Padre
¡Hola! ¿Qué tal están? Yo he estado mejor anímicamente, por suerte. Como siempre, quiero agradecer el apoyo incondicional de ustedes hacia mí y también el que le dan a mi historia. Me alegra que hayan tomado bien en general el cambio drástico que ha tomado el fic en los últimos capítulos (me refiero a Take teniendo una familia biológica rusa tan importante y así) temía que no se tomaran el cambio para bien pero por suerte fue todo lo contrario! ¡Les emocionó tanto o más que a mí! :)
Quería aprovechar para felicitar por su cumpleaños a Ange (tú sabes quién eres) y sólo espero que disfrutes este capítulo y la pases bien en tu día! ¡Gracias por leer!
En fin, hice un edit de cómo se verían (en formato caricatura, porque no los pude encontrar versión anime) la familia rusa biológica de Takemichi, sólo mostraré por ahora las imágenes de los personajes de la familia Volkov mencionados, ahí van! Primero el padre/jefe de la Bratva, Vladislav Volkov (ojos azules, cabello gris por las canas aunque originalmente era negro):
Luego, la madre de Kaiser y Kira además de esposa de Vlad, Nadja Volkova (rubia platinada, ojos rojizos):
Después, Kaiser Volkov/hermano de Takemichi (ojos azules, cabello negro):
Y por último, Kira Volkova/hermana de Takemichi (cabello rubio platinado, ojos rojizos).
Y también aprovecho para dejar el edit que me hizo Melo (te amo bonita) del papá del tacos de michi :') (ya sabes, si quieres hacer fanarts o lo que sea sólo contactame por favor!)
En fin, espero que así se los puedan imaginar mejor (pueden pasar de los formatos caricatura a anime en sus mentes o como mejor les parezca, los edit son más que nada para que no tengan problemas en imaginarlos) en fin, sin nada más que decir ¡a leer!
P/D: Recordatorio, en mi fic no existen las enfermedades de transmisión sexual, por lo cual la única razón por la que se usa el condón es para no embarazarse.
...
—¿Qué es tan urgente para que entres así y me interrumpas? —dijo un hombre ruso con una voz ronca; sus ojos azules eran gélidos y severos, como los de un peligroso depredador.
—Jefe, me disculpo de antemano pero es urgente. —dijo el gángster que acababa de entrar sin permiso a la lujosa habitación de un hotel en Moscú. —Kaiser nos ha transmitido información de vital importancia, está relacionado con el asunto de la Toman y el Valhalla.
—¿Ese inútil hijo mío necesita mi ayuda para resolver un asunto tan trivial como ese? ¿y así pretende convertirse en mi sucesor? ¡Qué broma! —exclamó de forma despectiva, alzando sus caderas para embestir a la joven omega que tenía sentada sobre su regazo, la cual gimió sorprendida y luego dolorida porque el hombre agarró con fuerza uno de sus senos para apretujar a su gusto.
Al gángster que estaba parado en frente de ambos no se le movió ningún pelo, más que acostumbrado a ese tipo de situaciones. Él era la mano derecha del hombre ruso que estaba sentado en una gran cama de hotel con una joven muchacha montando su falo, por lo cual lo único que hizo fue carraspear y empezar a explicar toda la situación mientras veía a su jefe terminar de follar a la omega.
Ese sinvergüenza era Vladislav Volkov, jefe de la Bratva y un alfa dominante extremadamente severo con todos, incluso con los miembros de su propia familia. El ruso acababa de cumplir 60 años, sin embargo estaba tan bien mantenido que aparentaba tener cuarenta y pico. Era alto, de piel blanca, su contextura era delgada pero musculosa bastante parecida a la de su hijo Kaiser, poseía unos gélidos ojos color azul claro, una barba recortada que acentuaba su varonil mandíbula, su cabello peinado hacia atrás originalmente fue de color negro pero por la edad le habían salido canas que lo volvieron gris oscuro y su rostro, a pesar de su edad, era increíblemente atractivo pues sólo presentaba arrugas en su frente, debido a que tenía el ceño permanentemente fruncido.
