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26. Thor

[Una única advertencia: Considero que soy malísima para el tipo de escenas que hay en esta historia. Rara vez suelo considerarlo necesario, para esta parte de la historia he decidido que si, así que esto es "+18" o un vago intento de eso, una disculpa por el desastre, espero que igual disfruten la lectura.]

[Es la segunda vez que escribo esto, el primer borrador estaba casi finalizado, no sé como pero no se guardó, no pensaba volver a escribir el mismo tipo de escenas, pero quise intentarlo de nuevo.]

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Compruebo la hora en mi celular. Son las cuatro de la mañana y apenas he dormido dos horas antes de despertar y no poder volver a conciliar el sueño desde entonces. Inquieto es la palabra perfecta para describir mis emociones en ese instante y tener a Loki a escasos centímetros durmiendo como se debe no ayuda en nada a mi situación. Suspiro con pesadez a la par que poso una mano en mi frente dejando que mechones de cabello se enrieden entre mis dedos mismos que luego presionan el puente de mi nariz tan fuerte que seguro dejará una marca rojiza. Pienso que lo mejor es dormir en el piso o hasta en la tina que hay en el baño y es lo que estoy dispuesto a llevar a cabo cuando la luz de la lámpara se prende y a la misma velocidad, sin darme tiempo de reaccionar, el causante de la acción se sienta sobre mi regazo con enojo en el rostro, ejerciendo presión sobre mis muñecas con su frío tacto.

—¿Puedo saber porque te mueves tanto? —cuestiona con una ceja elevada, la voz ronca por el sueño interrumpido.

—Lo siento. — Es lo único que se me ocurre decir. Mis mejillas arden por la cercanía. Pensaba en cualquier cosa menos en la persona delante mío. Miro el techo con tal de no verlo a él, Loki parece notarlo porque presiona más mi piel dando a entender que dé más explicación que una simple disculpa, sin embargo, no puedo, me siento atrapado sin opción de escape, no quería caer ante el persistente deseo que almaceno desde que volví a besarlo. Loki se acerca más a mí provocando que sus piernas, posicionadas a mis costados, eleven la tela de la casaca que llevo puesta y toquen piel. Me estaba convirtiendo en el típico adolescente que no es capaz de controlar su más profundo deseo, mi mente viaja a otra parte, en un último intento de permanecer sereno.

—Thor. —Su voz se percibe tan íntima, dicha en un susurro que se aloja en lo más profundo de mi mente. Vuelve a moverse encima mío y es cuando pierdo el poco control que me esforcé por mantener.

—Lo siento —digo por segunda vez con el intenso calor alojado en mis mejillas, sin embargo, él parece no comprender dando como respuesta un ceño fruncido—. Loki —se oía como advertencia por más que deseara que no fuera de esa forma, pero la desesperación es más fuerte en ese momento —. Bájate —ordeno buscando recuperar la serenidad que fue arrebatada minutos atrás.

Loki comprende cuando es capaz de sentir la creciente erección debajo de él, sus ojos se abren por la sorpresa, suelta mis muñecas y pronto las pierdo de vista solo para sentirlas encima de mi pantalón a los segundos. Me sobresalto, él continúa manteniendo una suave presión que provoca un remolino de emociones dentro mío. No dice nada, se aproxima a mí y captura mis labios en un gesto desesperado que no ha usado antes, susurra mi nombre de una manera peculiar entre cada beso y pronto intercambio posiciones. Veo su cabello desordenado sobre la almohada, sus iris brillando no sé si por la única luz de la habitación o su excitación, tiene los labios entreabiertos y rojizos que tomo entre los míos, mi lengua pide permiso para ingresar, permiso que él cede sin ninguna objeción de por medio. Sus manos van hasta el cierre de la casaca que desciende relevando la camiseta que llevo puesta, suelto sus labios para dirigirme a su cuello escuchando leves gemidos que suenan como la más bonita de las canciones, beso la porción de piel expuesta procurando no dejar ninguna marca. Guardo cada mínimo detalle en lo más profundo de mi mente y corazón, quería conocer cada parte de él, besarlo hasta el cansancio sin importarnos si mañana debemos levantarnos temprano para ir a la escuela. En este preciso instante, solo somos él y yo y se lo hago saber al decirle lo mucho que lo quiero entre besos que dan como resultado pequeñas risas que explica es por la barba que comienza a crecer y olvidé afeitar, pero aquello no importa, me deshago de la parte superior de su pijama y esta termina entre las sábanas a nuestros pies. Me toma un rato memorizar cada parte de la nueva piel que antes no había visto, lunares que adornan los músculos apenas marcados, me pregunto a mí mismo en que momento realiza ejercicios. Lo beso mordiendo un poco sus labios en el proceso, desciendo hasta su cuello, paso por uno de sus hombros desnudos donde mis labios presionan el sitio donde dos lunares se unen tanto que parecen uno solo, continuo hasta los pectorales, los abdominales y el poco de vello que hay en esa parte. Me detengo al escuchar mi cremallera del pantalón abrirse al igual que los dos botones de la prenda, los movimientos de Loki son torpes, no sé si por nerviosismo o inexperiencia y olvido la pregunta al verlo sonreír de la manera tan especial que solo él posee. El pantalón que lleva puesto desaparece y termina junto a las otras prendas regadas por la cama. La nueva visión logra colorear mis mejillas y sentir más presión en mi creciente erección dentro de su prisión de tela.

