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Decepción

¡Hola, tardísimo lo sé pero debía subir la actualización! 🤧😭 Gracias por todos sus comentarios! Últimamente son tantos y no me dan tiempo a responder pero los leo y me da mucha emoción, risas y ganas de seguir escribiendo, así que mil gracias! Los y las amo 🤩😍❤

Por cierto, las que están en el grupo lo saben pero para los que no... En el siguiente o en todo caso el siguiente de ese, se viene el delicioso mitake 💕💕👌🏻🤠

Acá la humilde casita de Emma y Draken jaja

Sin más que decir, ¡a leer!

...

Luego de aquel primer beso por iniciativa propia de Takemichi, los días y las semanas pasaron con fluidez. Todos notaron un gran cambio en el omega, principalmente Mikey, pues el pelinegro ganó confianza en sí mismo y ya no se disculpaba por todo ni rechazaba los regalos que Mikey le hacía, sino que los aceptaba todos y agradecía cada uno de ellos con sinceridad. Poco a poco dejó de usar pijamas holgados todo el día y empezó a vestirse con ropa que el mismo Mitsuya, utilizando su gran sentido de la moda, le ayudó a elegir. Takemichi no se volvió tan engreído ni atrevido como cuando su omega interior tomaba el control de su cuerpo, pero tampoco era tan humilde, tímido y mojigato como antes. Se atrevió a vestirse con ropa un poco más ajustada, que marque un poquito sus curvas y cada vez que salía nervioso del cuarto vistiendo ropa bonita, sus ojos azul claro buscaban aprobación en la mirada de Mikey y últimamente también en la de Sanzu; cuando la recibía sonreía sintiéndose cada vez mejor consigo mismo. Hanagaki Takemichi por primera vez en su vida se sentía hermoso, y podía mirarse al espejo sin verse feo al compararse con otros omegas.

Chifuyu siguió visitando a Takemichi varias veces por semana cada vez que terminaba su trabajo. Pasaban horas charlando sobre trivialidades mientras Mikey estaba presente en casa pero cuando el alfa no estaba, Chifuyu aprovechaba para entrenar al otro omega y le enseñaba cómo pelear; gracias a todo eso el pelinegro fue ganando masa muscular. Él ya no era aquel omega delgaducho que había llegado asustado y mojado por la lluvia a ese penthouse, vistiendo únicamente su enorme pijama desgastado. Takemichi en las últimas semanas se había convertido en un hermoso omega delgado pero con sus músculos marcados de forma saludable por el ejercicio, su piel brillaba más que el futuro de muchas personas gracias a la comida saludable que ingería diariamente, por recomendación de Emma quien estableció una dieta tanto para su hermano como para su cuñado (como en secreto la beta llamaba a Takemichi). Si alguien externo a la Toman viese cómo el omega se desplazaba por los pasillos del enorme penthouse con tanta confianza, no sólo pensarían que no se encontraba "secuestrado" sino que darían por hecho que ese era su hogar. El pelinegro se veía demasiado cómodo allí.

Fue tan radical el cambio, que últimamente los propios gángsters de la Tokyo Manji olvidaban que el omega estaba allí en condición de secuestrado y que todo eso tenía una fecha de vencimiento, y eran los seis meses pactados en el muelle. Muchos sentían envidia del omega e incluso desearon decirle que dejara de actuar tan confianzudo en el penthouse de Mikey, porque de todas formas sería desechado como un juguete usado en poco tiempo. Por supuesto, muchos lo pensaron pero ninguno se atrevió a decirlo en voz alta; porque aunque eran criminales no eran estúpidos y sabían que si alguien se atrevía a recordarle eso a Takemichi frente al desquiciado de Sanzu, quien últimamente parecía más la sombra del omega que de Mikey... probablemente ese sería el último día que esa persona vería la luz del sol. Así que debido al gran miedo que casi todos le tenían tanto a Mikey como al loco de Sanzu, los gángsters poco a poco empezaron a tratar con más respeto del que quizás deberían a Takemichi y dieron por hecho en sus mentes que tal vez en seis meses él no se iría, y en su lugar se quedaría como la pareja oficial del jefe. No era inteligente hacerte enemigo del novio o novia de tu jefe, cualquier persona con sentido común sabría algo tan básico como eso.