Sólo viendo al progenitor podrías entender por qué Kaiser a pesar de tener 40 parece de 30, por qué Kira a pesar de tener 30 parece de 20 y por qué Takemichi a pesar de tener 22 todavía parece un jodido adolescente, la respuesta es clara: buenos genes. Además de la capacidad para envejecer a un ritmo mucho menor que el de la mayoría de la población, Vladislav les heredó a sus hijos una destreza física que supera a la media que poseen la mayoría de los alfas y también una resistencia casi inhumana tanto al dolor como al veneno (Takemichi sólo heredó la resistencia más no la fuerza), pero el omega fue el único de sus vástagos que tuvo la suerte de heredar la característica principal por la cual Vladislav Volkov era tan conocido y temido en el bajo mundo: su habilidad innata para reprimir a otros dominantes simplemente liberando sus feromonas. Debido a todas sus cualidades y destrezas físicas, además de su innegable inteligencia, Vlad era conocido como "el alfa dominante perfecto" sin embargo, la verdad es que estaba muy lejos de ser perfecto. Era un padre poco amoroso y un pésimo esposo.
De hecho, justo en esos momentos estaba teniendo relaciones sexuales en un lujoso hotel con una de sus tantas amantes. Él llevaba casado con Nadja 43 años, pues ambos se casaron cuando tenían la tierna edad de 17 años. Sin embargo, jamás le fue fiel a ella porque en realidad nunca se amaron y sólo se casaron por conveniencia. Nadja Volkova, apellidada Nadja Romanova de nacimiento era una omega dominante increíblemente hermosa que además pertenecía a la olvidada realeza rusa y poseía un linaje muy noble, razón principal por la cual fue elegida para ser la esposa de Vladislav. Era de público conocimiento que la unión entre un alfa dominante y un omega dominante en el 99% de los casos (por no decir el 100%) siempre produciría cachorros dominantes, ya sean alfas u omegas. Por supuesto, lo más común es que salgan alfas dominantes ya que los omegas dominantes son todavía más raros.
Vladislav eligió casarse a una edad tan precoz con ella no porque quisiera sino porque se vio obligado por sus circunstancias, debido a que su padre (el anterior jefe de la Bratva) falleció en un tiroteo cuando él apenas tenía 17 años y eso sería el preludio de una guerra con sus hermanos menores alfas por el puesto del jefe de la mafia. Debido a que aún le faltaba un año para ser legalmente mayor de edad, se vio obligado a casarse antes de tiempo para poder convertirse automáticamente en "mayor de edad" por casamiento y apoderarse así del trono de la Bratva, matando literalmente ese mismo día que asumió a sus otros hermanos alfas que codiciaban su puesto. Además de casarse, como nuevo jefe de la mafia también necesitó asegurarse de producir un sucesor como las costumbres rusas lo dictaban y por eso tuvieron a Kaiser Volkov, cuando la joven pareja de recién casados apenas iban a cumplir 19 años de edad.
Vlad siempre chocó con Nadja debido a que ella era fría como un témpano, dominante como un alfa y exigente como ella sola. No transmitía la amabilidad, la calidez y la sumisión que se supone deberían poseer por naturaleza los omegas. Por su parte, Nadja sí intentó amar a Vladislav al principio ya que lo veía como un alfa dominante perfecto para ella, sin embargo su obsesión por serle infiel con omegas dulces, cálidas y sumisas convirtió su intento de amor en indiferencia absoluta. Además, a pesar de que ella era una omega dominante de gran linaje, la cruda realidad es que nació con una enfermedad que afectaba directamente a su útero produciéndole abortos espontáneos. Debido a eso es que tardó dos años en quedar embarazada de Kaiser después de casarse y todo el proceso de gestación de su primogénito fue extremadamente doloroso para ella. Luego de que él nació después de un parto muy peligroso, la enfermedad de Nadja sólo se agravó aún más y por eso tardaron 11 años en poder concebir a su segunda y última hija juntos, Kira Volkova.
A pesar de que Vladislav no amaba a su esposa, sí la respetaba por haberle dado dos hijos que eran alfas dominantes perfectamente sanos. Por esa razón jamás se divorció de ella y le permitió tener un estilo de vida ostentoso siendo prácticamente una emperatriz dentro de la mansión familiar de los Volkov, además de que nunca se le exigió participar en ninguna misión peligrosa de la organización y su trabajo siempre fue meramente administrativo. De hecho, Vlad le dejó jubilarse de su trabajo administrativo en la Bratva y tener una vida libre de responsabilidades a partir de los treinta años, justo después de dar a luz a Kira e hizo eso para "compensarle" por haberle dado una segunda hija a pesar de su complicada enfermedad. En la actualidad, aunque para el resto del mundo ellos eran marido y mujer la verdad es que llevaban décadas sin tocarse de forma sexual pero eran mejores amigos, capaces de contarse todo y ella de hecho era una de sus principales consejeros, Vlad valoraba mucho su opinión.
