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Segundo Preludio

- Algo malo está ocurriendo en el Digital World. - afirmó Takato, en la sala de la casa de Ruki.

En esa tarde casi noche, los Tamers decidieron reunirse en casa de la chica para analizar y pensar sobre los recientes eventos; entre ellos, el especial era la extraña enfermedad en Culumon.

Tras analizar el portal en la casa de Guilmon (que conectaba el Digital World con el Mundo Humano), la asociación Hypnos y con el padre de Jian consiguieron estabilizar el traslado de Digimons desde entre mundos sin que hubiera peligro como lo fue el D-Reaper.

Pasaron 2 años desde ese logro hasta este momento de la reunión,  y a su vez este evento: hace unos meses Culumon cayó en una extraña enfermedad, manifestada como fiebre sin cambio de temperatura.

Varias ocasiones los Digimons, en especial Renamon, hicieron recorridos al Digital World para consultar a las Bestias Sagradas y saber qué hacer en esa situación. Sin embargo, esos viajes nunca tuvieron éxito; al parecer las Bestias Sagradas han estado atendiendo muy importantes pero desconocidos para los Tamers.

Y allí fue como ocurrió la reunión en la casa de Ruki: Takato y los demás estaban sentados en la sala, mientras sus Digimons jugaban y recorrían de arriba a abajo.

Culumon estaba en una pequeña caja de cartón con mantas delgadas que cubrían su pequeño cuerpo; varias veces se retorcía de dolor, pero no como un sufrimiento duradero sino una molestia esporádica, para después calmarse y dormir un poco con los ojos cerrados, antes de volver a quejarse.

Con los ojos en Culumon, a la tarde que se terminaba o la mirada perdida en la habitación; los chicos pensaban una y otra vez para encontrar por su parte la solución a su problema, aunque de esperarse no encontraban nada.

Takato volvió a hablar en voz alta. Las mismas palabras que ya había pronunciado.

- Algo malo está pasando en el Digital World.

- Si, lo sabemos - le contestó Jian con algo de molestia - Para eso estamos reunidos hoy, pero...

Quiso decir más pero no se le ocurrió nada; por ello solo se cruzó de manos bajo su mentón.

- Si, todos lo sabemos.

- Pero... - se atrevió a hablar Ruki con preocupación - ¿Qué está pasando allá, que perjudica hasta acá? Solo así podríamos contestar nuestra pregunta.

- No lo sé. Ni siquiera sabemos con certeza si algo está ocurriendo allá.

- Es imposible que sea un problema de nuestro lado. - respondió Ryo con seguridad - No puede ser, ya que también afectaría a los demás. Guilmon, Terriermon, Renamon, Cyberdramon...

Takato volvió a argumentar.

- Si, debe ser de ese lado. Algo muy grande, pero... ¿Por qué solo le afecta a Culumon?

- Culumon es en sí la evolución digital, así que sería lógico que él solo esté afectado - comentó Juri, sentada junto a Takato - Pero, si es algo relacionado con la evolución, también nuestros compañeros estarían afectados.

- No tenemos nada más que suposiciones. - concluyó Ryo con amargura - Y las que tenemos no cuadran en lo más mínimo.

- Y volvemos al punto de partida. - habló Jian desanimado - ¿Qué está pasando en el Digital World? ¿Algo bueno, malo o... necesario? ¿Y si es algo importante, porque no fuimos llamados?

- No tenemos ni la menor idea.

Todos se quedaron pensando varias veces en ello. Los Digimons pasaron muy cerca en el momento justo de la conversación, para que después de pensarlo unos segundos soltó una repsuesta en voz alta:

- Guilmon ayer sintió una presencia extraña.

Las palabras del digimon rojizo les llamaron la atención a todos.

- ¿Una presencia?

- ¡Guilmon! - Terriermon le dio un ligero golpe - ¡No lo tenías que decir!

- ¡Terriermon! - Jian le gritó a su conejo verde que forma que le asustó - ¿Qué esta pasando? ¿Qué no nos están diciendo?

Los Digimons se miraron unos a otros asustados, como sin querer ser el primero en hablar. Y quien tomó ese rol fue el mismo Terriermon.

- Si. No queríamos decirles para no oscurecer más este día. Pero, ayer en la noche sentí-- No, mejor dicho, sentimos todos nosotros una presencia.

- ¿Y por qué...?

- ¿Qué tipo de presencia? ¿Y por qué eso afectaría a Culumon?

Renamon, con voz algo temblorosa, respondió a la pregunta.

- Era algo colosal. Nunca había sentido algo similar... La distancia entre nuestros mundos es demasiada para que sintieramos eso, y aún así pasó...

- ¿A qué te refieres con "colosal"?

- Los datos que emanaba eran excesivos... - continuó Terriermon con un poco de temblor - Cuando lo sentí, tuve miedo. Algo tan grande era muy aterrador.

- ¿Los datos que emanaba?

- Si. Cuando evolucionamos emanados una cantidad de datos que les permiten a otros Digimons, como Guilmon, detectar nuestro poder. Pero...

- Sea lo que haya sido... - habló Guardromon, mostrando ese miedo inusual en él, para luego referirse a Guilmon, Terriermon y Renamon - No era nada que conociéramos. Ni siquiera ustedes 3 en Ultimate es algo parecido...

- ¿Si conocían sobre algo tan grande por qué no dijeron nada? - tanto Jian, Takato y Ruki como los demás se molestaron por no saber nada.

- Guilmon lo siente. Guilmon no quería más caras tristes.

- Si, él tiene razón. Como ya dijimos, con esto de Culumon enfermo y los problemas que han habido cruzando ambos mundos, no queríamos tener más malas noticias por aquí.

- En un momento como este, eso no se puede guardar.

- ¿Qué podíamos hacer? Guardromon tiene razón: comparar incluso a Dukemon Crimson Mode con esa presencia sería tonto.

- Pudimos haber hecho algo. Aunque, no hay que arrepentirnos: aún tenemos tiempo de poder hacer algo... ¿Esa presencia sigue en pie?

Las palabras de los Tamers tomaron por sorpresa a los Digimons. Impmon, el renegado y aislado de los demás, fue quien respondió.

- Tal parece qie no se quieren detener todos ustedes... - suspiró, llamando la atencion de todos - Si, ha estado desde ayer en la noche.

Takato tomó un reloj para revisar la hora.

- Faltan pocos minutos para las 8 de la noche. Podemos ir para averiguar qué pasa, y regresar antes de las 9.

Los Digimons se sintieron inquietos pero no dijeron nada.

- No sé diga más, ¡Vayamos!

- ¡No - culu!

Por primera vez, la voz de Culumon se hizo presente en la habitación; sin embargo fue en forma de un grito de miedo y dolor.

- ¡Culumon! - todos se sorprendieron al verle despierto y tan alterado.

- No... ¡No vayan - culu!

- ¿De qué hablas? Debemos saber que pasa.

- Debes descansar Culumon. No sabemos que te--

Con dolor el Digimon soltó otro agudo grito, con lo cual silencio a todos de una vez. Y una vez con su atención en manos, decidió seguir hablando entre jadeos agotadores.

- Eviste un gran peligro en el Digital World - culu. ¡Si van, estarán muertos - culu!

- ¿Un gran peligro?

- ¿Será... ? - Jian lo pensó un par de veces - ¿Será lo mismo de lo que hablaban hace rato...? Esa presencia.

Culumon asintió de inmediato.

- Si. Estuvo dormido por mucho tiempo; es la mayor amenaza que ha existido y existirá en ambos mundos - culu...

- ¿La mayor amenaza? ¿Acaso sabías de esto? - cada vez que seguía hablando, en los Tamers nada más crecían las dudas.

