Egoísta
¡Hola! Mil gracias por tu apoyo y paciencia! Aquí paso a dejar un nuevo capítulo, como prometí mañana habrá otro nuevo capítulo! Gracias por estar y comentar!! :')
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Al mismo tiempo que Sanzu realizaba disturbios en un popular templo budista de Tokio; Chifuyu y Takemichi se encontraban hablando solos, en una de las numerosas habitaciones que poseía la mansión de Emma y Draken.
Mientras los omegas tenían una conversación privada en el segundo piso, Mikey se hallaba en el primer piso roncando al tomarse una merecida siesta, estaba tumbado en un sofá del salón principal de la mansión. El alfa se notaba despreocupado, porque sabía que la propiedad Ryuguji tenía muchísima seguridad. Aún así, mantenía una pistola cargada escondida debajo de un mullido almohadón, al alcance de su mano. Nunca estaba de más ser precavido, más aún teniendo en cuenta el ambiente en el que se movía.
"Lo primero que les enseñaré a mis cachorros ni bien aprendan a caminar, es a cómo disparar." fue el pensamiento que pasó por la mente del durmiente Mikey.
Los mismos Chifuyu y Takemichi, quienes en esos momentos estaban conversando en una habitación muy segura, tenían cada uno una pistola cargada en un arnés de cadera. Una de las primeras cosas que había aprendido Takemichi al saber que, evidentemente, no se iría de la Toman una vez finalizado los seis meses, fue a disparar para poder defenderse en caso de que algo malo ocurriera. La Toman era una mafia después de todo y el loco de Hanma seguía suelto allá afuera, así que nunca estaba de más ser precavido.
—Takemichi, en serio... no lo hagas. Te lo agradezco muchísimo, pero no tienes que hacerlo. —negó Chifuyu por tercera vez en lo que iba esa charla.
—¡Dije que lo haría y lo haré! —exclamó el pelinegro, un poco harto de que su amigo se negara a aceptar su ayuda. —Y tienes razón, no tengo que hacerlo... yo quiero hacerlo.
—Pero no es seguro, además el doctor Azami dijo que las probabilidades de éxito son más bajas que altas.
—¿Y por qué no aferrarnos a esa mínina probabilidad? Deja ya de ser tan pesimista, Chifuyu. —lo regañó, en parte triste y en parte enojado por la resignación que demostraba su amigo. —Entiendo que es un tema delicado para ti, pero debido a que quisiste ocultar tu infertilidad de Baji... nunca se hizo todo lo humanamente posible para devolverte tu fertilidad, así que si el doctor Azami dijo que hay una probabilidad... entonces debemos aferrarnos a ella con uñas y dientes. Quiero ayudarte, así que por favor déjate ayudar. —le suplicó y Chifuyu tembló, a punto de estallar.
—¡Pero el doctor dijo que tu fertilidad podría verse comprometida en el proceso! —exclamó Chifuyu, levantándose de su silla y mirando a Takemichi, quien se hallaba sentado en una silla frente a él. —Si pierdes tu fertilidad por reparar la mía... simplemente no podría vivir con esa culpa. No podría, Takemichi.
—Hey, Azami jamás me dijo "si participas en el experimento, quedarás estéril para siempre" —le aclaró, tomando la mano de un nervioso Chifuyu para que se volviera a sentar frente a él. —Sólo dijo que había una alta posibilidad de que mi fertilidad se viera disminuida, nunca dijo que quedaría estéril. La posibilidad de que eso ocurra es de menos del 10%. Así que relájate, ¿ok?
—Pero incluso si es así, no es justo que por mi culpa... tu fertilidad se vea comprometida. —continuó negándose el omega, haciendo suspirar a Takemichi. El rubio era de esa clase de personas que estaría dispuesto a sacrificar su propia felicidad, a cambio de no interferir en la felicidad de sus seres queridos. Simplemente no le nacía actuar con egoísmo, pero lo que Chifuyu no sabía, es que Takemichi era incluso más terco que él.