—Eres hermoso —digo a modo de confesión viendo como él cubre su rostro con su antebrazo y maldice entredientes.

—Callate, no me digas esas cosas.

—¿Por qué no?  Lo eres. —Deseaba que él lo supiera, que no había ni habrá nadie en el mundo o el universo que pueda cautivarme tanto como él ha sabido hacer, que a pesar de verlo durante el día, su imagen me visita entre sueños y es motivo de una sonrisa al despertar. Le transmito amor y mi admiración por medio de caricias cuando siento que las palabras entre nosotros sobran porque al vernos comunicamos todo aquello que no brota de nuestros labios. Una conexión única que sé no volverá a repetirse con nadie más y de todas formas no estaba dispuesto a dejarlo ir, no ahora que podía ser testigo de una nueva versión suya, esa que se derrite ante mi tacto y suplica entre gemidos que lo bese como antes y al cual no me niego. Besarlo en medio de su habitación, apenas siendo iluminados por la tenue luz de la lámpara me hace sentir de una manera increíble que no podía describir con simples palabras. Parecía que el corazón explotaría de tanto cariño, que él supiera y pudiera escuchar mis palabras es un nuevo propósito—. Te quiero, Loki —digo con la palma sobre su corazón percibiendo los latidos acelerados del órgano vital—. Te quiero y no tienes idea de lo mucho que estoy dispuesto a amarte si lo permites.

Loki reacciona y en medio de la casi oscuridad, sus manos van a mi nuca donde traza líneas y juega con mi cabello antes de atraerme a un nuevo beso, es él quien utiliza su lengua para invadir mi boca con lentitud, como si tuviera temor de hacer mal algún movimiento o generar incomodidad en mí pero esos sentimientos estaban lejos de reinar en la habitación. Juego con el elástico de su ropa interior apenas bajándolo unos centímetros para ver su reacción, pero él está concentrado en besarme con vehemencia. Su última prenda deja de existir, está en completa desnudez con su virilidad expuesta y líquido preseminal en la punta. Me tomo unos segundos para admirar la nueva vista dejando que se grabe en mi mente junto con las otras que presencié y cuando quiere cubrirse por la vergüenza, aparto sus manos con suavidad y la sonrisa más sincera que pueda mostrarle a él que ha conocido todas mis etapas.

—No, no te ocultes. —Mi mano derecha se encuentra con la suya, entrelazo nuestros dedos y llevo su tacto a mi pecho dejando que sienta los latidos de mi corazón a través de la prenda que aún llevo puesta. Aquello parece molestarle por la manera que frunce el ceño, su mano libre consigue escabullirse debajo de la camiseta para poder sentir mejor lo que quiero enseñarle; como mi corazón late a la misma velocidad e intensidad que el suyo, que somos uno solo. Su toque siempre frío se siente cálido esta vez. Nos besamos tal y como llevamos haciendo todo el rato desde que desperté. Loki pide que me deshaga de la ropa que sobra y obedezco, las llaves en el bolsillo del pantalón hacen ruido al caer sobre alguna parte del suelo.

—Thor, ¿tú has… —dice cuando puede separarse centímetros de mis labios, pero no completa su oración. Y mientras su respiración se mezcla con la mía, comprendo lo que quiso decir. Niego, Loki muestra un poco de sorpresa que provoca una ligera risa en mí.

Supongo que otros creen que soy el típico cliché de capitán del equipo de la escuela que consigue aventuras sexuales cada noche, la verdad es que, jamás llegué más allá de besos con una mujer y caricias debajo de la ropa con un hombre del que ahora no recuerdo sus nombres porque fueron borrados de mi memoria para ser reemplazados por todo lo que abarca el complejo concepto que es Loki.

—Sé que no parece, pero estoy nervioso —menciono en un susurro cerca de su oído que origina que él se mueva inquieto por mi acción.
 
—También yo —confiesa con su mano dando caricias en mi espalda desnuda. Traza líneas invisibles y pronto asciende hasta llegar a mi torso donde imita su acción, uniendo los puntos de mis lunares esperando obtener una figura que consigue al enlazar tres que forman un triángulo. Ríe, hago lo mismo y lo atraigo a un nuevo beso. Él me recibe sin la más mínima resistencia. Repito lo mucho que lo quiero entre cada descanso para normalizar nuestras respiraciones. Beso su cuello, mis manos abarcan cada porción de piel a su alcance, queriendo más, rozo su miembro con mis dedos, Loki quiere detenerme, y se lo impido al tomar la palpitante erección entre mi palma. Ahoga un gemido, muerde sus labios en su intento por no permitir que los sonidos escapen, sin embargo, yo quiero escuchar cada uno de ellos. Logro cumplir mi objetivo y siento que no es suficiente. Abandono mi acción y me parece que Loki me maldice en un susurro dicho para él mismo. Reparto besos en su abdomen trazando el camino que me dirige a mi destino. Al llegar, no dudo ni un segundo en atraparlo entre mi boca procurando no usar los dientes. Lo poco que sabía sobre el tema era solo por libros ocultos en mi celular por temor a que alguien los vea ante cualquier descuido de mi parte y todo el conocimiento que alguna vez me empeñé por saber a la perfección es demostrado con mis movimientos. Experimento el extraño sabor en mi boca, pero el detalle no me interesa, prosigo oyendo de fondo los gemidos cada más fuertes viniendo de Loki y recordando lo leido en momentos de ocio, mi diestra inicia su propio recorrido deteniéndose en su entrada, Loki se sobresalta para calmarse a los segundos.

Ya relajado, mi boca sigue en lo suyo.
Subir, bajar en un intento por hacerle olvidar a Loki la intromisión de uno de mis dedos en él. Los minutos parecen eternos y tardo un tiempo considerable en introducir otro. Dedos que se encargan de preparlo y que en algún momento tocan el punto máximo de placer por como él arquea su espalda dejando escapar un suspiro de sus labios. Mi boca abandona la erección, pero mi lengua es ahora la que recorre toda su extensión y en medio del momento de excitación, Loki consigue hablar.

—Espera —dice con la respiración agitada. Su mano en mis cabellos como señal de que me aparte. Obedezco sabiendo lo que podría haber sucedido. Pronuncia mi nombre y elevo la mirada encontrándome con el verde intenso de sus ojos. Él limpia rastros de saliva de la comisura de mis labios—, ¿estás seguro que esto es lo que quieres? —cuestiona todavía con su pulgar en mi rostro. Puedo percibir inseguridad en su voz, no por mí, sino por él mismo.

—Si tan solo fueras capaz de verte de la forma en que yo lo hago, no tendrías ninguna duda que para mí eres más que suficiente. Te quiero a ti, ahora, mañana, el día después de ese y de ser posible, por siempre —respondo recibiendo una cálida sonrisa a cambio de mis palabras.

Loki estira uno de sus brazos hasta detenerse en el cajón del escritorio al lado de su cama, este es abierto con destreza a pesar de no estar viéndolo directamente. Consigue lo que quiere a los segundos y me extiende el paquete plateado que reconozco al instante. No tardo en abrirlo, colocarme el preservativo y buscar una mejor posición, más cerca suyo que siento mis rodillas hacer contacto con la parte interna de sus muslos. Mis dedos vuelven a ingresar en él en mi intento por conseguir comodidad de su parte y querer que todo salga bien. Los retiro y dirijo mi erección al mismo sitio, presionando la punta en su entrada.
Está mordiendo sus labios con más fuerza. Avanzo lento diciéndole que puede decirme si quiere que me detenga, que no tengo problema con ello, Loki niega, sus uñas clavándose en mi espalda, seguro dejará marcas. Me siento abrumado por la combinación de sentimientos, su calidez me recibe, debo poner resistencia y no moverme dejando que él se acostumbre a mí y cuando está listo doy comienzo al calmado vaivén.

