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Forget Me Not

Eunseok solo se queda mirando hacia el acabado del techo, mientras sigue escuchando los ostentosos gemidos de su compañero de cuarto. Que sigue dándose placer en su celo, sin importarle si ha llegado o no a casa. Ya su cuerpo ha reaccionado por supuesto y las feromonas de limón inundan el cuarto. Sohee no es el más cuidadoso cerrando las puertas de su habitación, ni tentándolo con esa cara de yo no fui.

Ha tenido que cerrarla de paso y luego encerrarse a el mismo. Lo atribuye a que no es de piedra y que el aroma lo está enloqueciendo. Los supresores que se tragó, no se van a llevar su parte humana también. Su mente imaginando como el omega se consuela, sabe que tiene con qué. Sohee tiene esa linda colección de juguetes, que nadie nunca pensaría que un angelical omega conservaría. Incluso si Eunseok lo dijese a los cuatro vientos, nadie le creería.

Omega mío.

_Ese no es nuestro omega lobo, ese omega es prohibido. _ Eunseok regaña a su lobo interior. _ Solo lo ayudo en su celo, me lo follo en su celo o él lo hace conmigo. _ Sus palabras se afirman. _ Él me está utilizando solamente, esa es la pura verdad. _ Luego se las lleva el viento.

El alfa sigue pensando en el hermano de su mejor amigo, ese que nunca pensó que podía gustarle tanto. Sungchan le hizo prometer que cuidaría, de todos los alfas de la universidad. Mientras este estaba de viaje, visitando a su omega en Japón. Eunseok admite que la tarea no había sido fácil, con todos esos alfas esperando a estar entre esas lindas piernas. El cómo Sohee lo convenció para ello, se seguía sintiendo irreal.

Su olor termino impregnándose en el omega, se les hizo fácil mentir sobre que eran pareja. Incluso si faltaba aquella marca en su cuello, incluso si Sohee solo lo utilizaba en sus celos. Eso nunca fue un gran problema, los alfas se habían comido todo el cuento. Del único alfa del que no parecía poderse deshacer, era de sí mismo. Eunseok seguía yendo a ese omega, sin importar las consecuencias.




Sohee seguía ahí encerrado, mientras su celo seguía aniquilándolo. Solo paraba aturdido por el dolor, hasta que este mismo lo despertaba vicioso. Eunseok sumido en su mal, se estaba volviendo loco con la idea de ir a su puerta. Cuando lo escucho una vez más, quejarse de la frustración. Ya conocía ese lado insaciable, cuando se trataba de su celo. No había vergüenza, solo una necesidad de calmar su calor.

Debía ayudarlo con su problema, ofrecerse a pasar el celo. Cortar ese contacto cero, que el mismo se había inventado. Sabiendo que Sungchan llegaría pronto, que todo aquello se terminaría acabando. Ya lo había hecho incontables veces, alegando que sería la última vez. En un principio por ayudar al omega y al final porque estaba irremediablemente enamorado.

De un omega al que prometió controlar, pero del que había terminado comiendo de su mano. Por algo estaba yendo por su propia cuenta, sin que Sohee siquiera lo pidiese directamente. Dejándose llevar de su aroma que el omega generaba para él, tratando de dar al menos un paso de decencia hacia atrás. Nada parecía servirle en esos precisos instantes, porque estaba justo ahí en esa puerta.

Tengo que cuidar a mi omega.

_Sohee. _Hablo entonces Eunseok. _ ¿Estás bien allá dentro? _Hubo un silencio. _ Me estas preocupando, has estado encerrado toda la mañana. _

Unos toques a la puerta del cuarto de Sohee, el silencio seguía en la habitación. Eunseok solo adivino los pasos que dio este y luego como la perilla se giró frente a él. El olor a crema batida, le pego con todo a Eunseok. Mostrando a un Sohee de cabellos castaños desordenados y piel sonrosada. Sus labios estaban hinchados y sus pupilas dilatadas. Solo conservando sus polo de cuadros, tratando de disimular el desastre de su celo.