Toda la Toman estaba sorprendida, menos por supuesto el visionario de Keisuke Baji. El alfa últimamente siempre andaba por los pasillos pavoneándose de que él siempre supo que eso pasaría, pues lo había visto en la película de "La bella y la bestia" y efectivamente, el Síndrome de Estocolmo simplemente había hecho su trabajo en Takemichi. Baji le repetía siempre que podía a Chifuyu: "Me dijeron loco... pero como siempre, tenía razón ¿ves que sí pienso, amor?" el omega rubio simplemente ponía sus ojos en blanco pero asentía, sin ganas de ponerse a discutir con su tonto alfa. Keisuke casi siempre usaba sus puños en lugar de su cerebro, así que el rubio no quiso arruinar la infantil emoción del pelinegro al decirle que no era la única persona en toda la jodida Toman que sabía lo que era el Síndrome de Estocolmo, o que su "conocimiento" acerca del tema ni siquiera contaba, pues no lo había leído en algún libro sino que lo vio en una maldita película. Chifuyu simplemente no tenía el corazón tan frío como para decirle la cruda realidad a su hombre, así que sólo asintió cada vez que Baji le repitió lo inteligente que podía ser cuando se lo proponía.

Por otra parte, la persona que competía con Mikey, Sanzu y Chifuyu en ser quien más tiempo pasaba con Takemichi sin lugar a dudas era Inupi. Desde que supieron que tenían un "lazo de manada" en aquel frío matadero, el hermoso alfa no paró de ir a visitar al omega al penthouse de su jefe. Al principio, Mikey no pudo evitar gruñir cada vez que el afeminado rubio llegaba a su casa para pasar el rato con su omega pero, luego de ver la felicidad reflejada en el semblante sonriente de Takemichi cada vez que tomaba el té con Inupi, Mikey no pudo evitar suspirar resignado y guardarse sus celos pensando que, de todas formas, Inupi aunque fuera un alfa no vería a Takemichi de forma romántica pues ya estaba bien follado por Koko. Y hablando del diablo, el ocupado alfa adicto al dinero que siempre alegaba "no tener tiempo para nada más que trabajar", también iba al penthouse cada vez que Inui se hacía un tiempo en su apretada agenda para tomar el té con Takemichi. El par de alfas celosos (Mikey y Koko) vieron con ojos de halcón la interacción entre sus respectivas parejas y, luego de un par de semanas, se calmaron al confirmar que no existía atracción sexual entre ambos.

Inupi le enseñó a Takemichi muchas cosas, el omega quedó fascinado por lo inteligente, sofisticado y seguro de sí mismo que era el alfa. Nunca había visto en toda su vida a una persona tan hermosa como Seishu Inui, ni siquiera esos modelos que pasaban en la televisión. De entre todas las cosas que el rubio le enseñó al pelinegro, lo más importante fue el amor propio y la autoestima. Cada vez que se veían Inupi le recordaba lo hermoso que se veía ese día y cuánto valía, se lo dijo hasta que Takemichi realmente empezó a creérselo. El rubio le compartió sus secretos al omega para verse más bonito, le regaló muchos productos cosmetológicos que él mismo usaba para que su piel, su cabellera y sus uñas se vieran más saludables. Además, en una de sus tardes de té el alfa pintó las uñas de un avergonzado Takemichi, peinó su cabello rebelde hasta dejarlo esponjoso pero brillante e incluso colocó un poquito de maquillaje en su rostro para resaltar su belleza natural. Mikey ese día tuvo que encerrarse en el baño más cercano para poder masturbarse solo, debido a lo mucho que le afectó ver al pelinegro tan jodidamente hermoso.

La verdad es que Takemichi jamás en toda su vida había hecho cosas como pintar sus uñas o ponerse maquillaje en la cara, pues siempre le dijeron que eso era para mujeres o para omegas bonitos y adinerados, no feos y pobres como él. Sin embargo, aunque su opinión se vio condicionada por lo que gente malvada le dijo en el pasado, a Takemichi realmente le gustó mucho cómo se vieron sus uñas pintadas de un intenso color negro y el maquillaje casi imperceptible que resaltó mucho sus grandes ojos azules y el bálsamo labial que volvió mucho más apetecibles a sus carnosos labios. A partir de esa reveladora tarde de té, Inupi le enseñó a Takemichi por petición del mismo cómo pintar sus uñas, cómo maquillarse sutilmente para resaltar sus atributos y cómo peinar su rebelde cabello negro. Desde ese momento la autoestima del omega mejoró a pasos agigantados, todo gracias a la ayuda de Inupi, quien ante los ojos de Takemichi era algo así como el hada madrina que convierte a Cenicienta en una princesa.