- Si. Cuando nací una parte de su código llegó a mi - culu, y por un momento pude verlo su forma: un ser santo, puro y perfecto - culu. Pero... tiene un propósito... un propósito grande y complejo, que se cumplió una vez y está a punto de repetirse - culu...

- ¿De qué o quién hablas Culumon? ¿Un Digimon o un virus?

- Llamarlo Digimon sería subestimarlo: su existencia sobrepasa el simple código que nos compone - culu.

- ¿Entonces de quién hablas? - todos empezaron a desesperarse por la poca información que daba Culumon - ¡¿Un virus?! ¡¿Un programa?! ¡¿Qué es esa presencia?!

- Takato...

- ¿¡Qué pasa Guilmon--!?

Sin darse cuenta el chico le gritó a su Digimon. Y a la hora de voltear para regañarlo, el castaño vio a Guilmon con sus ojos en blanco y llenos de código binario. Ello lo asustó demasiado.

- ¿¡Guilmon!? ¿¡Qué te pasa!?

- Me siento mal... - el Digimon se agachó para acariciar su estómago.

Por desgracia esas fueron sus últimas palabras. Ya que, de inmediato después que terminó esas palabras, comenzó a desaparecer su cuerpo, en forma de data que voló en el aire. En cuestión de pocos segundos, Guilmon dejó de existir.

Colgando del cuello de Takato, su Digivice dorado que una vez brilló con tanta fuerza, ahora la pantalla se apagó por completo.

- ... Eh... ¿¡Guilmon...!?

- Ruki. Algo está... pasando.

Renamon cayó de rodillas al suelo, levantando su mano derecha para tratar de aferrarse a algo.

- ¿¡Renamon!? - justo cuando su Tamer se acercó a auxiliarla, Renamon pasó por lo mismo que Guilmon: se deshizo en data que se esparció por el cielo. Y el Digivice de Rika también se apagó.

- ¿¡Qué ocurre!?

- Hirokazu... Algo anda mal... - Guardromon poco después se deshizo y el Digivice del chico se apagó.

Impmon, quien había mirado en silencio como los demás se desvanecieron, salió corriendo de la habitación hacia el patio de la casa. Detrás le siguió Juri.

- ¡Impmon!

- ¿Qué pasa? ¿¡Qué pasa!?

Pero cuando comenzó a correr en el patio, sus piernas fueron las primeras en deshacerse. Y poco a poco dicha desintegración recorrió hacia su cabeza.

- No... ¡Ai! ¡Makoto! ¡Lo siento!...

En cuanto terminó esas palabras se deshizo por completo. A Juri no le quedo mas que recibir un nudo en la garganta por ver al Digimon... ¿morir?

- No... ¡Impmon!

...

En otra casa un par de niños estaban sentados en un sofá. Ambos miraban el mismo Digivice, y ambos con un rostro de paciencia.

- ¿Por qué Impmon se fue? - preguntó uno de ellos.

Dejaron de mirar el aparato y voltearon para verse uno al otro.

- Nos dijo que iba a visitar a sus amigos, pero ya se tardó mucho.

- Solo espero que no le haya pasado nada malo.

En ese momento, sin que los niños se dieran cuenta, el Digivice que habían estado mirando se apagó por completo.

...

Dentro de la casa, los chicos aún atontados por lo que estaba pasando escucharon el grito de Impmon y de Juri.

- No, ¿¡También Impmon!?

- Ryo... - el dragón de color gris oscuro miró con tristeza a su Tamer mientras se desintegraba.

- ¡No! ¡Cyberdramon!

- Lo siento compañero... - el dragón también desapareció, junto con la luz del Digivice de Ryo.

Solo quedaban Terriermon y MarineAngemon.

- Terriermon - el chico peliazul abrazó rápidamente con firmeza a su Digimon - ¡No te vayas Terriermon!

- Jian...

