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Hanma


¡HOLA! Disculpen la demora, pero quería actualizar hoy así que aquí está el siguiente capítulo! Cada vez más cerca del final!! Pero no se preocupen, habrá epílogos y todo eso. Muchas gracias por apoyar la historia y comentar! Trato de responder a los que pueda!

...

Luego de haber asesinado a Tetta Kisaki con un tiro en medio de la frente; Kazutora sacó un celular de su chaqueta y le envió un mensaje a Mitsuya para confirmarle la muerte del beta.

—Me pregunto... si esto será suficiente para enmendar mi error. —susurró el beta mientras miraba el charco de sangre formado detrás de la cabeza de Kisaki. El beta había muerto con los ojos abiertos, y aún en la muerte podías ver el odio reflejado en sus iris azules. —Ja, lo dudo. Probablemente Mikey aún así me mate, pero al menos me siento mejor conmigo mismo y esto servirá para no perjudicar a Chifuyu y a Baji.

Sí, Kazutora no fingió ser un infiltrado de Tetta Kisaki desde el principio. Sería bueno decir que todo ese tiempo había fingido haber traicionado a la Toman y apoyó a Kisaki simplemente para tener la oportunidad perfecta para matarlo... pero no fue así. Kazutora realmente fue consumido por el odio que sentía hacia Sano Manjiro y traicionó a la Toman para poder vengarse del "amigo" que destruyó su sueño de poder tener una familia propia con el omega que amaba. Kazutora nunca le pudo perdonar a Mikey (ni lo perdonaba aún) por lo que le hizo a Chifuyu. Mató al hijo no nato de él o de Baji y encima volvió infértil a Chifuyu ¿cómo se supone que alguien podría perdonar eso?

Realmente deseó vengarse de Mikey, por eso se unió en secreto al Valhalla y cuando se enteró de que el "anti-omegas" de su jefe se estaba enamorando de un omega, supo que ese era el momento perfecto para atacar. Quería herir a Mikey, hacerle sentir exactamente el mismo sentimiento de desesperanza que él, Chifuyu y Baji habían estado sufriendo en silencio todos esos años.

Kazutora podía ser muy despiadado cuando se lo proponía y lo sería aún más si se metían con la gente que él amaba, como lo había hecho Mikey. Y si tenía que sacrificar a un pobre omega forastero en su venganza, que así sea. El plan era simple, esperar a que el omega se embarace, hacerle perder el cachorro y con suerte dejarlo infértil. Eso haría que Manjiro experimente exactamente lo que él le había obligado a experimentar con lo de Chifuyu. Llámalo un ojo por ojo o como quieras, pero para Kazutora eso era lo más cercano a la "justicia".

Sin embargo, pasó algo inesperado... ese omega, quien estaba destinado a ser carne de cañón en su venganza personal, obtuvo nombre y apellido para Kazutora: Hanagaki Takemichi. A Baji el omega de grandes ojos azules jamás le cayó tan bien como para volverse cercanos, pero Chifuyu... oh su pobre Chifuyu, el omega convirtió a Takemichi en su mejor y más querido amigo en cuestión de semanas. La química entre ambos omegas fue casi instantánea y obviamente el rubio no tuvo reparos en acercarse a Takemichi, pues ni él ni Baji estaban al tanto de la traición de Kazutora hacia la Toman. La venganza de Kazutora contra Mikey era sólo de él, ni Chifuyu ni mucho menos Baji lo sabían.

Al principio, Kazutora hizo todo lo que pudo para apartar a Chifuyu de Takemichi, recordando a cada rato al rubio que lo de ese omega con Mikey era sólo algo temporal. Sin embargo, Chifuyu nunca le prestó atención y siguió viéndose con el pelinegro. Fue entonces que Kazutora se rindió y decidió también acercarse a Takemichi junto con Chifuyu, para poder tener información de primera mano sobre aquel omega y pasársela a Tetta Kisaki. Pero a partir de ese momento... Todo salió mal, porque al conocerlo se dio cuenta de porqué Chifuyu se encariñó tan rápido del otro omega. Hanagaki Takemichi tenía algo... algo que te hacía querer acercarte a él y al final, sin siquiera ser consciente de ello, simplemente te encariñas de él. Y eso fue lo que le ocurrió a Kazutora, se encariñó y le pareció terrible la idea de repetir la historia de Chifuyu con Takemichi. Simplemente no pudo, porque aunque Mikey se lo merecía... Takemichi no.

Debido a la enorme culpa que empezó a pesar sobre los hombros de Kazutora, el beta cometió errores que en una situación normal no cometería. Los errores no fueron suficientes para hacer sospechar al despistado de Baji pero sí fueron suficientes para hacer que el astuto Chifuyu sospechara de su pareja, después de todo vivían juntos. Y entonces el omega (un día que Baji fue a visitar a su madre, quien por cuestiones de seguridad vive apartada) encaró a Kazutora y le exigió que le dijera la verdad. Fue durante esa tarde de verano, exactamente una semana antes de que ocurriera el atentado de los rusos en el penthouse de Mikey, que Kazutora decidió sincerarse y le contó toda la verdad a un horrorizado Chifuyu.

Kazutora sintió culpa y asco de sí mismo al ver las lágrimas de preocupación empañar los brillantes ojos verdes de su pareja. Chifuyu ese día gritó, golpeó en el pecho con frustración varias veces a Kazutora, luego se rompió en llanto y finalmente abrazó al beta, pidiéndole perdón por haber hecho mal las cosas en el pasado. Dijo entre lágrimas que quizás si hubiera hecho las cosas distintas... nunca hubiera perdido a su cachorro, nunca hubiera quedado infértil y lo más importante... Kazutora nunca se habría llenado de tanto odio como para cometer la estupidez de traicionar a la Tokyo Manji, aún sabiendo que la traición a la organización sólo llevaba a un posible camino: la muerte.

Dicho todo eso, y llorando todo lo que tenían que llorar, ambos tomaron una contundente decisión. Ya en ese punto, sólo tenían dos opciones: traicionar del todo a la Toman e ir con Tetta Kisaki... o decirle la verdad a la Toman y que Kazutora siga (aunque actuando ya esta vez) siendo un "infiltrado" de Tetta Kisaki, hasta que encontrara el momento perfecto para acabar con esa escurridiza rata. Al final, claramente optaron por la segunda opción y Chifuyu decidió no decirle directamente a Mikey, quien en esos momentos de todas formas estaba en Filipinas, sino comunicarle todo a Mitsuya, el más sensato e inteligente de toda la Toman.

Contra todo pronóstico, Mitsuya no se mostró ni sorprendido ni enojado cuando tanto Chifuyu como Kazutora fueron a decirle toda la verdad. Él dijo que ya sospechaba hace rato de la traición de Kazutora, debido a que estuvo presente el día que Mikey le aplicó su "prueba" a Chifuyu y sólo había que sumar uno más dos para entender que las patadas de Manjiro al vientre de Chifuyu y la infertilidad de este último, estaban relacionadas. El único par de despistados que probablemente no lo sabían serían Baji y el propio Mikey.

Mitsuya les dijo que aún había oportunidad de salvar la situación; no les prometió que Manjiro perdonaría la vida de Kazutora después de saber sobre la traición pero sí les prometió que si lograban acabar con la vida de Tetta Kisaki, las probabilidades de su supervivencia iban a aumentar en gran medida. Además, una vez que se supiera la verdad sobre la infertilidad de Chifuyu... Takemichi obviamente defendería a Kazutora, porque como omega entiende lo terrible que debe ser que te arrebaten no sólo a tu cachorro sino la capacidad biológica de quedar embarazado.