Ha dejado de apretar tanto sus labios, algunos minutos después son gemidos los que, en su intento por callarlos, atrae mi rostro al suyo y me besa mientras aumento un poco la velocidad.

—¡Mierda! —exclamo al sentir sus paredes internas apretar mi miembro, la sensación recorre cada vértebra de mi columna vertebral enviando una corriente a su paso. Me muevo más rápido sin darle oportunidad a Loki de silenciar su excitación.

No sé con exactitud cuantos minutos han transcurrido, en la habitación no se logra oír más que sus gemidos combinados con los míos, el sonido de nuestros cuerpos chocando entre sí, mi voz grave por la excitación pronunciando su nombre una y otra vez. Mi diestra atrapa su erección que pide atención que no dudo ni un segundo en dar a la par que me empeño en conseguir el punto máximo de placer por segunda vez. Lo beso con necesidad justo en el preciso instante de conseguir mi objetivo. Mi mano está manchada por su esencia y pronto yo también culmino al dar un par más de embestidas. Me retiro con cautela, mis labios buscan los de Loki y al recibir un beso, dejo la comodidad de la cama, camino descalzo hasta el baño donde me deshago del preservativo y lavo mis manos. Es cuando veo mi reflejo en el espejo y soy consciente de mi aspecto. Tengo el cabello despeinado, labios hinchados, rojizos y con una ligera mordida. Volteo y en mi espalda hay leves marcas que seguro desaparecerán en la mañana.

Al salir, soy recibido por Loki que tiene una toalla colgando de sus hombros y otra que extiende en mi dirección. Sigue desnudo y parece que su intención es darse una ducha.

—Toma —dice entregando la toalla—. Ni creas que vas a dormir conmigo oliendo a sudor.

—¿Quieres que me quede?

—Puedes irte si deseas.

—No, gracias Loki —menciono recibiendo al fin la toalla—. ¿Vas a entrar tú primero o prefieres que te acompañe?

—Espera afuera, no tienes tanta suerte.

Loki añade una risa a su respuesta, llega hasta el baño y cierra la puerta al ingresar. Lo siguiente que escucho es el sonido del agua proveniente de la ducha. Después de ponerme la ropa interior, espero en el piso y al aburrirme, busco mi celular en donde comienzo a escribir, apenas leyendo las palabras en pantalla.

Cuando es mi turno de acudir al baño, Loki abre un nuevo paquete de jabón para mí. Tiene gotas de agua que recorren su espalda aún desnuda y se pierden debajo de la toalla amarrada a su cintura. Regula la temperatura del agua y al finalizar, me deja a solas. Me tomo mi tiempo para darme una ducha apropiada tanto que termino leyendo la etiqueta del shampoo que utiliza Loki ante mi curiosidad de saber la razón por la cual su cabello luce siempre bien, sedoso al tacto y con un agradable olor.

Termino, me cubro con la toalla y voy a la habitación. Loki tiene puesta su pijama, señala la cama donde ha dejado otro par para mí.

—Quizá te ajuste un poco —expresa cuando me estoy vistiendo. No le digo que tiene razón porque no es importante. Le agradezco por su gesto y me acuesto a su lado.

Loki apaga la lámpara que nos ha estado iluminando todo este lapso de tiempo. Nos cubre a ambos con la sábana, deposita un beso en mi mejilla y me desea buenas noches solo para avisar a los segundos que ha colocado la alarma que nos despierte para acudir a la escuela y que no debo preocuparme por ello.

—Buenas noches, Loki.

Nuestras manos se unen, él se aproxima más hasta abrazarme. Le devuelvo el gesto con el mismo cariño.

En medio de la completa oscuridad, apenas siendo testigo de su respiración suave y sintiendo el peso del brazo de Loki rodeando mi torso me doy cuenta que deseo vivir en ese momento por toda la eternidad.

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