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La frágil chica corrió mientras en su vientre caía sangre, sus pálidas manos ahora eran color rubí, estaba siendo perseguida por los monstruos, quienes reía mientras la dejaban huir unos kilometros.
— Vamos, sangre fría. Fuiste apuñalada con metal, estas muriendo — Dijo con una tranquilidad que aterra.
La pelinegra seguía corriendo, su plan era huir del pueblo, correr lejos y no volver, sin embargo. Cuando puso una mano en el letrero para sostenerse, un gran lobo de dos metros, estaba frente a ella, impidiendo su salida.
— U..ustedes están rompiendo el reglamento — dijo débil, gritando cuando la bestia le tomó del brazo y la jaló de regreso.
Fue lanzada en el suelo, frente a ellos quien la veían como una presa. La esfera rodó por el piso, llegando a los pies del señor más alto, la pelinegro intento tomarlo, pero fue jalada nuevamente por el cruel animal.
— ¡No saben con lo que se meten! — grito con las fuerzas que le quedaban — Eso es más fuerte de lo que creen. Solo un vampiro puede abrirlo sin morir en el intento..
El gran señor de ojos azules le vio, poniéndose a su altura le vio divertido.
— De eso me encargaré luego — le palmeo su mejilla con arrogancia y se levantó, comenzando a caminar mientras veía la esfera en sus manos. — Puedes matarla.
Finalmente los gritos de dolor llenaron el solitario bosque de Bloodstone.
🕳...🕳
El rubio entro a la cabaña de hechizos, donde vio al castaño limpiar la isla de madera. Le sonrió una vez este le vio confundido, dejo de hacer lo suyo y se acercó al omega.
— Lix..., ¿Qué te trae por aquí? — Preguntó dándole un suave abrazo.
— Hola, minnie — le saludo durante el abrazo, luego se separó y le dio esa sonrisa que el omega asintió y lo llevó adentro del local.
— ¿Aún sigues pensando en tomar supresores cada vez que vuelva? — le preguntó mientras buscabas las pastillas.
Felix movía sus labios ansioso — Sí, no quiero tener una marca en mi cuello. Tu sabes como son las cosas aquí, mi papá está como loco buscándome un alfa esperando a que este listo...
Seungmin lo vio suave, justamente cuando este veía a otro lado, se veía cansado, desconfiado. Soltó un suspiro y se acercó extendiendo las pastillas.
— Sí los tomas mucho puedes quedar estéril, ¿Lo sabes? — le vio a los ojos, Lee asintió y jaló la caja.
— Lo sé. Tu tranquilo — Le dijo suave, dejando un suave abrazo y salir del lugar. Seungmin le vio irse preocupado por su amigo.
Una vez afuera, guardo la caja en su bolsillo y caminó de regreso a donde vivía. Las personas pasaban con bolsa de comidas, otros veían los locales y algunos iban acompañados.
Bloodstone no era un pueblo muy sociable, Félix lo caracterizada por ser muy arrogante, las personas de ahí eran muy ignorantes y poco humildes.
Pero Seungmin era la excepción. Ese chico era su amigo desde que llegó a pedir refugio al jefe cuando tenía siete años, ahora eran imparables.
Cruzó la reja de madera, bajo la mirada de unos guardias. El omega camino rápido para no ser tan visto por los alfas.
— Oye lobito, ¿Seguirás pasando tu celo solo? — Preguntó el alfa, viendo como se iba el chico, que al pararse sonrió perverso.
Felix le volteó a ver — jamas será contigo, ¿vale? — dijo hostigado y entró a la casa.
Se apresuró a su cuarto, que al estar dentro se quito su ropa y comenzó a llenar la tina con agua caliente. Cuando estuvo, entro desnudo sintiendo su cuerpo relajarse, tomó una pastilla, tragando de esta con los ojos cerrados.
✶
—¡Basta! Me estas haciendo daño — grito la chica mientras rasguñaba la espalda de señor qué la estaba tomando.
— Shh, pequeña, solo tienes que callarte y disfrutarlo.
Félix vio eso desde lejos, que al acercarse vio que era el mismo sobre la mesa. Sus mejillas estaban llenas de lágrimas y había sangre en su pecho descubierto.