En medio de todo eso, finalmente llegó el esperado día del baby shower de Emma y Draken. La pareja ya había hecho la prueba para saber el sexo del bebé, sería una niña y Takemichi notó la felicidad en Mikey al saber que pronto tendría una bonita sobrina entre sus brazos. Emma gritó de alegría al saber que su primogénito sería una niña y Draken por su parte se sintió algo decepcionado al principio, pero enseguida se recompuso cuando la beta le dio una de sus miradas fulminantes. La verdad es que Emma siempre quiso una niña mientras que Draken deseó un niño, no porque desprecie a las mujeres o algo así... sino porque sabía lo sobreprotector y paranóico que actuaría si tuviera una hija. Si fuese un niño, el alfa podría estar más despreocupado aunque igualmente amaría con locura a su hijo pero... una niña era un caso completamente diferente, él sabía que estaría todo el día con sus ojos de halcón encima de su hija para protegerla de todo y de todos. Lo único que rogó es que la niña al menos fuera beta o mejor aún alfa pero nunca una omega, porque de ser así sería triplemente sobreprotector. Mikey quiso lo mismo que su cuñado en ese aspecto, que su sobrina sea lo que sea menos una omega. Emma deseó que su hija sea omega sólo para hacerles la contraria a los dos alfas tontos que tenía de esposo y de hermano.

El día del baby shower, Mikey vistió un elegante pero cómodo traje negro Armani, unos lustrosos zapatos negros Louis Vuitton con el logo de la empresa en forma de hebilla dorada como decoración y una llamativa corbata en color rosa pastel encima de su camisa blanca. Él, Draken y Emma serían los protagonistas de las fotografías del baby shower así que, según las indicaciones de la perfeccionista beta, tanto él como Draken debían vestir trajes negros, con camisa blanca y una corbata de color rosa pastel, la cual combinaría con el vestido que ella misma usaría el cual obviamente sería también de color rosa pastel. Ese día Takemichi peinó el cabello rubio de Mikey con mucho esmero hacia atrás, dejándolo más pulcro que nunca pues también deseaba que se viera muy guapo en las fotografías del baby shower de su futura sobrina. El alfa al verse en el espejo de pie que tenía su vestidor, no pudo evitar silbar a su propio reflejo pues hacía mucho tiempo que no se veía tan jodidamente guapo. El omega ante esa acción simplemente puso sus ojos en blanco y negó con la cabeza, menuda humildad. Aunque él mismo no pudo evitar sonrojarse al darse cuenta de lo caliente que se veía Mikey usando traje.

La verdad es que la relación entre el alfa y el omega en las últimas semanas había dado un giro drástico. Eran como una pareja de recién casados: vivían juntos, dormían juntos, comían juntos, charlaban sobre trivialidades y se besaban en diferentes lados de la casa aunque su lugar predilecto era el sofá de la sala de estar, el nido de Takemichi y la gran cama de Mikey que ambos compartían. A pesar de que la tensión sexual entre ellos dos era enorme, cada vez que los toqueteos del alfa querían convertirse en algo más serio, Takemichi lo apartaba y corría al baño más cercano para masturbarse solo mientras que por su parte el alfa maldecía por lo bajo pero imitaba al omega y se encerraba en otro baño para masturbarse también. El pelinegro claramente tenía muchas ganas de enterrar la polla del alfa dentro de él, pero no se atrevía a dar ese gran paso porque... todavía había una parte en su mente afectada por el Síndrome de Estocolmo que le decía que era una pésima idea tener relaciones sexuales con su secuestrador. Sin embargo, cada día esa voz iba desvaneciéndose más y la tensión sexual entre ambos iba en aumento, advirtiendo que en cualquier momento explotaría. Lo que había entre Mikey y Takemichi era simplemente una bomba de tiempo.

