15 || Sleepwalker ||
15 || Sonámbulo ||
Jeon Jungkook.
Al principio sí pude enfocar mi mente en repasar algunas cosas de estudio, completé dos párrafos de mi tesis y bebí café de la máquina espresso que Taehyung tiene en la cocina.
Pero luego de haberlo visto caminar dos veces en un lapso de una hora, no pude concentrarme en más nada.
Me quedé despierto hasta las tres de la mañana, habiendo leído antes las indicaciones que estaban pegadas en un pos-it en el mueble que está al lado de la puerta. La notita decía que no me asustara si veía a Taehyung caminar por la casa, que sus ojos se abren cuando camina dormido, y efectivamente, no pestañea ni una sola vez.
Estuvo parado y merodeando por todo lugar, sin llevarse nada puesto por delante. Todavía me sigo preguntando cómo lo hace. Es como si su cerebro supiera a la perfección a donde ir para no tropezar. Por su puesto que yo lo seguía a pasos sumamente sigilosos, porque si se caía iba a ser culpa mía, por no vigilarlo.
— Lo siento, solo sucede cuando tengo ansiedad y algo de estrés. Me pone nervioso que mi padre no esté en casa. — me explicó él por la mañana cuando le comenté que efectivamente había estado caminando de un lado a otro. — ¿Parezco un zombie, verdad?
— Sin dudas hubieras sido un gran extra para The walking Dead. — le contesté y él se rió, yo en cambio intentaba ser gracioso para mi mismo, no puedo lidiar con el hecho de estar deprimido.
Son las diez de la mañana, Taehyung está bañándose: le llené la tina con sales de baño aromatizantes y relajantes como me especificaron las instrucciones que el señor Kim me dejó. Le envié dos o tres mensajes a Ji Eun para que no viniera, porque seguro tenía resaca o estaba en la casa de alguien mas, vaya a saber Dios haciendo qué, y no planeaba molestarla. Además necesito tiempo para mí, y entre Taehyung y tener que lidiar con una Ji Eun resacosa, no me dan ganas de hacer nada con mi vida.
Soy un chico que no tolera el rechazo. No por ser egocéntrico, sino porque cualquier hombre me encanta y me encariño muy rápido, no con todos... pero Eunwoo...
Saber que me rechazó. Que seguramente le habrá dado asco... asco de mí. Eso me pone de malas, me hace creer, como con todos los otros, que nunca llegaré a ser suficiente para nadie.
¿Es que soy feo? tengo un cuerpo... trabajado podría decirse, ¿o simplemente las personas no valoran los sentimientos reales?
¿Acaso debo seguir el consejo absurdo de Taehyung? "solo sexo y ya"
No... así no soy yo.
— ¡Jungkook! — apenas grita Tae desde el baño, yo salgo disparado.
— ¡¿Qué?! — pregunto abriendo la puerta de un solo tirón. Taehyung sigue en la tina, inmediatamente yo me pregunto qué está mal.
— ¿No traje la ropa verdad? — observo hacia todos lados del baño. No hay nada.
— Aquí no está, quizás la dejaste en otro lugar.
— Lo dudo. ¿Puedes traerme el pantalón deportivo... creo que es el gris, que está en el primer cajón del armario? Y cualquier camisa, obviamente ropa interior.
Voy en busca de lo que me pide, y al inspeccionar su armario me doy cuenta que su familia debe tener muy buen dinero como para permitirse el lujo de estas prendas. Para colmo pagar la tarjeta de Taehyung y sus gastos médicos, y en mi tambien está gastando.
Cuando vuelvo al baño, luego de unos cinco minutos de lo que me llevó dar con el tan aclamado pantalón gris deportivo (no lo encontraba porque Taehyung mencionó que era gris, no gris oscuro casi negro, lo busqué por todas partes...osea) No puedo pretender mucho, porque dudo que se acuerde de toda la ropa y los colores que tiene en ese tremendo armario, Tae está envuelto en su toalla, ya secado de pies a cabeza, pero permanece sobre la tina, sosteniéndose del caño donde colgaba la toalla.
Lo saco de ahí y dejo que se cambie en soledad. Me explicó que puede hacerlo y me comentó que cuando apenas había tenido lugar el accidente, se colocaba las remeras al revés, pero nada más. Él no depende de las personas para absolutamente todo, pero para las cosas en las que sí debo ayudarlo, son en las que más se queja, y no es porque sea yo quien lo tenga que ayudar, sino porque me ha explicado que detesta que cualquier persona le de su lastima, que lo lleven del brazo, (él a veces se sujeta de mi, pero porque no le queda de otra mas que hacerlo si o si)
— ¿Y bien? — dice él cuando sale del baño ya cambiado. — ¿vas a estar aquí todo el día mirándome a la cara como un estúpido o qué? Se qué me estás viendo Jungkook, no me lleves la contraria.
— ¿Quieres que te deje solo una media hora? es lo único que puedo permitirte. — digo cortante.
— No. Quiero que te calmes, porque yo tengo una personalidad brusca y si tu estás de ese modo, será chocante para ambos, podemos resultar en una catástrofe de malas palabras y puñetazos. Creeme, me ha pasado.
— ¿Qué sugieres? no estoy de buen humor. ¡Y no me digas que sugieres sexo salvaje porque se me acaba la paci...!
— Se me antoja un desayuno en Mcdonalds. O un pastelito de chocolate, eso bajaría tus humos ¿no lo crees, Jeon?
Esa forma de pronunciar mi apellido...
— Está bien. — bajo los hombros suspirando. — hace frío hoy, así que tendré que abrigarte mejor.
Es Tae quien me toma del brazo para llegar a su habitación, le ayudo a colocarse un abrigo y una bufanda, más un gorro estilo kpop. Taehyung tantea su ropa y hace una mueca asqueado.
— No veo nada, pero estoy seguro que me acabas de vestir con cualquier cosas. — declara sujetando con el dedo índice y pulgar la tela de su suéter — ¿Esto tiene rayas? ¿No me digas que es el verde con rayas amarillas? Y este es el único tapado negro que tengo. Por favor quítame esta combinación, un diablo me vestiría mejor, Jungkook.
— Sí, es uno verde a rayas amarillas. Para mi no te ves mal.
— Jungkook, si yo pudiera verme en este momento, te juro que estaría vomitando. — se quita el abrigo y lo lanza, yo lo atrapo antes de que caiga al suelo, también se quita el suéter y lo vuelve a lanzar, pues está de lado contrario a la cama y obviamente no se da cuenta que está tirando las cosas al piso y no al colchón. — hay un suéter color capuccino claro, con un diseño que reconocerás al instante, la última vez que lo usé le dejé un prendedor puesto en el cuello. Está en el armario, colgado.
Lo busco mientras él mismo se acerca a una cajonera que está al lado de la cama y allí lo veo tocar todos sus pantalones.
— ¿Qué pantalón es este? — me pregunta alzando en cualquier dirección la prenda.
— Un jean negro con una rotura en la rodilla. — encuentro el suéter que me ha dicho, y me acerco a él, cuando se reincorpora le digo que le estoy por ayudar a colocar la prenda.
Tae se sienta en la cama, habiéndose quitado los pantalones deportivos con anterioridad, y cuando se coloca esos jeans ajustados me quedo asombrado viendo la cantidad de heridas en su piel. Las marcas de los puntos, los moretones que nunca se irán, las marcas de los cortes, posiblemente de vidrios del aquel auto...
Y ahí es cuando comprendo que toda su persona, todo su ser, sigue igual de herido que en aquel momento.
Y comprendo que yo no tengo derecho a entristecerme por una idiotez como lo es un mero rechazo, de un chico, que ya a sabiendas de ser heterosexual, me mandó al muere como amigo, como compañero, como todo.
— Vamos. Ahora si que seguro me veo bien. — declara Tae con una sonrisa en la cara, pidiendo con su mano que le ayude a ponerse el abrigo otra vez. Cuando le enrosco la bufanda al cuello, me doy cuenta de lo guapo y sensual que se ve a pesar de todo.
— Taehyung...
— ¿Sí?
— Alimentaré tu ego por un instante, debo decirte esto porque no creo poder aguantarme: con este look superas a cualquier hombre que haya mirado alguna vez.
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