Angelus sum
— Yo... — suspire y trate de bajarme de su regazo, pero no me lo permitió, sujeto con más fuerza mi cintura — Deja que me baje, por favor — trate de quitar sus manos, pero ejercía mucha más fuerza.
— Tranquilo, quédate quieto, por favor — me abrazó y apoyó su rostro en mi pecho, eso hizo que derramará con más fuerza mis lágrimas — ¿Qué sucede? Por favor dime, pero no me alejes — su respiración se aceleró y se apretó más a mi cuerpo, parecía como si se quisiera fundir en él — ¿Por qué siento qué quieres que me aleje? — Su voz había salido apretada, una señal de que tenía un nudo en la garganta.
— Porque es lo que realmente quiero — susurre sobre su cabello.
— ¿JiMin?
Se alejó de mí, pero no quitó sus manos de mi cuerpo — No puedo amarte como tú quieres, porque no tengo ese derecho.
Su mirada de desconcierto me indico a que no sabía a qué me refería. Trate de calmarme para seguir, pero es inútil, siento tanto dolor, tanto pesar y tanto miedo, que no sé si es lo que realmente quiero. Aunque, ya no hay vuelta atrás.
— Yo no soy de aquí, no pertenezco aquí, y mucho menos soy primo de ChanYeol — Acaricie su cabello, realmente amo su cabello castaño, lo hace ver tan lindo.
Ahora no era mi mirada la que denotaba el miedo, ahora eran esos dos luceros que me miraban con miedo, con miedo y desesperación. Su mente le estaba preparando, pero tal vez no para lo que quería decirle.
— JiMin, no me importa eso, no me importa si no eres de Seúl, o si eres extranjero, estoy seguro que podremos con eso.
— No me entiendes — negué y baje mi palma hasta su nuca, donde empecé a acariciar y a dejar unos cuantos pellizcos — Soy alguien que ni siquiera existe en este mundo.
Su agarre se aflojó y aproveche para quitar sus manos de mi cintura y ponerme de pie.
Me coloqué al centro de la sala y cerré las ventanas que podrían perjudicarme; volví al centro y mire como Jeon me observaba con detenimiento para saber cuál era mi próximo movimiento.
Suspire y cerré los ojos para poder transformarme, los abrí al escuchar como alguien exclamaba y el movimiento del sofá alertando que estaba de pie, y es así, lo tengo frente a mí, únicamente una nube azul nos separaba.
Deje que esta me envolviera y luego sentí el viento violento de mis alas, las cuales habían aparecido.
Mi atuendo era el mismo, con la única diferencia de que mis alas estaban visibles, y mis ojos se veían mucho más azules ahora.
— Tengo prohibido amar porque los ángeles y humanos no pueden estar juntos — Al terminar de decir eso, los ojos de él estaban mucho más brilloso y esta vez no sabía si era por miedo o por algo más — Lo tengo prohibido, pero, rompí la regla de mi padre por ti, porque fui débil y deje que te colaras en mí cada vez un poco más, fui cayendo por un humano, y es complicado, porque tenía una misión y todo cambió por ti. Te conocí y me sentía hechizado, cada vez más quería huir, pero llegabas a mi mente y no sabía que tenía que hacer. Me asusté de mí mismo.
— JiMin... — Lo detuve.
— Soy el príncipe de los ángeles, soy el heredero al reino y fui desobediente al bajar aquí sin consentimiento — mis alas se doblaron y me puse de rodillas frente a él con el rostro viendo hacia abajo — Lo siento, te enamoraste de alguien con quien no podrás estar. Solo te traeré dolor y desesperación.
Sentí como me abrazaba, dejando que mis alas tocaran sus manos, escondió mi rostro en su cuello y me arrullo para que pudiera calmarme, algo que dio frutos.
— Lo siento, yo soy quien tiene que disculparse — Movió su rostro y tragó el nudo en su garganta — Insistí y no tome en cuenta por qué Baek me había dicho que no lo hiciera. Me lo advirtió, me lo dijo, pero no le tome importancia. Fui muy tonto por pensar solo en mí. No tome en cuenta si es lo que tu querías. Lo siento mucho — beso mi mejilla.
Puedo sentir cómo acaricia mis alas con sus dedos, con tanto nerviosismo por su temblor. Me separé de su cuello, obligándolo a parar y simplemente dejarlas sobre ellas.
— No quiero irme... — lo dije tan bajo frente a su rostro.
— Pero tienes que hacerlo — Su labio tembló y asentí, aunque no era una pregunta — No quiero que te vayas.
— Yo tampoco me quiero ir, no quiero dejarte — ahora entendía a ChanYeol, entendía el dolor que sintió al tener que separarse de BaeKyung.
— ¿Cuánto tiempo te quedarás? — acarició mi mejilla limpiando mis lágrimas, aunque las suyas estén en iguales circunstancias.
— Aún no tengo prisa en irme, pero sé que algún día lo tendré que hacer.
— Entonces, no pensemos en que te tienes que ir, no pienses en nada, sólo disfruta este tiempo conmigo, ¿sí? — se esforzó para que su voz saliera, pero terminó en un hilo tan agudo que me hizo doler mucho más mi corazón.
Asentí y volví a acurrucarme, pero esta vez en su pecho. Sentí como se movía y soltó otro suspiro largo que me estremeció. Se sentó sobre el suelo y me acomodó, dejando mi cuerpo sobre el suyo.
— ¿La pluma es tuya? — asentí — Por eso brillo — Volví a asentir. Sus caricias regresaron y esta vez sentía que lo hacía con cariño y dulzura — Son muy bonitas.
Sonreí sobre su pecho y lo besé por sobre la camisa que traía puesta.
[Presente]
Lo que me atormentaba había sido revelado ese día, en mis recuerdos aún permanecía su tacto sobre mis alas.
Mire estas las cuales estaban apoyadas sobre el colchón. Han pasado apenas cuatro días desde que me cambiaron a esta celda. Mi juicio no estaba tan lejos, lo presentía, aunque no sabía cuando iba a ser.
Llevaba leyendo este cuaderno, día y noche, no paraba de leer los recuerdos marcados en el.
— Ay, JungKook — una lágrima traicionera se escapó de mi lagrimal y se deslizó solitaria hasta mi mentón — Te extraño mucho.
Holaa, aquí les dejo este capítulo que esta cargado de muchos sentimientos. Espero que les guste me esforcé para escribirlo y que no se sintiera tan forzado.
Nos leemos pronto.
I Purple U 💜
🖤🦋💙
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