20 ||Mala madre ||

Jungkook.

El camino de regreso a la casa de Taehyung transcurrió en un crudo silencio. Yo no estaba incómodo, solo que me mantuve pensando. Cuando nos subimos al taxi para volver aproveche a enviarle algunos mensajes a Ji Eun, pero todavía no me ha contestado. Antes de subir al apartamento de Taehyung pase por mi  departamento a dejarle algo de dinero a mi madre, ella me agradeció y yo de paso aproveché para llevarme una muda de ropa, al fin y al cabo deberé ducharme en la casa de Taehyung, no me baño desde ayer, que asco.

— Te tardaste un siglo — objeta Taehyung cuando vuelvo con él al asesor, toco el piso quince y el ascensor va subiendo.

— Oye... Sobre la apuesta, no hace falta que vayamos a un restaurante.

— A la noche pediré una pizza si quieres. — ofrece Taehyung, su tono de voz ha decaído bastante.

— Será mejor.

Cuando llegamos a su apartamento, al colocar la llave me doy cuenta que la puerta está abierta. ¿El padre de Taehyung llegó antes de lo planeado y no me avisó? Considerando que el señor Kim vive su vida con prisa por el trabajo es algo obvio que se olvide de los pequeños detalles.

Pero cuando abro la puerta me encuentro con una mujer de ojos castaños y cabello largo y negro.

Taehyung se queda parado en la puerta y parece estar oliendo. La mujer tiene un perfume que parece de vieja, es insoportable. Quizás está vencido.

— ¿Mamá? — pregunta él desde la puerta, la mujer no repara en nuestra presencia hasta ese entonces.

— Vine a buscar unos archivos. — contesta en tono seco.

— Vete, ésta ya no es tu casa — le dice Taehyung cruzándose de brazos. Yo tengo el bastón y el tigre de peluche en las manos.

— Buenas tardes... Señora. — saludo intentado ser cordial y tengo en cuenta que los padres de Taehyung se divorciaron hace como dos o tres semanas, la relación no debe ser nada buena en estos momentos.

— ¿Tú quien eres? — me mira con mala cara, dejando unas carpetas llenas de papeles a un lado.

— Soy el niñero de Taehyung, bueno... Su cuidador, trabajo en el edificio cuidado personas. — le tiendo una mano pero la señora Kim no me la acepta.

— Se nota que no puedes depende de ti mismo. — le habla a Taehyung, ignorando mi presencia.

— ¿Que esperabas? — le contesta él pasando a la casa. Su perro va a recibirlo pero solo hace que tropiece y caiga al suelo. — mierda. — tierra tragame. 

— ¿Estás bien? — pregunto apurándome a ayudarlo.

— Si... Juro que voy a dar en adopción a ese can. — susurra bajito.

— Deberías buscarte otro trabajo — ella me habla de repente. Taehyung, ya levantado junto a mí arruga sus cejas, con molestias. — o de lo contrario envejecerás  veinte años cuidando de él: es un chico muy irresponsable, terco e inservible.

— Cierra la boca. — le dice Taehyung.

— No tienes derecho a hablarme así.

Los miro sin saber que hacer.

— ¿Ves? — me vuelve a mirar la señora Kim — es insoportable, su padre debe de estar pagándote muy bien, porque al fin y al cabo terminarás por perder la paciencia.

Ella cierra su bolso lleno de papeles, al parecer del trabajo y se coloca los lentes de sol sobre la cabeza. Deja un juego de lleves sobre la mesa, al parecer ya no las necesita para más nada.

— Eres un inútil, Taehyung. — le dice con asco antes de irse — solo sirves para molestar a los demás, eres un estorbo. En fin...

La señora Kim sale cargando su maletín y cierra la puerta con un golpe seco.

Caray...

— Lamento que haya dicho eso, Tae... Emm... — pero cuando me volteo a verlo, solo puedo darme cuenta que acaba de cerrar la puerta de su habitación con un estruendo que fácilmente hubiera derrumbado el techo de la casa.