𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟒ꨄ
Jake apenas puede concentrarse al día siguiente. Había repasado mentalmente cada segundo de su encuentro con Sunghoon, una y otra vez.
Todo: desde la forma en que el mayor lo miraba hasta las palabras que le decía en ese tono bajo y embriagador. No podía evitar sonreír cada vez que recordaba sus frases coquetas, y sus mejillas se encendían con solo imaginar la expresión traviesa en el rostro de Sunghoon.
Mientras tanto, Sunghoon no estaba pasando un día mucho más sencillo. Después de su cita en el café, su agenda había estado llena de reuniones y compromisos que apenas le dejaban un respiro, pero cada pausa se convertía en una oportunidad para revisar su teléfono, esperando un mensaje de Jake.
Aunque había aprendido a mantener la compostura frente a sus colegas y socios, en el fondo sentía una urgencia infantil por ver nuevamente al joven universitario.
Decidido a tomar el control, Sunghoon le envía un mensaje a Jake durante la tarde.
«Sunghoon: ¿Tienes tiempo para una cena esta noche? Prometo no robarte mucho tiempo, aunque con lo bien que la pasamos ayer, no puedo prometer que sea solo una hora 😉»
Jake lee el mensaje y sonríe, tratando de contener su emoción. Aunque estaba agotado por sus clases y sus tareas pendientes, la idea de ver a Sunghoon lo revitaliza por completo.
Después de responder con un simple:
«Jake: Claro, ¿a qué hora y dónde?»
Se dedica a imaginar cómo será esa cena. No quiere que parezca que está pensando demasiado en cada detalle, pero sabe que debe ser especial.
Horas más tarde, ambos se encuentran en un restaurante pequeño y acogedor, que Sunghoon había elegido por su ambiente tranquilo y privado.
Jake llega primero esta vez, y se siente un poco nervioso al ver cómo Sunghoon se acerca con una sonrisa tranquila, vestido con una chaqueta oscura que realza su figura esbelta.
Parece tener un don para hacer que cualquier lugar a su alrededor se sintiera especial, solo con su presencia.
—Espero que no sea un lugar demasiado sencillo para ti —Dice Jake, tratando de sonar despreocupado, mientras juega con el borde de su servilleta.
—Es perfecto, especialmente porque estás aquí —Responde Sunghoon con una sonrisa que, una vez más, hace que Jake sienta ese inconfundible calor en el pecho.
La velada transcurre entre risas, anécdotas y miradas que dicen mucho más de lo que las palabras pueden expresar.
Jake no puede evitar mirarlo con admiración cada vez que Sunghoon habla de sus proyectos, su pasión y sus ideas. Y Sunghoon, a su vez, se encuentra encantado con la forma en que Jake responde con entusiasmo genuino a cada detalle que compartía.
En un momento, Sunghoon extiende la mano sobre la mesa, rozando suavemente la de Jake.
—Jake... quiero que sepas que no tienes que responder a esto ahora, pero... quiero algo serio contigo. No estoy aquí para juegos. —Su voz suena firme, y su mirada, aunque intensa, muestra una sinceridad que hace que Jake se sienta desarmado.
Jake, sorprendido, aparta la mirada un momento, pero la sonrisa que asoma en sus labios es inevitable. Ese sentimiento que había estado escondiendo se hace más evidente cada vez que está con él.
—No sé cómo has logrado meterte tan rápido en mi vida, Sunghoon. Pero... me haces sentir bien. Quiero ver hacia dónde nos lleva esto.
Sunghoon sonrió, sintiendo una satisfacción genuina. El riesgo que está tomando al abrirse así ante él está dando sus frutos.
La noche continúa, y aunque la cena llega a su fin, ambos saben que es solo el comienzo de algo más profundo y significativo.
Mientras Jake y Sunghoon viven su cena romántica, en otro rincón de la ciudad, Jay y Jungwon están envueltos en una escena completamente diferente.
Ambos habían decidido pasar una noche en casa de Jay viendo una serie, pero lo que comienza como una idea simple termina siendo una competencia feroz.
—¡Te dije que este personaje iba a traicionar a todos! —Exclama Jungwon, señalando la pantalla y dándole un codazo a Jay—. Yo siempre sé cuándo alguien no es de fiar.
Jay suelta una risa, negando con la cabeza mientras toma un puñado de palomitas.
—¿En serio? ¿Y eso explica por qué sigues viendo dramas coreanos donde el protagonista siempre termina enamorado de su enemigo? —Responde, con una sonrisa burlona.
—Eso es diferente, ¡es entretenimiento! —Jungwon se cruza de brazos, fingiendo molestia. Pero pronto comienza a reír—. Además, eres tú quien se obsesiona con las tramas de suspenso y drama, señor "Yo-sé-todo".
Jay se echa hacia atrás, estirando un brazo detrás de Jungwon y levantando la barbilla con una sonrisa arrogante.
—Bueno, señor "tú-sabes-todo", ¿quién es el que siempre termina aquí en mi sofá cada vez que se aburre de sus clases de la semana? —Bromea, arqueando una ceja.
Jungwon rueda los ojos, aunque una sonrisa juguetona se asoma en sus labios.
—Quizás solo vengo por las palomitas. O por el Nintendo Switch, a quien claramente quieres menos que a mí.
Jay pone los ojos en blanco antes de sonreírle con suavidad, su voz suavizándose.
—Sí, sí, claro. Sigue diciendo eso, pero ambos sabemos que te quedas porque te encanta mi compañía.
Sin querer dejarlo ganar, Jungwon le da un pequeño empujón y se levanta del sofá.
—Voy a servir más refresco. Que te quede claro que no es porque me encante tu compañía —Bromea, haciendo un exagerado movimiento de ojos.
Jay lo observa desde su lugar en el sofá, sin poder evitar reír. Y mientras ve a Jungwon cruzar la sala, sonríe con una calidez que nunca habría admitido en voz alta.
—Quizás no ahora, pero eventualmente lo admitirás, Jungwonie —Murmura para sí mismo.
Gracias por leer la historia ❤️
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