El viento arrebataba la calidez de su cuerpo desnudo. Un nudo en su garganta amenazaba con desgarrar esta, el pobre Félix caminaba por el bosque solo, la luna era su único acompañante, mientras de en su mano, caía sangre proveniente de su cuerpo.

Su cuerpo estaba quedando sin aliento, sus piernas estaban bañadas en sangre y todo su cuerpo rasguñado, tenía que buscar una ayuda, pero no había nada a su alrededor.

— H-hyunjin — Llamo en un hilo de voz, su vista comenzaba a nublarse y dejaba de sentir sus extremidades.

El chillar de un bebé lo hizo voltear, estaba dentro de una canasta, cubierto en mantas. Como pudo fue corriendo, y cargar el bebé en brazos, sintiendo como su llanto se mezclaba con la criatura.

El bebé tenía sus ojos rojos y su piel era muy pálida.  Y parecía que lloraba más fuerte cuando intentaba calmarlo. Félix lo mesia queriendo calmarlo, sin embargo, unas manos frías tocaron su espalda, dejando estático al menor.

— Está muerto — una voz masculina hizo eco en su espalda.

El lobo vio al bebé, viendo solo un esqueleto, lanzó de este asustado sintiendo sus lagrimas caer gruesamente. Vio sobre su hombro al chico que hablo, sin embargo, solo pudo ver como le salto encima.

— ¡Oye, pequeño loco! — Llamo el vampiro al omega qué estaba frente a él.  — ¡Seungmin espérame!

Troto a él, logrando tomar su brazo. Sin embargo, eso no llamó la atención del lobo, pues este estaba viendo fijo un lugar. Chan, que estaba confundido, vio a su dirección; El letrero de Bloodstone estaba lleno de sangré y un cadáver estripado a su lado.

Conocía esa ropa, conocía a esa persona. Pero algo le faltaba, su cabeza no estaba. 

— Ella...

— Es Yeji — finalizó el vampiro, el mayor sentía un dolor en su pecho, y eso era nueva. 

Jamás había creído que vería a la princesa otra vez, no de esta manera. Se veía que tenía semanas el cuerpo en él lugar, a su cuerpo le faltaban una qué otras extremidades. Pero bang, no quería pensar en como era él cuerpo de ella.

Tomó a seungmin y salieron del pueblo oficialmente.  Las afuera de Bloodstone eran iguales al estar adentro, no obstante, sus vibras era diferente. El menor veía sobre su hombro al pobre cadáver,  podía sentir la angustia del vampiro y eso le estaba inquietando, cuando estaban lo suficientemente lejos de dónde salían; se safo del agarre.

— Seungmin no tenemos tiempo — se quejó, volteando a verlo. Pero este solo lo tomó de los hombros

— Tienes que calmar tu mente, Chan. Así no podrás seguir, ¿Entiendes? — fijo su vista en sus ojos, queriendo  hacerlo entender sus intenciones.

El pálido lo vio confundido, la sangre del menor corría muy rápido,  sus mejillas estaban comenzando a sonrojarme y sus ojos ya no estaban tan odiosos.

Pero sabía que él chiquillo tenía razón, suspiro desviando la vista. Su mente macabra le decía que se aprovechará de su ayuda y abusara de ello.

— Seungmin. Solo tengo una manera de calmar mi mente, y no estarás dispuesto para eso justo ahora. — bajo sus manos con delicadeza. 

— ¿Acaso necesitas sangre? Aquí hay muchos ciervos, puedes matar a uno — le dio un vistazo a sus alrededores. Chan suspiro.

— beber sangre no calma mi mente, la activa más — siguió caminando, dándole fin a la conversación.

El lobo lo siguió sin remedio, pero no tenía planes de dejar el tema de esta manera. Se coloco a su lado, caminando en silencio.

— ¿Entonces que te calmaría? — habló a los minutos, escuchando una risita del contrario.

—  Sexo, tener sexo con alguien — lo vio alzando sus cejas. — ¿Serás mi ayudante, uh?

Quedo callado, y negó suave. — Mejor no calmes tu mente.

Siguieron caminando, pero ahora seungmin estaba pensando en cómo hubiera sido y puede por que sea el momento, pero le daba un toque de adrenalina.  Sin embargo, recordó que el no era cualquier vampiro y se paso por su mente la loca idea.

No obstante, había sido escuchado por el mayor, quien mantenía una sonrisa de oreja a oreja por saber que quedo pensando en ello.

La noche se hacía más cercana, sus cuerpos estaban agotados, exigían un descanso. Sin embargo, chan no quería parar, debía llegar con los líderes antes de que sea demasiado tarde.

A lo lejos podía verse una luz, y caminó de rocas comenzaba a hacerse presente.  Bang sonrió aliviado al saber lo que indicaba. Pero el pobre lobo no, por lo que al escuchar unos pasos detrás de él, salto al brazo del mayor y ver a los lados alarmado.

— Seung, tranquilo. — tomo de su mejilla, deslizando sus dedos hasta sus labios y tocar estos atrevidamente. — hemos llegado.

Seungmin lo vio confundido, pero un gran hombre de piedra los veía desde lo alto. Callando los insultos que tenía por decirle al vampiro.

✶

El lobo escuchaba las cadenas a lo lejos, el lugar era sucio y asqueroso para el pobre chico, que estaba desnudo en el suelo. Su cuerpo dolía y sentía que estaba colgando de un hilo.

Su vientre dolía y tenía mucha hambre. Su padre venía de vez en cuando a dejarle comida y agua, pero hoy no había aparecido y eso le estaba cobrando la vida.

Intento moverse de donde estaba, y una punzada llegó a su espalda, una que lo hizo gritar y llorar en respuesta. Félix estaba grave, y en lo único que podía pensar, era que quería a hyunjin de vuelta.

Estando en el lugar, solo le hacía extrañar las mañanas con hyunjin en la cabaña. Cuando le hacía el desayuno y luego se acostaban en el sofá a acariciarse. Cuando llegaba la noche, darse un baño juntos y dormir abrazados, donde Félix podía sentir el latir del corazón del vampiro; su lado vulnerable.

Ahora solo podía ver cuatro paredes y una reja como puerta. Su lobo extrañaba a muerte al vampiro, lo quería nuevamente a su lado. Sabía que lo estaría buscando, pero temía a que le hicieran algo por ello.

— Hyun...— suspiro sujetando su cabeza. Nuevamente había comenzando a llorar.

Últimamente estaba muy nostálgico,  su corazón dolía por no saber nada del vampiro. Siempre solía soñar con que su bebé de verdad estaba muerto, pero Félix podía sentirlo con él.

Sabía que era muy precipitado decir que estaba con vida, después de todo lo que sufrió aquella tarde. Pero siempre se encontraba abrazándose a si mismo y hablarle al bebé en su vientre,  como si el estuviera escuchándolo.

— Semillita, no te preocupes. — habló entrecortado, secando sus lágrimas. — Saldremos de esta, yo lo sé...Hyun- , papi vendrá a sacarnos de aquí, solo aguanta, ¿si?

Se abrazo nuevamente, con la fuerza que le quedaba. Sintiéndose así, menos solo.

— Vaya, de verdad sigues creyendo que ese feto esta vivo — la voz ajena, lo hizo voltear. Notando a su tío verlo tras la reja.

Su corazón se paró, y retrocedió cuando entró al lugar. Se alejó lo más rápido, pero fue tomado a la fuerza por el señor, hasta pegarlo a su cuerpo. Lee lo empujaba con sus fuerzas, pidiendo compasión,  pero no era escuchado.

Su cuerpo fue tomado a la fuerza, nuevamente aquella noche. Su boca había sido testigo de su arrebato, y cuando por din acabo. Le extendió la comida con una sonrisa.

— Aliméntate, mañana es la luna llena, Félix.  Tendrás un día movido — extendió su mano al rostro, pero se la arrebato de golpe, lanzando con ello, la bandeja de comida.

— Púdrete — mascullo.

Una cachetada hizo ruido en el lugar, Félix sentía su mejilla arder, pero no se arrepentía de aquello. No iba a aceptar ninguna comida que venga de ellos.

Y no le importaba si eso lo ponga en riesgo. Sabía que podrían ponerle algo a su alimento y prefería no arriesgarse.

— Como quieras, Félix.  Igualmente mañana estarás muerto. — comenzó a limpiar su desastre.

Pero Lee vio un cuchillo a su lado, por lo que lo tomó sin llamar la atención y meterlo bajo su pierna tendida en el suelo. Vio a su tío levantar todo y verlo de reojo.

— Mañana verás como matan a tu novio, el ta esta aquí por cierto. — comentó comenzando a salir del lugar. — Me imagino que estarás emocionado por verlo ser degollado en primera fila.

Sin más, desapareció de su vista. El menor pego su cabeza a la pared, queriendo calmar su respiración.

Hyunjin estaba aquí, lo había atrapado, pensó el omega sujetando su cabeza.

Félix tenía que salir del lugar antes de que sea muy tarde.

⛺️notita:
Holiii😭.
Ya tenemos respuesta de Félix gente❤️‍🩹.

¿Qué tal ahora?

¡Hasta luego!
— Valen.