Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Promissum


Jungkook iba de la mano del azabache, ambos con una sonrisa en sus rostros, y el fresco recuerdo de su primer beso.

— Debería volver a casa — JiMin se detiene ocasionando que el más alto también lo hiciera.

— Gracias, y lo siento.

— ¿Por? — JiMin junto sus cejas por lo mencionado del contrario. ¿Qué era lo que le agradecía? 

— Por escucharme, y por estar conmigo — Lo último lo dijo con un rubor en sus mejillas que le pareció lo más tierno al ángel. 

— No me agradezca, me haces sentir como si te estuviera haciendo un favor y no es así, lo hice porque me nació hacerlo — acaricio su mejilla y ante el tacto, Jeon se inclinó hasta que la palma del contrario abarcara toda de ella.

— Está bien — agarro su mano y le dio un casto beso sobre los dedos — Nos vemos.

Lo soltó y comenzó a alejarse, aún manteniendo su vista sobre él; JiMin suspiro y se dio la vuelta para caminar hasta el barrio donde estaba situada la casa de ChanYeol. O bueno, esa era la idea, pero en lugar de seguir ese camino, se desvió hasta una de las colonias más cercanas de la ciudad. Aquella que ya había visitado y en la cual no encontró nada.

Suspiro y varias de las mujeres de ese lugar lo miraban con una sonrisa la cual él se las devolvía, a pesar de ser solo una mueca la que sentía.

Su mente aún le castigaba con la culpa de no decirle nada al castaño. Pero, ¿cómo podría?

¿Acaso tenía lugar? 

¿Jeon lo querrá aún sabiendo que no es un humano? 

Pero sobre todo la culpa se intensifica más al pensar que en algún momento tendrá que irse, tendrá que dejarlo y que posiblemente lo condenen a muerte por haberse enamorado de un humano sabiendo que era un príncipe, y sobre todo ahora que supieran que quería dejar todo lo que tenga que ver con su padre y quedarse en la tierra.

Suspiró y bajó su mirada hasta sus tenis blancos, los cuales se los había regalado BaeKyung.

Narra JiMin.

Sentía como si estuviera con una máscara puesta, me sentía como si ocultara lo que realmente quiero sentir  con lo que acababa de pasar.

La misma casa con aquellas rosas estaba a mi costado, sonreí al ver una pequeña rosa aún en un capullo. Me puse de cuclillas y la acaricie con mi índice, haciendo que al instante se abriera. Sonreí ante lo bella que era, más pequeña que las demás, pero muy linda, parecida a un castaño que conocía.

Asentí y me levanté, pero me encontré con la presencia de Jeon a mi lado.

— ¿Qué haces aquí? — Me pregunto y no sabia que responder, entre en pánico al verlo ahí . ¿Pero, qué hace él aquí? 

— Caminaba, ¿Qué haces tú aquí? — Me limité a responder, deseando que no haya visto cómo ayudaba a la flor.

— Aquí vivo — Me respondió con una sonrisa, y ahora vi que mi suerte es pésima.

— Oh — mi nerviosismo aumentó, he estado en esta casa muchas veces, la primera vez pasé con Baek, la segunda mientras volaba por sobre ella, tal vez en ese instante perdí la pluma  y por último, ahora — Creo que ahora sí me iré, Nos vemos.

Me giré por el camino que había venido, pero me detuvo al poner su mano sobre mi brazo para impedirlo.

— ¿Por qué tan pronto? ¿No quieres pasar? — Mientras menos tiempo esté cerca, menos culpable me sentiría, pero como me negaba a sus ojos llenos de alegría — Solo un rato, luego puedes irte.

Asentí y caminé tras de él para poder entrar a la casa. 

— Vi que estabas mirando las rosas, ¿Son bonitas, cierto? — Asentí — A mi madre le encantaban, y por ella planté estas, para que las admirarla, pero ya sabes lo que pasó — volví a asentir y él sacó la llave de su bolsillo — Aún así, no encuentro el valor para quitarlas. 

— Se ven bonitas, no creo que deberías de hacerlo — Respondí, mientras él se hacía a un lado para dejarme pasar.

La casa era mucho más bonita por dentro. El color de sus paredes la hacía ver un poco más grande, y varios cuadros colgaban en la pared,  uno llamó mi atención, y era donde aparecía una mujer con un vestido tupido y a su lado Jeon, este último con un ramo de rosas y margaritas y  un pequeño cuadro que sostenía en sus manos.

— Fue cuando me gradué de la primaria — Jeon bajó el cuadro y me lo entregó — Ella es mi madre, Shin Yena.

— Te pareces mucho a ella — mencione viendo como la mujer tenía los mismos ojos y las mismas paletas frontales que el chico a mi lado — Ahora veo de quien sacaste tanta belleza — me ruborice al darme cuenta de lo que había dicho.

— Vaya, me lo habían dicho mucho, pero, me avergüenzo al escucharlo de ti — se inclinó hasta quedar muy cerca de mi rostro, bajo el cuadro junto con mis manos y me sonrió — Entonces ¿Piensas que soy guapo? 

— Aish — me reí y dejé el cuadro en la mesa que estaba frente a mi — Presumido.

— Vamos, responde — Negué y camine más rápido hasta la sala con la vergüenza en mis mejillas— ¡JiMin, vamos! — Me eché a correr al sentir como su paso se apresuraba para poder alcanzarme.

Solté una carcajada al tenerlo frente a mí y únicamente tener como obstáculo la isla de la cocina.

— Repitelo — Me ordenó, pero me negué — ¡JiMin! — reí y negué, al ver como corría para escapar de la cocina, me siguió y justo al entrar de nuevo a la sala me sujetó del abdomen y me alzó para que dejara de correr.

Solté un grito ante ese ataque y él me llevó hasta el sofá y dejarme bajo su cuerpo, aprisionandome  el proceso.

— Esta bien — Trataba de recuperar el aire — Sé que lo escuchaste, y solo quieres que lo diga de nuevo para alimentar tu ego — asintió y negué — Eres el chico más guapo que he visto, y vaya que he estado rodeado de muchos de ellos, pero tu belleza es mucho más brillante — Enrolle un mechón de su pelo en mi índice y suspire — ¿Contento? 

Se levantó y me subió a sus muslos para tenerme frente a él. Me acomodó y sacó algo de su mochila, la cual estaba a un costado de sus pies.

Me sentía cómodo, aunque era una posición tan íntima, pero me sentía seguro aquí.

— Cuando veníamos de la academia, vi algo muy lindo y quise dártelo, pero no sabia como hacerlo sin que lo vieras — Ahora vi que era una caja muy pequeña — Hagamos una promesa, una promesa no de amor, si no de vida, que, donde sea que vayamos, y cuantas vidas tengamos, siempre nos buscaremos.

Abrió la caja y vi un juego de collares, era un corazón y su pieza faltante, me puso la cadena con la pieza sobre el cuello y luego se puso el corazón. Luego unió ambos, haciendo ver como el mío complementaba el suyo.

— Tú me complementas, me haces sentir pleno y vivo, y mientras no te tenga, me sentiré vacío — sus ojos se cruzaron con los míos, y el nudo en mi garganta no hacía más que aumentar — Se que tienes miedo, pero no lo tengas más, lo que te atormenta no puede ser más fuerte que lo que sentimos.

Baje el rostro y sollozo, negué y una lágrima cayó en su pantalón, lo que lo alertó a saber que estaba llorando.

— JiMin — Trato de levantar mi rostro pero me resistía — Amor, porfavor mírame — mi mirada se encontró con la suya — ¿Qué sucede?

Y supe que había llegado el momento para decírselo. 

Les regalo esta actualización.

Estamos a punto de que Jimin le confiese su secreto a Jungkook.

Déjenme decirles que se me han acabado las ideas para esta historia, tengo algunas todavía, pero de ahí a hacer algo más de relleno no creo, por lo que decirles que tal vez nos estamos acercando al final.

Me siento insegura todavía con la historia, pero estoy tratando de hacerla bien, porque me está gustando, pero una cosa es que a mi me guste y otra muy diferente es si a ustedes les gusta.

I Purple U 💜

🖤🦋💙

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro