005
Las siguientes semanas se volvieron una mezcla de impaciencia y nerviosismo para Hyunjin. Cada día que pasaba sin que pudiera avanzar en su plan, sentía que el peso de la desesperación crecía sobre él. Las respuestas de su padre, las mentiras de su madre, y la indiferencia de todos los demás le estaban haciendo más difícil saber qué hacer a continuación. Pero una cosa estaba clara: no podía rendirse.
Durante ese tiempo, Hyunjin seguía viendo a Felix cada mañana, a través de la cerca que los separaba. Aunque sus conversaciones eran más limitadas debido a la tensión en el aire, Hyunjin notaba que Felix ya no sonreía tanto. Su rostro estaba más demacrado, sus ojos, más apagados. El esfuerzo por mantener la esperanza parecía estar agotándolo.
Un día, mientras conversaban, Felix se asomó con cautela hacia los alrededores, asegurándose de que no había guardias cerca. Hyunjin lo miró, comprendiendo que su amigo estaba igualmente tenso, no solo por la situación en la que vivía, sino también por las consecuencias de hablar libremente.
-¿Cómo va todo? -preguntó Hyunjin, buscando algo de normalidad.
Felix lo miró en silencio antes de responder. -No me dejan buscar a mi abuela. Me dijeron que no la veré más. No sé si... si puedo soportarlo mucho tiempo.-dijo Felix con los ojitos llorosos.
Hyunjin sentía la garganta apretada, pero intentó mantener la compostura. -No vas a quedarte aquí. Te lo prometo.
Felix lo miró con una mezcla de incredulidad y gratitud, pero no dijo nada más. En su corazón, Hyunjin sabía que estaba perdiendo la esperanza, y eso lo aterraba. No podía fallarle a su mejor amigo. No podía dejar que su miedo lo venciera.
Esa misma tarde, mientras volvía a casa, Hyunjin decidió que debía hacer algo arriesgado. Tenía que obtener más información sobre el campo, sobre cómo funcionaba todo. No bastaba con las palabras de su padre y las mentiras que la familia le había contado. Necesitaba pruebas, algo tangible que lo ayudara a armar el rompecabezas.
Se dirigió al despacho de su padre nuevamente, esta vez con una determinación más feroz. A través de la ventana, vio que su madre estaba ocupada en el jardín y que su padre se había retirado a su oficina. Era el momento perfecto.
Entró al despacho con sigilo, sabiendo que no podía permitirse cometer ningún error. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas, creando sombras alargadas sobre los muebles. Hyunjin se acercó rápidamente al escritorio de su padre, sabiendo que no tenía mucho tiempo. Comenzó a revisar los papeles, buscando cualquier pista que pudiera encontrar.
Fue entonces cuando encontró una caja de madera, oculta en un rincón detrás de unos informes. Su corazón latió con fuerza al verla. No estaba seguro de qué había dentro, pero algo le decía que esa caja tenía respuestas. La abrió lentamente, con las manos temblorosas. Dentro, había documentos que detallaban el destino de cientos de personas, listas de nombres, y lo que parecía ser una especie de registro de las llegadas y salidas del campo.
Hyunjin comenzó a leer con desesperación, buscando algo, cualquier cosa que lo conectara con Felix. En una de las hojas, vio el nombre de su amigo. Su corazón dio un vuelco. Felix estaba registrado allí, como parte del campo. La fecha junto a su nombre confirmaba lo que Felix había dicho. No solo estaba atrapado, sino que su familia había sido trasladada allí. Y no había señales de que alguien pudiera salir.
Un dolor profundo se apoderó de Hyunjin. Era peor de lo que había imaginado. No solo se trataba de un lugar de trabajo, sino de algo mucho más oscuro. Esto no era un lugar donde se "trabajaba". Era un campo de concentración, y las personas que vivían allí estaban siendo despojadas de su humanidad.
De repente, escuchó el sonido de pasos acercándose por el pasillo. Su corazón latió con fuerza, y rápidamente cerró la caja, la colocó de nuevo en su lugar y se deslizó fuera del despacho. El sudor le caía por la frente mientras se apresuraba a regresar a su habitación, sintiendo la presión de cada segundo. Logró esconderse justo cuando su madre pasó junto a la puerta. Su respiración aún era agitada, y por un momento, pensó que su madre había notado algo.
Se quedó quieto, en silencio, hasta que la casa volvió a la calma. Al fin, respiró con dificultad. Había encontrado lo que necesitaba. Sabía que el campo donde Felix estaba no era solo una prisión. Era una condena. Y mientras su padre seguía ocultando la verdad, la vida de Felix dependía de que alguien hiciera algo al respecto.
Esa noche, Hyunjin no pudo dormir. La angustia lo mantenía despierto, y las imágenes de los documentos seguían dando vueltas en su cabeza. Al amanecer, sabía lo que tenía que hacer.
Se levantó sigilosamente, sin hacer ruido, y salió de la casa, sin avisar a nadie. Tenía un propósito claro: tenía que encontrar a Felix y contarle todo lo que había descubierto. Necesitaba hablar con él, decirle que ahora entendía la gravedad de su situación y que había algo que podría cambiar el curso de las cosas. Tenía que encontrar una forma de liberar a Felix de ese lugar, y para eso, tendría que arriesgarlo todo.
Al llegar a la cerca, lo vio esperando, como siempre. Felix levantó la vista al verlo, con una ligera sonrisa en el rostro, pero esa sonrisa se desvaneció al ver la seriedad y ansiedad en los ojos de Hyunjin.
-¿Qué pasa? -preguntó Felix, notando el cambio en su amigo.
Hyunjin respiró profundamente. -Sé lo que está pasando, Felix. Sé lo que es este lugar, sé lo que realmente hacen aquí.
Felix lo miró en silencio, su rostro palideciendo. -¿Qué quieres decir? ¿Qué sabes?
-Sé que no es un lugar de trabajo. Sé que es un campo, y sé que estás atrapado. Pero no voy a dejar que te pase nada. Voy a sacarte de aquí. -dijo con desespero.
Felix lo miró con unos ojos llenos de desesperación, y por un momento, Hyunjin pensó que todo estaba perdido. Pero entonces, Felix asintió lentamente.
-Si alguien puede hacerlo eres tú Hyunjin, te lo dije y te lo volveré a decir las veces que hagan falta. Confío en ti, pero tenemos que hacerlo rápido. No hay mucho tiempo.
La determinación de Hyunjin se fortaleció al escuchar esas palabras. Sabía que cada decisión que tomara en adelante era una apuesta peligrosa, pero no iba a retroceder. No podía permitir que su amigo sufriera más. Haría lo que fuera necesario para sacarlo de allí.
-Lo haremos, Felix. Te lo prometo.
Read you soon...
-Mimi 🦋
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