Quizás de forma inconsciente o consciente (quién sabe), ese día al elegir qué ponerse Takemichi decidió utilizar tres colores: rosa pastel, negro y blanco; justamente los mismos colores con los que Mikey debía asistir a la fiesta por petición de su hermana. El atuendo del omega consistía en una elegante camisa color rosa pastel con botones dorados en la parte de adelante, con mangas abullonadas o abultadas las cuales en la zona de las muñecas se ajustaban y tenían tres botones dorados que sólo servían como decoración; sus pantalones de tiro alto eran ajustados de terciopelo negro y los combinó con unas cortas botas blancas simil cuero con tacones que le hacían verse unos centímetros más alto. Gracias a los consejos de moda dados por Mitsuya e Inupi, Takemichi aprendió que combinar distintos colores y texturas de la forma adecuada, te harán ver sofisticado en lugar de simplemente ridículo.

Al principio, el omega siempre necesitaba la aprobación de ambos alfas para sus looks pero con el paso de las semanas y gracias a practicar combinar diferentes estilos cada día, el pelinegro se sintió satisfecho al ver su reflejo en el espejo y sabía que se veía bonito sin necesidad de que nadie se lo dijera para creérselo. Finalizó su outfit pintando sus uñas ya bastante largas de color negro y maquillando su rostro con algo de maquillaje de la línea exclsuiva de Emma, tal como Inui le enseñó. Un poco de corrector para sus ojeras, máscara de pestañas transparente simplemente para que sus pestañas resalten más, un poco de polvos translúcidos para que su rostro se matice y un bálsamo labial que acentúe sus jugosos labios. No usó perfume, porque sus dulces feromonas las cuales poco a poco controlaban cada vez más gracias al trabajo en conjunto con su omega interior, eran mucho mejores que perfumes artificiales y además era el olor que más le gustaba a su alfa. Al pensar en eso último, el omega frunció el ceño disgustado consigo mismo y simplemente negó con la cabeza, arreglando su cabello el cual gracias a los tratamientos de Inupi estaba más controlable y brillante que nunca.

"Listo. Perfecto para mi alfa." pensó satisfecho al ver su reflejo en el espejo de pie. Sin embargo, al repasar lo que acababa de pensar, nuevamente negó con la cabeza mientras suspiraba resignado. Últimamente sus pensamientos posesivos con respecto a Mikey habían empeorado y le echaba la culpa de todo a su fusión con su omega interior. Por supuesto que debía ser eso, no se estaba enamorando de su secuestrador ni mucho menos, era todo hormonal y en algún momento se detendría ¿verdad?

"Claro que sí, campeón." se burló de él su omega interior. Takemichi volvió a suspirar resignado y simplemente se dio la vuelta para salir del vestidor e ir directamente a la sala de estar, donde Mikey ya se hallaba vestido esperándolo para ir al baby shower.

Takemichi percibió el hambre reflejado en los ojos negros del alfa cuando el susodicho lo vio completamente vestido para ir a la fiesta, a pesar de que Mikey últimamente veía al pelinegro todos los días combinando estilos gracias a los consejos de Mitsuya e Inupi, cada día lo veía con un deseo incontenible en su mirada casi devorando el cuerpo del omega con sus ojos. Takemichi tragó saliva de forma audible y sonrió forzosamente, muy consciente de que cualquiera de esos días Mikey finalmente explotaría... y lo que más temió no fue eso sino que muy probablemente él iba a corresponder a ese alfa, pues en el fondo de su mente él sabía que también lo deseaba. Fue entonces que tanto el alfa como el omega suprimieron una vez más su deseo y se dirigieron juntos en un automóvil conducido por Sanzu, quien vestía un elegante traje púrpura con flores rosadas las cuales combinaban con su cabello rosado atado en una cola alta de caballo; hacia la mansión estilo europea que recientemente compró Emma junto con Draken para poder vivir en un lugar más espacioso para su familia. A pesar de que la beta y el alfa recién tendrían a su primera hija, ambos (sobre todo Emma) pretendían ampliar más la familia.

Los ojos de Takemichi se abrieron más de los normal, impresionado al ver la enorme y lujosa mansión en la que vivían tanto Emma como Draken. Si él pensaba que el penthouse de Mikey era lujoso, parecía poca cosa en comparación con el castillo al que acababan de entrar. El omega solamente había visto esa clase de lugares en películas, jamás en vida real y sólo en ese instante el pelinegro entendió por qué Sano Emma era la mujer de menos de treinta años más rica de todo Japón. Sólo alguien de su calibre podría comprar con su propio dinero un inmueble así solamente para que sus futuros hijos tuvieran "más lugar" para crecer y jugar. Takemichi se preguntó si él y Mikey también deberían mudarse a un lugar más amplio cuando tuvieran cachorros o si el penthouse en el que vivían ya tenía el suficiente espacio. Cuando se replanteó lo que acababa de pensar, el pelinegro no pudo evitar sonrojarse hasta las orejas y negar varias veces con la cabeza. Definitivamente eran las hormonas y su fusión con su omega interior, no podía estarse enamorando de su secuestrador. No, no y no.

