—Bueno, como empezar a contar esto—se rasca la nuca.

—tranquilo, relajate y dejate llevar —dice Maggie dándole una sonrisa.

—Okey—se aclara la garganta—en realidad no empecé a tomarla por mi cuenta, apenas tenía 14 años cuando todo esto pasó, mis padres eran drogadictos y no me prestaban la mínima atención, así que yo cocinaba yo limpiaba, estudiaba por mi cuenta, un día unos amigos fueron a mi casa—sus ojos se comenzaban a cristalizar—yo solo estaba sentado en un sofá roto, haciendo una tarea, cuando sentí a alguien que me levanta para después llevarme a un sótano, lo que observé a mi al rededor era maravilloso, un lujoso salón de estar, con juego de mesa, estanteria de vino, una tele enorme, mis ojos no podían creer que yo tenía esto en mi casa, ahí descubrí que no solamente estaba el señor que acababa de llegar si no que habían 5 personas más, mis ojos se movian rapidamente pasando la mirada de un lugar a otro, alguien tapo mi boca y sentí un pequeño piquete en el cuello, cuando desperté estaba solo...

» Los siguientes días no vinieron sus amigos sin embargo ellos siguieron inyectándome días tras día, cumplí los 17 años y me fui, no he sabido nada de ellos, aunque abandoné "mi hogar " no podía ser libre, me había vuelto adicto, lo sabia porque a lo largo que dejaron de inyectarme mi cuerpo empezaba a temblar, sudaba, no hablaba con nadie, no comía y si lo hacia vomitaba, se sentía estar muerto en un cuerpo vivo, no comprendo como no he muerto, también he perdido la cuenta de cuantas sobredosis he tenido, hacer felices a otras personas es lo que me hace sentir vivo —el talla sus ojos tratando de limpiar las lágrimas que salen sin parar.

—Gracias Caleb, eres muy valiente al haber enfrentado las cosas tu solo, hay personas que están perdidas en ellas y te apuesto que tu eres la luz de sus vidas, pronto podrás encontrar tu propia luz y seguir adelante y ser todo lo que nunca fuiste —Maggie le da un abrazo mientras besa su cabeza—okey pueden tomar un descanso.

Todos se comienzan a levantar mientras van a los bocadillos, siempre es lo mismo, nunca alcanzo nada...

 Veo a Caleb que sigue sentado el la silla con la cabeza agachada mientras Logan le acaricia la espalda.

Ahora entiendo lo del apoyo emocional.

Así que decido ir con ellos.

—Hey—le digo susurrando.

—Oh, hola linda, que te trae por acá—dice mientras quita algunas lágrimas.

—Tú—le doy una pequeña sonrisa.

—Yo?—pregunta confundido.

—Sí. Me preguntaba si tú y Logan quieren ir saliendo de éste lugar a no sé, ¿charlar?—digo frunciendo el ceño.

—Claro, nos encantaría—responde acariciando mi mejilla.

Que confiancitas eh.

—Vale—me levanto rápido un poco incómoda, debo estar roja como un tomate.

El tiempo pasa y hasta que maggie nos dice que eso a sido todo por hoy, cuando estoy a punto de salir recuerdo que quedé con los chicos para ir a ¿hablar? ¿dialogar?, ni siquiera se porque dije eso.

—Vamos —dijo Logan mientras me toma del brazo.

-—Y dime, ¿a dónde quieres ir a charlar?—habla Caleb con una sonrisa.

—La verdad es que se me ocurrió a último momento.

—Ya se a que lugar iremos —espeta Logan.

Pues andando, caminamos hasta llegar al lugar y...

—¡¿Un bar enserió?!.

—¿Que tiene de malo?—cuestiona Logan con una sonrisa .

—En vez de drogadictos pasaremos a ser alcohólicos.

—Dejen de pelear, parejita, ¡hay que entrar!.

—Un segundo, yo soy menor de edad—los volteo a ver.

—¿Qué?¿Cuánto años tienes?—pregunta Caleb.

—17—los volteo a ver—esperen ¿cuántos años tienen ustedes?.

—Ambos tenemos 20 años—dice Logan rascándose la nuca.

—¡¿QUE?!.

ilegales, me gusta.

—Ya no importa, con más de 16 dejan entrar—Caleb me la una sonrisa mientras entra al bar.

Entramos los tres y la música empieza a retumbar en mi oídos.

—¿Que quieren que les pida?.

—Lo que sea está bien Logui—dice estrujando sus cachetes.

—Ahora vuelvo.

—Así que Jessamine, platícame algo sobre ti.

—Algo sobre mí...

—Así es. Tengo mucha curiosidad por ti.

—Veamos —volteo a un lado pensando—hace dos años me mude aquí, soy británica.

—Te mudaste aquí al bar—se hace el sorprendido-.

Suelto una enorme carcajada.

— No seas idiota.

—Tienes muy lindos ojos —eso hace que me ponga roja de nuevo.

—Gracias, tu igual, con ese color avellana conquistas a cualquiera—le guiño un ojo mientras ahora yo lo hago sonrojarse.

Lindo.

—Aquí están, son cervezas, no sabía qué traer.

—Y díganme ¿desde cuándo son amigos?.

—Desde hace 3 años, nos conocimos en un concierto.

—Desde entonces somos i-n-s-e-p-a-r-a-b-l-e-s.

—¿Y qué estudiaron?.

—En realidad nunca hicimos una carrera, solo hacemos varios trabajos.

—Yo hace un año que no estudio, ahora mamá me hizo ir al instituto éste año.

—¿No quieres?.

—¡No! ¿Ver la cara de amargados de mis compañeros mientras me juzgan con la mirada? No gracias, paso.

—¿Y qué deseas estudiar?.

—Tampoco lo sé, no he encontrado algo que me motive o me guste.

—¿Y tu familia?.

—Vivo con Janice, mi madre.

—¿Te llevas bien con ella?.

—No, no recuerdo un momento en el que me haya llevado bien con ella, la mayoría del tiempo solo la pasábamos discutiendo.

—¿Y tu padre?—pregunta Caleb.

Mi padre.

—¿No les dieron ganas de bailar?.

Me levanto rápido y voy al centro donde todos están moviéndose como pueden, voy caminando de espaldas mientras les lanzó una sonrisa coqueta y empiezo a mover mis caderas de un lado a otro, observó a mi al rededor y me doy cuenta de todas las miradas que tengo encima mío.

—Nos estás provocando, ¿Jessamine? —susurra Logan mientras me pega un poco más a él.

—No sé de qué estás hablando Logan—ahora yo me acerco más a él.

—No se ve que no sepas de qué estoy hablando, cariño.

—¿Dónde está Caleb?.

—Está sentado viéndote bailar—siento su aliento en mi cuello.

Levanto la mirada recorriendo todo el lugar hasta que mi ojos se encuentran con los de él, se le forma una pequeña sonrisa de lado cuando ve que tambien lo estoy mirando. 

—¿Por qué no le dices que se acerque?.

D.C