Sohee recibe a Eunseok con esos ojos de cachorro. _Lo siento si te molesté, no quise ser tan ruidoso. _ Sohee se sonrojo ante Eunseok. _ Sé que eres alfa y que te estoy incomodando. _

Eunseok se le queda mirando a ese rostro. _No me molesta nada Sohee, se por lo que estás pasando. _ Cuenta de manera apacible el alfa. _Todo esto es algo natural, no tienes por qué sentirte avergonzado. _

Eunseok no se guarda el gesto de ocupar una de sus manos, en esos sonrosados mofletes del omega. Verlo como se apega al tacto el su celo, mientras tiembla de a poco contra piel. Ya tiene toda su atención en él y es como si no existiese nadie más en el mundo. El brillo de los ojos de Sohee, lo está desarmando completo. Cualquier cosa que diga justo ahí, Eunseok solo sabe que dirá que está de acuerdo.

Sohee volviéndose cabizbajo. _ Fue una mala idea mudarme aquí, fingir ser algo tuyo también. _ Su mirada volviendo de repente. _Los celos que pasamos juntos, siento que te estoy utilizando. _ Sohee habla en un hilillo. _ Sé que tu corazón duele por eso, lo veo en tus ojos. _

Eunseok respira profundo. _Sabes que no me molesta tenerte aquí, ni fingir ser tu alfa. _ Algo en el sonaba a alarma de incendios. _ Estoy bien con ayudarte en tus celos, siempre te lo he dicho. _ Se estaba quemando. _Incluso si mi corazón doliese, mis ojos seguirían mirándote con amor. _

Cuando el omega va a por un abrazo y se apega a su cuerpo hasta ya no más. Acunando su rostro en el cuello del alfa, tomando de ahí su esencia. Como un devoto se queda ahí, volviendo a la calma que tanto anhelaba. Eunseok le recordaba al fresco verano y a una limonada que curaba bien el calor. No se sorprendió cuando le pidió en aquel primer celo juntos, que no solo se encargara esa vez. Que lo siguiese haciendo, que su sexo le hacía un bien. Que todas esas historias de alfas malos, se acababan cuando se trataba de Eunseok.

La mirada de Sohee se fue hacia la de Eunseok. _ Podrías fingir ser mi alfa ahora, pero como lo hacemos cuando nadie nos ve. Ayudarme con mi celo, hazme olvidar el dolor. Solo será esta vez, será la última vez. _ Sohee susurra por sobre el oído del alfa.

El agarre de Eunseok se ajusta en la cintura del omega, cuando este juega con el lóbulo de su oreja. La lengua del omega se encarga de lamerlo, para luego darle una pequeña succión a el área tan sensible. Eunseok se traga un gruñido, sus colmillos le pican mal. Procura mantenerse quieto ante la tentación del omega y el cómo descarado está usando su seducción para volver a tenerle.

Eunseok no quiere soltar la conversación a medias. La falta de comunicación, es lo que los ha llevado a ese mal. Ese en el que ni uno ni el otro, parece tener lo que desean. Ese acuerdo que tienen, solo los termina beneficiando de manera mediocre. Mientras Sohee lo usa en sus celos, este parece nunca estar conforme con una última vez. Eunseok solo se da por enamoramiento, temiendo que el sentimiento algún día le gane.

_Solo esta última vez. _

Siempre era la misma repetitiva, Eunseok iba a consolar al omega en sus celos. Sin importarle cuanto de ello se llevaba su corazón y los sentimientos que se alojaban ahí para con Sohee. Eunseok no se sorprendió cuando el omega se le encajo de su cuello, a comerse su boca. Dando rienda suelta a todos los besos, que no se habían dado en semanas. Los que la tensión había generado y ahora debían pagar con su necesidad.

Sohee no fue tímido en abrir su boca y ofrecerla al alfa con gusto. Permitiendo que el alfa desatara la suya, hasta que ambas se encontrasen. En un vaivén que termino en danza, una que los dos bien sabían hacer. A Sohee no se le hizo difícil dejarse follar la boca de esa lengua y los gemidos no ocultaron lo mucho que aquello le ponía. Podía hacerlo con el alfa por horas y terminar en un desorden de salivas.




Sohee en el regazo del alfa, empezó a olfatear el cuello de este vehemente. Pasando su nariz a lo largo de su piel, queriendo tomar el aroma a limón que generaba. Recuerda ese olor desde adolecente, cuando aún ni siquiera se había presentado como omega. El cómo este empezó a erizarle la piel, hacerlo sentir calor. Como la sentía en esos momentos, mientras Eunseok le chupaba el cuello. No demoro en presentarse después de ello y que su cuerpo empezase fantasear con el alfa constantemente.

Ensimismado por la belleza digna de un alfa, queriendo siempre una oportunidad de compartir el mismo espacio. Sungchan lo llevaba después de los entrenamientos de taekwondo y se quedaban ahí estudiando. Sohee solo veía desde lejos, curioso de cada pedazo de piel que descubría su dobok. Del como el cuerpo se veía tonificado y el bronceado de la piel lucia. Se lo imaginaba encima de él, justo como ahora. Eunseok había sido su primer amor, uno caprichoso.

_Hueles muy rico alfa. _Sohee secreteo para el alfa. _ Me gusta mucho como hueles. _ La risa divina de Sohee era lirica para sus venas.

Eunseok se le quedo mirando enviciado. _Eres muy lindo, eres muy dulce. _

Sohee ya tenía sus manos en el pecho de su alfa, porque en su mente solo así debía ser. Incluso si no durara para siempre, incluso si en algún momento lo casarían por conveniencia. Siempre seguiría queriendo volver a Eunseok, ese que había despertado cada sensación de su cuerpo. No se arrepentía en lo absoluto, de haberle dado aquella primera vez. De lo bien que se había sentido, de todo el dolor que se había llevado consigo.

_ ¿Me vas a hacer sentir bien alfa? _ Silbo por sobre los labios de Eunseok. _ ¿Alfa va a ser bueno conmigo? _ Lamio los labios finos de ese alfa. _Te necesito dentro mi alfa. _ Respiro ansioso queriendo más.

La idea de dejarse embarazar del alfa, seguía ahí con él. Aumentaba cuando tenía a Eunseok, encargándose de saborear todo su pecho. Solo para que nunca los volviesen a separar, mas valoraba la vida de Eunseok. Sohee estaba atento del poco juicio de su hermano, casi un animal. No por nada había ido a la correccional de menores, al menos unas diez veces. Sohee no podía ser más intocable, su hermano había reventado a cada uno de sus pretendientes hasta casi desvivirlos.

Era un mal de años, habían crecido con un padre alcohólico. Que los golpeaba cada que podía, que los golpeo hasta el último de sus días. Cuando este finalmente se desvivió por deudas, nadie lloro una sola lagrima. Ni siquiera su madre, quien lo había amado a pesar de sus malos tratos. Sungchan paso a ser el alfa de la casa y le toco trabajar como un perro para sacar a la familia adelante. Todos habían pagado por el vicio de su padre y talvez seguían haciéndolo.

_Alfa va a hacer lo que su omega desee, prometo ser bueno para ti. _Eunseok miro oscuro a aquel omega.

Con su boca en una de sus areolas, succionaba hasta jugarla con su lengua. Sintió a Sohee temblar, retorcerse ansioso ante la estimulación. Mientras que su otra mano rodeaba aquella areola libre, dándole pequeños piquetes, que lo hicieron chillar por debajo de sus labios. Pudo ver como Sohee trataba de contenerse, de estarse meciendo en su regazo. El cómo sus colmillos, relucían ya debido al acto de su celo. Se veía como un adonis, su adonis.

_Siempre lo has sido. _ Los ojos de Sohee tiritaron.

Mi alfa.

Su omega parecía saltar mientras lo decía, cuando recibía las caricias de Eunseok en su rostro. Sus besos dulces en todo su rostro, lo hacían sentir dócil. Rozando sus mejillas sonrosadas, tratándolo tal primor. Eunseok era alguien dulce en el sexo, algo en ello lo hacía sentir seguro. Su mirada fija en la suya, haciendo sus piernas temblar. Querer abrirse de par en par, necesitado de ser llenado. No podía esperar a que ese alfa fuese suyo, al menos una vez más.

