré en ello, pero mientras esté con vida no pienso detenerme, aun si me lleva años lograrlo.
Kensuke pensó en sus palabras, su hermano realmente era genial. El observaba a la sociedad y buscaba la forma de mejorarla para el bienestar de todos.
— Tienes mi apoyo, puede que no sea mucho por ser beta, pero aun así la tienes.
— Gracias, y te equivocas Ken, tu opinión cuenta. Eres parte de esta sociedad, tienes tanto derecho como los demas a luchar por el bien común.
Eso hizo sonreír al beta. Ciertamente el no tenía voz ni voto para los asuntos que no fueran para betas, pero saber que para alguien era importante su opinion lo alegraba.
— Bueno. Llegamos a la avenida— Anunció el alfa, aparcando el auto cerca de la acera— ¿Estas seguro que no quieres que te alcance hasta la escuela?
— No es necesario, se que solo quieres ir para conocer a Takuma.
— Asi que ahora se llaman por su nombre— Dijo jugueton, empujando levemente al pelinegro.
— Bueno, es natural si vamos a salir— Respondió avergonzado— Como sea, es muy pronto para que lo conozcas.
— Entiendo. Buena suerte entonces. Saluda a Arata de mi parte.
— Lo haré. Hasta luego.
Sin decir mas se bajo del auto y caminó en dirección a su escuela. Por suerte no estaba tan lejos, solo a 3 calles hacia adentro, incluso llegaría mas temprano de lo usual.
No se sorprendió al ver que apenas habían estudiantes fuera del edificio, solo algunos que tenían actividades matutinas de sus clubes. Lo que si le sorprendió fue ver a Takuma en los casilleros ¿Que hacía tan temprano alli? Sin pensarlo se acercó hasta el mayor, quien igualmente se mostró sorprendido al verlo.
— ¡Ken! Buenos días, no pensé verte tan temprano.
— Buenos dias. Mi hermano me acercó hasta la avenida, si no aun estaría en camino.
— Ya veo. Pero me alegra, podremos pasar la mañana juntos.
Ver al rubio sonreir lo hizo sentir extraño, le cosquilleaba el estomago y lo ponía nervioso. Al principio creyó que era incomodidad y eso lo irritaba, pero a medida que pasaba el tiempo, esa sensación se volvía mas agradable.
— ¿Quieres que desayunemos en la cafetería? ¿O prefieres pasar tiempo en el patio?
— Ya desayuné con mi familia, pero si tu quieres, puedo acompañarte.
— Muchas gracias, Ken. Vamos, antes de que lleguen mas estudiantes y tengamos que hacer fila.
Takuma tomó la mano del menor y guiarlo hasta la cafetería, haciendo que este se sonrojara por el inesperado contacto. Ciertamente aceptó que podrían caminar de la mano mientras no hubiera nadie a su alrededor, y se veía que el mayor aprovecharía cada segundo que pudiera.
Unos 10 minutos después ya se encontraban sentados en una de las tantas mesas vacias de la cafetería, el alfa desayunaba un cafe con un pan de chocolate mientras que el beta bebía de una caja de leche, cortesia del alfa.
— ¿Llegaste bien a casa anoche?— Preguntó Kensuke, a lo que el contrario asintió— ¿Tu familia supo que fuiste a verme?
— No realmente, una amiga logró cubrirme y ni siquiera notaron mi ausencia. De no ser por ella no hubiera llegado a verte.
— Oh, entiendo.
— ¿Tu familia que te dijo al volver?
— Mi hermano mayor dijo que fui a ver a Arata.
— Asi que ambos tuvimos nuestras coartadas— Comento con una pequeña risa, contagiandosela a Kensuke.
— Quiere conocerte— Dijeron al unisono, sorprendiendose ambos por coincidir.
— ¿Estas seguro?— Preguntó Takuma, aun sorprendido por la noticia— Quiero decir, es tu hermano, y se que el es sumamente importante para tí ¿Quieres que lo conozca?
— El me dijo que puedo invitarte a su boda, dentro de 3 meses. Claro, solo si tu quieres.
— ¡Quiero!— Respondió emocionado, dandose cuenta al instante que tal vez exageró su reacción— Si quiero ¿Para tí esta bien?
— No te lo hubiera comentado si no te quisiera ahí.
— Entonces es una cita— Dijo sonriendo, tomando la mano de Kensuke— ¿Tu quieres conocer a Hanako?
— Creo que es muy pronto, y no quiero causar una mala impresión en ella cuando sigo confundido, siendo ella tan importante para tí.
— Lo entiendo, volveré a preguntartelo mas adelante— Respondió comprensivo— ¿Y sobre Arata y Kota?
— Creo que se darán cuenta solos si no se lo decimos, y será peor, no sabes como es Arata cuando se ofende.
— Puedo imaginarmelo ¿Les decimos hoy?— Propuso y el beta asintió— ¿Prefieres juntos o separados?
— Prefiero decirselo yo a Arata, en privado. Podría crear una escena y es lo que menos quiero. Pero podemos almorzar juntos.
— ¿Lo dices enserio?— Preguntó emocionado el mayor, Kensuke podría jurar que vio como sus ojos se iluminaban ante la propuesta.
— Si. Es decir, ellos son pareja y nosotros sus mejores amigos, no sería extraño que comenzaramos a almorzar juntos desde ahora, como grupo.
— Tienes razón. Entonces lo esperaré con ansias— Dijo el mayor, tratando de contener su felicidad.
