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𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟓ꨄ

Es una fresca mañana de otoño, y el Campus está tan vivo como siempre. Jake se encuentra paseando solo, distraído, con la mente ocupada en el recuerdo de su cita con Sunghoon.

Cada pequeño detalle sigue nítido en su memoria: la forma en que Sunghoon sonreía, sus miradas intensas, los pequeños gestos con los que parecía envolverlo en una burbuja solo para ellos dos.

Jake suspira, sintiéndose un poco tonto, pero no puede evitarlo. Después de todo, aquella cita había sido diferente a cualquier otra.

Mientras camina, saca su teléfono para revisar los mensajes, esperando quizás uno de Sunghoon. Pero en su lugar, encuentra un mensaje de Jungwon que lo hace sonreír:

«Wonie: ¿Ya piensas en él, eh? No puedes esconder esos suspiros enamorados.»

Jake suelta una risita y le responde rápidamente:

«Jakey: ¿Cómo sabes eso? ¿Acaso tienes espías en el Campus?»

Pero antes de recibir respuesta, escucha una voz familiar llamándolo desde el otro lado de la plaza.

Al girarse, ve a Sunghoon, quien alza la mano en un gesto casual, pero con una sonrisa traviesa. Jake siente cómo su corazón daba un pequeño salto.

"Aquí vamos de nuevo", piensa, tratando de mantenerse sereno mientras camina hacia él.

—¿Me estás espiando, Park Sunghoon? —Dice Jake con una sonrisa juguetona mientras se acerca.

Sunghoon le devuelve una mirada coqueta, inclinándose ligeramente hacia él.

—¿Y si te dijera que sí? —Responde Sunghoon en un tono seductor que hace que el rostro de Jake se sonroje al instante—. O tal vez simplemente tenemos una conexión especial.

Jake intenta reír para disimular su nerviosismo, pero no le sale del todo bien. Sunghoon lo mira con tal intensidad que casi puede leer cada pensamiento que cruza por su mente. Se quedan en silencio por unos instantes, hasta que Sunghoon rompe el hechizo.

—¿Tienes tiempo para un café? —Pregunta casualmente, como si no fuera consciente de la revolución que causa en Jake con cada palabra.

Jake asiente, tratando de actuar con naturalidad.

—Sí, claro, vamos.

Mientras caminan juntos hacia una pequeña cafetería, Jake nota que varias personas en el Campus observan su cercanía con curiosidad y, en algunos casos, con envidia.

No puede culparlos; después de todo, Sunghoon es un joven empresario exitoso y tiene un encanto natural que llama la atención de cualquiera. Sin embargo, el hecho de que él estuviera allí, interesado en Jake, lo hace sentir especial de una manera que no había experimentado antes.

Se sientan en una mesa junto a una ventana, donde pueden ver el bullicio de estudiantes pasar, ajenos a su pequeño universo. Sunghoon no tarda en ponerse cómodo, apoyando el mentón en la mano mientras lo mira fijamente.

—Te ves pensativo, Jake. ¿Algo en mente?

Jake sonríe nervioso y se encoge de hombros.

—Podría decir lo mismo de ti. No puedo imaginar a cuántos dejaste plantados hoy por venir a verme.

Sunghoon suelta una carcajada y se inclina un poco más hacia él.

—Tienes razón, no te imaginas. Pero... —Hace una pausa, mirándolo directamente a los ojos—. Ninguno de ellos me interesa, si te soy sincero.

Jake siente cómo sus mejillas se calientan, y baja la mirada, jugueteando con la servilleta para calmarse.

—¿Entonces, tienes algún plan para más tarde? —Pregunta Sunghoon, sonriendo ante el sonrojo de Jake.

Jake niega con la cabeza, aún algo abrumado por el efecto que Sunghoon tiene en él.

—No, estoy libre... por ahora.

Sunghoon sonríe, como si esa fuera exactamente la respuesta que esperaba, y, con un guiño, le dice:

—Perfecto, entonces, quedas oficialmente secuestrado para esta tarde.

Jake sonríe, asintiendo sin pensarlo.

Jake termina su café, sintiéndose cada vez más cómodo junto a Sunghoon. La intensidad inicial se va transformando en una calidez que lo envuelve. Justo cuando pensaba que el plan de la tarde sería algo sencillo, como dar una vuelta por el Campus o quizá una visita rápida a alguna tienda cercana, Sunghoon se pone de pie, mirándolo con esa mezcla de travesura y determinación que ya empezaba a reconocer.

—Vamos, hay algo que quiero enseñarte —Dice, extendiéndole la mano.

Jake la toma, algo curioso pero sin dudar, y en un abrir y cerrar de ojos se encuentra subiendo al elegante auto de Sunghoon. Aún no estaba seguro de a dónde iban, pero el solo hecho de estar con él, y esa misteriosa emoción en el ambiente, es suficiente para hacerlo sentir en una pequeña aventura.

El trayecto no dura mucho, y pronto llegar a un parque casi escondido, un rincón apartado de la ciudad, bordeado de árboles altos y caminos de piedra.

La brisa otoñal agita las hojas, y el aire fresco llena sus pulmones mientras bajan del auto. Jake no recuerda haber estado allí antes; el lugar tiene una atmósfera serena, casi mágica.

Sunghoon lo guía por uno de los caminos hasta llegar a un pequeño claro rodeado de flores otoñales. Sin decir nada, se sienta en un banco de madera y le indica a Jake que hiciera lo mismo. Jake se sienta a su lado, mirándolo, cada vez más intrigado.

—Este lugar es especial para mí —Dice Sunghoon suavemente, mirando hacia el horizonte—. Vengo aquí cuando necesito claridad, cuando quiero alejarme de todo.

Jake asiente, sintiendo la paz que irradia el lugar. Se da cuenta de que, a pesar de ser tan joven, Sunghoon ha pasado por mucho para llegar a donde está; esa profundidad es algo que admira y que hace que su atracción crezca aún más.

—Gracias por traerme aquí —Responde Jake, sonriendo mientras se acomoda en el banco, permitiendo que el silencio entre ellos hablara por sí solo.

Después de unos minutos, Sunghoon se gira hacia él, y con una mirada intensa, comenta:

—Jake, en estos pocos días... siento que he encontrado algo que llevaba tiempo buscando.

Jake se queda sin palabras, atrapado en esos ojos que parecen leer cada rincón de su alma.

Sunghoon alarga una mano, rozando suavemente la de Jake en un gesto casi tímido, pero lleno de intenciones.

Jake siente una mezcla de emociones y cierra los ojos
un momento, permitiendo que la calidez de ese toque le llene el corazón.

Cuando los abre de nuevo, Sunghoon sonríe y se levanta, rompiendo el instante de una forma tan natural que Jake no puede evitar reír también.

—¿Vienes? —Pregunta Sunghoon, extendiéndole la mano una vez más—. Creo que es hora de ir a otro lugar, pero con un pequeño cambio de planes: quiero que elijas tú.

Jake le mira con una mezcla de nervios y emoción.

—¿Y si mi plan es hacer que este día dure para siempre?...


Gracias por leer la historia ❤️

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