Primum date
Jeon subió a su recamara, había preparado todo lo que necesitan para su cita. Sus amigos le habían ayudado y terminó antes del medio día.
Abrió su armario y no sabia que ponerse, estaba muy indeciso, que podría ser digno para vestir siendo consciente de que a quién invitaría sería a un hermoso ángel.
Entre buscar y rebuscar en su armario encontró dos opciones, un sweater color gris con un pantalón de mezclilla azul fue su decisión final.
Se colocó sus tenis y suspiró dando una vista al espejo. Acomodo su cabello dejándolo en un cepillo enfrente. Asintió para sí mismo satisfecho y bajó hasta la cocina para tomar todo lo que necesitaba. Los chicos le ayudaron dejando todo en una cesta.
Al salir de su casa la pregunta que no había cruzado por su mente llegó.
— ¿Debí de haberle preguntado primero? — se cuestionó con una preocupación de haber interrumpido alguna salida de su pareja. Con el pensamiento de no querer ser rechazado para su primera cita.
En la casa donde habitaban dos ángeles era un tema un poco más difícil. Ambos ángeles estaban discutiendo por el último pedazo de pizza que estaba en el comedor.
— Te has comido ya cuatro porciones, deja que alguien más coma un poco — El azabache no podía ocultar su molestia ante como su amigo estaba tratando de agarrar la porción.
— No es justo, me iré y tengo que aprovechar de probar estas delicias del mundo humano — sujeto la caja y trato nuevamente, pero esta fue arrebatada por el castaño que ya se había cansado de escuchar la disputa de ambos.
— Es mío, pelea terminada — llevó la porción a su boca dando un gran mordisco.
Ambos lo miraron con sus cejas levantadas y los labios abiertos en asombro. El peli café solo rió por la situación levantándose y recogiendo los vasos que estaban vacíos. La pequeña solo miraba a ambos con una sonrisa, le parecía gracioso como sus nombrados "tíos" discutían solo por una porción.
— Qué más da, ni la quería.
– Sí, claro — JiMin se reclinó sobre la silla. Su mirada clavada en su mejor amigo.
— ¿Qué haremos? — Le pregunto Jin en la misma posición.
— No tengo idea, y tampoco quiero salir hoy — hizo un puchero.
Aunque algo saliera de sus labios, esto no era cierto, él quería salir, pero no con su amigo, aunque pasó toda una tarde con Jeon, realmente quería seguir disfrutando un poco más de su compañía.
Su mente volaba entre los recuerdos de ayer, donde aún permanecía aquel roce sobre sus labios. Inconscientemente sonrió y llevó sus dedos hasta ellos.
— Lo hemos perdido — ChanYeol y Jin lo miraban con cierto rostro de asombro.
Su mirada fue captada por la puerta, incluida la mirada azulada del ángel. ChanYeol se levantó y caminó hacia esta, al abrirla se encontró con quien tenía a su amigo en un estado de hipnosis.
— Vaya, pero si es JungKook — le sonrió, siendo recibida por el castaño — ¿Buscas a JiMin? — su mirada bajó a la canasta y dejo que ingresara, aún cuando no había escuchado una respuesta del contrario.
— Sí, vine a proponerle una salida — Jeon ingresó a la casa con sus nervios a flote.
— Oh, lo siento, JiMin nos acaba de decir que no quiere salir hoy, creo que...
— ¡No! — El estruendo de una silla cayendo los asustó a ambos y en menos de un minuto tenían al azabache frente a ellos — Yo lo he dicho eso, Chan — se acomodó su ropa y carraspeó para aclarar su garganta.
— Pero sí... — Miro como la mirada azul del contrario estaba tratando de perforar su alma — Saben, regresaré con los demás.
Se retiró, no antes de haberle dado un leve golpe al más bajo de estatura.
JiMin le sonrió muy amplio al recién llegado, se acercó a su cuerpo y se abrazó a su cintura apoyando su mejilla en el hombro del contrario.
