30. Thor
El plan para ver a Hela se iba a efectuar luego de clases, sin embargo, a último momento, Fury avisa que habrá entrenamiento debido a unos invitados especiales. Le digo a Loki que puede irse a casa y él niega, responde que prefiere verme que estar en la soledad de cuatro paredes. Sonrío y juntos acudimos al campo de fútbol que se ve casi repleto, quiero preguntar la razón y esta acude a mí cuando Tony Stark llega corriendo hasta nosotros, se puede notar su nerviosismo y sin saludar, atrapa el brazo de Loki entre el suyo y solo da explicaciones al percibir mi molestia.
—Lo lamento, Thor. Loki es mi escudo.
—¿Disculpa? —cuestiona Loki finalizando el agarre. Ejerce presión sobre el puente de su nariz en donde aún porta sus gafas.
—No es un entrenamiento, es un partido amistoso.
El entusiasmo del público aumenta, distingo gritos femeninos ante la llegada de los invitados y pronto distingo a uno de ellos y por ende, comprendo la reacción de Stark. El capitán Rogers se queda unos segundos viendo las gradas parece buscar a alguien antes de continuar su camino. Y en la distancia veo a mis amigos del equipo hacerme señas para que me apresure.
—Debo irme —anuncio a modo de despedida. Plasmo un beso en la frente de Loki e ignoro los gestos de desagrado por parte de Tony—. Te veré después.
Corro hacia los vestidores, abro mi casillero y luego de ingresar la clave tomo entre mis manos el uniforme deportivo. Me cambio tan rápido como puedo y concluyo cuando Clint acude al mismo sitio para anunciar que debo salir. Vamos juntos por la extensión del campo bajo miradas atentas y ánimos proveniente de las gradas.
Fury da las últimas indicaciones delante de los dos equipos, se disculpa por no emitir un aviso apropiado hacia nosotros sobre el partido que estaremos a punto de jugar y ante nuestro silencio, no agrega más. Steve y yo nos damos la manos con sonrisas asomándose en la comisuras de los labios y de esa manera es que inicia el partido que parece una final entre ambas escuelas a causa de la euforia del público.
En algún punto, caigo sobre el césped con fuerza, el punzante dolor en mi pantorrilla casi me hace emitir un grito. Estoy de pie de nuevo, haciendo caso omiso a las quejas, el arbitro dice que no hay ninguna falta, no digo nada y prosigo haciéndome dueño del balón con una destreza envidiable esquivando jugadores del otro equipo hasta realizar la segunda anotación para nosotros. El dolor disminuye con el transcurso de los minutos hasta convertirse en nulo y con ello, aumentan mis fuerzas y determinación.
Concluye el primer tiempo quedando en un empate. Vamos a sentarnos y Fury me pregunta si puedo continuar, asiento mientras ingiero agua desapareciendo más de la mitad de la botella. El resto está enviando mensajes mientras yo opto por solo mirar a las gradas en busca de Loki. Su silueta inconfundible no tarda en aparecer en mis iris adueñandose de mi total atención.Él está sentado con Tony a su lado que parece querer esconderse. Loki luce feliz con el leve viento desordenando sus cabellos.
El silbato suena después de unos breves minutos, doy unas últimas indicaciones y volvemos al campo para ponerle un punto final a la partida.
El empate del primer tiempo permanece gran parte del segundo encuentro. Ninguno de los dos estamos dispuestos a perder, a pesar del cansancio y las gotas de sudor en la frente no nos damos por vencidos y de esta manera oímos el termino del partido que queda tal y como estaba. Por acuerdo de ambos capitanes decidimos no ir a penales para ver quien es el ganador porque coincidimos en que solo se trata de un partido amistoso y que no hay problema si ambos resultamos victoriosos. Nos damos la mano de nuevo ahora con sonrisas que denotan la fatiga que sentimos. Creo que eso es todo, que iremos a las duchas, nos cambiaremos de vestimenta y cada uno de nosotros irá a su casa, sin embargo, Steve se sitúa delante de las gradas de donde las personas comienzan a dispersarse. Lleva ambas manos a los lados de su boca simulando un megáfono. Algunos se quedan en sus sitios intrigados por lo que puede acontecer.
—¡Tony!, ¡sé que estás aquí! ¡Debemos hablar!
