Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

8

Si Izuku creyó que la algarabía en la plaza había sido demasiada, pues esta no se comparaba a la bulla que ahora lo rodeaba.

Personas a su alrededor con vestimentas distintas entre sí, casi todos los jóvenes solteros de las islas, miembros de cada uno de los clanes, se encontraban allí festejando.

El aire estaba impregnado de una mezcla de dulces, licor, humo, feromonas y comida, las voces de los jóvenes competían con la música de los artistas que ambientaban el lugar, nadie podía negar que ese día se celebraba algo.

—Esta es la primera vez que vengo —dijo Ochaco con los ojos brillantes de la emoción.

—Pienso que es la primera vez de todos —recordó Jirou—. Espero que no tengamos que volver más veces.

—No nos eches sal Jirou, hoy saldremos de aquí con un destinado —afirmó la castaña alzando el puño al aire.

—Para eso deben inscribirse en un grupo —comentó Hanta que venía detrás de los omegas junto a Shinso, los habían encontrado nada más bajar del pequeño barco donde iban los alfas.

—Entonces a inscribirnos —dijo Uraraka—. Lo haré en todas las ceremonias.

Los demás presentes solo rieron ante el entusiasmo de la chica y fueron a uno de los puestos de registro para inscribir sus nombres.

Al final irían, para pesar de Ochaco, dos veces a la ceremonia. Aquello era algo normal con la cantidad de jóvenes en el lugar, eso sin contar que muchos se inscribían desde días antes, cosa que ellos no sabían. Es por eso que el hecho de que pudieran entrar a la ceremonia dos veces ya era tener mucha suerte.

Aunque, extrañamente, para sorpresa de todos Izuku estaría en una ceremonia más.

—Maldita suerte la mía —se quejó la castaña.

—Anímate Ochaco, al menos podemos ir a tres —recordó Jirou.

—Pero en una solo estaré viendo no participando —reprochó la castaña recibiendo la brocheta que Sero le ofrecía.

—Quizás solo necesites ir a una —ofreció Izuku—. Tal vez en la primera ceremonia en la que participes lo encuentres a él o a ella, ánimo Ochaco.

—¡Tienes razón! Debo tener la mente positiva.

Todos los presentes se rieron ante el entusiasmo renovado de la chica. Aquella celebración debía ser así, alegre y emocionante, no había espacio para la tristeza o la negatividad.

Para el grupo la noche transcurrió entre juegos, comidas y risas, mientras que cada cierto tiempo un grupo nuevo de personas se dirigía al interior de la isla.

Cada hora un gran cuerno era sonado indicando que pronto daría inicio otra ceremonia, desde las diez de la noche hasta las siete de la mañana, se realizaba una con un número limitado de personas.

Había años, como ese, en los que no todos lograban inscribirse, pues la multitud era enorme, incluso a los chicos les había tomado mucho tiempo la inscripción a las dos ceremonias a las que asistirían, es más, Uraraka se montó sobre las personas para lograrlo, cosa de la que estaba orgullosa la castaña.

A las dos de la mañana les tocó el primer turno, todos se dirigieron con sus papelitos en mano, el de Hitoshi y Hanta únicamente indicaba que eran acompañantes. Uraraka iba saltando frente a todos, Jirou e Izuku reían tras ella mientras se colocaban en la fila junto a los demás que esperaban entrar.

La fila avanzó y nuevamente los nervios flotaron en el aire. Al frente del puente que llevaba al lugar sagrado donde se hacía la ceremonia había una mujer beta recibiendo los papelitos con el número dos marcado y el sello del consejo de líderes.

—Doce, trece, catorce y quince, son todos —dijo la mujer justo en la persona delante de Ochaco.

—Espera, ¿qué? —se quejó la castaña siendo la voz de las siete personas que hacían fila en la hilera de los omegas.

—Solo pueden entrar si están inscriptos a esta hora —comentó la mujer.

—¡Pero lo estoy! —gritó alguien desde atrás—. Tengo el papel que lo comprueba.

—Todos lo estamos —afirmó alguien más.

—Yo solo conseguí inscribirme a esta.

—Esto no es justo, casi que no consigo inscribir a mi hermana.

