10| Celos amargos y un karma muy caprichoso
Taehyung estaba cansado, de fingir, de pretender, de aparentar que tenía todo bajo control cuando un remolino catastrófico se arremolinaba en su alma, pero lo que más daño le hacía era el silencio. Y no me refiero a ese ensordecedor abismo que deja la calma, sino a la abrupta y demoledora quietud que él había mantenido.
Porque Jungkook no había regresado.
Porque pasó una semana y Taehyung se dijo que volvería, porque pasaron dos y se convenció de que tenía que volver. La conexión no fallaba, la había sentido... ¿o eran suposiciones y quimeras de una mente cegada por el deseo? Porque al pasar tres semanas dejó de mirar la pantalla de su celular, ya no lo esperaba.
Él no iba a regresar.
Porque las esperanzas flotaban inertes en el té frío entre sus manos.
Había varios nudos a lo largo de su cuerpo, el más asfixiante lo tenía atorado en la garganta. Ya no sonreía, apenas hablaba. Taesun desistió cuando notó que su hermano no le respondería. Los "¿qué te pasa? Háblame" fueron sustituidos por el silencio.
En modo automático dejó la taza sobre la isleta de la cocina, sintió la mirada preocupada de Taesun y Sojin sobre él. No tenía fuerzas para mentirles con que se encontraba bien, ya no.
Estando en su habitación, eligió un conjunto de ropas oscuras, nada de sus habituales blancos y beiges. Debía ir a trabajar, su madre ya lo había contactado para cuestionarle por qué descuidaba la clínica y si su actitud despreocupada buscaba dejarlos en ridículo. Ellos vivían de esa imagen perfecta.
No quería decepcionarlos.
Pero él se hallaba agotado.
En la ducha se permitió cerrar los ojos y dejar que las lágrimas fluyeran sin fuerza. La grieta rápidamente pasó a ser un abismo. No hay cuerpo que resista por mucho tiempo el peso de un alma hecha pedazos. Lloró duro, con bocanadas de aire, jadeante, roto. Ya no era el adulto, el doctor Kim Taehyung; era el niño ignorado que lloraba en la esquina del salón mientras sus padres atendían un evento lujoso, el adolescente que, aturdido, besaba y tocaba a un Omega mientras se asqueaba de ser el que lo mirara desde arriba. Era ese Taehyung el verdadero, el imperfecto, lleno de dudas, adolorido y desolado.
Cuando su piel se arrugó lo suficiente y no hubo más lágrimas para derramar, el silencio lo recibió nuevamente.
¿Era ese el precio por amar?
⭒☪︎⭒
En la mañana estuvo muy ocupado, al no asistir por 3 días a la clínica, su agenda estaba tan llena que se le dificultó cualquier instante de descanso. Pero en el fondo, Taehyung agradeció toda la distracción. Así su mente se mantuvo lejos de todo aquel problema, eran únicamente él y su pasión por ayudar a los demás.
Al llegar la tarde, se percató de que no podría terminar todo el papeleo y consultas. Por lo tanto, le pidió a Jihyo que lo ordenara y se lo hiciera llegar por correo. Exhausto y listo para marcharse, se estaba colocando el abrigo cuando la presencia de su secretaria lo interceptó.
-Doctor Kim.
Esas palabras lo golpearon cual puñetazo en el pecho y a su vez lo embaucaron en recuerdos ahora dolorosos. Su visión se distorsionó por un momento, ahí estaba Jungkook, no Jihyo, diciéndolas con esa forma tan enojada y rabiosa que solo él poseía, tan altanero y perfectamente imperfecto.
<<Detente, Taehyung. Esto no es sano>>.
Su mente tenía razón. Suspirando, pasó una mano sobre su corazón desbocado y se volteó con lentitud, mirando a la mujer que aguardaba por una respuesta.
-¿Cuántas veces te debo repetir que me llames Taehyung? -preguntó suavemente-. Llevamos trabajando juntos 2 años, Jihyo. Creo que es tiempo de tutearnos. Además, tanto formalismo me hace sentir como un viejo, ¿no crees?
Ella se sonrojó y peinó un mechón suelto detrás de su oreja.
-Es cierto. -Avergonzada, bajó la cabeza a sus tenis blancos-. ¡N-no volverá a repetirse!
Taehyung asintió comprensible y abrió la puerta para ambos, indicándole educadamente que pasara primero.
-Tranquila, creo que mis 27 están más cerca de los 30 que de los 20. -Intentó sonreír, pero le salió más como una mueca, por eso cambió el rumbo de la pequeña charla-. ¿Necesitas que te acerque a tu casa?
-¡Oh no, no! -Jihyo negó varias veces-. Me iré en el autobús, la parada no queda lejos, puedo ir andando. Gracias, eres muy amable, Taehyung.
Él volvió a asentir.
-Entonces nos vemos mañana. Ve con cuidado.
Se encaminó a su auto, pero unos dedos pequeños rodeando su antebrazo lo detuvieron. Mirando atrás, notó la expresión apenada e intensa de Jihyo.
-Taehyung, ¿puedo...?
Al ver que se quedó a medias, la instó a continuar:
-¿Sí, Jihyo?
-¿Puedo preguntar por qué te ves tan triste?
Él retrocedió unos pasos, impactado por la pregunta. En el acto su brazo se alejó de forma brusca del agarre de Jihyo. Ella apretó los dedos contra sus labios temblorosos, sus ojos brillaron intensamente mientras lo miraba. Taehyung se sintió incómodo bajo su escrutinio. ¿Por qué sentía que al mínimo desliz delataría sus sentimientos?
-No estoy triste, solamente me encuentro cansado. Como ves tengo mucho trabajo acumulado.
Ella se demoró en responder.
-Entiendo, entonces... ¿Te gustaría venir esta noche conmigo a una fiesta?
-Jihyo, el trabajo...
-Mañana te ayudo, lo prometo. Después de todo, soy tu fiel secretaria. -Sonrió, y al ver que él dudaba, agregó velozmente-: Vamos, Taehyung, ¡necesitas una distracción de todo el estrés laboral! ¿Qué mejor que una fiesta y algunas rondas de bebidas?
Taehyung titubeó, aunque no encontró nada con que objetar. Ella tenía toda la razón. Necesitaba distraerse con urgencia. Su corazón amenazaba con hundirlo en una fuerte depresión y su mente se había convertido en su principal enemiga. Ni siquiera le gustaba beber, pero algunas copas eran más que bienvenidas en su estado.
-Está bien -anunció finalmente.
-¡Genial! -Jihyo alzó una mano al aire, presa de la emoción. Después se mostró avergonzada y tartamudeante-. Te pasaré la ubicación del bar. Adiós.
Y se fue casi que corriendo en dirección opuesta, dejando a un Taehyung muy confundido parado bajo el naciente atardecer.
⭒☪︎⭒
Jungkook se hallaba especialmente molesto en los últimos días. Y no como de costumbre, era una rabia potente, electrizante, que lo recorría de punta a punta.
Toda esa furia iba dirigida a una sola persona: él mismo.
Últimamente se estaba cuestionando sus acciones, la manera en las que las ejecutaba y el daño que le hacían a... Bueno, a ciertas personas. No es que hubiese alguien en específico, qué va. Alguien que rondara su cabeza y lo mantuviera con la mente ocupada. Jamás. Eso nunca. Él no era así.
Entonces... ¿por qué tenía esa sensación extraña en su pecho y ese rostro afligido con ojos vidriosos tatuados en su retina? ¿Por qué Taehyung no salía de su puta cabeza por un mísero segundo?
Allí estaba él, el Omega altanero, quien no le rogaba a nadie, ni se encaprichaba de ninguna persona, menos de un Alfa. ¡Él los odiaba! Con sus repugnantes feromonas influenciadoras y todo ese rollo de dominio y superioridad. Pero Taehyung no era como ellos, él era todo lo opuesto y diez mil veces más exquisito.
Y lo había perdido para siempre.