—Amigo, incluso si en serio quedase estéril... no me importaría tanto, porque para cuando eso ocurra ya tendré a estos dos pequeños en mis brazos. —dijo el omega, acariciando su vientre que apenas tenía una leve protuberancia. —Quiero que tú también experimentes lo que yo estoy sintiendo, porque te lo mereces más que nadie. Chifuyu... yo sé cuánto deseas ser madre. —sentenció, acariciando la mano de un tembloroso rubio. —Como omega, puedo entenderte mejor que nadie porque yo también creí durante mucho tiempo que era estéril... y aunque fingía que no me importaba tanto, sí me dolía. Así que Chifuyu... está bien admitir que te duele.
—Takemichi, amigo yo... —empezó diciendo el omega con sus ojos verdes cristalinos, dejando caer un par de lágrimas que hasta el momento había estaba reprimiendo. —Me duele... me duele no poder tener mi propio cachorro. Me duele no poder hacer padres a Baji-san y a Kazutora, aún sabiendo cuánto desean serlo. Realmente me duele mucho. —luego de finalmente admitirlo en voz alta, Chifuyu sintió que se quitó un gran peso de encima.
El pelinegro no dijo nada, simplemente se levantó de su silla y abrazó fuertemente a Chifuyu, quien hundió su cara en el pecho del otro, sollozando sobre el suéter de Takemichi hasta humedecerlo un poco. En momentos así, no se necesitaban palabras... sólo un abrazo impregnado de feromonas, las cuales indican un vínculo de manada. Ambos jóvenes durante los últimos meses, de forma completamente inconsciente, formaron un fuerte vínculo al ser los únicos omegas de la "manada" que representaba la Toman. Quizás por eso Takemichi estaba tan empeñado en devolverle la fertilidad a Chifuyu, aún si comprometía la suya en el proceso.
—¿Quieres que te cuente un secreto? —empezó diciendo, acariciando dulcemente el cabello rubio de su amigo para tranquilizarlo. —En el fondo, realmente deseo que mi fertilidad disminuya aunque sea un poco al ayudarte... es decir, ¿sabes cuántas pastillas anticonceptivas tomé y aún así estos dos diablillos fueron concebidos? O ellos tenían muchas ganas de nacer o mi fertilidad es tan alta que las pastillas no me hacen nada. —bromeó Takemichi, tratando de relajar un poco el ambiente tan tenso.
Al parecer su broma funcionó, pues Chifuyu comenzó a reír en medio de sus sollozos. Takemichi también se rió y siguió acariciando gentilmente el cabello del rubio, quien ronroneó mientras frotaba su mejilla contra el suéter suavecito del pelinegro. Cualquiera que viera esa escena, la de dos bellos omegas dándose mimos mutuamente, definitivamente se enternecería. La vista era simplemente conmovedora.
—Está bien, Takemichi. —dijo Chifuyu luego de varios minutos, una vez que dejó de sollozar. Su voz se notaba un poco ronca, pues la conversación que tuvo con el pelinegro realmente había tocado una fibra sensible en él. —Me dejaré ayudar... aunque sienta culpa, aunque me sienta un egoísta, participaré en el experimento del doctor Azami para recuperar mi fertilidad.
—Gracias por dejarme ayudarte. —susurró Takemichi, soltando feromonas reconfortantes para apaciguar la ansiedad del rubio. —Una vez que mis cachorros nazcan, ambos participaremos en el experimento. Tengo un buen presentimiento con respecto a eso, amigo.
—No, gracias a ti... —dijo Chifuyu, abrazando un poquito más a Takemichi y frotando una vez más su mejilla contra el suéter ajeno. —Llegaste para cambiar absolutamente todo para bien, Takemichi... muchas gracias por todo.
...
