O O 9
Jinsol estaba más aburrida que nunca ese dia. La secundaria ya era lo bastante aburrida como para ese día encontrarse completamente sola. Jungeun no se estaba sintiendo bien esa mañana, y no le había abierto la puerta para "no contagiarla" por lo que ese día estaba sola sentada en una de las mesas de la cafetería. Estaba en una esquina casi escondida para Sooyoung no viniese a molestarla, La alfa había estado bastante tranquila esas semanas y eso le daba solo malos presentimientos.
Suspiró mirando una vez más su teléfono, no tenía siquiera un mensaje de Jungeun, le había mandado varios mensajes pero ninguno había sido abierto. Se quejó moviendo la comida en su plato con aburrimiento, ya se había helado después de tanto tiempo.
Frustrada se levantó junto a la bandeja dejándola sobre uno de los estantes yendo a la multicancha donde estaban jugando a esta hora rugby.
—Jinsol-ah.
Rápidamente desvío la mirada escuchando la risa de la alfa mayor que le hizo gruñir. Los demás decían y se quejaban del fuerte aroma que provenía de Sooyoung, que podrías saber de ella incluso a metros solo por ello, pero Jinsol no era capaz aún de saberlo.
—¿Qué quieres ahora?—Preguntó de mala gana viendo a su mayor sentándose a su lado.
—¿Sabes? Es una pena que tengas que estar aquí.—Se burló.
La otra alfa le miró con confusión.—¿De...que hablas?
—De Jungeun.—Se encogió de hombros.—Oh~ ¡cierto! Aún no tienes tu presentación.—Comenzó a reírse empujando a la menor que rodó los ojos con fastidio.—¿No lo sabes? Todo el mundo lo sabía ayer.
—¿Puedes decirlo ya?—Bramó casi desesperada.
—Está en celo, Jinsol. Todo el mundo lo sabe, pero como tú aún no puedes oler las feromonas no lo sabías, ¿verdad? Tengo que admitirlo, su aroma es exquisito, ¿Te importa si-
—¿¡Qué crees que dices!?-Se levantó enojada de donde se encontraba encarando a la más alta.—No vuelvas a decir algo así.
—Ugh, de todos modos lo harás tú, ¿cuál es el problema?
—¡Yo no lo haré!
La alfa aún sentada se rió a carcajadas.—No lo dices en serio, ¿verdad? Oh, que lo dices de verdad. Mierda. ¿Tú padre no te ha dicho o qué?
Bufó.—No voy a aprovecharme de ella.
—Vamos, Jinsol. En ese momento no eres tú la que lo decide, tu lobo lo hace. Y créeme no soy la única aquí que se quiere follar a Jungeun.
—¡T-tiene 13 aún!¡No es un maldito juguete!
:Pero ya es una omega presentada, da igual. Te mandaré una foto cuando me venga dentro de ella, espérala.—La alfa se levantó dándole una palmada en la espalda con fuerza antes de irse. Mientras la menor se quedaba congelada en su sitio.
[...]
Nunca había subido los escalones a esa velocidad, sentía todo su interior inquieto mientras se apoyaba con sus manos en los escalones tropezando varias veces antes de llegar hasta la segunda planta. Fue directamente a la puerta de la habitación de la omega para abrirse paso pero chocó duramente con la puerta, se encontraba cerrada de llave. Gruñendo comenzó a tocar la puerta con rapidez.
—Jungeun abre la puerta.—Exigió golpeando la puerta con ambas manos.
—E-estoy enferma.—Pudo escuchar la débil voz de la omega a través de la puerta lo que le hizo sentirse alerta.
—Abre. Sé que no estás enferma, abre ya.—Pidió con desesperación una vez más.
Escuchó los pasos de la omega acercarse a la puerta pero no abrió.—Se pasará m-mañana.
—¡No!¡Abre la puerta!-Forcejeó el pomo de la puerta intentando abrir sin éxito.—Déjame verte...por favor.—Odiaba la voz de alfa, pero en ese momento le hubiese gustado tener la suya para poder ver a la menor.
—No quiero que me veas...y-yo, no quiero hacer algo mal.
—¿Qué puedes hacer mal?—Preguntó sin entender.
—M-mi lobo te siente...t-te busca, y-y n-no...
—Jungie...déjame verte, ¿sí? Cinco segundos, y te dejaré en paz hasta que tu celo termine.—No pasaron ni dos segundos que lo dijo que la puerta se abrió y recibió a la omega entre sus brazos. Podía sentir el cuerpo hirviendo de la contraria pegado al suyo.
Jungeun estaba usando una camisa sin mangas y unos pantalones cortos, sus ojos estaban casi cerrados debido al calor corporal de su cuerpo parecido a la fiebre y su respiración era más frenética de lo normal. La alfa no sabía que debía hacer, su interior no la guiaba a nada, no sentía nada más que preocupación por ella. No podía sentir el aroma, ni tampoco a su lobo como todos presumían. Jungeun restregó su mejilla sobre su pecho casi ronroneando abrazándola con fuerza arrugando su uniforme.
—E-espera, Jungeun. Detente.—Jinsol Intentó separarla de ella escuchando los quejidos de la menor.—N-no sé que debo hacer.—Se lamentó.
—N-no hagas nada...Por favor, no lo hagas, no aún.-La omega pidió entre sollozos.—Solo abrázame...
Jinsol no se pudo resistir a eso, abrazando a la omega entre sus brazos con fuerza. Entró a su habitación junto a ella abrazándola al caer en la cama. Jungeun se abrazó aún más a ella pegándose tal cual koala con las piernas rodeadas encima de ella. La peliengra solo se quedó quieta hasta que la más pequeña se quedó dormida.
[...]
Ahora que la alfa podía notarlo, era realmente asqueroso, así lo definía. Todos los alfas estaban babeando por la omega que a pesar de que su celo no había terminado por completo había insistido en asistir al recinto. Ella solo se acercaba más a Jinsol con vergüenza. Todos los aromas, las omegas soltando feromonas para opacar el suyo, los alfas para atraerla le tenían mareada. En casa el aroma del padre de Jinsol le desagradaba bastante, y los demás empleados eran simples betas por lo cual no le molestaba nada de eso.
—Debiste haberte quedado en casa.—Jinsol siseó entredientes molesta por todas las miradas que recibía la pequeña castaña.
Entre todos los aromas que podía sentir el único que le causaba ese escalofrío era el de Sooyoung. Su lobo de inmediato se colocaba sumisa ante la alfa Así que a penas llegó a sus fosas nasales detuvo el paso dejando a la mayor confundida antes de poder divisar la silueta de su prima junto a su sonrisa arrogante abrirse paso hasta ellas abrazando a la omega por los hombros como si nada. Jinsol gruñó apretando sus puños en sus costados.
—Suéltala.—Ordenó a la alfa más alta que ni se inmutó ante ello.
—¿Y si no qué?—Le sonrió con burla.—El aroma de Jungeun trae a todos locos.—Dijo con su mano libre acariciando el cabello de la más pequeña que solo se mantenía inmóvil, con los labios apretados y la cabeza gacha.—Lástima que no puedas sentirlo...ni ayudarla. Debe estar sufriendo mucho, ¿no es así?—La mano que se encontraba sobre sus hombros bajó a su cintura apretandola entre sus brazos lo que hizo jadear a la omega instantáneamente.
—Déjala, Sooyoung.—Volvió a ordenar Jinsol.
—Jungeun decidirá. De todos modos una alfa no presentada no puede hacer más que...nada.—Se encogió de hombros.-Jungeun no te siente, no siente nada cuando te ve justo ahora porque no has tenido su presentación, ¿crees que le puedes ayudar?
—¿Y una alfa recesiva puede?
La alfa gruñó pero luego rió con incredulidad.—Claro que sí.—Sooyoung acarició una vez más la cintura de Jungeun masajeando al mismo tiempo. Debido a que su omega interior buscaba calor de un alfa casi desesperada Jungeun no pudo evitar sentirse un poco complacida con las caricias acercándose un poco más a la alfa sin realmente quererlo.—Te veremos luego, Jinsol-ah.—Sooyoung se despidió con una sonrisa burlona yéndose junto a la omega que no pudo rechistar.
[...]
La omega intentaba seguir los pasos acelerados de la pelinegra que subía en dos los escalones a su habitación. La había llamado más de una vez sintiendo sus ojos llorosos a cada llamado suyo que era ignorado. Trató varias veces tomar su brazo pero simplemente no alcanzaba.
—Jinsol.—Llamó una vez más con la voz rota subiendo la escalera con prisa.—E-escuchame.
Al llegar a la segunda planta Jinsol se dió la vuelta dejando a la omega en el último escalón.—¿Qué?¿Qué quieres?
—¿P-por qué estás molesta?
—¿En serio me preguntas eso?¡Te fuiste con Sooyoung como si nada!¿Qué creías que hacías?
Jungeun boqueó mirando hacia todos lados.—¡N-no sé! N-no me sentía bien, y-yo...e-el celo...
—¿Te hace tan necesitada que te vas con cualquiera?-Jinsol no media sus palabras. Los ojos de Jungeun explotaron en lágrimas pero no emitía ningún ruido.—Claro, como ella es una alfa de verdad.
Iba a darse la vuelta pero Jungeun tomó su brazo.—Eso no tiene q-que ver.—Habló con dificultad.—S-sooyoung... Sooyoung no es como tú.
—Ajá, ella es una alfa, gracias por recordármelo.—Dijo entredientes.
—¡No!¿C-crees que hi-hicimos eso?
—¿¡Pues por qué desapareciste todo el maldito día!?
La omega se encogió en su lugar.—N-no quería que nadie me viera... T-todos me estaban mirando, y-y... no hice n-nada con Sooyoung...—Murmuró soltando el brazo de la alfa.—T-te dije que mi lobo te buscaba.
—No puede hacerlo, yo no tengo a mi lobo.