Aquel lo vio y sonrió suave — Tu lo disfrutaste, ¿cierto?
El rubio se despertó de golpe, su corazón estaba acelerada y su cuerpo empapado en sudor. Peinó su cabello con sus dedos para calmar su mente.
Soltó un suspiro y decidió bajar por agua, aunque cuando lo hizo, escucho a su padre hablar con un señor, paro de golpe y se escondió para no ser visto.
— No te preocupes, la esfera esta en mi cuarto. Tu tranquilo — logro escuchar de su padre.
— Espero este a salvo contigo, cuando ese sangre fría sepa que desapareció vendrá con todo. Así que cuidado — habló el señor misterioso.
— ¿Y la chica?
Félix se acercó más, interesado en saber.
— Está muerta, no será un problema. El único que lo es es su hermano, un sangre fría muy desconfiado y atenta a todo...
El rubio se alejó pensativo, viendo escalera arriba. Subió con cautela, llegado al cuarto de su padre. Entro, comenzando a buscar aquello que tanto decía que tenían que cuidar. Cuando la vio paro sus movimientos.
— ¿Por qué mi padre tiene la esfera? — sus pasos fueron suaves, mientras trataba de creerse qué veía eso frente a él.
Era una esfera de cristal, como del tamaño de la cabeza de un ciervo bebé. El omega la tomo sintiendo un mal presentimiento de dejarla en el lugar.
Pocos sabían del poder de eso y Félix no era la excepción. Sabía que su padre podría tener otras intenciones con la esfera, para empezar debía estar con los sangre fría, no en este lado.
Así lo dictaba el tratado.
En un acto impulsivo salio del cuarto con la esfera en mano y entró a su cuarto, la guardo en una mochila, junto con ropa que la envolvieron.
Se coloco zapatos y un abrigo. Finalmente tomo la mochila y bajo las escaleras con la misma delicadeza, vio a su padre por última vez y salió por la parte de atrás de la casa, comenzó a correr lejos del lugar.
Por otro lado, el señor Lee escucho la puerta y al asomarse vio la espalda de su hijo a lo lejos. Alarmado pido que lo siguieran mientras esté subió a ver en su cuarto, notando que no estaba la esfera en el lugar.
— ¡Mierda! — grito molesto, lanzando la caja donde estaba guardado.
Los guardias seguían al omega quien corría con sus fuerzas sintiendo más cerca sus pasos.
— ¡Pequeño vuelve acá! — Grito el alfa.
Lee volteó a ver donde venían, pero resbaló por un barranco, golpeando su cabeza y piernas en las rocas que estaban. Cuando su cuerpo cayó al final, el omega se arrastro notando que estaba en la orilla del río.
Era la entrado al bosque oscuro.
Podía escuchar a los alfas lejos, el rubio se levantó como pudo caminando apresurado, entrando al agua, no era tan alta por lo que la pudo cruzar con facilidad, se apresuró y corrió detrás de un árbol y esconderse en el lugar.
Su espalda dolía y de su cabeza caía una fina línea de sangre. Se estaba mareando pero abrazaba la mochila con fuerza.
Las voces a lo lejos lo alarmó, pero segundos después desaparecieron, el chico se levantó poco a poco, recostando su cuerpo en el tronco para mantener el equilibrio.
De pronto, un chico salto frente a él, era alto y de él un olor poco familiar llegó a las fozas del lobo, por estar tan débil no reacción para huir, solo se dejó ver por el chico.
Este le veía de cuerpo completo, sintiendo la velocidad en la que iba su sangre y lo rápido que estaba su corazón. Podía sentir lo dulce que sería su sangre, sin embargo, no le atacó.
Extendió su mano a su frente, tocando la sangre y llegar a olerla. Olía igual de dulce como lo creyó.
— ¿Quién eres tu? — preguntó el omega débil, sintiendo que se tambaleaba aún estando apoyando en algo.
Este le vio a los ojos, limpiando su dedo con sus labios. Félix comenzó a ver borroso, toco su cabeza, sentía que estaba apunto de desmayarse.
— Hwang hyunjin...
Logró escuchar antes de caer en los brazos del misterioso chico.
⛺️notita:
¿Qué tal?😭😭😭
Espero les guste 😣💕
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