Capítulo III
Hoy presentamos...
"En el Club de Literatura"
-Joss-
Cuando el padre de Heather se llevó a Heather, Joss quedo impactada, pues sabía que los padres de la rubia eran homofóbicos, pero no esperaba ver al padre de ella allí, en ese lugar, en ese preciso momento.
Luego de unos segundos parada ahí, con cara de idiota, decidió irse a su casa.
Cuando llegó a su casa, su fue en silencio a su cuarto, pues no quería explicarles a sus padres porque volvió antes. Cuando llegó a su cuarto, se sentó en la cama y dijo en voz baja:
—¿Yo hice eso? ¿No la podré ver más...?
Ella conocía muy bien a los padres de Heather, sabía que seguramente no la dejarían ver a su hija nunca más en su vida hasta la muerte
—T-tengo que averiguar si está bien —dijo en voz baja, y acto seguido sacó su móvil de su bolso de mano y le escribió
Hey, Heather ¿estás bien?
Enviado a las 09:18PM.
Hola Joss, estoy bien, solo me retaron, nada más.
Enviado a las 09:21PM.
Qué suerte, pensé que no nos dejarían vernos nunca más.
Enviado a las 09:22PM.
Yo igual.
Me iré a dormir, hablamos luego.
Enviado a las 09:24PM.
Está bien, hablamos luego, buenas noches.
Enviado a las 09:26PM.
Pero Heather no respondió, Joss pensó que se fue a dormir, pues se desconectó al cabo de pocos segundos.
—Será mejor que duerma —dijo, y acto seguido se puso el pijama y se acostó para dormir, durmiéndose al cabo de pocos minutos.
A la mañana, cuando ella se despertó, pudo escuchar gritos provenientes de la cocina. Se levantó, se lavó los dientes, y se cambió la ropa, y por ultimo pero no menos importante, bajó las escaleras, pero cuando estaba a punto de entrar al comedor, pudo escuchar que los gritos provenían de ahí, y las voces de los gritos eran de sus dos padres y su hermana.
—¡Te dije que había algo raro en esa chica Heather! —gritó Andrew, enojado.
—¡¿Solo por ser lesbiana ya la van a juzgar, y para colmo también a su hija?! —gritó Cameron, defendiendo a Joss y a Heather.
—¡Tu te callas, Cameron! ¡No tienes derecho a hablar de esa manera a tus padres! —gritó Alexa.
—¡Ya cállense! ¡Los dos son unos idiotas! —gritó Cameron.
Joss no quería pelear, mucho menos con sus padres, así que agarró su mochila que estaba en su cuarto y se fue sin desayunar.
...
Cuando llegó a la preparatoria, pudo ver a Lukas, Sheryl y a Morgan.
—Por fin llegaste, Joss... Heather ya nos contó lo que pasó ayer... —dijo Lukas.
—¿Y dónde está ella?
—En el club de literatura, dijo que no la molestemos —dijo Aaron, apareciendo por la puerta del edificio.
—Diablos...
—Será mejor ir a clases —dijo Morgan.
Y acto seguido fueron al salón.
...
Cuando llegaron al salón, vieron al profesor a punto de comenzar a pasar lista. Entraron y se sentaron en sus lugares asignados. Cuando llegó al nombre de Heather, los cinco se percataron que Heather seguía en el club.
—Washington, Heather —repitió por tercera vez Carpenter.
—Ella está aquí, solo que no en el salón —dijo Aaron.
—¿Y dónde está entonces?
—En el club de literatura —dijo Paul, que luego se dio cuenta que Heather aún seguía en el club.
Dennis da un suspiro medio pesado y dijo:
—Clayton, ve a buscarla —dijo, mirándola directo a los ojos.
—S-sí... —dijo levantándose y saliendo del salón.
Luego de unos minutos caminando, se encontró con Faith Well, la encargada de detención.
—¿Qué haces caminando por los pasillos en hora de clase? —preguntó Faith, poniendo sus brazos en su cintura.
—El profesor Carpenter me ordenó que vaya a buscar a una compañera que se quedó en un club...
—Bien... pero en el recreo las dos irán a detención.
—¿Y yo por qué?
—¿Tienes pase para andar por los pasillos?... Tu silencio te delata.
—¿Es broma? Si quieres puedes ir a preguntarle al...
—Sin un pase tendrás que ir a detención en el receso —y luego se fue.
—Esto tiene que ser una broma —dijo, para luego seguir su camino hacia las escaleras que llevan al piso de los clubes.
Cuando llegó al club, entró y vio a Heather sentada, tranquilamente leyendo un libro llamado "Forbidden Love".
—Hey... Heather... el profesor Carpenter me mandó a buscarte.
—No me interesa —contestó fríamente.
—¿Estás bien?
—Sí, estoy de maravilla —respondió con una sonrisa falsa, mirándola, para luego devolver la vista al libro.
—¿Qué lees? —preguntó Joss, sentándose al lado de Heather.
—Se llama "Forbidden Love", es mi libro favorito.
—¿De qué se trata?
—De una pareja de amigos que se enamoran pero sus padres no les dejan estar juntos —explicó—... me hace acordar a nosotras —susurró.
—¿Qué fue lo último que dijiste?
—N-nada. Esta es la sexta vez que leo el libro.
—Si que te gusta el libro —bromeó Joss, con una sonrisa.
—Sí, supongo que sí.
—Por cierto, el profesor se olvidó de darme un pase, y me encontré con Faith, la encargada de detención y me dijo que en el receso, las dos tenemos que ir a detención.
—Está bien, como sea.
—Bien, habría que volver...
—¿Por qué? Es mejor aquí —al oír las palabras de la rubia, Joss frunció el ceño.
—¿Qué? Heather... a ti te encanta literatura —Heather se encogió de hombros—. ¿Estás bien?
—Sí, de maravilla —dijo, cerrando el libro y dejándolo en una estantería—. Ven.
—¿Si? —se acercó Joss.
Cuando estaba al lado de Heather, la rubia se le abalanzó hacia Joss, abrazándola rápidamente.
—¿Huh? —fue lo único que llegó a decir, puesto que eso la agarró desprevenida.
Ambas estaban sentadas contra una estantería, la misma en la que Heather dejó el libro. La rubia la estaba abrazando fuertemente, podía sentir como Heather apretaba los puños en su camiseta. Luego de unos minutos, se separó de ella y comenzó a llorar.
—¿Qué pasa, estás bien?
—S-sí... no es nada —dijo sollozando.
—¿Quieres hablar?
—No... sí... no lo sé.
Joss da un suspiro y la abraza lentamente.
—Solo es que —Heather tira un suspiro—... mis padres me quieren mandar a una terapia de reorientación sexual...
—¿Qué ellos qué? —dijo Joss, dejando de abrazarla, pero luego se levanta del suelo, y la ayuda a Heather a levantarse.
Cuando estaban paradas, Joss la abraza fuertemente, otra vez.
—No dejaremos que ellos te lleven ahí, es una promesa que no romperé —dijo sin dejarla de abrazar.
—Gracias Joss...
—Vamos a clases... —pero justo suena la campana—, bueno, a detención —dijo, y Heather se rió un poco.
—Está bien, vamos.
...
Cuando llegaron a detención, entraron.
—Hasta que por fin llegaron —dijo Faith, que al parecer las estaba esperando—. Carpenter me contó que no volvieron a clases.
—Eso íbamos a hacer, pero ella se rehusaba a ir.
—Hey, no puedo decir que es mentira, porque es verdad, pero igual duele —dijo entre risas.
—Yo pensé que habían faltado a la clase porque como iban a ir a detención no tenía sentido ir a clase —dijo Faith.
—Sí, no se nos ocurrió eso —dijo Joss, rascándose el cuello.
—Mejor que no se les haya ocurrido —dijo Faith—. Iré a buscar algo para comer, confiaré en ustedes que se quedaran aquí —dijo y luego se fue.
—Bueno... tenemos una habitación bastante grande para solo nosotras... ¿Qué podríamos hacer? —dijo Heather, acercándose provocativamente.
—No lo sé, tú dime —dijo Joss.
Cuando Heather estaba a escasos centímetros de los labios de Joss, Heather agarró a la pelinegra y la sentó en una de las sillas. La rubia se sentó encima y comenzaron a besarse. Luego de unos minutos entró Faith.
—Oh, pensé que iba a entrar e iba a estar vacía... —dijo sorprendida.
—Pues ya ves que no —dijo Heather saliendo de encima de Joss, frustrada pues estaba a punto de pasar algo hermoso.
—Pues perdón por tener que hacer mi trabajo e interrumpirles cuando se estaban... —pero un profesor entra y deja a Lukas, pues al parecer lo atraparon haciendo trampa en un examen sorpresa.
—Qué suerte que no fuimos —susurró Joss al oído de Heather.
—Suertudas —dijo Lukas, sentándose en la mesa de al frente de la de ellas—. Aunque la trampa fue apropósito —dijo, mientras sacaba unos paquetes de papas fritas de debajo de su chaleco—. Junto a Sheryl, Aaron y Morgan, cuando vimos que no venían, planeamos esto —dijo dándoles uno a cada una.
—Yo podría decirle al director lo que hiciste... pero, hay una forma de que no diga nada —dijo Faith, dando una indirecta que le dé un paquete.
—Bien, toma uno —dijo Lukas, entre risas.
—Bien, gracias —y se fue a sentar a la mesa de la encargada de detención.
—Bien, como les iba diciendo, supimos que las mandarían a aquí, así que hice trampa en el examen a propósito, de todas formas hubiera hecho trampa igual, pero prefiero mantener mi medalla —dijo entre risas.
—Bien, valió la pena después de todo, ¿o no Lukas? —preguntó Joss.
—Sí, yo creo que sí.
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