"Lo sé." Dice Error, e inmediatamente desea poder volver a meterse esas palabras en la boca porque los ojos moca de Cross se oscurecen.

"¿Qué?" Dice Cross en voz baja, con sus labios en do mayor retirándose para mostrar unos dientes de tigre que gruñen. "¿Qué dijiste?"

"Lo siento, Cross." Dice Error de inmediato.

Cross exhala de una manera que Error solo puede describir como rojo-verde-naranja, como un arroyo sobre un lecho de cristal irregular. Perfectamente peligroso.

"Lo siento." Repitió Error.

"Tú no-" Cross respira profundo. "No puedes entender, ¿de acuerdo?

"Yo-"

"No tienes idea de lo que es." Gruñe Cross. "Estar aterrado de volver a casa. No tienes idea de lo que es tener miedo de tus propios padres." Se pone de pie, caminando de un lado a otro lo mejor que puede en el espacio reducido de la casa del árbol. "No tienes idea de lo que es tener que esconderte cada vez que tu padre se emborracha demasiado y destruye todo lo que encuentra, y tu madre está demasiado drogada para preocuparse. No tienes idea de lo que es usar tu cuerpo para proteger a tus hermanas, a tu hermano pequeño. No sabes el miedo que te recorre cuando tu padre saca su cinturón porque está enojado y necesita algo con lo que desquitarse. No tienes idea de lo que es que te azoten tan fuerte como un hombre adulto borracho de licor barato y enfadado puede hacerlo. Y déjame decirte algo, Error." Deja de caminar y se gira para mirar a Error a los ojos. "Eso. Duele."

Error traga saliva. "Y-yo lo siento-"

"Lo siento, lo siento." Repite Cross, burlándose. "Todo el mundo lo puto lamenta."

Él vuelve a caminar. "Todo es azul-negro." Repite. Él hace una pausa, frunciendo el ceño. "Para mí." Añade.