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Cristallum Rosa

Mundo de los humanos

Jeon JungKook, un chico de 22 años caminaba por las calles frías y ventosas de Corea, mientras unos mechones de su cabello negro se le cruzaban en la cara molestándole la vista, los retiro hacia atrás para así seguir su andar.

Mientras caminaba se topó con una bolsa tirada en el suelo, le pareció raro ya que no veía a nadie cerca; fue hasta aquel objeto para sujetarlo y ver qué había adentro. Cuando abrió aquella bolsa misteriosa se encontró con una rosa que parecía hecha de cristal, se sorprendió, pues de seguro valía mucho.

Sujeto fuertemente aquella bolsa y comenzó a caminar hacia la estación de policías más cercana para entregar aquel objeto, no se lo iba a coger, de seguro era importante y caro.

Cuando llegó no espero lo que pasaría — Hola, buenas noches.

— Hola, buenas noches ¿en qué podemos ayudarlo? — Uno de los oficiales le preguntó mientras apartaba su vista de la computadora.

— Me encontré este objeto dentro de aquella bolsa — Saco la rosa lentamente y la dejó sobre el escritorio de aquel oficial.

— Déjame ver...esto... ¿es una rosa de cristal? — Los ojos del chico casi se salen de órbita al ver aquella magnífica y extraña rosa.

— Ummm... Sí.

— Nadie ha reportado como perdido un objeto como este —Le aseguró al chico quien mostró en sus ojos lo preocupado que se encontraba.

— ¿Seguro?

— Sí, deje le pregunto a mi compañero... ¡Wang!

— ¿Qué pasó? — El chico se asomó al área de trabajo de su compañero.

— Busca en los registros si alguien denunció o perdió algún objeto como este — menciono mostrándole aquella rosa rara.

— Mmmm ok, ya vengo — El chico se fue a su escritorio donde tecleo algunas cosas en su ordenador.

Cinco minutos pasaron y no sabían nada sobre esa rosa, nadie la reportó como perdida o robada, nadie la estaba buscando...o tal vez sí. — No hemos encontrado nada.

— Que raro... — Miro la rosa, era muy hermosa, estaba hecha completamente de cristal razón por la que su color era de tonos tornasol, la sostenía muy delicadamente, Tenía miedo de romper tal belleza.

— Puede llevarse este objeto.

— ¡¿Qué?! — "Es tan obvio que soy pobre como para que me digan eso ¿o qué?". Se preguntó a sí mismo.

— Puede llevársela, nadie la busca por el momento así que será mejor que la lleves contigo, aquí no es un lugar seguro, aunque seamos policías, muchas veces la codicia nos ciega y si mis compañeros la ven querrán llevársela consigo.

Asintió y dio una reverencia para luego guardar nuevamente la rosa en el bolso.

《 ¿Quién habrá esculpido esta rosa? 》

Esto era algo que un humano no podría hacer, era muy difícil que quedara tan bien detalla, era imposible.

Caminando por las calles de nuevo siguió su camino a su trabajo, el cual era su objetivo principal antes de encontrarse con aquel objeto; tomó el autobús que lo dejaría más cerca mientras iba pensando en alguna excusa para decirle a su jefe.

No le tomó mucho tiempo el visualizar la calle donde estaría más cerca de su trabajo así que bajó del transporte y anduvo a pie hasta aquel pequeño lugar donde trabajaba, el cual era una tienda de música.

Al entrar se encontró con sus dos amigos y su jefe, quienes le regalaron una sonrisa.

— Llegas tarde Jeon — El pálido le mostró su rostro más serio, pero era algo que a él ya no le causaba temor alguno, más bien no evitó soltar una risa.

— Lo siento YoonGi hyung, tuve que pasar por la estación de los azules, me encontré con un objeto en la calle y pensé que alguien lo había perdido, pero al parecer no — Hizo una mueca luego de mencionar aquello.

Todos volvieron a lo que estaban, pero había una inquietud en el castaño quien no dejaba de pensar todavía en quien podría ser el dueño de aquella hermosa rosa.



Mientras que en el reino de los cielos estaba aún aquel pelirrubio viendo por donde se había ido su hermano. Se sentía realmente mal al no poder evitar que su hermano hiciera lo anterior. La rosa no era un juego, al igual que lo que le pasaría a quien adoraba.