Debido a que no eran "alma gemelas" ni nunca hubo amor de pareja entre ambos, la pareja decidió que solamente se casarían más jamás se marcarían. Por esa razón Vladislav pasó de amante en amante durante toda su vida sin sentir culpa o dolor gracias a que jamás marcó a Nadja, asimismo le dio a su esposa completa libertad de tener cuantos amantes quisiera y ella así lo hizo, durante décadas Nadja tuvo varios amantes pero nunca volvió a quedar embarazada después de Kira. Eso le demostró que ella sólo pudo tener a sus dos hijos debido a la gran fertilidad que poseía Vlad como alfa dominante que era, ya que ella no pudo quedar embarazada de ninguno de los amantes alfas que tuvo. En cuanto al caso del promiscuo Vladislav, fue algo diferente.
Él ya había perdido la cuenta de la cantidad de amantes que tuvo y ni hablar de la ingente cantidad de prostitutas con las cuales se acostó. Todas tenían algo en común: eran omegas mujeres y siempre eran morenas, porque de hecho a Vlad jamás le gustaron las rubias sino las mujeres de cabello negro y preferentemente bronceadas. Esa era la principal razón por la cual su mujer jamás le atrajo sexualmente, Nadja era innegablemente hermosa pero su cabello era rubio platinado y su tez era tan pálida como la de un vampiro. Debido a sus preferencias, Vlad disfrutaba cada vez que iba a cerrar tratos comerciales en países de Latinoamérica o Asia, debido a que allí abundaban mujeres omegas con las características que a él le gustaban y siempre aprovechaba cuando iba allí para acostarse con ellas.
Debido a la gran fertilidad que poseía como alfa dominante que era, él siempre trató de cuidarse usando condón y las veces que no lo usó, se aseguró de garantizar que las mujeres con las cuales se acostó tomaran una pastilla del día después. Las únicas veces que intencionalmente no se cuidó ni se aseguró de que las mujeres tomen la pastilla anticonceptiva, fue cuando tuvo la suerte de tener sexo con omegas de gran linaje pero jamás dominantes (debido a que éstas últimas era raras y las pocas que había no se iban a "rebajar" a ser prostitutas o mujeres de una sola noche) él deliberadamente intentó dejarlas embarazadas para ver si tenía la suerte de que produjeran hijos bastardos pero dominantes para él, sin embargo no tuvo suerte y ninguno de esos embarazos extramatrimoniales produjo ningún hijo/a dominante.
Aún así, Vlad les pasó dinero a dichas mujeres para que pudieran criar a los hijos bastardos fallidos que tenía regados por el mundo, al menos les daría soporte económico hasta que fueran mayores de edad y luego les soltaría la mano. Con pesar tuvo que aceptar la cruda realidad de que sólo podría producir hijos dominantes si se acostaba con una omega dominante, pero las mismas no eran comunes y las pocas que había querrían que él se casara con ellas a cambio de darle más hijos, cosa que no haría porque él no quería divorciarse de Nadja debido al respeto que le tenía y también por los vástagos que tenían en común. Así que con el paso del tiempo Vlad se resignó a la idea de que sólo iba a tener dos hijos dominantes, Kaiser y Kira. Sin embargo, en esos momentos sus ojos azules estaban muy abiertos mientras escuchaba perplejo la información que su mano derecha le estaba transmitiendo.
—¿Qué has dicho? ¡repítelo! —exigió Vladislav mientras hacía a un lado a la omega con la cual acababa de follar, como si fuese un juguete usado. La muchacha salió del regazo del alfa y temblando se fue al baño del hotel para bañarse. Vlad la ignoró y sacó el condón usado de su miembro flácido para luego hacerle un nudo y tirarlo lejos. —¡Repite lo último que dijiste, Serguei!