El giro de Eunseok para ponerlo debajo de su cuerpo, mientras se despojaba frente a su mirada. Mostrando su cuerpo tonificado y toda esa piel color caramelo. Sohee no se contuvo de relamer sus labios, de acariciar el caminillo de felicidad en ese vientre bajo. Retorciéndose necesitado, su calor estaba ahí siendo insoportable. Con toda la motivación del alfa, que se encargaba de bajarse sus pantalones. Dejando ver sus boxers y el perfecto bulto que denotaba su polla.

Las mejillas de Sohee se acaloraron, al verlo tirar la correa a un lado y como la hebilla tintineaba en contra del piso. Ese fue el sonido que se llevó su juicio y el sentido del tiempo ahí. Cuando volvió a enfrentar a Eunseok, este estaba encima suyo otra vez. Encargándose de lo poco o nada que tenía, sus respectivos calzoncillos polo. Siendo retirados con gracia, hasta dejarlo completamente descubierto y bajo la atenta mirada de Eunseok.

El desastre que presencio Eunseok, más una polla mal atendida. Como buen top de servicio, no le costó mucho ir a por ella. Su lengua dándose un viaje que Sohee contemplo, sintiendo como cada nervio de su polla era mimado. El grueso tenía la boca de ese alfa entretenida, estirando hasta desaparecer sus finos labios. Lo chupo en una lentitud tortuosa, sacándole los más guturales gemidos. Mientras lo escuchaba gruñir, mientras se engullía mas esa polla.

Sohee se vio así mismo sensitivo, al acatar como esa boca se dejaba embestir. Cuando Eunseok volvió a liberar, su polla ya estaba total dura. La cabeza enrojecida, mostrando el brillo de la saliva desparramada. Eunseok bajo hasta chuparle las bolas, lo hizo succionando tortuoso. Sohee no pudo hacer más que gemir, ser un total vocal como siempre.

_ Alfa ¡Mmm! _ Sohee se quebró en un sonoro gemido. _ Alfa ¡Ah! _ Lloriqueo pasivo.

Temblar ante como este ahuecaba su boca, apretándole las bolas hasta sentirlas frías. Miro bajo sus espesas pestañas, como este volvía a lamer toda la extensión. Llevándosela a la boca, para luego volver a hacer ese truco de ahuecar. Sintió como su semilla se le iba, sin previo aviso. Terminando en la boca del alfa, lloriqueando entre un montón de babosadas dichas entre labios. Una confesión perversa, de todo su deseo.




Sohee llevaba una caricia, hacia ese pequeño camino de la felicidad. Esa hilera de pequeños cabellos, que se daba desde el ombligo de Eunseok. Desapareciendo al llegar a su ropa interior, que se veía manchada. Eunseok se había corrido a la par, después de chuparlo. Sin un toque aparente, solo complacido con lo que había generado en él. Sohee se sonrojo cuando fue descubierto, rozando peligrosamente la polla erecta.

_Sigues queriendo más, tú siempre quieres más. _ Dibujo divino sobre los labios del omega. _

Cuando Sohee se vio así mismo, de boca a boca con ese alfa. Supo que su celo solo se motivaba más, cada vez más necesitado. Las feromonas del alfa ahuecando en sus poros, erizándole la piel por completo. El cómo este lo acorralaba entre las sabanas y acunaba su rostro para acapararlo a besos. Tenía que ser una broma, lo bien que se podía sentir todo aquello. Como esa boca, se daba a su boca devota. Sohee cedió dócil, dando de su sumisión.

_Yo quiero. _Los ojos de Sohee tales luceros frente a Eunseok.

_Lo que esa bonita boca pida. _ Acato Eunseok.

_ ¡Umm! _ Los labios de Sohee temblando.

Eunseok sabía que la noche seria larga, solo no quería apresurarse. Sería la velocidad que el omega quisiese y solo este sería complacido esa noche. Sin un futuro aparente, siempre quería dar lo mejor. Incluso un simple beso de mariposa, que se dio en todo el rostro del omega. Fue acurrucándolo entre sus brazos, repartiéndolos con cariño. Sonoros contra la piel y combinando con los gruñidos de su obvia posesión.

_Por la luna Sohee, no sabes cuánto te deseo. _ Eunseok no pudo contener una confesión más, una clásica que siempre se escapaba de sus labios.

_Solo házmelo saber así, justo así para mí. _Sohee suplico.

Sohee sintió como los besos bajaban otra vez hacia su cuello y la manera en como eso lo hacía temblar. Ya era un desastre de feromonas el lugar y el cómo sus aromas se combinaban, era vicioso. El dolor no se había ido del todo, aun lo necesitaba de esa especifica forma. Tembló al sentir los colmillos del alfa rozando su cuello y el cómo su cuerpo reacciono cediendo. Su omega rogando ser marcado, digno de su celo.

Omega quiere ser marcado.

Sus ojos seguro lo decían, lo gritaba también su cuerpo. Cuando se encontró con la atención de Eunseok, quien se encargaba de repartir besos a lo largo de su torso. Mimando cada detalle pintado en esa piel, cada uno de sus lunares fue besado. Acariciado con delicadeza y apreciado por la brillante mirada de Eunseok. Bajando por la piel tersa, hasta hacerlo perecer.

El alfa se dio un festín al llegar a sus caderas, pasando sus colmillos por estas. Dándoles lamidas perversas, hasta dar mordidas leves. Mordidas que lo tentaron más, hasta llegar a devorar sus muslos llenos. Vicioso justo ahí, dejo marcas visibles. Sohee gruño al sentir sus colmillos por doquier, tentando su juicio. Era como si Eunseok quisiese hacerlo suyo, llenarlo con sus bebés. Sacarle esa verdad, esa que tanto contenía entre gemidos. Esa en la que no había cosa que más desease, que tener su marca.

Omega quiere ser marcado.

El omega de Sohee no se callaba y ya lo tenía ensordecido en ruegos. En como gimoteaba por el próximo toque, de esos colmillos contra su piel. Despertando en un retorcijón de realidad, cuando sintió como la boca del alfa se colaba en su entrada. Lo había girado sin más, por sobre las almohadas. Dejándolo a la merced de su boca, de cómo esa lengua se encargaba de juguetear con el anillo sensible.

Sohee sintió como sus mejillas se acaloraban y se llenaban de lágrimas. Al ser follado por esa lengua, mientras trasero respingón seguía siendo masajeado. Las grandes manos desaparecían la carne y la marcaban hasta dejarla enrojecida. Cada lamida certera, lo hacía temblar tal desgraciado. Gimotear por mas, cuando la lengua follaba hasta su entrada. Se remeció para darse más contra esta. Jadeando todo atolondrado.

_ ¡Que rico! ¡Umm! _ Sohee dejo ir sin vergüenza alguna.

_Ponte en cuatro. _

Sohee solo obedeció ante eso, quedando en cuatro frente al alfa. Descansaba su torso contra las almohadas y empinaba su trasero hacia arriba. Dándole una divina vista de todo al alfa, quien ingreso sus dedos hasta que fueron apretados. Sohee gimoteo sin vergüenza, yéndose por lo bajo cuando estos lo apresaron en estocadas. Cerrando los ojos, sumiendo su rostro contra la almohada.

Se dejó follar por lo que terminaron siendo dos dígitos, contra su mojada entrada. Un mar de gimoteos y su pene goteando en necesidad. Eunseok lo manejo como pluma, hasta enfrentarlo cara a cara. Sohee se acaloro con el movimiento y la fuerza del alfa. Su polla patética se alzaba frente a Eunseok, curvándose frente a su atenta mirada. Este estaba ahora entre sus piernas, sacándose lo que quedaba de su ropa interior.

Para colocarse el preservativo y pinchar la punta divino. Sohee pudo alcanzar a ver esa polla, rodeada de un escaso vello castaño. Se le resecaron los labios, al ver como este la masturbo. Ansioso a la variación de tamaño, que había de la punta fina, hasta llegar a la gruesa base. Curvándose temeroso cuando se masturbo frente a esta, la polla del alfa tentándolo con cada manotazo.

De un momento otro introduciéndose el glande, estirando su anillo hasta hacer sus piernas temblar. Entrando solo para que se ajustase al tamaño, Eunseok se fue a darle besos en el rostro. Castos besos que lo distrajeron de lo que sentía y poco a poco lo ayudaron a ajustarse. A entregarse al alfa, quien daba feromonas para relajarlo por completo.

Los ojos de Sohee se encontraron con los de Eunseok. _Muévete alfa, necesito que lo hagas. _

_Todo para ti. _

Fue un disfrute la primera estocada, que hizo ver a Sohee las mismísimas estrellas. En esa posición de misionero que todo o nada daba, haciendo que ambos pudiesen mirarse fijamente. El como la boca de Eunseok se acunaba en su boca, secreteando en gemidos lo que tenían que decirse. Ahogados en el placer de cada estocada, ese sexo lento entre ambos. Sensual para sus cuerpos, que les estaba rompiendo los sesos.

_Por favor no pares, no quiero que pares. _ Sohee se perdió en gemidos. _Quiero seguir así contigo, quiero ser todo tuyo. _

_Está bien, estoy aquí. _ Eunseok arrullo por sobre esos labios.

Sohee respiro profundo. _Mi alfa. _

_Eso es lo que quiero ser. _Eunseok miro fijo a Sohee.

_Márcame para que nadie pueda volver a tocarme como tú. _Sohee rogo.

_Sohee..._La voz de Eunseok templo.

Sohee miro fijo al alfa. _Anúdame para que pueda ser tuyo para siempre. _

_Sohee..._ Un gruñido veraz se escapó de esos labios.

_Yo solo quiero ser tu omega. _Sohee utilizo esa voz de omega para con Eunseok.

Eunseok pierde la paciencia, la cordura en ese preciso instante. Cuando Sohee se encarga de su polla, la masajea al sacarla. La protección que rodeaba, es tentada por las manos de Sohee, quien retira el látex hasta que ya no queda nada. Es una cámara lenta, una muy letal. Eunseok se deja hacer, hasta que ya no queda más. Sohee vuelve a jalarlo consigo y empalmarse su polla de una buena estocada. Eunseok tirita en un gemido, sintiendo que se rompe en llanto.

Los colmillos rozando ese cuello, que solo hace ofrecerse en su calor. Puede sentir como estos se clavan en la carne, ahuecando con veracidad. Un gimoteo de parte del omega, quien se derrite en su marca. En como con se lengua lame el lugar, saboreando lo que queda del líquido rojo. Eunseok siente como las lágrimas corren de sus ojos y el cómo Sohee las cura a besos. Es lo más sexual que ha tenido con este y también lo que cree que los unirá para siempre. La idea de cachorros, le mueve las emociones.

Sohee se corre entre lamidas, gimiendo su nombre entre labios. Tomándolo de piernas de par en par, gimotea sobrestimado de la situación. El cómo lo aprieta el omega lo descarga, corriéndose bonito en este. Embiste todo lo que puede dentro del lindo omega, deseando que en su vientre se den cachorros. Mientras el nudo lo aprieta y le deshace el juicio.

_Mi omega. _ Su alfa se vuelve posesivo ante lo que tiene, ante lo que aquella noche se le ha dado.

Sohee no se esperaba decir eso, nunca realmente se lo espero. Tampoco se esperaba las consecuencias de sus actos o si siquiera le apetecía pedir una pastilla de emergencia. Mientras se acomodaba y esperaba que el nudo pasase. Acato el rostro del alfa y curo el resto de lágrimas en su rostro. Entendiendo que aquello era lo correcto para ambos, incluso si su hermano quería seguirlo sobreprotegiendo. Sohee ya había escogido quien era su alfa y este lo había escogido a él.

_Tuyo. _ Sohee recito frente a su alfa. 





Feliz cumpleaños Danna, dedicado para ti linda. 


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