Jian volteó que su digimon, dándose cuenta que al pesar de ello ya estaba en el mismo proceso que los demás.

- ¡Terriermon, no!

El Digimon conejo no sentía nada. De todas formas, le sonrió a su compañero con nostalgia.

- Momantai.

- ¡No! ¡No, Terriermon! - con desesperación el chico volteó a todos lados y a todos los presentes - Necesito una carta, alguna que evita esto... ¡Q-Qué alguien me dé una carta!

- Jian...

Todos estaban atónitos por lo que estaba pasando, a excepción de Hirokazu, quien estaba pasando por algo parecido con MarineAngemon.

La única con su atención en la escena, aunque con bastantes lágrimas en los ojos, era Ruki quien trató de hablar con al chico.

- Jian... No podemos...

- ¡Solo necesito una carta...! ¡O puedo dibujar una carta, cómo la que hizo que Growlmon evolucione!

- Jian, no.

Terriermon tomó la mano de su compañero para llamar su atención. No sentia dolor, pero tampoco sentía fuerzas para mantenerse; así que uso todo lo que le quedaba.

- Fue un gusto ser tu Digimon...

- Terriermon... - quedándose únicamente con la cabeza, Jian solo pudo continuar llorando con los ojos fijos en su compañero - Gracias por haber sido mi amigo.

Con esas últimas palabras, el Digimon terminó de desvanecerse y el Digivice de Jian se apagó. El chico cayó de rodillas, habiéndose quedado incluso sin fuerzas para gritar o hacer algo.

El único que al parecer no había captado el mensaje de lo que acabó de pasar fue Takato.

- Nuestros Digimons... ¿Están muertos?...

De repente, los Digivices de los chicos comenzaron a vibrar mucho, que sorprendió a todos de inmediato.

- ¿Qué? ¿Qué les pasa a los Dig--?

Sin previo aviso, como si fueran copas de cristal, todos los aparatos tronaron y resquebrajaron por la mitad; del mismo modo que cuando Takato perdió su Digivice rojo por la evolución de Megidramon.

Los pedazos que quedaron de los aparatos, al igual que los Digimons, se hicieron polvo y desaparecieron.

- ¿¡Qué significa esto!?

- Lo ha cumplido...

Las palabras de Culumon fue todo lo que se escuchó en la sala.

- ¿Eh? ¿De qué hablas?

- Ya cumplió por segunda vez su propósito.

El Digimon respiró con agitación, y antes que los chicos pudieran hacer algo el pequeño desapareció justo igual que los otros.

- ¿¡También Culumon!? ¿¡Qué acaba de pasar!? - Ruki gritó muy asustada.

- Perdimos a nuestros Digimon... Perdimos nuestros Digivices... Eso significa...

- Que... - la respuesta de Takato a esa pregunta les asustó a todos. - ¿Ya no somos Tamers?

Sin previo aviso la luz en la casa se fue, como si hubiera sido un apagón.

- ¿Qué? ¿Qué pasó con la luz?

Estaban por concluir que nada más fue un apagón, hasta que escucharon que fuera de la casa había algunos gritos de miedo y susto.

- Eso no suena bien...

A excepción de Jian, todos salieron corriendo a ver qué pasaba.

Y otro miedo les llenó en cuanto vieron el estado de las calles: todo estaba oscuro. No sólo oscuro, sino que no había en ningún lado rastro de algún foco encendido; una completa oscuridad.

Desde la electricidad simple en hogares hasta los vehículos sofisticados; todos ellos estaban apagados junto a ese apagón. Todo detenido y apagado.

Los chicos voltearon a los edificios de Hypnos, los cuales de un momento a otro también se apagaron. De igual forma escucharon cómo una a una se fue apagando la luz en distintas calles de la ciudad, como por secciones, lo cual asustó mucho más a los presentes.

- Oh no. Estos son muy malos problemas.

...

24/04/22
ASFD

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