Durante los últimos días, el sicario que asesinó a Ryoko Baji había sido torturado por el mismo Baji y por los hermanos Kawata. El sujeto, a pesar de haber sido torturado de innumerables maneras, no había soltado una sola información relevante acerca del paradero del prófugo de Hanma. Si supiera algo acerca del peligroso alfa, ya lo hubiera soltado después de tanta tortura, lo cual lamentablemente indicaba... que no sabía nada. En ese punto, matarlo era lo único que quedaba por hacer.
Las palabras dichas por Mitsuya, luego de una extenuante investigación, no fueron muy alentadoras para toda la Toman y sobre todo para Baji, quien era el que más deseaba asesinar con sus propias manos a Shuji Hanma. Lo que Mitsuya les comunicó fue contundente y decepcionante:
"Aún no estoy 100% seguro, pero según las investigaciones que pude hacer hasta ahora... me temo que Hanma no está en Asia, Estados Unidos ni Europa. Creo que se escondió en un lugar muy lejano a Japón... Latinoamérica. La razón por la cual pudo haberse escondido allí es simple: la delincuencia, la corrupción y los cárteles son el pan de cada día. Encontrar a un criminal que va allí específicamente a esconderse y con tanto dinero como el que se llevó, es prácticamente imposible. Kisaki Tetta fue inteligente al mandarlo a un lugar olvidado por Dios como ese, maldito sea."
Una vez que Baji se enteró de que no podría sacarle información relevante acerca del paradero de Hanma, quien presumiblemente ya se encontraba en algún país de Latinoamérica; decidió que era momento de acabar con la vida del sicario. Aún así, el pelinegro le dejó en claro que no le daría una muerte rápida sino lenta y tortuosa por ser el asesino de su madre. Para evitar un destino más agónico del que ya había sufrido, el sicario decidió vender a su compañera Senju, quien también fue una sicaria contratada por Tetta Kisaki para asesinar a Yuzuha.
Debido a que no podía comunicarse a través del habla, pues Baji le arrancó todos los dientes con una pinza y le cortó la lengua con una navaja, el sicario pidió como pudo un portátil para hacerle saber a Baji acerca de Senju Kawaragi y así morir más rápido. No podía escribir en una hoja, pues su dedos habían sido rotos y otros cercenados, pero sí podía usar el único dedo que aún tenía en condiciones para escribir, tecla por tecla, en un portátil la información de la otra sicaria. Obviamente, Baji solicitó la presencia de Mitsuya cuando se enteró de eso y el alfa de ojos lilas no tardó en llegar a la sala de tortura.
—Pueden irse, lo voy a interrogar yo mismo. —dijo Mitsuya, haciendo que tanto los hermanos Kawata como Baji salieran de la cámara de tortura.
Ese cuarto estaba insonorizado y además tenía cámaras de seguridad, no obstante Mitsuya había hackeado minutos antes dichas cámaras para que nadie supiera lo pasaría allí, además de que por supuesto le puso seguro a la puerta una vez que Baji abandonó el lugar. Los ojos lilas miraron con frialdad al lamentable sicario torturado que tenía frente a él, recordando de repente lo que Taiju le había dicho días atrás.
"Te lo ruego, Mitsuya... Yuzuha en serio ama a ésta mocosa llamada Senju Kawaragi. Tienes que evitar que el nombre de Senju salga de la boca del sicario, porque si la Toman se entera de que fue una asesina contratada por Kisaki Tetta... será torturada y asesinada, sin importar si al final se arrepintió o no. Yuzuha no soportaría su muerte y probablemente eso provocaría un quiebre en la estructura de la Toman. Tú sabes que si uno de mis hermanos se va, yo también me iré. Y Hakkai definitivamente irá detrás de Yuzuha, eso dalo por hecho. Así que por favor, tienes que evitar a toda costa que ese sicario suelte el nombre de Senju Kawaragi"
—Sé que tienes una hija. —empezó a decir Mitsuya. El sicario se estremeció al oír eso. —La ocultaste bien, pero la encontré. —entonces sacó una fotografía de su bolsillo y se la mostró al hombre, quien tembló al ver el rostro de su pequeña hija. —Diez años de edad, completamente sana y una preciosa omega con grandes ojos color miel... sería una gran mercancía para la trata en algún país extranjero ¿no te parece?