— Te extrañé — los brazos del castaño lo envolvieron y sintió un peso en su cabeza, donde al parecer Jeon había posado su barbilla.
— Yo también, ángel — beso tiernamente sus cabellos y se separó — Por eso vine, y para invitarte a un picnic.
— ¿Un picnic? ¿Qué es? — su ceño se contrajo ante la nula información que tenía al respecto.
— Es como un día de campo, estar en el césped, bajo algún árbol y comer algunas cosas deliciosas como lo son las galletas o los brownies — tomó sus mejillas, explicándole un poco sobre a lo que se refería.
— Parece interesante — habló aún con las palmas del contrario en sus mejillas — Acepto, iré a cambiarme, tengo que estar igual de lindo que tú.
Se dio la vuelta corriendo hacia la habitación que le pertenecía. Tenía unas cuantas prendas que Baek le había regalado hace poco.
Saco un sweater parecido al del castaño, solo que este era de color blanco, y se colocó unos jeans junto con sus tenis, acomodo su cabello, aunque solo lo cepillo y coloco una boina café sobre su cabeza.
Salió de la habitación y se encontró con todos en la sala hablando pero justo cuando llegó se quedaron en completo silencio.
— JiMin, que lindo te ves — Jin se acercó a su amigo y lo analizó de arriba hacia abajo, este tenía una apariencia de un chico inocente, lo cual si era.
Una de las miradas fue la que más le llamó la atención, y es que, Jeon se encontraba con sus ojos muy brillantes, y una sonrisa de bobo en su rostro. JiMin sonrió y alejando con sumo cuidado a su amigo, se acercó al castaño.
— ¿Nos vamos? — el chico sacudió su cabeza y asintió.
Ambos salieron de la casa, JiMin iba muy entusiasmado por su salida con el castaño, su sonrisa nadie se la quitaría.
— Bebé, iremos en el auto — JungKook se detuvo llamando la atención del azabache.
— ¿No iremos al parque?
— Iremos a otro lugar, no está muy lejos, pero se necesita de un transporte para llegar.
JiMin miro el auto frente a si, era un auto común de color gris. Asintió y subió al copiloto, donde JungKook le había indicado.
Al estar ambos en el auto, JungKook le colocó el cinturón a su compañero — Evitemos que te pase algo — y dejó un beso sobre sus belfos, uno corto, pero que hizo sonrojar al ángel.
El silencio se instaló dentro del auto, ninguno hablaba, solo se mantenía el ruido de las canciones en la radio. JiMin miraba por veces a Jeon, deleitando se como este manejaba y su rostro serio donde en su frente se formaban unas arrugas.
— Te ves muy bien cuando estás serio — Kook desvió su mirada un momento para mirar a su costado y encontrar al de piel más clara sentado esta vez de lado.
— ¿Enserio? — JiMin asintió — ¿Cómo es que me veo? — JiMin se sonrojo ante esa pregunta, por nada del mundo diría lo que en su mente se cruzó ante la cuestión — ¿No me dirás? — Negó, tratando de ocultar sus mejillas — Aunque no quieras decirme, se que me veo sexi y solo lo confirmo con tu sonrojo.
JiMin abultó sus labios y ocultó su rostro en sus manos. JungKook se río un poco mientras trataba de despejar el bello rostro de su copiloto, aunque JiMin se negaba.
— Vamos, bebé, quiero verte — le hablo de forma cariñosa con la esperanza de que este cediera.
— Eres muy malo, me haces sentir avergonzado.
— Entre nosotros no puede haber vergüenza — negó y tomó una de sus palmas logrando quitarla de su rostro — Eres muy lindo cuando te sonrisas, ese rubor solo aumenta tu belleza.
JiMin suspiro y miro aquella mano que había tomado la suya y ahora se encontraba sobre su muslo.
— ¿Es tuyo el auto? — Cambio de tema, porque sentía que si seguía, posiblemente terminaría convirtiéndose en un tomate.
— No, es de NamJoon Hyung, me lo presto — le respondió intercalando su mirada entre la carretera y su pareja.
— ¿Cómo sabes conducir? — su rostro mostraba la curiosidad que le había azotado.
— Mi madre me enseñó antes de morir, pude sacar la licencia, pero no tengo el dinero para compartir un auto, por lo que solo renuevo cada año.
Asintió, dejando que el silencio regresará.
JungKook aparcó luego de unos minutos, apagó el motor y vio a su derecha, encontrando a un pequeño ángel dormido con su mejilla siendo aplastado contra el respaldo del asiento.
Sonrió y llevó su mano hasta la mejilla de este, acarició con su pulgar y suspiro, la belleza e inocencia que desprendía ese ser frente a él cada día lo hechizada más, pero sobre todo, desde que conoció el secreto de JiMin, el miedo de llegar a perderlo se instaló en su pecho.
Un bostezo y el movimiento a su lado lo sacó de sus pensamientos. Al parecer no había sido muy cuidadoso al momento de acariciar al pelinegro.
— ¿Dormiste bien? — Le pregunto en un suave susurro.
— Ujum — JiMin restregó su ojito para poder liberarse de cualquier indicio de sueño que aún lo estaba azotando. Miro al frente encontrándose con un campo de cerezos — ¿Dónde estamos?
— Estamos en el parque del lago de Ilsan, un poco lejos — le respondió — la primavera acaba de empezar y las flores de cerezo en este lugar se ven muy lindas.
Jimin dirigió de nuevo su mirada y sonrió, la hermosa imagen frente a él era para tener en pintura.
Se bajó del auto y caminó hasta estar cerca del lago, el aire no era fresco, pero parecía ser algo húmedo, por lo que no hostigaba en calor, su mirada viaja del lago, hasta el parque, desde las flores hasta las pocas personas que transitaban en ese lugar. Dio media vuelta y se encontró con el castaño sentado sobre una manta y sacando varios recipientes de la canasta.
Inclinó la cabeza para verlo mejor, por instinto se acercó y se sentó a un lado, quitándole uno de los recipientes, lo destapó y se encontró con aquel postre redondo que Baek lo había nombrado como "galletas".
— Pruebala — le ánimo al ver como el azabache solo miraba curioso lo que estaba dentro de ella. Agarró una entre sus dedos y la probó, logrando que el sabor se derritiera en su boca.
El castaño sonrió y siguió acomodando todo. Al terminar suspiro y limpio sus manos; se acomodó de mejor forma para poder captar la imagen de JiMin de frente.
— Cocinas muy bien — El ángel halago mientras un brownie era devorado por sus dientes.
— Aunque quisiera no poder llevarme todo el crédito, los chicos me ayudaron — quito una migaja de la comisura de sus labios y descaradamente lo llevó a los propios.
— Eres un sinvergüenza — JiMin se rió, se apoyó en sus palmas reclinandose un poco — Nunca había venido de picnic.
— Me gusta ser parte de tus primeras veces — su sonrisa se enganchó ante su comentario, Jeon se sentía satisfecho de verlo tan dichoso junto a él.
— Y a mi me gusta que seas tú quien me muestre las maravillas que tiene este mundo.
Kook se acercó, deseoso de sentir nuevamente aquellos belfos nuevamente. Su nueva adicción eran los labios del pequeño ángel.
— Quiero mostrarte mucho más que solo las maravillas de este mundo, quiero mostrarte cómo es vivir sin restricciones ni reglas — Termino de acortar la distancia y junto sus labios por fin.
Las personas que pasaban, los miraban con cariño, el amor que envolvía a esos chicos era un gran amor que merecía ser visto y que muchos debían de experimentar.
Capítulo nuevo... espero que les guste, este capítulo está muy soft y hay mucha calma por aquí, ¿no creen?
Bueno, nos leemos pronto.
I Purple U 💜
🖤🦋💙
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