Miradas de distintos estudiantes van de un lado a otro en busca de la persona nombrada y yo por inercia, poso mis ojos en el sitio donde estaba Loki encontrando el vacío mismo. Obtenemos silencio y con tal de despejar el ambiente de tensión voy al encuentro de Steve, poso una mano en su hombro como apoyo y le comento que quizá Tony nunca se quedó para ver el partido a pesar de saber que es mentira. El resto de su equipo no está por ninguna parte, ni en los vestuarios que es a donde nos dirigimos. Nos damos una ducha apropiada y cambiamos de ropa, él aún luce decaído y quizá hasta decepcionado por la falla de su plan. Amarro los cordones de las zapatillas al mismo tiempo que le dirijo la palabra.
—¿Te parece bien si comemos algo?
—¿Me estás preguntando a mí?
—¿Ves a alguien más aquí?
—No —niega con fuerza y gotas caen de su cabello—. Está bien, gracias. Acabo de hacer el ridículo de mi vida.
—No te angusties, solo fue un partido amistoso
Steve ríe y me veo contagiado por el gesto. Sé que en alguna parte está Tony escondido y que ha llevado a Loki consigo y por lo tanto, no debo estar preocupado por ellos dos.
—¿Dónde está el resto de tu equipo?
—Quien sabe. Eso de equipo nos queda muy grande, no somos unidos para nada, apenas conocemos el nombre del otro y esto es mucho decir. Al menos veo que tú si compartes amistad con algunos de los tuyos —agregando viendo hacia la entrada donde están esperando Clint y James.
Sonrío y los cuatro vamos caminando por la extensión del campo hasta llegar a los pasillos de la escuela que nos lleva a la salida. Les menciono el nuevo local de comida que está a unas dos calles de distancia y acudimos hacia él. Llegamos al destino al cabo de quince minutos. Encontramos una mesa donde situarnos y realizamos el pedido ante la mesera que parece tener nuestra edad. Ella nos sonríe de forma tímida y acude detrás del mostrador.
A pesar del local casi lleno, la comida no tarda mucho en llegar. He pedido una hamburguesa mientras los demás han optado por una porción de helado. Estoy mirando al frente sin prestar atención a la conversación que se está llevando a cabo en la mesa. Observo como un grupo de personas deja libre su sitio porque han acabado de comer y en cuanto ellos se retiran puedo ver a Loki del otro lado. Él tiene una mano apoyada en su mentón en clara señal de aburrimiento, está hablando con la persona que lo acompaña y no es necesario ver su rostro porque sé que se trata de Tony. Loki se percata de mi presencia y lejos de lucir alarmado por verse descubierto, lleva su dedo índice a los labios en señal de silencio y hasta guiña un ojo confiando que no le diré nada a Steve que por suerte está dándole la espalda a la mesa donde yacen ellos. James quiere hablar al ver lo mismo que yo y lo callo con un leve empujón.
—Así que, —inicio dando una mirada de advertencia para Clint que está empeñado en acabar su helado a la máxima brevedad—, ¿por qué buscas a Tony?
—¿Te debe dinero?
—Eso no tiene sentido, Barnes —comenta Clint volviendo a hundir la cuchara en el postre—. Stark es de los que presta dinero, no de los que debe.
—En realidad es algo estúpido. —Steve suspira, lleva una mano a su cabello despeinando las hebras rubias—. Su padre me dijo que no quería verme otra vez cerca de su hijo y cuando se lo conté a Tony al día siguiente, terminó conmigo. Sé que fue por lo de su padre aunque él lo disfrazó diciendo que le gustaba su mejor amigo.
—La solución simple es ir y confesar que no importa cuantas veces te amenace su padre, no te irás de su lado.
—Todo un romántico, Bucky.
—Cállate, Barton.
—Bueno. —Steve se remueve inquieto en su asiento debido al nerviosismo o incomodidad—. Fue Tony quien se adelantó para pedir disculpas, pero ocurrió un malentendido.
—¿Te vio con alguien más? —interrogo dejando la mitad de la hamburguesa sin comer.
—Su prima.
—¡Un momento! —James come la cereza del helado y deja el tallo sobre la servilleta—. ¿Terminan y vas con su prima a buscar consuelo?
—En realidad fui a pedir un consejo —suspira con la mirada agachada como si la superficie de madera fuera lo más llamativo del lugar—. Ahora que lo pienso, fue una pésima idea.
—¿Por qué? ¿Le gustas a ella?
—Sí.
Tanto yo como mis amigos nos llevamos una mano a la frente produciendo un sonido al realizar la acción. Distingo a Loki a poca distancia y la sonrisa hecha para mí. Tony que ha estado todo el tiempo apoyado sobre la mesa, endereza su espalda, estira sus brazos, bosteza y exclama el nombre de quien lo acompaña rompiendo el aura de calma instalado en el establecimiento y captando la atención de algunas personas y por lo tanto de Steve quien tiene intenciones de levantarse para ir a buscar a Tony. Lo detengo a último segundo.
—Iré yo.
—¿Por qué?, ¿conoces a Tony?
—No, conozco a su mejor amigo.
No agrego otra palabra, camino los pocos pasos que nos distancian y en cuanto llego, me siento al lado de Loki pasando un brazo por su espalda hasta concluir en el hombro. Tony bufa al verme, el gesto de fastidio que en otra oportunidad me hubiera provocado risas ahora no tiene el mismo efecto.
—Stark.
—Tu pareja está ocupada, deja de marcar territorio.
Loki ríe y no se calla ni ante la mirada amenazante de Tony. Yo por mi parte, muevo los brazos hasta apoyarlos sobre la mesa observando con atención cada movimiento de la persona que yace al frente mío. Tony ya solo tiene una pequeña porción de papas fritas en el plato y comprueba cada ciertos segundos la pantalla de su celular ignorando la comida que falta ingerir.
—No va llamarte.
—¿Disculpa?
—Steve. No se comunicará contigo porque ahora está a una mesa de distancia.
Tony voltea tan rápido que por poco deja caer el celular y cuando lo hace la escena de Steve conversando junto a James y Clint es lo que captan sus ojos. Uno de mis amigos conecta su mirada con la mía y doy una señal para que se vayan. Por suerte, James comprende y realiza la acción a la máxima brevedad al fingir una llamada de emergencia, se despide del capitán y lleva a Clint consigo quien deposita dinero sobre la mesa para luego irse del local agitando la mano de un lado a otro a través de la ventana. Tony deja de ver, lleva dos papas a su boca y come pretendiendo falta de interés.
—Ve allá y soluciona tus problemas.
—No tengo porque hacerte caso. No quiero hablar con Rogers.
—En realidad si quieres —dice Loki ganándose una bolita de servilleta directo a su rostro, esta cae dentro de los lentes y él tiene que quitarse el objeto para liberar el papel—. Vamos, Tony, deja de decir que no te interesa cuando sabes bien que no es verdad.
—Él sabe que me gustas tú.
—Eso no es cierto.
—Te besé.
—Lo hiciste a propósito. Sabías que Thor estaba viendo.
No quedan más objeciones y aún así, Tony no tiene tiempo de refutar porque la voz a sus espaldas le provoca un leve salto de sorpresa que es reemplazado por nerviosismo. Tomo la mano de Loki entre la mía y lo llevo a la mesa que ocupé desde el comienzo en donde solo me encargo de pedir la cuenta, completar el dinero que falta, pagar y pedir para llevar el resto de la hamburguesa que dejé a medias y en cuanto llega somos los siguientes en irnos del establecimiento teniendo como última imagen a Tony hablando con Steve. Caminamos hasta acudir al parque más cercano y reímos apenas nos sentamos sobre el césped.
—No puede creer que hayas ayudado a Tony.
—Ayudé a Steve en realidad.
—A los dos.
Nos acostamos y son los árboles los que ocupan nuestro campo de visión, las ramas se mueven por el viento y provocan que caigan algunas hojas. Una de ellas termina sobre el cabello de Loki quien no se molesta en quitarla porque es el propio viento quien se encarga de ello. Sonrío ante la escena que me hubiera gustado capturar en una fotografía.
—¿Te parece bien si vamos mañana a ver a Hela? —pregunto consciente de que puedo arruinar la tranquilidad instalada entre los dos.
Loki asiente, no permite que las palabras escapen de sus labios. Cierra los ojos, suspira y el silencio se ve interrumpido por el sonido de su estómago que exige un poco de comida. Extiendo la hamburguesa para él justo cuando el verde intenso de sus iris vuelve a aparecer. Agradece con un susurro, está sentado otra vez, comiendo bajo la paz que no ha permitido que se desvanezca, la misma que quiero nos dure mucho tiempo. Sé que el momento no tiene tanta relevancia como otros podrían creer y a pesar de ello, es tanto mi deseo de permanecer aquí por una eternidad. Solo nosotros dos sentados bajo la sombra de árboles con hojas que descienden y se pierden entre la acera mientras no le damos importancia porque estamos demasiado concentrados uno en el otro como para fijarnos en algo más.
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