—Sí, señor. —asintió Serguei Ivanov, la mano derecha de Vladislav Volkov. —El omega que Kaiser y Kira secuestraron en Japón, el mismo omega embarazado que es pareja del jefe de la Toman Sano Manjiro, es un hijo perdido de usted y eso está 100% confirmado, ya que nuestros propios médicos realizaron el test de paternidad comparando su ADN con el ADN del muchacho. El niño en cuestión se llama Takemichi Hanagaki, tiene sólo 22 años y es un omega dominante.
—¿Un omega dominante? —a pesar de que Vlad recibió mucha información de repente, con lo único que se quedó es con esa última parte. —¿Estás seguro de que es un dominante?
—Sí, señor. —asintió Serguei nuevamente de forma respetuosa, mientras veía cómo una sórdida sonrisa empezaba a adornar el varonil rostro de Vlad. —De hecho, Kaiser me informó que el niño los reprimió tanto a él como a Kira usando solamente sus feromonas y eso confirma que heredó su capacidad de reprimir otros dominantes simplemente usando su aroma.
—¡Ja, ja, ja! —una sonora carcajada escapó de la garganta de Vlad, haciendo temblar tanto a la omega que estaba bañándose como al mismo Serguei. El alfa liberó sus feromonas para demostrar así lo dichoso que se sentía en esos momentos. —¡Tengo otro hijo dominante! ¡Y encima es un omega, justo lo que me hacía falta! ¡Qué día tan maravilloso! —exclamó con júbilo. Serguei sonrió aparentemente feliz por su jefe pero en el fondo sintió lástima por Takemichi a pesar de que aún no lo conocía, porque él mejor que nadie conocía a Vladislav y sabía que ahora que el alfa era consciente de la existencia de ese hijo suyo, no lo dejaría irse. Vlad era así, él consideraba a su descendencia (y más específicamente a los dominantes) como valiosas posesiones suyas.
...
—Taka-chan, entonces ¿qué es lo que debemos hacer? —preguntó Hakkai, quien fue el único de los ejecutivos presentes que se animó a hablar una vez que la conversación entre Mitsuya y Kaiser finalizó.
—Obviamente, sentémonos todos los presentes y decidamos cómo proceder. —respondió Draken señalando la mesa; el alfa trenzado ya había sido curado luego de la golpiza que le dio Mikey. Todos estaban parados en el living del penthouse en esos momentos y la gran mesa rectangular se hallaba sólo a unos metros de distancia.
—No. —negó Mitsuya y todos lo miraron sorprendidos. —No estamos todos los ejecutivos presentes, esperemos hasta que vengan los que faltan y luego hablaremos todos juntos sobre lo que Kaiser nos propuso y decidiremos cómo proceder.
—¿Y por qué tenemos que esperar a los demás? Con los que estamos presentes, es más que suficiente. Luego les podemos pasar la información a ellos. —dijo Baji con el ceño fruncido, Chifuyu quien estaba a su lado asintió de acuerdo.
Los ejecutivos de la Tokyo Manji liderada por Sano Manjiro actualmente eran (después de la salida de Taiju Shiba) diecinueve miembros: Keisuke Baji, Chifuyu Matsuno, Kazutora Hanemiya, Hakkai Shiba, Yuzuha Shiba, Souta Kawata, Nahoya Kawata, Yasuhiro Muto (alias Mucho), Hajime Kokonoi (alias Koko), Seishu Inui (alias Inupi), Haruki Hayashida (alias Pah-chin), Ryohei Hayashi (alias Peyan), Ran Haitani, Rindou Haitani, Kakucho Hitto, Haruchiyo Akashi (alias Sanzu), Takashi Mitsuya, Kanji Mochizuki (alias Mocchi) y Ken Ryuguji (alias Draken).
En esos momentos dentro del penthouse sólo se hallaban presentes diez de los diecinueve ejecutivos: Baji, Chifuyu, Hakkai, Yuzuha, Mitsuya, Peyan, Pah-chin, Sanzu, Mocchi y Draken. Aún faltaban por llegar Koko, Inupi, los hermanos Kawata, los hermanos Haitani, Mucho, Kazutora y Kakucho. Todos estaban de acuerdo con comenzar la reunión de emergencia con los diez miembros que ya estaban presentes, pero Mitsuya estaba firmemente en contra de dicha decisión y quería que nadie hablara de nada hasta que los demás vinieran. Él deseaba que la reunión diera inicio cuando los diecinueve estuvieran presentes.
