In amorem incideris
Al final el más alto había ganado la batalla. Puesto que despertó con un pequeño y menudo cuerpo aferrado a su torso.
Jeon sonrió y acarició la cintura del azabache, su rostro estaba en su pecho, y soltaba leves suspiros ante las caricias leves que sentía en su cintura. Sonrió entre sueños y restregó un poco su mejilla en uno de los pectorales del castaño.
Aún no podía creer que se había encontrado con un ser tan bello en esta vida. Y realmente espera que siempre sea él quien pueda tener el corazón de este bello ángel.
De pronto sintió como su mundo se movía, cerró los ojos y suspiró agobiado. Sentía una presión en su cabeza, luego se espantó ante una arcada. Se movió y liberó del agarré del azabache, quien se despertó ante el movimiento.
Se sentó sobre el colchón viendo en dirección al baño, donde lograba escuchar las arcadas del contrario. Se levantó y caminó con preocupación en su rostro. Abrió la puerta y encontró a JungKook frente al váter y sosteniendo su cabeza.
— ¿Te sentó mal la comida de anoche? — se hincó frente a él y acarició su cabello. Jeon asintió y se aclaró la garganta.
— Creó qué sí — levantó su mirada e hizo contacto con el azabache, sujetó su muñeca la cual estaba en sus cabellos — Ya estoy bien, perdón por despertarte y asustarte — Beso el torso de su mano.
El ángel aunque quería creerle, tenía una pequeña duda y se sentía inseguro ante la imagen que tenía el castaño. Su semblante era muy decaído, y aunque sus ojos mostraban siempre un brillo, su piel y cabello no lo tenían tanto.
Lo ayudó a ponerse de pie y observó como Jeon sacaba una tableta de pastillas para poder tomarse una.
— ¿Seguro que estás bien?
— Sí, bebé, estoy bien — lo envolvió en sus brazos y beso su frente — Seguramente es migraña.
Se quedaron unos segundos de la misma forma antes de bajar y preparar el desayuno. El cual terminaron entre juegos y pequeños besos acompañados de caricias.
El desayuno fue lleno de conversaciones, al igual que empezar a hacer una leve limpieza en la casa del castaño.
Al terminar el azabache se tiró boca abajo sobre el sofá mientras el más alto lo miraba y sonreía.
— Odio hacer esto, no volveré a ayudarte — su voz era amortiguada por el sofá. JungKook se acercó y movió un poco el cuerpo del chico para acostarse a su lado.
— Tendrás que acostumbrarte, si vivimos juntos esto será nuestro día a día — se acurruco más y acurruco el cuerpo de JiMin a su pecho, dejando que el azabache se aferrara a él.
El primero en caer a los brazos de morfeo fue Jeon, mientras que JiMin miraba su rostro tranquilo y su respiración entrecortada pegaba en su rostro. Notaba cierto cambio en el castaño. Su rostro estaba más delgado y su piel ya no era tan viva como antes. El solo ver la imagen que tenía enfrente, recordó como su hermano había tenido la misma apariencia antes de morir, el como el color de su piel se aclaró y sus labios tomaron un color entre morado y azul mientras las espinas lo envolvían.
Una lágrima traicionera se asomó por su rostro y con rapidez la retiró. Suspiro y dijo que no era lo mismo, JungKook no puede estar muriendo. Sonrió para sus adentros y se pegó más a su cuerpo quedándose dormido nuevamente.
Se despertó ante un empujón que no había sido muy suave. Al abrir sus ojos noto el rostro con cierta molestia que tenía el castaño.
— ¿Por qué estás dormido? — aunque su rostro mostraba que estaba molesto, su voz sonaba confundida. JiMin arqueo sus cejas y se sentó, al igual que JungKook.
— ¿Qué sucede? — toco su mejilla, la cual fue retirada de su tacto — ¿Kookie?
— Yo... — y como si fuera que un botón había sido apretado, el castaño cambió su semblante y ahora se sentía desorientado — Lo siento, no sé qué me pasó.
— Tranquilo — tomó sus manos y las beso. Jeon se sentía mal, pues sabía que había empujado el cuerpo del azabache muy bruscamente.
Se acercó al cuello de JiMin y escondió su rostro en la curvatura. Inhalando el aroma que desprendía el cuerpo del contrario. JiMin acaricio su cabello y su espalda, al parecer Jeon estaba pasando por muchas situaciones en este momento.
Se separó y tomó las mejillas del contrario para acercarlo a su rostro y depositar un tierno beso sobre la punta de su nariz.
— Estoy bien — dijo las palabras que el castaño quería escuchar, pero las cuales temía no fueran esas. Sonrió y beso sus belfos, iniciando con un beso lleno de ternura y amor que hacían que el corazón del ángel se volviera mucho más eufórico al sentir que él era el causante de ese beso, el cual fue subiendo un poco de tono. Jeon tomó la cintura de JiMin y lo recostó sobre el sofá, aún manteniendo un beso hambriento que comenzaba a alterar al azabache.
JiMin colocó sus manos en la espalda del contrario y acaricio este por debajo de su camiseta, sintiendo la piel caliente y como se estremecía el cuerpo sobre el suyo. JungKook entonces sintió aquel toque tan tímido en su espalda, por lo que su hambre por continuar devorando los labios con sabor a fresa a causa del bálsamo que había usado hace unos minutos.
Se separó y unió su frente con la del contrario. Sonrió y volvió a besar sus labios, esta vez un corto beso que se sintió como una caricia. Ante los ojos del humano, tenía a la perdición enfrente, alguien que con solo una mirada causaba mil emociones dentro de él. Su mente se llenó de imágenes, capturando todas las facciones de quien tenía debajo de sí.
JiMin seguía acariciando la espalda del castaño, sus manos no paraban de explorar cada parte de su espalda, y a veces una de ellas salía y acaricia por encima hasta su nuca y enredando sus cabellos en sus pequeños dedos.
— ¿Es muy pronto? — JiMin preguntó y causó una confusión en el castaño, el cual aclaró rápidamente — ¿Es muy pronto para enamorarme de ti?
Jeon sonrió y beso su frente antes de negar y susurrar sobre sus labios — No, mi pequeño ángel, no es pronto, porque yo también estoy cayendo en tus brazos. Me estoy enamorando de ti, JiMinie.
Sonrieron al mismo tiempo, JiMin volvió a tomar las mejillas de castaño y depositó un piquito y sonrió aún cerca de su rostro. Jeon se acercó de nuevo hasta chocar sus labios por un momento.
No quería ir muy lejos aún, no queria que el ángel se sintiera agobiado por tanto, quería ir despacio, a pasos pequeños al igual que su JiMin quería hacerlo.
Se recostó nuevamente, dejando la espalda del azabache pegada a su pecho y su espalda pegada al respaldo del sofá. Sujeto el control del televisor donde la encendió y busco algo en que entretenerlos.
Nueva actualización, espero les esté gustando y gracias por el apoyo. Realmente me siento muy agradecida aunque no son muchos los que me leen, con ustedes es mucho más de lo que pensé.
I Purple U 💜
🦋💙🖤
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