— Luzbel es un tonto — quitando el último pedazo de cristal de sus bellas alas — Ay Tae, ¿por qué haces tantas locuras? — Pregunto al aire preocupado — ¿Es que acaso no es feliz en este reino?

Se acostó en su cómoda cama evitando aplastar sus alas en el proceso.

Él había visto cómo el pequeño saco donde llevaba la rosa había caído, claro, aquella seguramente aún estuviera bien.

— Bien, primero tengo que ir a buscar a Tae, luego iré por la rosa ¿o debería de hacerlo al revés? ¡Ah! Esto no estaría pasando si no fuera por su imprudencia.

Escuchó como la puerta estaba siendo tocada, se incorporó y abrió levemente aquella para encontrar a su mejor amigo.

Lo tomó de la mano y lo adentro a su habitación revisando que nadie estuviera en el pasillo de su casa.

— Oye que sucede? — Jin se rio mientras tomaba asiento en una de las sillas del escritorio.

— Tae comedio un disparate — movió las manos demostrando lo frustrado que se sentía.

— ¿Qué hizo Luzbel esta vez?

— Se robó la rosa.

— Espera, ¿qué? — ante la mención de aquella rosa — La rosa de cristal es importante para nuestro reino, si le llega a pasar algo nosotros no existiremos.

— Lo sé, la rosa es un regalo que nos dieron las diosas antes y ha pasado de generación en generación, y no había ocurrido algo parecido — tomó un breve instante antes de seguir — Pero, la rosa no la tiene Tae...

— ¡Miguel!

— Déjame terminar, antes de que digas algo, no, no la tengo yo, aunque es lo que hubiera querido, la rosa está en la... — Hizo una pausa mientras se levantaba y tomaba una almohada — Tierra.

— ¡¿En la tierra?! — ante el grito del castaño una ráfaga de viento azotó la habitación llevando consigo algunos adornos que tenía el rubio.

— ¡Por los dioses y mi padre! — El de ojos azules quitó la almohada de su rostro.

— Dios, JiMin ¿Cómo haremos para encontrarla?

— No lo sé, la única forma es si bajamos, pero es muy riesgoso, estoy seguro de que si me descubren estaré perdido.

— ¿Realmente es la única forma?

— Sí, pero primero necesito encontrar a Tae antes de que sea demasiado tarde — se acercó al espejo y movió este a un lado para buscar el paradero de su hermano — Aquí dice que está cerca de las cascadas.

— Eso es a 80 kilómetros de aquí, no creo que llegaras a tiempo antes de que lo encuentren.

— No dejaré que mi hermano tenga el mismo destino que Lucifer.

— Lucifer y Tae no son muy diferentes, Lufer traicionó a tu padre y él lo desterró y lo hizo el rey del infierno. Tae es igual, quiere traicionar a su raza, quiso huir con la rosa, es alguien que se volvió ambicioso y lleno de odio hacia ti — Jin dejó escapar un largo suspiro, el cual no pasó desapercibido por el rubio — Él te odia.

— No me interesa si me odia, únicamente quiero salvarlo de algo trágico. Además, Tae no se parece a Luzbel o Lucifer, como quieras llamarle, no porque haya recibido el mismo nombre que ese arcángel significa que sea igual que él.

Jin se sintió un poco mal al comparar al peli azul con quien antes también portaba aquel hermoso nombre.

— Entonces ve, anda rápido, trataré de que tu padre no pregunte por ti.

Jin salió de la habitación dejando a un ángel angustiado.

Sin pensarlo, abrió la ventana de su habitación y alzó el vuelo hacia aquella cascada, solo esperaba que no fuera demasiado tarde.

Luego de unos minutos en vuelo llegó al lugar, pero no encontraba a su hermano.

Se acercó a la cascada y rebusco entre ese lugar para ver si lo encontraba, según el pequeño mapa que aparecía en su brazo mencionaba que ahí estaba. Camino más acercándose a la cascada y ahí lo vio, su hermano se encontraba sentado en el césped con sus largas alas descansando en su espalda.

— ¿TaeHyung? — el susodicho giro su rostro encontrándose con la persona que menos quería ver.

— ¿Qué haces aquí?

— Por favor Tae, ven conmigo, no puedes quedarte aquí, si lo haces padre te encontrará y te sentenciará por perder la rosa.