—¡Mitsuya! ¿por qué insistes tanto en esperar al resto? —preguntó Mocchi, ya molesto por tanto misterio. —Hay algo que nos estás ocultando ¿verdad? ¡habla!
—¡No le grites! —exclamó Hakkai enojado, poniéndose delante de su alfa. —Si Taka-chan insiste tanto, es porque debe tener sus razones y yo las respeto.
—Tú no hables, eres su prometido así que siempre estarás de parte de él. —dijo Peyan también molesto por la espera. Hakkai lo fulminó con la mirada más no dijo nada más.
—Mitsuya, ¿por qué quieres esperar a todos? —preguntó finalmente Mikey dando un paso al frente. Luego del golpe que le dio el alfa de ojos lavandas, el ahora pelinegro pudo enfriar su mente y pensar con más claridad. —Podemos comenzar la reunión ahora y luego pasarles la información al resto, el tiempo es oro ahora mismo.
—¡No! —exclamó Mitsuya liberando sus feromonas, claramente ya estaba empezando a perder la paciencia. —Nadie puede decir nada de lo que oyeron aquí, por lo cual luego de la reunión que se hará cuando todos los ejecutivos estén presentes, se prohibirá el uso de celulares, el envío de mensajes y llamadas a otras personas también, incluso si son otros ejecutivos o familiares. Es imposible que toda la Toman entre en "cuarentena" pero sí es posible que los diecinueve ejecutivos lo hagan. Esta ley interna durará hasta que la misión de rescate a Takemichi esté completa. Yo mismo iré a registrar sus hogares para quitarles a cada uno de ustedes sus celulares y se los devolveré una vez que Takemichi haya regresado sano y salvo. —al oír eso último, todos fruncieron el ceño. Claramente a ninguno le dio ni puta gracia esa idea. —Lo siento, pero es necesario.
Mikey miró fijamente a los ojos lavandas de su amigo de la infancia, al ver la determinación reflejada en su mirada no pudo hacer más si no asentir. Él ahora sabía por qué Mitsuya estaba haciendo todo eso, simplemente no confiaba en todos los ejecutivos de la Toman y temía que un traidor esté entre ellos. No sólo Mikey se dio cuenta de ese detalle, todos cayeron en cuenta de eso y empezaron a mirarse con ojos escépticos entre ellos. Había una frase que decía: "si los de adentro se pelean, los de afuera los devoran" y no podía ser más cierta, si había un traidor ya no en la base de la Tokyo Manji sino en la cúspide donde estaban los ejecutivos que la comandaban ¿cómo iban a poder hacerle frente a los rusos de la Bratva o al mismo Kisaki Tetta del Valhalla? Debían encontrar al traidor sí o sí.
—Mikey o Draken, por favor manden un mensaje a los ejecutivos que faltan. Díganles que vengan lo antes posible aquí. Y el resto de ustedes, no pueden irse hasta que la reunión haya terminado e incluso cuando lo haga, los acompañaré personalmente a cada uno de ustedes a su casa, para poder sacarles los celulares que tengan allí. Hasta que la misión haya finalizado, tienen prohibido usar cualquier medio de comunicación a distancia. Eso me incluye a mí mismo y también a Hakkai. —sentenció Mitsuya.
—Me siento un jodido prisionero. —se quejó Pah-chin y Peyan asintió. —Pero si esa es la orden de Mikey, entonces la seguiré al pie de la letra. —sentenció y Peyan nuevamente asintió aunque malhumorado.
—¿Harán caso a la orden dada? —preguntó Mikey mirando seriamente a todos los ejecutivos presentes. Draken por su lado envió el mensaje a los nueve ejecutivos que aún faltaban por llegar.
—Sí. —asintieron al unísono todos los presentes, de todas formas no tenían el derecho de negarse porque aunque la idea fue de Mitsuya, Mikey fue quien dio la orden al final.
"Ojalá me equivoque" pensó Mitsuya con su corazón apretado. A pesar de que creía que el traidor estaba entre los ejecutivos, en el fondo deseaba estar equivocando.
...
Veinticuatro horas después, en la capital rusa Moscú; Takemichi se hallaba sentado en una enorme cama estilo rococó, dentro de una de las seguramente decenas de habitaciones que poseía una mansión que tenía un antiguo estilo rococó. Takemichi sólo había visto ese tipo de mansiones occidentales en películas, pero en esos momentos se encontraba dentro de una. Se hallaba además completamente libre de ataduras, además se le había permitido tomar un baño relajante y ponerse ropa cómoda de su medida. Sin embargo, todo ese repentino buen trato parecía nada a comparación de la noticia que le acababan de dar hacía unos minutos.