—No busca a tu lobo, te busca a ti. Q-quiero estar contigo. Tus...feromonas no me ayudan, p-pero me siento bien contigo. Sooyoung intentó...e-eso, pero no quise, no q-quiero.—Jungeun sollozó antes de ir rápidamente a su habitación cerrando la puerta.
Jinsol estuvo horas en la suya, pensando en todo lo que había ocurrido, había estado molesta todo el día en el instituto pensando en que Sooyoung podría estar pasándose de la raya con la omega por estar en celo, y más molesta cuando no la volvió a ver en todo el día, miles de historias se habían creado en su cabeza. Ahora se sentía culpable, Jungeun estaba en todo su derecho de no quererla como alfa, eso pensaba, después de todo ella no podía satisfacer a la omega de ninguna forma a menos que consiguiera presentarse de una vez, y eso aún no ocurría. Escondió su rostro entre sus manos con frustración.
—Jinsol.—Su padre entró a su habitación acompañado de una mueca de desagrado.
Descubrió lentamente su rostro junto a un suspiro.—¿Qué pasa?-Preguntó lo más amable posible.
Su padre se acercó más a ella dejando sobre su regazo una bolsa de plástico con el logo de la farmacéutica de su familia. Miró a su mayor con confusión.—Dile a Jungeun que comience a tomar estas pastillas, sus feromonas llenan toda la casa. Ella te hará caso si se lo pides tú.—Él no dijo nada más. Solo salió de la habitación cerrando la puerta consigo.
Jinsol se acomodó en la cama sacando la cajita de la bolsa, no entendía que era exactamente, así que comenzó a leer cada indicación del paquete. Tenía de todos modos hablar con la omega y pedirle disculpas por haberle gritado de esa forma.
Leyendo la cajita fue hasta la habitación de enfrente donde la omega se encontraba. Al estar de frente a la puerta suspiró tocando con sus nudillos la madera.
—Jungeun.—Llamó lo suficientemente fuerte.—Lamento lo que dije antes... estaba molesta, no debí decir todo eso.—Se disculpó.—Traje unos medicamentos, no sé qué son, pero te harán sentir mejor.—Mencionó abriendo la cajita sacando la tableta plástica viendo las diminutas pastillas en los espacios. Buscó con la mirada a algún empleado pidiéndole un vaso con agua rápidamente. Volvió a tocar la puerta una vez más esta vez dejando su mano en el pomo.—¿Puedes abrir por favor? No debes disculparme, pero al menos acepta las medicinas.
Tomó el vaso de agua que le trajeron unos segundos después, y a penas el empleado desapareció Jungeun abrió la puerta. Sus ojos estaban rojizos al igual que sus mejillas, brillantes por las lágrimas. Jinsol se sintió aún peor, un dolor en su pecho se instaló y estiró la pastilla sacada de la tableta y el vaso con agua.
La omega tomó ambos pasando la pastilla fácilmente con todo el vaso de agua. Jinsol intentaba buscar la mirada de la más pequeña pero no lograba hacerlo.
—En serio perdóname.—Murmuró.
Jungeun asintió carraspeando.—Solo quiero estar sola un rato.
—¿Sooyoung te hizo algo?—Preguntó repentinamente preocupada.—¿Qué te hizo?¿Ella te obligó a hacer algo?¿Te... te tocó?
La pequeña castaña apretó los labios y la alfa se atrevió a acercarse a ella y envolverla en esos abrazos que tanto calmaban a la más pequeña. Jungeun rompió en llanto a los segundos de recibir el abrazo resguardandose en ella.
—Y-yo no quería hacer eso.-Dijo entre hipidos.—N-no quería salir del b-baño y-y, t-tu no puedes sentirme, q-queria que aparecieras.
La alfa sintió sus ojos picar por las lágrimas, se sentía tan frustrada, tan inútil. Por más que intentará defender a Jungeun, su instinto no ayudaba a alejar a todos los demás, ella quería llenar a Jungeun con su aroma para que nadie más se acercase, pero su lobo no llegaba, ella era una alfa completamente inútil.
—Lo siento tanto.—Se disculpó una vez más.—Si yo fuese una alfa podría haberte ayudado.
—¿Tu c-crees que soy una cua-cualquiera?
Jinsol negó rápidamente secando las lágrimas del rostro contrario que seguían cayendo.—Nunca pensaría eso de ti, lamento haberte hecho pensar eso. Eres la persona más especial para mi.—Aseguró. Se separó del abrazo para tomar sus manos.—Eres la única persona en la que confío tanto como a ti, por la que daría toda mi vida.
—Soy solo una omega de servicio, Jinsol...-Jungeun dijo con tristeza.
—Eres mucho más que eso para mi y no importa lo que digan los demás, porque yo soy la única que te conoce de verdad, que te ha visto más allá del asqueroso título de "omega de servicio", tú eres Jungeun.
—Ni siquiera tengo un apellido real, mis padres prefirieron abandonarme, no sé qué ocurrió con mis hermanos del hogar y en unos años estaré fuera de aquí.
—Te buscaré donde sea.
N/A
Vuelvo aquí después de un tiempito
pasen por mis demás historias, ando actualizando casi a diario
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