—¡N-n! —negó, apenas se le entendía pues Baji le había arrancado los dientes con unas pinzas.
—Puedo garantizar la seguridad de tu hija una vez que tú mueras... a cambio de que cierres tu jodida boca y aceptes una muerte dolorosa. Tienes estrictamente prohibido decir el nombre de Kawaragi Senju, sin importar cuánto te torturen los gemelos o el tipo de pelo negro ¿entendido? —sentenció Mitsuya, guardando de nuevo la fotografía de la niña en su bolsillo.
—¡M-m! —asintió el hombre entre lágrimas, desesperado por proteger a su única hija de convertirse en una esclava sexual.
Mitsuya simplemente reprimió el asco que sintió de sí mismo, debido a que odiaba tener que utilizar los trucos sucios de Kisaki Tetta para manipular la situación a su antojo. Pero no tenía opción, ese día eligió proteger los intereses de su familia por sobre los de la Toman. Ese día, Mitsuya fue egoísta.
Al salir de la cámara de tortura, Mitsuya simplemente les dijo tanto a Baji como a los hermanos Kawata que el sicario realmente no tenía nueva información para darles, simplemente mintió en un intento desesperado por adelantar su muerte y volverla un poco menos dolorosa. El alfa de ojos lilas mintió tan fácilmente como si se tratara de respirar, por lo cual ni Baji ni los gemelos Kawata sospecharon y simplemente eligieron creer en sus palabras. Después de todo, era Mitsuya... el buen y confiable Takashi Mitsuya.
El sicario efectivamente cumplió su promesa y murió de forma dolorosa en manos de Baji, sin soltar ni una sola vez el nombre de Senju. Debido a que la existencia de Kawaragi Senju como una asesina contratada por Kisaki Tetta jamás se hizo de público conocimiento, siendo un hecho conocido únicamente por los hermanos Shiba y por el mismo Mitsuya, la omega de cabello rosa podría convertirse oficialmente en la novia de Yuzuha Shiba y no tendrían que esconder su relación. Nadie en la Toman sospecharía y al malhumorado de Sanzu no le quedaría más opción que aceptar a su hermana menor dentro de su entorno, aunque a regañadientes.
A Mitsuya le gustaría poder fingir ser un santo y decir que "traicionó" la confianza de la organización a la que sirve simplemente por ayudar a un miembro de su segunda familia, Yuzuha Shiba; pero hacerlo significaba decir otra mentira y con una por día era más que suficiente. La verdad es que se arriesgó de tal forma porque sabía que Hakkai estaba muy preocupado por la situación de su hermana Yuzuha y de Senju Kawaragi. Debido a eso, Mitsuya simplemente decidió matar dos pájaros de un tiro: ayudar a su querida cuñada y ganar puntos con Hakkai, para que lo perdonara más rápido.
La beta se había sincerado con su hermano menor y le había contado toda la historia de su relación con la joven sicaria omega, por lo cual Hakkai se solidarizó con la situación de ambas y estaba rompiéndose la cabeza pensando en cómo solucionar ese problema, sin pedir la ayuda de Mitsuya pues seguía enojado con el alfa por el tema de Taiju. No obstante, incluso sin pedírselo, "Taka-chan" una vez más se encargó de solucionar el problema que aquejaba la mente de Hakkai. Y ni siquiera pidió un gracias de parte de los hermanos Shiba, eso conmovió el corazón de pollo de Hakkai.
"Mitsuya, sé cuánto odias usar los trucos sucios de Tetta Kisaki y también sé cuánto odias mentirles a los miembros de la Toman... pero si lo haces, no sólo te ganarás aún más el corazón de Yuzuha, también avanzarás pasos agigantados para obtener el perdón de Hakkai. Créeme, incluso si él no quiere verme a mí... Hakkai escuchará a Yuzuha y ella no tendrá nada más que buenas palabras para decirle de ti si la ayudas con el tema de Senju" esas fueron las inteligentes palabras que le dijo Taiju a Mitsuya unos días antes y efectivamente había tenido razón. El hermano mayor realmente conocía muy bien los modos de actuar de sus dos hermanos menores.
...
Mientras todo eso ocurría, un muy satisfecho Sanzu caminaba por las calles de Tokio con una gran sonrisa en el rostro. Recién acababa de salir del templo budista y, luego de amenazar al monje con una filosa navaja, la ecografía de los cachorros recibió la limpia que tanto deseaba. Por supuesto, la policía llegó al templo debido a las quejas de los creyentes pero el pelirosa huyó antes de que las autoridades llegaran y tanto Emma como Draken, se quedaron allí para apaciguar a los policías. A Sanzu aún le dolían los tímpanos, por el grito que le dio Emma antes de que saliera del templo.
"¡Definitivamente tú eres la causa de nuestras desgracias! Estuviste allí el día de nuestra boda, también estuviste el día del baby shower de Hanako y una vez más apareciste aquí en el templo para arruinarlo todo, ¡te prohibo que estés el día del nacimiento de nuestra hija! ¡Lárgate de aquí antes de que te atrape la policía, idiota!" exclamó una muy enojada Emma, cuando vio las típicas luces de los autos de policías a lo lejos.
—Bendición de Dios, lista. —asintió Sanzu feliz, dejando de recordar las amenazas de Emma. —Bendición de Buda, lista. —continuó, tarareando muy satisfecho. —Ahora sólo falta hacer un ritual oscuro y obtener la bendición de Satanás. Entonces, los príncipes nacerán completamente sanos. —sentenció, siendo muy optimista acerca del futuro.
Sanzu se hallaba caminando por las enormes calles de Tokio, tarareando y hablando solo, sin importarle que la gente lo mirara como si estuviera loco. El beta estaba en una nube rosa, pensando en todo lo bueno que la vida le tenía deparado como fiel siervo de la reina y el rey. Estaba tan ensimismado con la idea de convertirse en niñero de los futuros príncipes, que ni siquiera había recordado drogarse en los últimos días. Takemichi realmente llegó para cambiarlo todo, incluso cambió a un adicto como Sanzu.
—Es casi seguro que saldrán dominantes pues tanto la reina como el rey tienen el gen dominante pero... ¿serán dos omegas dominantes? ¿dos alfas dominantes? ¡O mejor aún, un omega y un alfa dominantes! ¡Qué bendición sería eso! —exclamó eufórico, dando un brinquito de alegría. Todos alrededor se hicieron a un lado, dejándolo pasar y mirándolo como si estuviera loco.
—Haruchiyo. —al oír esa voz, que hacía muchos años no había oído... Sanzu se detuvo en seco y giró lentamente su cabeza hacia un callejón a su derecha.
Allí vio una sombra alta, bastante alta... quizás un metro ochenta. La persona dio dos pasos hacia él y se dejó ver. Era un hombre maduro delgado, alto, completamente vestido de negro y su cabello negro era un tanto largo, con mechones rubios saliéndole de la frente descubierta. Tenía unos grandes ojos caídos de color morado y quizás lo que más sabresalía de su alargado rostro, era una larga cicatriz que le atravesaba el ojo derecho. Un cigarrillo prendido adornaba su boca de forma casi permanente, lo cual indicaba que era un fumador crónico.
"Feo" fue lo primero que pasó por la mente de Sanzu. "Inexplicablemente feo, ni siquiera puedo entender cómo compartimos sangre."
—Hermano... —empezó a decir Takeomi Akashi, el hermano mayor de Sanzu. —Cuánto tiempo sin verte.
—No soy tu hermano, vividor. —espetó el beta, afilando su mirada turquesa. —Y no me llames Haruchiyo, soy Sanzu para ti. —toda la emoción y la euforia anterior habían desaparecido de un momento a otro. Claramente, no había una buena relación entre los hermanos Akashi.
...Continuará...
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