— ¿La rosa? Claro, la que me está ocasionando esto — se giró completamente mostrando la parte interna de sus alas.

Estas se estaban volviendo de un negro carbón, JiMin no evito sorprenderse al ver como su hermano era castigado por la rosa, a pesar de que él no la tuviera, esta demostró lo impuro que era el corazón de su hermano.

— Luzbel... — se acercó a su hermano con sus ojos cristalinos, no quería que esto sucediera — Dioses, no por favor — acarició las alas de su hermano.

— Tenias razón, vaticinium rosae verum est. (La profecía de la rosa es cierta.)

— Tiene que haber una forma de revertirlo, intentaré con un exponentia (hechizo) — se alejó un poco de su hermano y recitó aquellas palabras mientras destellos blancos salían de sus pequeñas manos — Prophetia impleri non potest, maledictum rosae frangendum est. (La profecía no puede cumplirse, el maleficio de la rosa debes romper)

Cuando el hechizo llegó al cuerpo de este una capa oscura hizo que no impactará con su cuerpo.

— Es inútil, el poder de la rosa es más fuerte, pensé que era solo un mito entre los ángeles.

— Tae, ¿Por qué?

— Quería sentirme importante y pensé que, si le pedía a la rosa un poco de poder, tal vez sería digno de mi padre para poder tener un papel importante o quitarte el lugar como rey de los cielos.

— Sabes lo que decían sobre ella, tu corazón no tenía el más mínimo deseo puro; Tae, yo realmente te amo, eres mi hermano, a pesar de no ser hermano de madre. No pensé que me odiaras tanto.

— No te odio JiMin, simplemente te tengo envidia por ser quién eres, ¡agh! — JiMin sujetó el cuerpo de Tae al ver como este caería de rodillas al verdoso césped.

El peliazul mantenía una de sus manos en su pecho, lugar donde seguramente espinas estuvieran creciendo.

— Lo siento, JiMin.

— Noli quaeso fratrem meum aufer a me (Por favor no, no me arrebates a mi hermano) Haré lo que quieras — Le hablo a los cielos, como si alguien escuchara sus plegarias.

En ese momento el rey, su padre apareció junto a otros ángeles los cuales ya habían sido informados de la desaparición de la rosa.

— Tae — se posicionó al lado de su hijo y no pensó que fuera él quien la robó, pero al ver sus alas y su pecho lo comprobó — Tú fuiste.

— Lo si-siento — hablaba con dificultad gracias al ardor en su pecho.

— Padre, por favor ayúdalo — JiMin le rogó con la mirada a su padre, pero este solo se mantenía con un semblante serio.

— No, la rosa lo ha hecho por sus malos deseos y aunque lo haga no podría, mi poder sobre ella es inútil.

Únicamente tuvo que quedarse solo con su hermano luego de que su padre decidiera ir a buscar la rosa, donde según Tae la había ocultado.

— Miguel — Lo miró aun acariciando su cabellera igual que el cielo — Busca la rosa en el mundo de los humanos, vi como un chico de unos 20 años la había recogido, es castaño y parece un conejito — JiMin recibió una sonrisa, la primera sonrisa que había recibido de su hermano después de tanto tiempo y no evitó devolverle la sonrisa. — Encuéntrala y tráela a casa.

— Lo haré.

Luego de mencionar aquello vio como su hermano cerraba los ojos y sus alas se volvían completamente oscuras junto con su pecho.

Una lágrima cayó en el rostro de su hermano; él ya no se encontraba más. Su hermano había partido, se levantó y cargó su cuerpo para llevarlo a algún lugar donde podría dejarlo.

Y así lo hizo, luego de dejarlo regreso a su casa, donde no saludo a su padre o madre, simplemente subió a su habitación.

Tendría que comenzar a buscar aquella rosa e iniciaría la mañana siguiente.



Hello, he aquí el segundo capítulo de esta linda historia.

Me disculpo por no haber actualizado la semana pasada y venir a actualizar hasta hoy, pero hay cosas de las cuales me hago cargo fuera de wattpad o de todas las redes. Solo espero que sea de su agrado.

No tengo más que decir así que, nada, cuídense, tomen awuita y sean felices, independientemente de lo que los demás digan. 

I Purple U 💜

S.Black Angel🖤

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