Porque si había algo que Jungkook no rompía era su regla de no rogarle a nadie.
Ni siquiera a ese Alfa de feromonas tan adictivas y boca pomposa tan deliciosa.
No... él no podía.
-¿Crees que el protagonista muera? -preguntó Sojin a su lado. Jungkook se sacudió de su ensoñación y le prestó atención por un momento a la pantalla del ordenador.
La película que la Omega había escogido estaba por terminarse, el protagonista se encontraba en una ardua batalla y a Jungkook no podía importarle menos el final de todo aquello.
-Ehm... ¿sí?
Sojin dejó de comer palomitas y levantó la cabeza del hombro de su amigo. Sus ojos lo acusaron en mortal silencio.
-¿Qué? -preguntó Jungkook.
-No estabas viendo nada, ¿cierto?
-Sí la veía.
La Omega batió los pestañas con una señal de fastidio y se desplomó en la cama, comiendo un puñado de palomitas ruidosamente.
-Odio que me mientas.
-No lo hago. -Refunfuñó el Omega.
-¿Ah no? -Lo señaló acusatoria-. ¡¿Entonces como vas a decir que el protagonista muere si esta película la hemos visto más de mil veces juntos, Jeon, y sabes muy bien como es el final?!
Jungkook miró de nuevo al ordenador y, sí, en efecto, Sojin no mentía. Esa película formaba parte de su antaña amistad.
-Oh, no me había dado cuenta.
Ella volvió a rodar los ojos, sumiéndose ambos en el silencio. Luego de algunos segundos, habló:
-Vaya, parece que este clima le está haciendo algo raro a las personas.
Jungkook no entendió.
-¿A qué te refieres?
Ella miró al techo y agregó pensativa:
-El hermano de mi novia...
Jungkook la interrumpió rápidamente, su corazón saltándose un latido.
-¿Taehyung?
-Sí, él... -Sojin lo miró, interrogante mientras volvía a levantarse-. Espera, ¿cómo lo conoces?
-Es mi ginecólogo.
<<Y mi puta>>.
Su propio pensamiento lo paralizó. La sangre hirvió en sus venas, corriendo a lugares que no deberían. Con un carraspeo, espantó el recuerdo del Alfa comiéndole la polla como si fuera su golosina favorita.
-¿Y qué sucede con él? -cuestionó desinteresado.
Sojin no podía notar el verdadero deseo que sentía por oír su respuesta. El interrogatorio sería imparable.
-No lo sé, Taesun ha intentado hablar con él, pero la esquiva diciéndole que no hay nada malo, pero sabemos que miente. Ella se está preocupando mucho, incluso yo que llevo poco tiempo yendo al departamento donde ambos viven, noto que el comportamiento que mantiene es raro.
-¿Eso qué significa? -cuestionó atropelladamente-. ¿Está enfermo?
Ella negó y Jungkook sintió que el alivio inundaba su cuerpo.
-Normalmente sonríe mucho, Taehyung tiene una sonrisa muy bonita. -Oh, Jungkook lo sabía de sobra. Si cerraba los ojos podía verla a la perfección: brillante, amplia y bastante peculiar con esa forma geométrica-. Pero ya no lo hace. Se mantiene distante, apenas habla con nosotras. Come muy poco y se la pasa en su habitación encerrado. ¿Puede que haya perdido peso? Taesun me contó que escuchó sollozos la última vez que fue a verlo. ¿Será por el clima? Una vez leí un reportaje que decía...
Pero Jungkook ya no la oía. Su visión estaba nublada. Solamente había una pregunta rondando su mente:
¿Acaso era su culpa?
Su respiración se entrecortó. No, era imposible... Ellos solo tonteaban, imposible que eso dañara a una persona a tal punto.
Recordaba al Alfa como alguien alegre, vivaz y muy encantador. La imagen de él triste y derramando lágrimas de dolor parecía un eufemismo.
Seguro eran ideas de Sojin. Sí, eso tenía que ser.
Hasta que...
-... pero creo que todo va a cambiar. Después de que esa chica lo invitó a salir, lo vi un poco más animado. Y eso es muy...
-¿Qué? ¿De qué chica hablas?
Jungkook nunca lo había visto con alguien, menos con una chica.
Entonces recordó lo poco que lo conocía.
-Una compañera de trabajo, es lo único que sé. Aunque Taesun me enseñó su Instagram desde su teléfono, y gau, es muy hermosa. Si es que llegan a algo juntos, estoy segura de que tendrían hermosos bebés. Los ojos azules de Taehyung y el pelo castaño de ella, serían la combinación perfec... -Ella se calló al ver la expresión de su amigo-. Eh, ¿qué te pasa?
-¿A dónde van?
-¿Eh?
-El lugar a dónde van a salir, Sojin -repitió impaciente.
Ella se extrañó, el tono de su voz denotaba amargura y una emoción que se asemejaba a los... ¿celos?
Espera, espera...
-¿Para qué lo necesitas?
Él se levantó de la cama al instante, aventando su camisa al otro lado de la habitación y poniéndose otra.
-No es tu problema.
Ella se puso una mano en el pecho, tan indignada como podía estar.
-¡Claro que es mi problema! Por si no lo sabías, es mi cuñado y su privacidad...
-Todo mi salario del mes es tuyo. No tendrás que trabajar por una semana, ya que yo te cubriré -Jungkook la cortó y se cruzó de brazos con expresión de que no aceptaría algún tipo de negación-. Ahora, dime, ¿a dónde demonios van ellos dos?
⭒☪︎⭒
Jungkook quiso imaginarse a Taehyung en aquel ambiente, pero por más intentos que hizo, no pudo. Era tan surrealista todo lo que veía. Desde las luces fluorescentes y parpadeantes, las sustancias que esfinaban como si nada, hasta el montón de feromonas que allí eran liberadas. Aquello se asemejaba más a un burdel que a un pub nocturno.
Mirando a todos lados, buscó entre el gentío la cabellera oscura del Alfa, pero mierda, era como encontrar una aguja en un pajar. Un maldito laberinto de pieles en contacto y música retumbando. Lo mejor sería acercarse a la barra, así tendría un ángulo perfecto para observar cada esquina del bar.
Deslizarse entre los cuerpos sudorosos y eufóricos, resultó un caos. La chaqueta ahora le apestaba a roble, cereza y una mezcla extraña de diferentes feromonas. Su nariz se arrugó con asco. Alguna que otra mano lo tocó con intenciones de más, pero su mirada dura y expresión pétrea puso a más de uno a pasar saliva.
-Malditos idiotas, son como perros en celo.
Para calmar su rabia, pidió una botella de agua. Estaba manejando y si se iba con Taehyung, quería evitar a toda costa un accidente.
Sí, sería responsable. Nada de inmadurez esta vez.
Luego de refrescarse, volvió con la incesante búsqueda. Sí o sí se iría de aquel lugar con Taehyung. Lo tenía muy claro. No lo dejaría en las garras de la misteriosa mujer.
Jungkook bufó, de repente acordándose de las palabras de su amiga.
Joder, ¿cómo Sojin iba a decir que tendrían hermosos bebés Taehyung y ella? Si Taehyung se derretía como masilla al ser penetrado por sus dedos y lengua, imposible verlo de otra manera. Su placer le pertenecía solamente a Jungkook, era de él.
Le importaba una mierda sonar como un egoísta, si se trataba del Alfa no razonaba correctamente. Conocía lo que provocaba en él y tal vez era un desgraciado al sacar provecho de ello.
Como si cierto tipo de magnetismo electrizante lo atrajera a través de la habitación, miró al frente y, finalmente, lo distinguió. Sin embargo, Jungkook dudó de si realmente era él, pero esos ojos azules no se encontraban dos veces en el mundo.
<<¿Qué diablos hace?>>
A unos pocos metros, Taehyung bailaba con volteretas tamabaleantes que evidenciaban el claro estado de ebriedad que llevaba encima. La camisa media abierta y estrujada, algunos parches de sudor adhiriéndose a su espalda, los pantalones ajustados, apretándose en torno al respingón trasero, envolviendo sus piernas largas con total descaro. Tan hermoso y sensual. Ese no podía ser él.
El Alfa se movió al compás de la música, muy lentamente, abriendo la camisa otro poco. Las manos del Omega se hicieron puños cuando notó la piel acanelada y brillante por el sudor a la vista de todos. Más de un par de ojos en Taehyung, claro.
El lobo del Omega estaba alerta, tan rabioso y desesperado por saltar al cuello del primero que se atreviera a tocar lo que, por naturaleza, era suyo.
Sus cejas se arquearon ante el pensamiento. <<No vayas por ahí, Jeon>>.
Controlar sus impulsos se estaba volviendo cada vez más difícil.
Y que Jungkook se encaminara en su dirección, con ojos duros y paso apresurado, indicó lo malhumorado que se hallaba. Empujó a varias personas en el trayecto y, aunque escuchó una que otra amenaza, ni siquiera volteó. Toda la rabia de antes multiplicada por un millón, más amarga y densa. Jodido Taehyung.
Al detenerse unos centímetros detrás del Alfa, se paralizó con dolorosa tensión. Taehyung expedía un intenso olor, tan malditamente asqueroso y atípico que los nudillos del Omega crujieron. Alcohol agrio, feromonas invasivas.
Entonces, llevó su mirada a la chica frente a él, la reconoció al instante: Jihyo.
-Maldita...
La enfermera-secretaria iba con un vestido ajustado, tan revelador que si se agachaba podría ver la ropa interior o la escasez de ella. Jungkook quiso vomitar ante la imagen mental, ante las intenciones que brillaban en sus malditos ojos. Ella bailaba muy cerca del Alfa, los senos turgentes casi al entrar en contacto con el pecho de Taehyung.
Tan inmersos estaban que ni habían notado la presencia del Omega.
Nada de miradas suplicantes y risueñas por parte de Taehyung, nada de su voz envuelta en seda, nada de su calor... Nada para él.
Eso lo encolerizó, llevándolo a un punto crítico.
Su boca se abrió, lista para rugirle que se perdiera, pero alguien lo empujó al pasar por su costado.
Y su mente se aclaró.
¿Qué diablos pretendía?
Joder, estaba perdiendo la maldita cordura. ¿Salir en medio de la noche para buscar a un Alfa que ni siquiera quería saber de su existencia? Genial, Jeon. Estaba sobrepasando todos sus límites de estupidez y acoso.
Se dio la vuelta, harto de toda esa situación, la cabeza le dolía horrores y si alguien se le arrimaba lo suficiente terminaría en una confrontación.
-Maldito seas doctor Kim...
Maldito Alfa que lo estaba enloqueciendo.
Pero como si el destino se empeñara en hacerlo caer, escuchó jadeos y gritos de impresión venir desde atrás. El Omega se volteó, confundido y con una mala corazonada latiendo en su cabeza.
Y no se equivocó.
Su línea de pensamientos se detuvo, algo doloroso rasgó su interior. No, no, no...
Taehyung yacía en el suelo, su rostro más que pálido, un círculo de personas intentando socorrerlo. Gritos, tanto ruido, la desolación.
Lo siguiente que pasó fue un borrón en la mente de Jungkook, había cruzado la multitud y estaba tomando al Alfa en brazos, llevándolo contra su oído, escuchando, buscando.
Nada.
Repitió la operación, implorándole a la Diosa Luna, rogando con el corazón en un puño.
Pero no había nada.
El corazón de Taehyung se había detenido.
N/A: Después de mil años, aquí estoy con actualización, yeiii. Extrañé esta historia como no se imaginan.
Agradezco todos sus mensajes y paciencia, la Uni y los nuevos proyectos me roban mucho tiempo ૮꒰ ˶• ༝ •˶꒱ა ♡
Respecto al próximo capítulo, no desesperen. Creo que será uno de los más emotivos y lindos. Tendremos a un JK muy diferente, ayyy, qué emoción.
LOS AMO.
-taeryenn
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