"Puede sonar cruel meter a Takemichi en todo esto y usarlo, pero no tenemos opción. Con la presión de ser tú quien hayas matado a la gran amenaza que representa Tetta Kisaki, más tus razones personales para haber hecho lo que hiciste, más tu redención al haberte arrepentido debido a tu encariñamiento con Takemichi y por último... gracias a la probable defensa que Takemichi te dará, principalmente por el dolor de su amigo Chifuyu, es muy probable que a Mikey no le quede de otra más que dejarte con vida, Kazutora. Quizás se te asigne otro castigo pero mientras puedas mantenerte con vida y mientras Kisaki pierda la suya en el camino, habrá valido la pena." esas fueron las contundentes palabras dichas por un tranquilo Mitsuya, quien sin lugar a dudas tenía nervios de acero.

Ni siquiera la intervención de los rusos cambió los planes de Mitsuya, aún así hizo todo un performance en Tokio desde la distancia, colocando dispositivos en cada una de las casas de los ejecutivos para fingir que estaba buscando al "infiltrado", haciendo y diciendo todo en pos de que Tetta Kisaki realmente se crea que Mitsuya había averiguado que Kazutora era el infiltrado e iría a buscarlo ni bien pise suelo japonés, para luego sacarle información a Kazutora sobre Kisaki y poder ir directamente a por él. Mitsuya movió tan bien sus hilos, sin dejar que nadie más que ellos tres (Chifuyu, Kazutora y el mismo Mitsuya) supieran sobre su plan, que el siempre precavido Kisaki realmente cayó en su trampa. Lo demás es historia.

—En medio del caos, él vio una oportunidad. Realmente te has ganado la reputación que tienes, Takashi Mitsuya. —susurró Kazutora sin dejar de ver el cadáver de Tetta Kisaki, todavía no podía creer que el mayor dolor de cabeza de la Tokyo Manji realmente esté muerto.

—Joder, debí haberle hecho caso a mi maldito mal presentimiento y evitar que vinieras aquí. —dijo una voz gruesa que heló la sangre de Kazutora. Al intentar darse la vuelta para apuntar al intruso con su arma, Kazutora gritó de dolor porque una bala le atravesó el muslo derecho. Sin poder evitarlo, el beta cayó al suelo de rodillas.

—¿Quién dijo que te podías dar la vuelta, hijo de puta? —espetó Hanma con una seriedad poco usual en él.

—No se supone que tú deberías estar aquí. —dijo Kazutora, haciendo presión con su mano en su muslo, para evitar desangrarse.

—Sí, pero... sabía que algo malo pasaría, así que decidí venir aquí por mi cuenta. —respondió Hanma mientras caminaba hacia Kazutora y le daba una brutal patada en la espalda, haciendo que el beta pasara de estar arrodillado a acostado en el frío suelo, lejos del cuerpo de Kisaki. —Tomaré esto, hijo de perra. —espetó mientras le arrebataba el arma a un ensangrentado Kazutora. Ahora Hanma tenía dos armas en sus manos.

Luego de desarmar a Kazutora, Hanma finalmente miró el cadáver de Kisaki. Después de echarle una larga mirada, el alfa sonrió desquiciadamente mientras lágrimas cayeron de sus usualmente desinteresados ojos de depredador. Kazutora no pudo evitar, en medio del dolor, sorprenderse al ver ese gesto tan humano en alguien tan desquiciado como Shuji Hanma. Jamás esperó ver a Hanma llorar...

—Maldita sea, Kisaki... se supone que el día que murieras, sería yo mismo quien te mataría. —susurró mientras se arrodillaba al lado del cuerpo de su amante para poder tocar su rostro una última vez, al tocarle la mejilla se dio cuenta de que ya empezaba a enfriarse. —¿Cómo te atreviste a permitir que alguien más te matara? —preguntó al cadáver, como si este pudiera responderle. —Al menos me llevaré esto de recuerdo, no te molesta ¿verdad?