De repente las personas en la fila y los que estaban a un lado como acompañantes empezaron a protestar por lo sucedido, pero nada podía hacer la mujer, solo podían ir treinta personas por vez, quince omegas y quince alfas, más los acompañantes, la cuota de esa hora ya estaba cubierta y no podía entrar a interrumpir solo para sacar a siete personas.

Jirou lo comprendió de inmediato, así que con tristeza tomó la mano de Ochaco y Midoriya sacándolos de allí.

—Quedémonos aquí esperando hasta las tres, ya no podemos hacer nada —sugirió la pelimorada—. Entraremos con Midoriya veremos todo y luego esperaremos a las seis de la mañana por la otra.

—Quizás podamos obtener otro cupo de los que ya consiguieron a su pareja —propuso Hanta—. Yo me encargo Ochaco, así que no pongas esa cara.

—Quizás podamos cambiar uno de mis cupos con alguien más a otra hora, yo estoy bien con participar una sola vez —ofreció Izuku.

Ochaco solo sonrió al escuchar a sus compañeros, eran demasiado dulces con ella.

Con resignación todos asintieron y simplemente se sentaron a un lado sobre las raíces de los árboles al rededor del comienzo del puente.

Bakugo asistiría a todas las ceremonias, normalmente las personas podían ir solo a tres como máximo, pero esto no aplicaba para los hijos de los líderes, ellos estaban inscritos a cada ceremonia.

—Hermano, ¿tú nunca has estado en el festival de afuera? —preguntó Eijiro quien llevaba allí dentro desde la una y se quedaría hasta las cuatro, todo cortesía de Masaru.

—No, tengo algo más importante que hacer —declaró con simpleza Bakugo.

El cuerno que llamaba a todos los que participarían en la ceremonia de las tres de la mañana sonó, una nueva ronda de personas ingresaría y con ellos otra oportunidad de encontrarle.

A ese punto de la noche Katsuki empezaba a estresarse, sobre todo porque Neito Monoma seguía allí afirmando ser su acompañante. Lo tenía cansado, ¡había espantado a cada omega del lugar para que no tocaran la piedra con él! Estaba seguro de que de seguir así terminaría matando al fastidioso rubio.

—¿Puedo golpear a Monoma? —dijo Denki, quien era amigo de ambos alfas y también participaría en la ceremonia—. Está siendo un hijo de puta.

—¡Denki! —regañó Eijiro.

—Solo digo la verdad.

Las voces de las personas que llegaban al claro empezaron a escucharse, pronto comenzaría nuevamente la ceremonia. Los ojos de Katsuki se fijaron en los jóvenes que ingresaban por el camino de la derecha, eran los omegas, quizás uno de ellos era su destinado, probablemente esa hora era la correcta.

Rápidamente, todos fueron organizados, entonces el sacerdote encargado dio inició a la ceremonia. La oración para los dioses del sol y de la luna empezó a ser recitada, era la sexta vez que Katsuki la escuchaba en esa noche.

El aire se llenó de solemnidad, aquel era un momento importante, algunos de los presentes serían bendecidos en ese momento y entonces encontrarían a la pareja perfecta para ellos. Bakugo lo había visto, año tras año desde que presentó como alfa con los ojos llenos de tristeza vio irse tomados de la mano a las parejas recién formadas.

Los tambores replicaron cuando la oración terminó poco después, entonces el sacerdote le indicó al primer omega sentado a su derecha y al alfa a su izquierda que comenzaran.

Todos los omegas del lugar se fueron uniendo al alfa en la danza, uno a uno tocaron la gran piedra de vetas naranjas y blancas que se encontraba en un pedestal en el centro, hasta que ya no quedaba más y con ello la oportunidad del chico de encontrar a su destinado esa hora murió.

Continuaron con el siguiente, y con otro más, así sucesivamente hasta que al final solo quedaron Eijiro y Katsuki. Poco después, cuando el último omega tocó la roca junto a Kirishima y nada ocurrió fue el turno de Katsuki.

—Suerte hermano —dijo el pelirrojo al regresar a su lugar junto a su amigo.

El rubio se levantó sintiendo un vacío en el estómago, allí iba de nuevo, otro intento más, nueve oportunidades nuevas, todo dependía de aquellas personas frente a él.