— Por cierto ¿Quieres cambiar tu premio?
— ¿Cual premio?
— El de la apuesta. Dijiste que querías que salgamos, pero supongo que eso es algo que haremos amenudo, puedo organizar una cita sin necesidad de una apuesta ¿Prefieres otra cosa?
— Oh, cierto. Con todo lo que pasó olvide que habíamos acordado algo como eso— Comentó entre risas— Pues... No se me ocurre mucho, ya tengo lo que quería, que seas consciente de mí.
— ¿Entonces planeas desaprovecharlo?
— Aun quiero la cita contigo, que tu la pienses para ambos. Aunque, si quiero otra cosa.
— ¿Que?
— Que me beses, como aquella vez... En el club.
Kensuke no pudo evitar sonrojarse ante el recuerdo, aquel día se dejó llevar, y supo que le traería consecuencias a futuro. Eso le pasaba por besarse con un chico que nisiquiera sabía lo que sentía por el.
— B-bien— Respondió finalmente— P-pero no aqui.
— ¡¿Puedo reclamarlo ahora?!— Preguntó sorprendido.
— ¡Claro que no! Estamos en la escuela.
— Bien, entonces a la salida será. Es una cita.
— ¡Eso es trampa!
— ¿Trampa? Tu dijiste que podíamos salir sin necesidad de apuesta.
— ¿Apuesta?— Preguntó Arata, sorprendiendo a ambos individuos por su silenciosa llegada.
— Arata ¿Que haces aqui tan temprano?
— ¿Tu que haces aqui? Yo vengo todas las mañanas aqui, a desayunar con Hisakawa-senpai.
— ¿Eh?
El beta miró directamente al alfa, quien lo miraba despreocupado, como si no lo hubieran delatado.
— Con Ari desayunamos hace aproximadamente un mes, ya que concordamos horarios de llegada. Ari es novio de Kota, y tu mejor amigo, no veía el porque no.
— ¿Ari?
— Me llama asi desde que somos cercanos— Explicó el omega, sentándose al lado de su mejor amigo— Según él es mas tierno, y a las personas que le agrada los apoda con algo tierno.
— Ahora entiendo entonces por que me llama KenKen— Murmuró entre dientes— Entonces supongo será mas simple.
— ¿Que cosa?
Kensuke suspiró, a la mierda el plan de decirselo en privado, ya bastante preguntaría por que desayunaban juntos, ni lo dejaría tranquilo hasta saber la verdad. Decirselo en ese momento, que no había tantos estudiantes, parecía lo correcto.
— Arata. Hisakawa y yo estamos saliendo.
— ¿Eh?
El omega se quedó pasmado en su lugar, procesando las palabras de su mejor amigo ¿Ambos salían? ¿En que momento? Si hasta ayer Kensuke dudaba de sus sentimientos.
— ¿Osea son novios?
— No aun— Dijo Takuma, reprimiendose a tomar la mano del beta, pues estaba feliz de que se lo dijera a alguien mas, todo se sentía mas real— Ayer hablamos y decidimos darnos una oportunidad, y si todo va bien, pues seremos pareja.
— ¡Wow! Creí que este día nunca llegaría.
— ¿A que te refieres?— Preguntó el beta, alzando una ceja a su amigo.
— Hablo de que tú, Ken, hasta ayer estabas muy cerrado a la idea, si yo no te lo decía, no te darías cuenta. Y ahora, en menos de 24 horas lo hablaste con Hisakawa y están intentándolo. Me sorprende, pero para bien, estas enfrentando todas estas emociones, en lugar de encerrarlas y dejarlas morir.
— Yo no reprimo mis emociones.
— No te reprimes, simplemente no las comprendes y te asustas, por lo que cualquier cosa estimulante que le pasa a tu vida, prefieres fingir demencia y seguir con tu rutina hasta que ya no te mueve nada— Explicó el omega, avergonzando completamente a su amigo— Pero esta vez es diferente, aceptaste sus sentimientos, y ahora estas comprobando si es recíproco.
Kensuke miró al mayor, quien estaba bastante contento por aquella declaración, de alguna forma Takuma se convirtió en una excepción en su vida, solo que no entendía desde que momento se convirtió en una.
Tal vez, siempre lo fue, desde el momento en que se avergonzó por su declaración y huyó, en vez de pretender que nada pasó o rechazarlo al instante. Si, el era su excepción.
— Tienes razón — Murmuró, apretando sus pantalones entre sus dedos, mirando devuelta su amigo— Supongo esta vez será todo diferente, y quiero creer que será para bien.
— Lo será, lo prometo— Respondió el alfa, esta vez tomando su mano, por debajo de la mesa.
— Que tierno— Murmuró Arata, mirando como su amigo aceptaba el inocente cariño del alfa.
Dejaron de hablar del tema al ver que varios estudiantes llegaban, por lo que tras un par de minutos, debieron separarse para ir a sus clases. Claro que en el camino a su salón, Arata no dejó de mencionar el tema, avergonzando bastante a Kensuke.
Si que conocía bastante bien a su amigo como para preveer esa situación.
Aun asi, por una parte le hacía feliz, su hermano y su mejor amigo lo apoyaban, eso le daba paz, porque terminara bien o mal, ellos estarían ahí para el, y eso le bastaba para continuar.
Esperaba poder comprender sus sentimientos, y que Takuma conformara parte de su futuro.
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