Si Mikey pudiera leer la mente de Takemichi en esos momentos, probablemente también se pondría igual de rojo. Sin embargo, como no sabía lo que el omega estaba pensando, el alfa dio por hecho que el sonrojo del otro se debía a la vergüenza que sentía de estar en un lugar tan asquerosamente lujoso como ese. Él admitía que no era humilde al vivir en un jodido penthouse pero su hermana menor era mucho menos humilde que él, al decidir comprarse una mansión tan aterradoramente grande sólo para que vivieran ella, su esposo y sus futuros hijos. Mikey pensó que incluso si en el futuro tuviera cachorros con Takemichi, no se compraría un inmueble tan innecesariamente grande como el que eligió su hermana. Mejor algo más pequeño y acogedor donde pudieran verse las caras todos los días. Sólo después de pensar eso último, el alfa se dio cuenta de que se imaginó teniendo cachorros con el omega que tenía secuestrado y también se sonrojó tanto o más que Takemichi. Sanzu vio los semblantes rojos de sus reyes a través del espejo retrovisor y sonrió satisfecho al ver a ambos tan compenetrados, tanto que de hecho hasta se ruborizan a la vez ¿así o más canon? Para Sanzu, ellos dos juntos eran simplemente perfectos. Y mientras el fanático beta se regocijaba en eso, finalmente estacionó el auto en la playa de estacionamiento que poseía la mansión, donde muchos otros automóviles estaban estacionados. Claramente no eran los primeros en llegar a la fiesta.

Una vez que lograron calmarse, tanto Mikey como Takemichi bajaron del auto junto con Sanzu. Los recibió una hermosa Emma junto con Draken, éste último vestido prácticamente igual que Mikey y la beta vestía un precioso vestido bohemio de color rosado pastel, con un bonito estampado de flores en color dorado y lila, con mangas largas abullonadas que se ajustaban a sus pequeñas muñecas, era muy largo pues terminaba donde empezaban los tobillos de la beta y muy suelto, ajustándose únicamente en la parte de su cintura. El cabello rubio de Emma estaba suelto cayendo libremente sobre su espalda, aunque se había hecho trenzas y ondas para darle un estilo aún más bohemio y su maquillaje era muy sutil. En su pies, la beta tenía unas cómodas sandalias doradas con plataforma, para darle algunos centímetros pero sin quitarle comodidad a la hora de andar; desde que supo de su embarazo, Emma había dejado de usar los tacones altos que tanto amaba porque tenía miedo de pisar mal y provocar un terrible accidente. Takemichi notó que, aunque el vestido era holgado, aún así se veía una pequeña protuberancia en el antes plano vientre de la mujer. Emma siempre se había visto hermosa antes los ojos de Takemichi pero ese día, además de hermosa, se veía maternal y muy tierna. El omega no pudo evitar abrazarla y felicitarla desde el fondo de su corazón, por supuesto que la rubia correspondió al abrazo.

La decoración del baby shower era preciosa, todo en color rosa pastel, lila y dorado. La mayoría de las decoraciones tenían que ver con flores y, de hecho, la frase que más se repetía en inglés era: "a baby girl is blooming" (traducción: una niña está floreciendo"). Mientras Emma y Draken los guiaban desde la playa de estacionamiento hacia el jardín trasero de la mansión donde se estaba celebrando propiamente la fiesta y donde se encontraban el resto de los invitados, Takemichi no pudo evitar elogiar la decoración del lugar y Emma sonrió amablemente en respuesta a sus elogios. Cuando casi llegaron al jardín, Emma detuvo sus pasos y volteó para mirar fijamente a Draken, quien simplemente asintió en silencio y entonces la beta clavó sus ojos color miel sobre un sorprendido Takemichi.

Emma abrió sus labios para agradecerle a Takemichi por haber llegado a sus vidas para cambiarlo todo, principalmente a su hermano. Le recordó cuánto lo quería e incluso insinuó que, si en seis meses o en más tiempo se fuera del lado de Mikey porque él la cagara, para ella él seguiría siendo una persona especial pues realmente le caía muy bien y quería que siguieran siendo amigos cercanos, ella deseaba que él conociera a sus hijos en el futuro. Tanto Takemichi como Mikey no pudieron decir nada, pues se hallaban completamente anonadados por las palabras de Emma. No obstante, los ojos azules del omega picaron y fue incapaz de contener sus lágrimas cuando escuchó a la beta decirle con una gran sonrisa que le encantaría que él eligiera el nombre de su primogénita. La rubia tuvo que darle golpecitos en la espalda, junto con Mikey, para calmar al omega llorón que estropeó su maquillaje por ser incapaz de contener su emoción. Era la primera vez que alguien le pedía algo tan importante como elegir el nombre de su bebé.

Takemichi pensó que le costaría mucho tiempo e investigación elegir el nombre perfecto, sin embargo la inspiración llegó a él como por arte de magia al ver la frase "a baby girl is blooming" en una decoración cercana. Entonces vio las hermosas flores adornando el jardín que tenían enfrente de ellos a unos pocos metros de distancia y también pensó en su apellido "Hanagaki". El omega abrió sus labios e inconscientemente pronunció en voz alta el nombre "Hanako" (tiene varias traducciones: criatura de flores, hermosa como una flor o niña flor) y entonces tanto Emma como Draken e incluso Mikey sonrieron satisfechos con ese nombre. Ryuguji Hanako, ese sería el nombre de la primogénita de Emma y de Draken, elegido por un emocional omega que no pudo evitar derramar más lágrimas al ver la sincera aceptación en los semblantes de los padres de la criatura a la cual él había nombrado.

Cuando Takemichi finalmente logró dejar de llorar a moco tendido, Emma les dijo a Draken y a Mikey que se fueran solos hacia el jardín con los demás invitados y que ya luego ellos dos los iban a alcanzar. La beta ayudó a Takemichi y juntos fueron hacia la habitación de la pareja, donde Emma se encargó de desmaquillar el rostro del omega y después lo volvió a maquillar ella misma de forma sutil como al pelinegro le gustaba. Una vez maquillado, Emma y Takemichi fueron juntos al hermoso jardín trasero de la mansión y poco a poco todos los gángsters fueron acercándose a ellos, más que nada para saludar a Takemichi ya que la mayoría de ellos ya habían felicitado a Emma por su embarazo. Muchos de ellos pensaron en si tal vez el próximo baby shower que estarían celebrando sería de hecho el de ese omega, realmente todos se caerían de culo al suelo si se enteraran de que Mikey y Takemichi aún no habían tenido sexo ni siquiera una sola vez en todo ese tiempo.

Prácticamente toda la Toman estaba allí reunida, bueno, no toda sino más bien todos los ejecutivos de la organización. Todos menos Kakucho, ya que justo en ese momento se encontraba en una misión importante en Singapur y le era imposible cancelarla para ir al baby shower de la hermana de su jefe. Fue entonces que Takemichi se dio cuenta de que ya conocía a la mayoría de los ejecutivos de la Tokyo Manji, ya que ellos habían ido al penthouse de Mikey por alguna razón en algún momento o bien los había conocido en el matadero, como es el caso de los hermanos Kawata y Mucho. Aún así había caras nuevas que nunca antes había visto como la hermana mayor de Hakkai, Yuzuha. La beta realmente le cayó bien a Takemichi, era amable y tranquila, con la misma buena predisposición que su hermano. También conoció a los hermanos Haitani, quienes le produjeron un escalofrío en la nuca al omega y supo simplemente con intercambiar un par de palabras con ellos que eran realmente peligrosos. Aún así, el omega notó que los hermanos se contuvieron bastante al ser literalmente perforados por la intensa mirada turquesa de Sanzu, quien permaneció como una sombra detrás de Takemichi en todo momento. Mikey tuvo que separarse del omega un rato, pues fue con Draken y Emma a sacarse fotos profesionales que quedarán como recuerdo de ese día tan especial. Dejó al pelinegro al cuidado de Sanzu; ya que el alfa, aunque creyera que el repentino "afecto" del beta hacia el omega era algo intenso, confiaba en Sanzu para proteger a Takemichi mientras él mismo no estuviera presente.