Luego de decir eso, Hanma le sacó los lentes de oro a Kisaki. Los anteojos dorados estaban salpicados con la sangre de Kisaki, pero a Hanma no le importó y aún así los agarró para después esconderlos cuidadosamente en el bolsillo de sus pantalones, como si fueran un tesoro valioso. Ese literalmente sería el único recuerdo que Hanma se llevaría de Kisaki, porque lo demás arderá en fuego.

—Me gustaría hacerle el amor a tu cadáver, pero sé que odiabas la necrofilia... así que respetaré tu memoria y cumpliré tu deseo, Kisaki... —al oír esas tétricas palabras, toda la compasión que Kazutora sentía se esfumó. Hanma estaba igual o más desquiciado que el malvado Tetta Kisaki. Por algo eran pareja, para variar. —Una vez me dijiste que el día que murieras, fuera la causa que fuera, desearías que tu cadáver ardiera en fuego junto con el responsable de tu muerte, el cual tendría que arder vivo. Ya sea que el responsable fuera otro mafioso, un médico por malas praxis o yo mismo... —al terminar de decir eso, Hanma cerró lentamente los párpados de Kisaki con sus dedos. Mientras los cerraba, un par de lágrimas cayeron sobre el rostro del beta. Hanma sabía que una vez que cierre esos ojos, ya nunca más volverían a abrirse y una de las cosas que más le gustaba al alfa de su amante eran justamente sus azules y malvados ojos.

—Espera... eso quiere decir... —Kazutora trató de retroceder pero el dolor de su pierna le recordó que era inútil tratar de huir. No sólo estaba desarmado, también tenía un tiro de pistola en el muslo con lo cual ni siquiera podía correr.

—Sí, arderás vivo en este galpón junto al cadáver con Kisaki. Esa es la mejor venganza que puedo hacer por ahora para él. —respondió Hanma sonriéndole a Kazutora con maldad. La gran sonrisa en el rostro mojado de lágrimas del alfa era realmente escalofriante.

El alfa se levantó y caminó hacia un armario al final de la habitación. El armario estaba incrustado en la pared y sólo se abría a través de un lector de huellas digitales, obviamente aceptó la huella de Hanma. Al abrirle, habían varios objetos de torturas pero lo único que Hanma agarró fueron unas cuantas bombonas de gasolina, las cuales derramó por toda la habitación e incluso tiró una sobre un resignado Kazutora, quien tosió al casi ahogarse con la gasolina. Sabía que había cometido errores en la vida, pero no creía que fueran los suficientes como para merecer tener una muerte tan dolorosa... ser quemado vivo hasta la muerte sonaba terrible. Incluso el jodido Kisaki tuvo una muerte más rápida e indolora que eso.

—Hasta siempre, Kisaki. —dijo Hanma con una voz inusualmente suave, después de haber rociado la habitación con gasolina, incluidos Kazutora y el cadáver de su amante. —Y hasta nunca, hijo de puta. —espetó con resentimiento, mirando al beta. Luego de eso, Hanma sacó un mechero dorado de su pantalón. Al ver eso, el beta supo que sería el final.

—Lo mismo digo Hanma, hasta nunca. —la voz de un tercero se hizo escuchar en esa habitación y tanto Kazutora como Hanma giraron sus cabezas para ver hacia las escaleras. Sin embargo, el alfa fue lo suficientemente rápido como para apuntar al intruso con su arma.

—Tú... sabías que eras un jodido traidor. —espetó Hanma con desprecio, viendo a un enorme hombre frente a él apuntándole con un arma cargada.

—Qué irónico que justamente Valhalla hable de traidores... supongo que simplemente tuvieron una cucharada de su propia medicina. —dijo el otro alfa que apuntaba sin vacilación alguna a Hanma.

—¿Taiju...? —preguntó Kazutora con sus ojos miel muy abiertos, no podía creer que tuviera al mayor de los Shiba justo frente a él apuntando a Hanma. —Pero... Se supone que abandonaste la Toman y que estabas en Roma.

—Eso es lo que les hizo creer y obviamente Kisaki movió hilos para que pareciera que realmente estaba allí. —dijo Hanma, mirando con asco a un sonriente Taiju. —Supuestamente se separó de la Tokyo Manji por la sexualidad de su estúpido hermano menor, pero eso en realidad fue la excusa que usó para largarse de allí porque no estaba de acuerdo con varias de las decisiones tomadas por Mikey ultimamente.

—Sí, y por eso me uní al Valhalla de Kisaki. —asintió Taiju, sorprendiendo al propio Kazutora, quien pese a ser un infiltrado de Tetta Kisaki en la Toman, jamás se había encontrado con Taiju ni sabía que ahora era un subordinado de Kisaki.

—Pero obviamente todo eso era mentira, siempre supe que eras un traidor y Kisaki también. Simplemente te usamos, ¿lo entiendes? —espetó Hanma burlonamente. —Jamás confiamos en ti, pese a todos los "secretos" que nos desvelaste sobre la Toman.

—Lo sé, pero eso no importa... porque al final, gracias a ser "parte" del Valhalla hoy puedo estar aquí y evitar que mates a Kazutora. —sentenció apuntándole justo a la cabeza de Hanma, quien también apuntaba a la suya. —Y de paso, matarte a ti.

Luego de escuchar eso, Hanma se carcajeó como un demente, como si hubiera escuchado el mejor maldito chiste de todo el mundo. Después de reírse, para sorpresa tanto de Kazutora como del mismo Taiju, simplemente guardó su arma en el bolsillo de su chaqueta y en su lugar sacó su celular. Taiju pensó en dispararle pero algo le decía que si lo hacía, se arrepentiría para siempre así que en su lugar le preguntó a Hanma acerca de su extraño actuar, aunque por supuesto sin dejar en ningún momento de apuntarle con su arma.

—¿Por qué diablos sacaste tu celular?

—Para hacerles entender mejor su situación a ambos. —respondió un sonriente Hanma mientras les mostraba a ambos la pantalla de su celular. En ella se podía ver algo parecido a una aplicación clandestina y simplemente había un botón rojo que en cualquier momento podía ser apretado por el dedo pulgar de Hanma.

—¿Qué carajo es eso...? —preguntaron Kazutora y Hanma al unísono.

—Kisaki podría haber bajado estúpidamente la guardia en su último momento, pero no era idiota... jamás confió en ti. —dijo mirando ferozmente a Kazutora. —Ni mucho menos en ti, maldito loco religioso. —espetó mirando con odio a Taiju. —Por eso siempre tenía algo preparado por si trataban de traicionarnos, así que díganme... ¿quién son las personas más especiales para ambos?

—Chifuyu está en un jet privado con los demás ejecutivos y Baji sabe defenderse muy bien solo. —sentenció Kazutora muy confiado. Hanma sonrió con prepotencia al oír su respuesta.

—Hakkai está también en ese jet privado junto con Mitsuya y Yuzuha sabe defenderse muy bien sola. —asintió Taiju, muy convencido de la seguridad de sus hermanos. Hanma sonrió de oreja a oreja al oír la respuesta de Taiju, eso puso nerviosos tanto al beta como al alfa.

—Sí, pero dime... ¿quién protege a la mamá de Baji? —al oír eso, toda la sangre abandonó el rostro de Kazutora. Chifuyu, él y el propio Baji amaban profundamente a la madre del alfa. La querían tanto, que la mantenían en una casa completamente alejada de la capital y con mucha seguridad para que nada malo le pasara. El sólo hecho de pensar en que Kisaki supiera dónde estaba y pudiera hacerle algo... le heló la sangre.

—Tú... no puede ser...

—¿Lo entiendes ahora? Sólo necesito apretar este maldito botón para que el sicario que vigila a esa anciana la degolle. Y está pagado para garantizar que su muerte no sea rápida sino lenta y tortuosa.

—¡No te creo! —exclamó Kazutora muy pálido, sin embargo jadeó horrorizado en cuanto Hanma le mostró a través de su celular una foto de la señora Baji tomando un té dentro de su casa "supuestamente muy segura".

—Y en cuanto a ti... —siguió, mirando esta vez a Taiju. —También hay un sicario vigilando a un ser querido tuyo, listo para matar en cuanto yo dé la orden.

—Mis padres están muertos, así que a mí no puedes amenazarme con esa mierda.

—¡Taiju! —exclamó Kazutora pálido. —Por favor, es la mamá de Baji... ¡es mi suegra!

—¡Me importa un carajo! Es un precio justo a cambio de la cabeza de Hanma, ¿sabes lo peligroso que será este tipo si lo dejamos ir ahora? —Kazutora no pudo hacer más sino sollozar con su pierna aún sangrando.

—¿No te importa tu hermana Yuzuha? —al oír eso, Taiju se carcajeó divertido.

—¿Le pusieron un sicario a Yuzuha? Hubiera sido más efectivo si se lo hubieran puesto a Hakkai, aunque claro, sería imposible ya que ese niño vive ante la atenta vigilancia de Mitsuya. —espetó Taiju, muy seguro de su triunfo. —Adelante, aprieta ese botón y da la orden... Yuzuha sabe defenderse mejor que nadie y jamás baja la guardia ante nadie.

—¿Ante nadie? ¿ni siquiera ante su actual novia? —preguntó Hanma sonriendo y sonrió más cuando vio la sonrisa desaparecer del rostro del antes tranquilo Taiju. —Yo creo que sí la bajó con su novia, ya que al parecer se "aman" mucho y hay mucha "confianza" entre ellas. —sentenció mientras le mostraba al otro alfa una foto de Yuzuha durmiendo en una cama de dos plazas, al parecer fue su "novia" (sicaria) quien le tomó esa fotografía.

—Tú... hijo de puta.

—Me lo dicen seguido, lo tomo como un cumplido. —asintió Hanma, volviendo a colocar su dedo encima del botón rojo. —Haremos esto, te llevarás al imbécil de Kazutora de aquí y ambos abandonarán este galpón.

—¡De ninguna manera! ¿qué hay de esa maldita aplicación?

—Arderá en el fuego, junto con el cadáver de Kisaki. —sentenció, mientras veía a Taiju ayudando a Kazutora a levantarse del suelo con un brazo y apuntando a Hanma con la otra mano. —Y hoy me iré. Pero algún día volveré y me vengaré, eso tenganlo por seguro. —luego de decir eso, sacó el mechero dorado de su bolsillo, lo prendió y lo arrojó sobre el cuerpo de Kisaki mojado en gasolina. Pronto, toda la habitación empezó a arder.

Hanma permaneció unos pocos segundos viendo a Kisaki arder y luego miró una última vez tanto a Kazutora como a Taiju, quienes estaban subiendo las escaleras para huir del fuego, aunque tratando de no darle la espalda del todo al peligroso Hanma. El alfa pelinegro les sonrió ladino una última vez y después sin interés tiró su celular a las brasas del fuego, para luego darse la vuelta y salir por una puerta de emergencia subterránea que absolutamente nadie sabía que existía, salvo él mismo y el propio Kisaki. Claramente, la puerta sólo se habría con las huellas digitales de ambos. Tetta Kisaki pudo haber desconfiado de todo el mundo en vida, pero al menos jamás desconfió de Hanma.

—Algún día nos volveremos a ver en el infierno... o al menos eso es lo que espero. —susurró Hanma mientras veía al fuego consumir el cuerpo de su amante, mientras veía esa escena dejó fluir las dos últimas lágrimas que le quedaban. Luego de eso, las puertas de la salida secreta se cerraron del todo, separándolo por completo del fuego que se encargaría de convertir en cenizas al cuerpo de Kisaki.

...Continuará...

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