Justo frente al omega se encontraba sentada en una elegante butaca una mujer que aunque biológicamente tenía 60 años, físicamente parecía de 45. Era alta, pálida, delgada, de cabello rubio platinado recogido en un sofisticado moño y poseía además unos intensos ojos rojos. Era muy parecida a Kira, aunque a diferencia de su hija quien era una alfa dominante ella era una omega dominante al igual que Takemichi. Esa elegante mujer quien vestía un vestido blanco puro que la hacía lucir aún más pálida (a Takemichi le recordó a una vampira) se había presentado como Nadja Volkova y desde que entró en la habitación actuó con amabilidad hacia Takemichi. El pelinegro notó que era muy fría pero que no lo hacía a propósito, esa era simplemente su personalidad e incluso así jamás le faltó el respeto o frunció el ceño ante sus preguntas.
—Entonces dices que yo... ¿Soy hijo de tu esposo? —preguntó Takemichi completamente anonadado. No pudo evitar pincharse el brazo y cuando le dolió suspiró sorprendido, definitivamente no era un sueño. —Eso es... imposible.
—No es imposible, ya se ha hecho la prueba de paternidad y el ADN no miente, muchacho. —sentenció Nadja en un japonés bastante fluído. A pesar de que estaba diciéndole que básicamente era un niño bastardo de su esposo, la mujer parecía muy normal y el omega no pudo evitar fruncir el ceño desconcertado.
—¿Por qué luce tan normal, señora Nadja? Es decir, si eso es verdad y yo soy un hijo ilegítimo de su esposo, eso significa que él...
—¿Que me fue infiel? Oh pequeño, Vlad ha sido infiel desde el momento en el que nos casamos. —dijo riéndose y abriendo un elegante abanico blanco para cubrir sus labios, los cuales estaban pintados con labial rojo. —Al parecer, eres hijo de mi esposo y de una mujer japonesa con la cual se acostó.
—¿Por qué no... luce afectada? —preguntó Takemichi desconcertado, él probablemente mataría a su alfa si descubriera que tiene por ahí un hijo ilegítimo.
—Porque esa es la dinámica de pareja que manejamos. —sentenció Nadja cerrando su abanico. —Sólo somos marido y mujer porque un documento lo dice, pero en realidad cada uno de nosotros tiene sus propios amantes. Él puede acostarse con las que quiera y yo puedo hacer lo mismo con los que quiera. Siempre y cuando no intervenga con los intereses generales de la Bratva, por supuesto.
—Pero entonces... ¿por qué siguen casados si no se aman? —ante esa pregunta, Nadja no pudo evitar pestañear varias veces como si lo estuviera procesando.
—Porque como su omega yo cumplí con mi obligación que fue darle dos hijos dominantes sanos y además a él le da mucho prestigio tener como su esposa a una omega dominante como yo. —respondió como si eso fuese lo más normal del mundo. —Además, yo merezco la mejor vida por haber contribuido como contribuí con la Bratva, por lo que por supuesto que no aceptaría que ninguna otra omega usurpe mi lugar. Si mi esposo me echara, los viejos ejecutivos de la Bratva que originalmente me eligieron como su esposa renegarán y nuestros dos hijos en común obviamente se opondrán a él, porque me aman más a mí. Él sabe todo eso y por eso es consciente de que aunque pueda tener todas las amantes que quiera, a ninguna le puede dar el lugar de emperatriz de la Bratva que me pertenece por derecho propio. Además de todas esas razones, la menos importante es que aunque no nos amemos como pareja sí nos queremos y respetamos como amigos. —terminó de explicar abriendo nuevamente su abanico y cubriendo una sonrisa ladina.
Takemichi no pudo hacer más sino pestañear varias veces y abrir su boca sorprendido, realmente no podía creer lo que estaba escuchando. Él jamás podría tener ese tipo de dinámica con Mikey, simplemente sería demasiado doloroso para él y no lo soportaría. Él quería a su alfa sólo para sí mismo, también deseaba que los únicos cachorros que ambos tuvieran sean los que comparten en común. Al pensar en eso, inconscientemente Takemichi llevó sus manos a su vientre aún plano, él sabía que el bebé que estaba gestando era de Mikey debido a que los rusos se lo confirmaron con pruebas de sangre y también gracias a que habló en su inconsciente con su omega interior y el mismo le confirmó que estaba embarazado. Aunque su cachorro había sido concebido en un mal momento, luego de una extensa charla con su omega interior Takemichi decidió que de todas formas quería tenerlo.
—¿...Qué van a hacer con nosotros? —se atrevió a preguntar finalmente Takemichi, mientras instintivamente protegía su vientre con ambas manos. Nadja sonrió complacida al ver ese gesto, ella también era madre y por más fría que sea hubiese hecho lo mismo por sus cachorros.
—No les haremos nada malo, así que tranquilízate. —luego de oír eso, el pelinegro suspiró aliviado. —Kaiser ya habló ayer con la Toman y acordaron cómo proceder contra el líder del Valhalla. Ahora mismo tanto mi hijo como mi hija están junto con Sano Manjiro y otros miembros más de la Toman en un edificio abandonado de Moscú para poder acorralar a Kisaki Tetta.
—Kisaki Tetta. —espetó el omega con desprecio, por culpa de ese tipo estaba en la situación que estaba. —Luego de que lo atrapen, ¿podré ver a mi alfa? ¡digo! A Mikey-kun. —se corrigió avergonzado.
—Supongo que s... —justo cuando Nadja estaba por responder la puerta doble de la habitación fue abierta de par en par.
Takemichi saltó sobre la cama sorprendido y miró directamente a la puerta del enorme cuarto. Allí vio a un hombre alto, de cabello gris peinado hacia atrás e intensos ojos azules muy similares a los suyos propios aunque más afilados, era como una versión más vieja de Kaiser. Incluso sin presentaciones el omega supo que ese sujeto debía ser Vladislav Volkov alias Vlad, su recién proclamado... padre. Con pesar tuvo que reconocer que sintió el vínculo padre-hijo nada más verse a los ojos, y el sólo hecho de pensar que tendría que llamar a ese señor desconocido "padre" le produjo una sensación de malestar a Takemichi; toda esa situación de mierda en lugar de contentarlo lo hizo sentir más miserable. Él no quería ser miembro de una poderosa familia rusa de mafiosos, sólo quería estar en su penthouse en Tokio feliz al lado de su alfa, del padre de su futuro cachorro. Al pensar en eso, el omega no pudo evitar sonrojarse y negó con la cabeza, centrándose nuevamente en su situación actual.
—¡Definitivamente eres mi hijo, ya que soy capaz de sentir el vínculo que nos une! —exclamó Vlad en un japonés muy fluido y con una gran sonrisa adornando su varonil rostro. Luego de eso el alfa se acercó a Takemichi, quien se levantó de la cama donde había estado sentado.
—Yo también he sentido el vínculo que nos une pero, antes de eso hay muchas cosas que debemos discutir, por ejemplo el por qué terminé en un orfanato. —dijo el omega tratando de crear una barrera entre él y su progenitor. Aunque apenas conocía a Vlad, ya podía decir que le caía mal.
—Claramente terminaste allí por culpa de tu estúpida madre, porque yo no me he desecho de mis hijos ilegítimos ni siquiera si no salieron dominantes. Mucho menos me desharía de uno dominante. —explicó Vlad mientras colocaba sus grandes manos en los pequeños hombros de Takemichi.
—Y-yo... no... —el omega iba a pedirle que le quitara las manos de encima porque no se sentía cómodo e incluso se sintió intimidado mirando a los ojos azules de Vlad, así que desvió su mirada hacia el suelo. El alfa hizo caso omiso del malestar del omega y continuó hablando.
—¡A partir de ahora, serás Takemichi Volkov y al igual que tus otros dos hermanos, me perteneces! —sentenció apretando los hombros del omega y soltando sus feromonas con la clara intención de reprimir al menor. —Bienvenido a la familia, hijo.
—Vete a la mierda, anciano. —dijo Takemichi de repente usando su voz de mando, al decir eso levantó la cabeza para clavar nuevamente su mirada sobre Vlad y entonces el alfa notó que los ojos azul claro de su hijo de repente se habían vuelto más oscuros. —A mí ningún alfa va a reprimirme, ni siquiera si se hace llamar mi "padre".
...Continuará...
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