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//Presente//

-¿Crees que la abuela se sienta mejor hoy? - Yoongi sacó de sus pensamientos a Jungkook, mirándolo castamente un segundo mientras apretaba su muslo suavemente para llamarle la atención.

-No lo sé.... puede que si, puede que no - Suspiro cansino - Cada día es diferente.

La mirada de Jungkook se fue apagando poco a poco mientras recordaba el estado de salud de su abuela

Amaba a esa mujer con todo su corazón. Ella lo había criado en conjunto con sus maravillosos padres; le había enseñado a amarrar sus agujetas, a montar bicicleta, había estado presente en el descubrimiento de su sexualidad y ella había sido la primera en enterarse que su corazón latía por los hombres, más específicamente uno que tenia sonrisa de gatito.

Pero ahora el verla, con su mirada perdida y sus frases inconexas, le partía el alma en su núcleo más sensible. 

-Quiero que salgamos a una cita luego de visitarla - Yoongi sonrió, aun manteniendo su mirada fija en el tráfico, ampliándose más cuando los dedos de Jungkook se cerraron al rededor de la mano que había puesto en su muslo. 

-Claro que si, amaría una cita contigo - Jungkook no despegó la mirada de su hyung quien, luego de años, se teñia de rojo hasta las orejas cuando el menor hacía lindos comentarios. No había vista más adorable que esa. 

♡♡

Los minutos pasaron lento después de que llegaron al lugar de reposo en busca de la Abuela Jeon, quien justamente se había internado a sí misma ante un momento inicial de su enfermedad.

Siempre fue independiente y lo sería hasta el final. Tenía la convicción de que no sería un carga para su familia y en cierta medida lo había conseguido en sus restantes años de lucidez.

Aunque hubo quejas por parte de todos sus más cercanos familiares, principalmente por su nieto.

Pero la voluntad dea señora Jeon era más fuerte y está comprendía que la vida de las personas más importantes de su vida no debía girar entorno a ella y su estúpida condición.

-Jungkookie, hola - Saludo la enfermera de turno con una tierna sonrisa. Era una mujer de mediana edad quien los años habían golpeado con todo lo que tenían por su duro trabajo, sin embargo, algo que se mantuvo intacto fue su actitud complaciente y amabilidad. Características que no se perdían dentro de sus arrugas, sino que florencian con cada día que pasaba. - Tú abuelita ha tenido un gran día hoy, creo que hasta podrías hablar con ella. 

Jungkook sintió su corazón vibrar, muy pocas ocasiones su abuela tenía momentos tan llenos de lucidez que realmente se semejaba a la mujer que era antes. Así que ese en definitiva sería un gran día. 

Yoongi acompañó a Jungkook hasta la puerta de la habitación sujetando su mano, girandolo en último momento cuando el menor hizo el amague de abrirla. Le robo un pequeño besito de los labios antes de observar sus ojos, si bien Jungkook era unos centímetros más alto, YoonGi no podía dejar de verlo como un niño a su lado, uno que le pidió que fuese su héroe. 

Es por ello que todos esos años que pasaron juntos Yoongi se esforzaba en dar lo mejor de sí para proteger al joven que sostenía ahora en sus manos. 

-Te amo - Dijo sintiendo el corazón del otro palpitar, poniendo el tono más bajo y con una mirada completamente sincera. 

-Lo sé hyung, pero me avergüenzas- Se rio bajito, aun sin apartarse del otro -Entraré ahora  ¿Si? 

Y tal vez Yoongi esperaba que Jungkook por primera vez le respondiera, sin embargo, sólo terminó asintiendo con la cabeza y dándole otro beso en la mejilla. 

-Esperare afuera - Respondió antes de marcharse a los patios traseros del lugar, en donde no había mucho más que un lindo campo verde con algunas bancas y uno que otro anciano jugando ajedrez de forma distraída.

Sin lugar a dudas el lugar era completamente acogedor, pero Yoongi no se imaginaba pasar sus últimos momentos recluido - según el- así. 

-Es bonito, ¿No crees? - Preguntó una ancianita a Yoongi mientras distraídamente observaba un pequeño cultivo de flores.

Algunas ya estaban marchitas y con una clara señal de descuido. No obstante, asintió, recibiendo una dulce sonrisa por parte de su acompañante. - ¿A que no adivinas su nombre? 

Yoongi lo pensó un momento, muchas flores y plantas se parecían entre sí, miles de nombres venían a su mente, pero esta, iluminó su mente como un faro que da una señal a los navíos del horizonte. 

Sus ojos se lagrimearon al reconocer finalmente a la bella flor Camelia.

-Son Camelias - Sonrió Yoongi, la anciana achicó sus ojos aún más en una tierna mirada que escrutaba al joven pálido, que no tenía ninguna pinta de conocer algo sobre plantas. 

-Así es muchacho- Confirmó - pero dime ¿Como las reconoces? 

-Fácil-Respondió Yoongi sin perder la sonrisa- Aunque sus características son bastante comunes, como el que sus hojas son consistentes y de forma ovalada...Algo que por ejemplo me hizo saber fácil cuál era - Se agacho, sonriendo más amplio y sosteniendo una de las flores en su mano, acariciando la superficie tan delicadamente que hizo llorosear a la mujer--Es que aunque tienen épocas en donde mayor es su florecimiento, siempre conservan una belleza delicada y casi perfecta- Suspiró, dulcemente - Aún cuando están casi marchitas. 

La mujer al ver al joven concentrado en hablar de la variedad de camelias y de cómo eran sensibles a muchas cosas, pero que su gallardía y majestuosidad era complicada de perder. No pudo sino limpiar una lágrima que descendía sutilmente por su mejilla ¿Tanto dos desconocidos podían parecerse? 

-Dígame señora, ¿Usted las cuida?

-Ou no, perdoname cariño, pero yo soy una persona muy descuidada para esto- Se ruborizo un poco-Es por eso que se encuentran en esta mala condición ahora. 

Yoongi miro confundo el arbusto frente a él y notó que estaba debidamente protegido, con todas las condiciones necesarias para florecer sanamente. Se notaba el esfuerzo y experiencia.

Frunció el ceño más profundamente cuando vio en la cara de su nueva conocida \aunque ni siquiera supiera su nombre/ colo erraticamente trataba de limpiar sus ojos inundados. 

-Eran de mi esposo--Comentó luego de unos segundos, suspirando pesadamente por el recuerdo de su pareja de 50 años. Pues el joven Min, estaba en la misma posición que su esposo solía estar, sonriendole amablemente mientras pedía sus herramientas de cultivo o, cuando le contaba sobre lo fascinantes que eran esaa plantas en especifico.

Un hermoso recuerdo, sin lugar a dudas.

- Murió hace 2 meses - La mujer cedió ante el remolino de emociones y simplemente dejó escapar una lágrima - Y tu muchacho, hablas como el. 

Yoongi quedó sin habla, puesto que ¿Qué se suponía que debía decir en esas circunstancias?.

Algo como que.... ¿ lo sentía?.

Él no lo sentía.

En realidad no tenía forma de comparar una pérdida tan grande. Porque si bien su padre le había abandonado, su madre se había encargado de que nunca sintiese la pérdida.

Tal vez decirle que... ¿Debía ser fuerte?

Ser fuerte no era una solución tan fácil.

Pero y que tal.... ¿Qué debía superarlo? ¿Acaso algún día una cosa así se supera?.

No, no se supera, solo se aprende a vivir con ello.

Yoongi no era alguien tan cariñoso, a excepción de con Jungkook, pero en el fondo de su corazón sintió la necesidad de hacer algo que con palabras no podría logar.

Por lo cual se levantó y con una mirada indicativa le mostró a la mujer que tenía intención de sostener sus manos.

Ella solo lo permitió, conmovida por lo cuidadoso que era el pelinegro.

-Puede que no sea él, pero estoy seguro que su esposo la amo muchísimo. Y que debió ser alguien fantástico como para poderla tener en su vida. Así que, no le diré palabras vacías y que no siento, sino que la animaré a que se aferre a su amor y que lo recuerde siempre que pueda. Sea feliz con su recuerdo. Ellos pueden ser tan hermosos como las personas mismas. 

Las lágrimas ya eran más constantes cuando la mujer de edad, no resistió la necesidad de abrazar a Yoongi, humedecido sutilmente su camisa. 

-Lo extraño mucho. 

-Extrañarlo esta bien, significa que aún lo ama. 

-Lo quiero de vuelta- Respondió ella aún aferrada a su dorso. 

-Él no se ha ido, sigue aquí - Señaló su cabeza - Y aquí - Apuntó ahora a su corazón. - Así que no lo olvide y él no morirá del todo. 

-Aún recuerdo cuando éramos jóvenes e inexpertos. Comenzamos nuestra vida de casados... - Sonrió un poco más ante la calidez que la invadía - Cuando llegamos a un pequeño lugar con una habitación. No teníamos nada más que unas pocas cosas y un colchón, sin embargo éramos felices y optimistas.

>> Las cosas fueron mejorando de apoco, construimos y seguimos nuestros sueños sin notar que la vida avanzó más de lo que imaginamos.

>> Así qué con go que teníamos ahorrado, nos fuimos de viaje - continuó - Conocimos lugares hermosos y aún con los años que teníamos encima, sentíamos que estábamos de nuevo en nuestra etapa de juventud. Fue la mejor época de mi vida. - Río quedito mientras se separaba de Yoongi y le miraba a los ojos. - Cuando llegamos aquí, lo primero que quiso fue plantar esto - Bajo su mirada a hacia las rojizas flores - Siempre soñó con tener su propio jardín, pero en nuestra ajetreada vida, nunca se le dio la oportunidad. Su último deseo se cumplió en este lugar. Estoy muy orgullosa de ello. 

Yoongi miró con atención a la mujer contar su historia, deteniéndose en la forma como ella hablaba de su pareja y de todo lo feliz y enamorada que aún estaba de él.

Su mente no pudo evitar pensar en un su propia historia y que el dueño de su corazón, se encontraba dentro del edificio contiguo.

Jungkook había atrapado su alma sin más mínimo reparo, pues había sido el quien había protegido a Yoongi aun desde infantes siendo Jungkook menor.

Y es que, en todo eran él y Jungkook. 

Así que no fue tan repentino  dolor en su pecho con tan solo la idea de imaginar su vida sin él.

Sin despertar a su lado, sin poder besar sus labios, sin poder agradecerle por un buen desayuno, por el no poder contarle sus aventuras del día, por no ser capaz de sentir su piel o la sonrisa húmeda que le regalaba contra su mejilla luego de hacer el amor.

Una vida donde no pudiese amarlo. 

Llevado por sus pensamientos, Yoongi no fue consciente de que sus ojos ya estaban tma aguados cómo los de la mujer y que Jungkook lo llamaba a fuertes gritos desde la entrada del edificio.

Sin embargo, cuando el menor lo hubo ubicado, sonrió y corrió a su encuentro.

Estaba tan feliz que sentía que su alrededor se veía más brillante y energético, él percibía eso hasta en su propio cuerpo.

Yoongi no pudo evitar sonreírle al verle por fin acercándose rápidamente, por lo que le  recibió gustoso entre sus brazos.

Los ojos de Jungkook se volviéron pequeños y  le aparecieron  unas adorables arruguitas alrededor.

Este contento a borbotones, besó con mesura su mejilla de Yoongi para luego hacer una pequeña reverencia en forma de saludo a la mujer que estaba acompañando a su novio. 

-Soy Jeon Jungkook--Se presentó ante ella. 

-Song YanMi - Correspondió amablemente la mujer, a lo que Jungkook al reconocer el nombre intensificó su sonrisa. 

-Usted es la amiga de mi abuela, Jeon SunHee, me habló de usted y como la ayuda- Su rostro se iluminó más dulcemente e hizo para ella una reverencia de 90°

Una clara señal de su respeto y agradecimiento. 

YanMi le resto importancia con un movimiento de mano, pero sus mejillas sonrojadas les decían otra cosa.

Así que para calmar su rubor, le dio una mirada a Yoongi, quien no se había movido desde que Jungkook había llegado.

Cuando su cerebro reaccionó, tambien reverencio timidamente.

-Yo soy Min YoonGi, me disculpo no haberme presentado

-No te preocupes muchacho, creo que entre abrazos y lágrimas no nos quedo tiempo - Se rio YanMin, lo cual hizo que Jungkook les diera una mirada confundida a ambos. 

-Él es mi novio-Aclaro Yoongi luego de un minuto, sosteniendo sutilmente la mano del menor, poniendo las mejillas de ambos jóvenes sutilmente rosadas. 

-Tienes un novio maravilloso, cuídalo mucho Jungkook-ah. 

Y Jungkook asintió fervorosamente dándole la razón, su novio era uno de los mejores seres humanos que había conocido en su vida. 

-Nosotros nos debemos ir, pero fue un placer conocerla, volveremos y le traeré algunas cosas para darle vida a esto- Señaló las flores a su costado - Es una bonita forma de recordar su esposo. 

Y con eso dicho, los dos jóvenes se retiraron del lugar, subiéndose al vehículo del mayor rumbo a la cita que YoonGi tenía preparada. 

-Es una mujer agradable, mi abuela me lo dijo. 

-Lo es si, me hizo pensar en muchas cosas. 

-¿Cómo en qué? - Preguntó Jungkook girandose un poco en su dirección para darle toda su atención a Yoongi. 

-En que… cuando uno ama a alguien y lo escoge para hacerlo toda la vida, debe ser consciente que habrá un final en el camino y que en algún momento uno de los dos sobrellevara la muerte del otro. - Se detuvo un poco, para mirar a los ojos de Jungkook quién ya los tenía humedecidos por sus palabras. - Yo… yo..no quisiera ser ese quien muriera primero, no podría, no te dejaría ese dolor. 

-Eso no lo decides hyung- Jungkook respondió en un susurro, sus palabras pesandole más a él por su situación. -No hay algo escrito que pueda ser modificado con tan solo desearlo.

Jungkook limpio una lágrima flotante mientras recordaba su triste verdad, él èltaba muriendo, no de sólo la manera metafórica de “cada dia que celebras de vida, es uno más de acercamiento a tu muerte” o un poco si, solo que el ya tenía fecha de caducidad asegurada. 

Era un forma extraña de ver las cosas, pero para alguien quien no le gustan las largas explicaciones, la expiración de un producto, era la forma más clara de resumirlo. 

Y es por ello que ahora, sentado al lado de Yoongi viéndolo manejar, con sus ojos agudos y sonrisa en boca no pudo arrepentirse más de haber estado feliz antes, de haber disfrutado de un tiempo de paz sin el recordatorio de su muerte próxima.

Porque ahí estaba, existiendo todos los temas posibles, de todas las conversaciones inimaginables, esa justo era de la que mayor quería tener y la que Jungkook no estaba preparado para responder. 

-YoonGi, te amo.

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