Te amo
Ante el incidente de la tarde de ayer, YoonGi permaneció a su lado en su estadía en la habitación del hospital. Donde Jeon no estaba muy tranquilo viendo a su hyung en la habitación, mientras que el de piel pálida lo miraba sin ninguna expresión en su rostro.
— ¿Sucede algo? — Le pregunto ya cansado de ver como su dongsaeng le miraba sin formular palabras.
— Estaré bien, puedes irte, YoonGi.
— No, me quedaré aquí hasta que te den el alta, así que soportame — se cruzó de brazos y le sostuvo la mirada.
JungKook bufó por el comportamiento de su amigo, mientras suspiraba cansado por la actitud que había adquirido al conocer su enfermedad.
Mientras que en la casa donde se quedaba cierto ángel había un pequeño problema, el cual era que una visita no deseada había regresado.
— ¿Qué haces aquí?
— Vine a hablar con mi hijo — los ojos de ambos ángeles se miraban en una batalla por saber quien permanecía así en su lugar — Regresaras conmigo, no es una pregunta, es un orden.
— Regresaré contigo, pero solo porque me lo han pedido. Sé consciente que no lo haría porque tú me lo pides.
El ángel mayor sonrió con soberbia ante la respuesta de su hijo, pero lo que no sabía era que el azabache mantenía cruza sus dedos tras la espalda.
A la mañana siguiente un castaño salía del edificio en el cual había pasado la noche, a su lado caminaba con las manos en las bolsas de su pantalón.
En silencio ambos se dirigieron a la casa del menor, quien al abrir la puerta recordó lo que había pasado, suspiró y le dio el paso a YoonGi para que ingresará. Min entró a la casa y sujetó las cajas que había dejado en la mesa, tiró lo que se había echado a perder y guardó lo que aún era comestible. Al regresar a la sala se encontró con la mirada perdida de su amigo sentado sobre el sofá más grande.
— ¿Sucede algo? — tocó su hombro para llamar su atención la cual logró hacerlo, tenía la mirada de su amigo sobre la suya — Tú expresión no se ve tan bien, se que apenas has salido del hospital pero, sucede algo ¿no es así? — asintió — ¿Qué pasa?
— JiMin, él se irá, regresará a su casa — le respondió.
— Oh, ya entiendo, pero podrás ir a visitarlo, después de todo no vive tan lejos, solo en otra provincia — asintió para sí mismo.
Claro, YoonGi no conocía la magnitud de esa palabra, después de todo nadie más sabe que JiMin es un ángel.
— Cierto, me dijo que vendría a verme.
— ¿Cuándo regresa?
— Aún no sé, creo que entre hoy y mañana.
YoonGi frunció su ceño e hizo una línea con sus labios, pensando en lo que acababa de escuchar. — ¿Entonces no le dirás?
— No puedo, si lo hago él sé quedará y no quiero que tenga problemas con su padre.
— Pero tu salud no está bien.
— Él tiene que seguir, ya sea este o no con él — mencionó y se recostó sobre el sofá. Su cabeza daba vueltas y sentía los párpados pesados. Sería mejor dormir y descansar un rato de todo lo vivido.
Se recostó sobre el sofá sintiendo las caricias que le propinaba su hyung en su cabello.
YoonGi se permitió entonces llorar, soltar las lágrimas que había retenido desde que estaba en el hospital con su amigo, verlo así, ver lo cambiado que estaba físicamente, el como el cáncer lo estaba consumiendo poco a poco, le dolía, le dolía demasiado ver ese cambio, ser consciente de lo que pasaba y no poder decir nada a nadie por petición de él.
Una lágrima cayó desde su mejilla a la de su menor. Quien hizo una mueca ante la sensación.
— ¿Por qué prefieres sufrir tu solo esta lucha?
La puerta de la casa fue tocada minutos después en los que permaneció de esa forma, levantándose con sumo cuidado y dejando la cabeza de Jeon sobre una almohada fue a abrir y recibir la visita que tenía su amigo.
Al abrir la puerta se encontró con la presencia de cierto azabache que lo miraba con sorpresa.
— Oh, YoonGi — Le regaló una de sus características sonrisas e ingresó a la casa — ¿Estuviste llorando?
Min pasó sus manos por su rostro negando — No, es cansancio, por eso tengo el rostro rojo.
JiMin asintió no muy convencido pero lo dejo así, porque sabía que era mentira.
— ¿Y Kook?
— Está dormido, se quedó dormido mientras veíamos una película, al parecer se desveló anoche — Mintió, procurando que fuera lo suficientemente certera para amortiguar la curiosidad del azabache — ¿Qué te trae por aquí?
— Hablé con mi padre, y quise venir a decirle a Kook cuando me iré.
Daba la espalda a la sala por lo que no vio cuando un castaño se puso detrás suyo y lo abrazó entre su cuerpo.
— ¿Ya está decidido? — habló quedamente en su lóbulo que le corrió un escalofrío a JiMin ante el aliento de su boca.
— Sí — se aferró a sus manos y quiso pegarse al pecho del muchacho tras suyo, sentirlo más cerca es lo que lo hace tomar la valentía — Me iré mañana.
Y la noticia fue lo suficientemente fuerte para que JungKook se aferrara a su cuerpo y ocultara su rostro en el cuello de su ángel.
A la mañana siguiente JiMin recorrió las mismas calles que vio por primera vez en su primer día en la tierra, todo mientras caminaba de la mano con su castaño, aquel que se ha ganado su corazón y a quien se lo ha entregado sin titubeos, porque es su primero y su último después de todo.
Se detuvieron al estar en aquel callejón en el cual todo había comenzado. Donde la visita y la aventura del azabache había comenzado.
— Kook, yo — JiMin trato de hablar pero no pudo, no quería sonar como una despedida, porque no lo era, no había necesidad de decirse un adiós, porque sería un te veré pronto, pero sentía la necesidad de decir lo que su corazón ha sabido desde que lo conoció — Te amo, te amo mucho, y aunque no eres un ángel como yo, para mi eres mucho más que eso, porque me hiciste vivir lo mejor de mi, lo mejor que me pudo pasar en este tiempo eres tú, y siempre serás tú.
— Te amo. Mi pequeño ángel — tomó su rostro entre sus manos y besó sus belfos, deleitándose una última vez por un tiempo de aquellos abultados labios que le robaban el aliento.
¿La aventura está por llegar a su fin, qué es lo que puede pasar ahora?
"No es un adiós"
Se dijo JiMin al ver aquellos achocolatados ojos que lo miraban con tristeza y con anhelo de que permaneciera a su lado.
Le sonrió una última vez y se giró para abrir aquel portal que lo llevaría a su reino nuevamente. Ahora no podía ser su casa, porque no se sentía igual a como es estar al lado de su humano.
Se que he perdido muchas cosas en esta historia. Se me han escapado puntos importantes o que pensaba que eran importantes. El punto es que esta historia está a nada de terminar y no se si quiero despedirme de ella.
Espero que a ustedes les guste, que se sientan entretenidos con ella. Nos leemos pronto.
I Purple U 💜
🖤🦋💙
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