Fue en ese momento que Takemichi se encontró con Chifuyu, quien acababa de llegar a la fiesta. El omega no se hallaba solo, estaba acompañado por Baji y... por una cara que Takemichi solamente había visto en fotos del celular de Chifuyu hasta ese momento; Kazutora Hanemiya, el beta que era la pareja de Chifuyu junto con Baji. Los tres eran un trío cerrado, y a Takemichi le había tomado bastante tiempo poder adaptarse a esa idea pero finalmente lo logró y entendió que no todas las relaciones debían ser monógamas como le habían enseñado toda la vida. Aún así, le pareció raro ver a los tres realmente juntos frente a él; Chifuyu ingresó al jardín en medio de sus dos hombres, agarrando de la mano a cada uno y encaminándose sonriente hacia Takemichi.

—¡Hey, Takemichi! —saludó el omega sonriente.

—¡Hola! ¡qué guapo estás, Chifuyu! —exclamó el pelinegro abrazando cálidamente a su amigo. Luego vio con algo de recelo a Baji y a Kazutora.

—¡Qué dices! Tú estás más guapo. —respondió entre risas Chifuyu, separándose del abrazo. —¡Oigan, no sean irrespetuosos y saluden! —gruñó entre dientes, mirando con el ceño fruncido a sus dos hombres.

—Hm, hola mocoso. —saludó Baji con los labios fruncidos, irrespetuoso como siempre. Chifuyu lo regañó y Takemichi simplemente negó con una sonrisa resignada, acostumbrado a la irreverencia del alfa de su amigo.

—¡Al fin nos conocemos! Chifuyu no ha parado de hablar maravillas sobre ti. —exclamó una voz que Takemichi por primera vez escuchó. Cuando giró su rostro para ver al beta, Kazutora ya había acortado la distancia que los separaba y lo abrazó como si se hubiesen conocido de toda la vida, sinceramente hizo sentir al omega incómodo.

—Yo... Yo... —sinceramente Takemichi no sabía qué decir ni cómo reaccionar. No quería corresponder al abrazo de un extraño. Sí, era la pareja de Chifuyu pero esa era la primera vez que se conocían así que ¿por qué lo abrazaba así de la nada?

—Tora, por favor no hagas... —Chifuyu estaba a punto de dar dos pasos y separar al beta de su amigo, sin embargo alguien se le adelantó.

—¡Quita tus sucias manos de la reina! ¡¿no ves que lo haces sentir incómodo?! —obviamente quien gritó eso alterado fue Sanzu, quien por reflejo sacó la katana morada que tenía colgada en su espalda y entonces Kazutora finalmente deshizo el abrazo entre risas.

—¡Disculpa, disculpa! Es que te siento tan cercano porque Chifuyu me ha contado todo sobre ti, así que me dejé llevar un poco por la emoción. —dijo Kazutora con una torpe sonrisa adornando su bello rostro. Takemichi no pudo hacer más que corresponder a esa sonrisa.

—Haru-kun, por favor guarda esa katana. —pidió pacientemente al beta, quien a regañadientes volvió a guardar el arma en su funda ya que era orden de su reina. —No te preocupes Kazutora, me siento muy feliz de finalmente poder conocerte. Chifuyu siempre habla con mucho amor sobre ti, así que me alegra saber que eres una persona tan afectuosa no como otros.

—Oye, sé que eso fue por mí. —dijo Baji con el ceño fruncido.

—Oh, entonces lo usas. —sonrió el pelinegro, refiriéndose claramente al cerebro.

—¿Usar? ¿qué cosa uso? —preguntó confundido ladeando su cabeza. Kazutora, Chifuyu, Takemichi e incluso Sanzu rodaron los ojos resignados.

—Nada, amor. Nada. —dijo Chifuyu apretando el puente de su nariz con los dedos índice y pulgar.

El resto de la conversación fluyó sin más inconvenientes, el trío deseaba felicitar en persona a Emma por su embarazo pero la susodicha junto con Draken y Mikey seguían en su sesión de fotografía. Así que mientras tanto el trío hacía tiempo charlando de temas variados con Takemichi, Sanzu prácticamente no participaba en la conversación y sólo estaba allí como una estatua que garantiza la seguridad del omega. En medio de la conversación, un alegre Kazutora dijo casualmente la siguiente frase que dirigió toda la atención de ellos hacia él.

—Entonces, después de esta celebración ¿se viene la boda de Mitsuya y Hakkai? —preguntó mientras bebía de su copa con champagne, las cuales habían recogido todos de una mesa exquisitamente decorada cercana a ellos. Chifuyu asintió sonriendo, dándole un sorbo a su propia copa.

—Sí, según Hakkai la boda será en un mes a lo mucho. No para de hablar de eso durante todo el día en el trabajo. —se burló el omega de ojos verde azulados entre risitas.

—Joder, sí que tenemos fiestas por delante entonces. En serio, es tan difícil elegir ropa para una fiesta de gala. —se quejó Kazutora para luego clavar su mirada sobre Takemichi, quien seguía parado en frente de ellos tres dándole sorbitos a su copa con champagne, sus mejillas ya estaban un poco sonrojadas por el alcohol. —¿Saben? se me hace que luego de la boda de Mitsuya y Hakkai, celebraremos un nuevo baby shower. —al oír eso, Baji quien hasta ese momento había permanecido en silencio al lado de su beta y su omega no pudo evitar fruncir el ceño desconcertado.

—¿A qué te refieres, Tora? que yo sepa, no hay otra persona además de Emma que esté embarazada en la Toman. —dijo el alfa y se estremeció cuando vio una sonrisa ladina adornar el bello rostro de su beta.

—Pero pronto lo habrá. —sentenció clavando sus ojos color miel sobre un sorprendido Takemichi. —Debido a la falta de omegas en la Toman, no suele haber muchos embarazos... así que espero de todo corazón que lo tuyo con Mikey pueda funcionar y celebremos un nuevo baby shower muy pronto. —deseó Kazutora con una gran sonrisa mientras levantaba su copa con champagne hacia un ruborizado omega.

Takemichi estaba tan avergonzado que fue incapaz de decir algo durante unos cuantos segundos. Esperó que Sanzu se molestara de nuevo y regañara él mismo al desvergonzado de Kazutora, es decir ¿cómo le iba a decir algo como eso así de la nada? Sin embargo, Sanzu no sólo no se veía disgustado sino todo lo contrario, hasta lucía satisfecho con lo que Kazutora había dicho. Baji no reaccionó y siguió mirando a todos con aburrimiento, mientras que Chifuyu regañó en voz baja a su desvergonzado beta, quien se veía muy a gusto con lo que dijo. Fue entonces que, enojado, el omega decidió tener una pequeña venganza y le dio un gran trago a su copa con champagne para darse el valor de decir lo siguiente sin avergonzarse en el acto. Después de todo, él no era un desvergonzado natural como al parecer lo era ese beta que no tenía pelos en la lengua a la hora de decir las cosas.

—Bueno, tal vez algún día celebremos mi propio baby shower, pero antes espero celebrar el de ustedes tres a la brevedad. Sólo que me pregunto, ¿quién será el papá? ¿hm? ¿cómo lo sabrían? —ok, en su mente sonó mejor a como realmente lo hizo una vez que abrió la boca. Sin embargo, lo que sorprendió al omega no fue lo estúpida que sonó su "venganza" una vez que la dijo sino la reacción del trío a sus tontas palabras.

La expresión de aburrimiento en Baji desapareció y fue reemplazada por una llena de cólera, su enojo se podía casi palpar a través de las feromonas de alfa que liberó. La sonrisa divertida de Kazutora desapareció como si nunca hubiese existido en primer lugar y su semblante se volvió tan gélido que puso la piel de gallina a Takemichi, quien realmente sintió que si las miradas mataran él ya estaría más que muerto. No obstante, la expresión que más dejó en shock al pelinegro fue sin duda la de Chifuyu. El semblante del rubio no denotaba el enojo o la frialdad de sus parejas, simplemente era funesta. Los lindos ojos verdes azulados del omega se apagaron, como si realmente hubieran estado vacíos siempre y el brillo que Takemichi siempre veía en ellos no fuera más que una ilusión, una actuación. Lo que vio en Chifuyu fue un dolor real... y una inmensa decepción ante su "broma".

...Tantos años juntos y ningún cachorro, Takemichi a veces era estúpido pero tampoco era un idiota. Sabía lo que eso podía significar. Quiso pensar que tal vez era porque se cuidaban ya que no les gustaban los niños, pero la reacción del trío corroboró una teoría que había estado dando vueltas en su cabeza durante un tiempo.

Y él bromeó con respecto a eso, joder.

...Continuará...

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