Esperó a que el primer omega de los nueve que quedaban se levantara para comenzar, pero esta no se puso de pie, como había sucedido toda la noche, aguardo unos segundos más, empero aquella joven no daba señales de querer bailar con él.

"De nuevo Monoma", pensó el rubio.

—Solo continua joven —dijo el sacerdote con amargura, era la sexta vez en la noche que el chico debía bailar solo hasta el final.

Katsuki, resignado a su destino, una vez más, empezó a mover sus pies al son de los tambores girando en los momentos indicados, dando vueltas alrededor de la piedra hasta acercarse a ella poniendo su mano sobre esta no encontrando otra colocada allí.

Siguió así, paso tras paso, vuelta tras vuelta, nota tras nota, encontrándose con la soledad al otro lado, hasta que en su recorrido número siete una mano fue puesta en la piedra aunque esta no brilló.

—Espero que esto te ayude —dijo Denki, quedaban dos omegas más además de él, con suerte lo que había hecho les daría el valor de levantarse a pesar de las amenazas de Monoma.

Por su parte Izuku, sentado al final de la fila dejó salir el aire retenido en sus pulmones completamente triste. Había estado haciendo fuerza desde que vio como el rubio se había levantado y empezado a danzar al compás del alfa solitario, nombre que él le había puesto en su mente.

Era triste, realmente triste, Izuku había deseado con todo su ser que aquel omega valiente fuera el destinado del alfa, pues a este solo le quedaba una oportunidad más, ya que el pecoso no podía ser el destinado de nadie. En ese momento el peliverde se sentía mal por estar en ese lugar, por darle falsas esperanzas a aquella persistente persona que no había dado su brazo a torcer, cualquier otro en su puesto se hubiera rendido desde hacía mucho.

Un chillido de angustia salió de los labios del peliverde al ver que la chica a su lado no se levantaba, quería tomarla de los hombros y lanzarla al frente. Podía sentir la mirada del alfa puesta en el lugar donde ella estaba sentada, quizás viéndola con anhelo.

—Ve con él —rogó en voz baja el pecoso, pero la chica solo negó con energía mientras apretaba con fuerza su falda.

—No quiero a Neito de enemigo —susurró la omega con la voz bañada en pena.

Midoriya no insistió, no había caso, la joven estaba aterrada en ese momento, y quien no lo estaría después de las amenazas de ese omega extravagante, hasta el pecoso se sintió incómodo al escucharlo hablar.

Con todavía más pesar Izuku vio al alfa tocar la piedra y morderse el labio inferior, como si intentara controlar un sollozo, entonces regresó al inicio.

El corazón del peliverde se aceleró, pensó en quedarse allí sentado, no había caso en que saliera, solo sería una decepción más.

"Pero al menos no será tan desgarrador que el simplemente dejarlo solo", pensó el pecoso.

Sintió la mirada del alfa sobre él mientras comenzaba la danza desde el inicio, era pesada, anhelante y esperanzada. No podía quedarse sentado, definitivamente no.

Tomando aire en sus pulmones se levantó del suelo ignorando el insulto hacia su persona de parte de Monoma. Caminó a su lugar y empezó el baile por octava vez esa noche, era increíble que pudiera hacerlo si nunca antes lo había realizado, sin embargo, con una sola vez viendo la danza le había bastado para memorizarla.

Hizo cada paso con soltura y delicadeza, como si de un bailarín profesional se tratara. Midoriya podía sentir los ojos del alfa sobre él a cada movimiento, como si le diera un agradecimiento silencioso por haber salido.

Una última vuelta, el sonido ascendente de los tambores, los gritos llenos de rabia de Neito y la mano de ambos tocando la piedra, entonces, bajo la incrédula mirada del peliverde, esta brilló al mismo tiempo que los primeros copos de nieve del año comenzaron a caer.

Pregunta: ¿Alguien a notado que los capítulos no tienen título cuando normalmente les pongo alguno? Mi cerebro no daba para más cuando estaba escribiendo esto, además no me quería enredar.

Recuerden votar y comentar, saben que eso me ayuda mucho, y si lo hicieron gracias.

Si ven algún error no duden en decírmelo, se los agradecería enormemente.

No siendo más nos leemos en la próxima actualización o en otra de mis historias.

Los quiero.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro