Capítulo 4
IV.
La nueva jugadora de los Halcones Dorados.
Todos los halcones se encontraban calentando cuando a lo lejos vieron acercarse a los Moretti junto a Valentino y el Director Deportivo.
La ojiazul y el arquero se habían conocido un par de horas antes, cuando ella y su hermano se encontraban charlando en la cafetería y el de 5to había decidido unírseles ya que no su fisioterapia había sido cancelada. Ambos se habían llevado de maravilla y a la chica tenía la corazonada de que él era el más maduro de los jugadores.
Cuando los recién llegados se posicionaron junto al DT, este último le pidió a su asistente que sonara el silbato y llamara a los jugadores para que se acercaran a ellos.
Al acercase a su DT, algunos miraron con extrañeza a la castaña que acompañaba al enganche, sin embargo, lo dejaron pasar pensando que tal vez acompañaba al chico por su lesión.
— Como ya ustedes saben, hace poco les informé que se uniría un nuevo jugador al equipo, ya que tanto Gabo como Valentino se encuentran lesionados y no podemos permitirnos quedarnos sin suplentes a estas alturas del campeonato. — Empezó a hablar Francisco. — Ustedes saben que sin uno de nosotros en la cancha nuestro juego se debilita. Es por eso que con Vitto hemos estado buscando a alguien que pueda cumplir con varias posiciones en la cancha, en caso de que cualquiera de ustedes se lesione o sea suspendido. Así que a partir de hoy se suma a la familia de los halcones Sofía Moretti. — La ojiazul se colocó al lado del Velázquez mientras sonreía.
Aquello desencadenó varias opiniones por parte de los integrantes y Diego Guevara trataba de ocultar su sonrisa al ver como el equipo se separaba en dos bandos por la integración de la chica.
— A ver, a ver. Sofía es parte de los halcones y nos va ayudar para ganar el campeonato. Ella esta capacitada y dispuesta a jugar con nosotros. Yo no tengo dudas que se integrará muy bien al equipo y que lleguemos a la final.
— Pero profe, ¡Es una chica jugando en un equipo de fútbol masculino! — Exclamó Lorenzo siendo seguido por su grupo de amigos. — ¿Papá, tú estuviste de acuerdo con esto? — Antes de que el mayor de los Guevara pudiera contestar fue interrumpido por la ojiazul.
— ¿Y qué, Lorenzo? — La chica levantó una de sus cejas y le dedicó una sonrisa burlona al mexicano. — ¿Vamos a probar las cosas en la cancha o vas a quejarte con tu padre como un bebé?
Se escuchó como algunos de los halcones se reían ante lo dicho por la castaña.
Lorenzo rió. — A mí nadie me vence, pero, demostremos quien es el mejor en la cancha.
— Y, yo no subestimaría a una Moretti. — Habló Gabo ganándose la mirada de todos los presentes, que al parecer recién se daban cuenta de que la ojiazul y el 10 poseía el mismo apellido.
— ¿Son familia?
— Ah sí, chicos les presento a Sofía Moretti, mi hermana.
— Adoptiva, pero sí. — Agregó la chica ante lo dicho por el castaño.
— Cuidado Lorenzo, que apuesto a que también hace magia. — Ricky habló mientras reía.
— ¿Eso es un reto? Ya vencí a un Moretti en la cancha.
— Que yo sepa, el Moretti te venció a ti con su magia, pero... ¿Quieres perder otra vez, Guevara? — La chica le tendió su mano al azabache y este acepto.
— Veamos si la chica es tan buena como dices, Francisco. — Le susurró Diego al entrenador.
Francisco le indicó a la chica que su uniforme se encontraba en el vestuario de los halcones, al llegar la chica divisó el estante con el número 16 y sonrió. Tomó la ropa que colgaba en este y entró a una de las duchas para poder cambiarse, tomó sus zapatos deportivos y ató su cabello en una coleta alta para luego volver a la cancha.
La chica divisó a su hermano y Valentino sentados en las gradas, les sonrió y se acercó al DT.
— Vas a jugar de volante, después vamos a irte probando en distintas posiciones, pero quiero verte como delantera, volante y defensa. — Habló mientras le entregaba una camiseta color gris con el número 16. Ella asintió y fue hacía el centro de la cancha, donde se encontraba Lorenzo frente al balón, ella se colocó enfrente del chico y sonrió.
— Que gane el mejor, Guevara. — Se alejó un poco del chico dando a entender que su equipo sacaba primero, el silbato sonó y el juego comenzó.
Lorenzo pico la pelota con Adrián, quien luego se la devolvió al goleador mientras la chica se quedaba quieta analizando todos los movimientos de los jugadores en la cancha.
La mayoría se extraño cuando notaron que la ojiazul no se movía, pero quedaron sorprendido corrió con rapidez y le sacó el balón a Lorenzo cuando este se encontraba a pocos metros de la portería. La 16 pico el balón con Mariano, quien se lo pasó a Pablo y luego este volvió a los pies de la Moretti, la chica pasó a los mediocampistas con agilidad y burló a la defensa con destreza. Cuando estaba cerca del área contraria vió que el Guevara iba a intentar barrerla para sacarle el balón, pero Sofía fue más inteligente y saltó junto al balón en el momento en que el número 9 barrió el piso, dejándolo a él echado en el pasto mientras ella le hacía llegar el balón a Ricky y anotaban un gol.
Se acercó al goleador y le tendió su mano para ayudarlo a levantarse. — 1-0, capitán. — Dijo con burla.
En la siguiente ronda el DT había colocado a la Moretti en la posición de defensa. La pelota estaba en posesión de Lorenzo y su equipo, es por ello que cuando el goleador pasó por su lado, la castaña le sacó el balón al mexicano, pero no logró recuperarlo a tiempo y se dió un tiro de esquina que terminó en gol a favor de los de camiseta roja.
El segundo tiempo lo jugó de delantera junto a Ricky, y aunque el juego estuvo bastante reñido, la castaña logró hacer un gol gracias a una asistencia de Dedé en los últimos minutos.
Francisco sonó el silbato indicando el fin del partido, por lo que la chica se acercó sonriente al goleador de los halcones.
— ¿Ahora si crees en la magia de los Moretti o te faltan trucos? — Preguntó riendo.
— Creo en la suerte, Sofía. — El Guevara rió al ver la cara seria de la castaña. — Ya, ya. Me debes una revancha, Moretti.
— Cuando quieras, Guevara. — Ambos se acercaron hacia el resto del equipo que se encontraba reunido junto a los entrenadores.
La ojiazul recibió varias felicitaciones y bienvenidas por parte de sus nuevos compañeros de equipo. El Velázquez les indicó que podían ir a ducharse y mitras todos los chicos se dirigían al vestuario ella se acercó a las gradas para ver a su hermano y al arquero.
— Hey, jugaste muy bien. — Le habló el Toledo cuando la vió acercarse.
— Gracias, pero aún tengo que acostumbrarme a el estilo de juego del equipo. — Dijo mientras sonreía.
— Déjala Valentino, que, aunque frente a otros suene cómo la jugadora más segura del mundo, nunca va a acepar lo buena que es. — Habló el Moretti.
— Ja-ja que gracioso, Gabriel. — La chica habló sarcásticamente. — Igual tengo razón, falta tiempo para que me acostumbre al juego del equipo, por lo que para el partido contra los rayos no voy a jugar.
— Y, solo nos han dado el equipo tentativo. Todo puede pasar, Sof.
— Difícil, Valentino. Pero bueno, cambiemos de tema ¿Cuándo es el partido de las Águilas y los Átomos? — La ojiazul se sentó junto a su hermano y recargó su cabeza en su hombro.
— Mañana. Y andá a ducharte que estás toda sudada. — Sofía golpeó el hombro del enganche y se despidió de Valentino para ir corriendo hacia el vestuario.
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— Entonces este tipo, Malaespina, ¿viene mañana?
— Y sí, Dedé ya pintó la pared, no podemos volver atrás. Ya le dió la tarjeta a Isabel para ver si lo llamaban. — Habló el mexicano
— La idea de Ricky no estuvo mal, pero igual lo que tú encontraste en internet ayuda mucho. — Habló el oriundo de Álamo Seco.
— ¿Quiénes son los otros jugadores?
Los cuatro se acercaron a la cama del brasileño y subieron la bandera de los Halcones para dejar ver una pizarra con varias fotos de cada jugador de la primera generación.
— Vale; Diego, Francisco y Pulpo descartados. ¿Por qué?
— Francisco le regaló el pin a una profesora. Al Pulpo el perro le comió su pin y no querés saber el resto de la historia. Y Diego estaba en Europa para la época. — Explico el Moretti.
— ¿Y el pin de Diego?
— Lorenzo dice que el pin está en su casa.
La chica asintió y volvió a ver la pizarra. — ¿Y este? — Señaló la imagen de hombre que parecía estar tomando una foto con su celular.
— Ese es Ernesto Bruno y estamos 100% seguros que no es el padre. — Habló Ricky.
— ¿Por...?
Dedé comenzó a hablar. — Odia el fútbol, es insoportable, dice que el fútbol no es un deporte y que son solo monos corriendo detrás de una pelota. Ele é uma pessoa horrivel¹. No tiene sentido del humor y casi nos mata a Ricky y a mí.
— That's weird², pero bueno... El resto fue descartado en la reunión de ex-alumnos, ¿verdad? — Recibió una afirmación por parte de los tres. — Entonces, debemos buscar por los gemelos Suarez y al tal Darío López.
— Lo bueno de los gemelos es que, si uno de ellos es tu papá, también conocerás a tu tío. — Ricky y Dedé se rieron de la broma hecha por el mexicano, mientras la inglesa buscaba su computadora para investigar, pero fue interrumpida por una alarma proveniente de su teléfono.
— Uy, me tengo que ir chicos. No he cenado y pulpo ya debe estar por cerrar la cafetería.
— Tú y tus hábitos de comer tarde.
— Si bueno, si no me despierto a medianoche con hambre y aquí no puedo robar los panes de la abuela.
La chica se despidió del trío de amigos y salió directo a la cafetería. Pero se extraño al ver una cabellera conocida sentada cerca de la entrada del IAD.
Fue a pedirle un sándwich al pulpo, quien al parecer ya se había acostumbrado a los hábitos de la chica y ya tenía un sándwich preparado. La castaña le agradeció y tomó un par de botellas de jugo de naranja para dirigirse a la entrada.
— ¿Valentino? ¿Qué haces acá?
El susodicho volteó rápidamente al escuchar su nombre y cuando notó de quién se trataba solo sonrió.
— Digamos que olvidé mis llaves y le pedí a mi mamá que viniera a buscarme.
La chica rió un poco y se sentó junto al arquero para luego tenderle uno de los jugos que había tomado anteriormente de la cafetería, el cual el número 1 acepto gustosamente.
— ¿Qué tal va ese brazo, Valen? — preguntó intentando sacar tema de conversación.
— Mejor. Cuando menos te lo esperes ya me verás jugando en la cancha.
— Y, genial. Ya quiero ver lo que es jugar con un buen arquero.
— Eh ojo que Rafa no es tan malo como la mayoría dice.
— ¿Rafa? Ah, el arquerito asustadizo. — Recordó a aquel chico. — Y no, no es malo. Eso sí, le falta seguridad. Pero mi comentario era porque quiero ver jugar al gran Valentino Toledo.
El de ojos claros sonrió. — Y yo quiero ver cuantos penales logró pararle a la gran Sofía Moretti.
La chica rió y golpeó suavemente el brazo del arquero.
Ambos chicos se la pasaron a hablando de temas tribales hasta que una camioneta blanca se estacionó enfrente del IAD.
— Creo que vinieron por mí. Adiós, Sof. — Habló mientras se levantaba.
La Moretti también se levantó de aquel lugar y plantó un beso en la mejilla del argentino. — Adiós, Valen.
Vió cómo el chico se alejaba hasta llegar a la camioneta, dónde volteó a verla nuevamente y agitó su mano en forma de despedida. Sofía sonrió y también agitó su mano en dirección al rubio cenizo.
¿Qué fue aquello que sintieron en aquel momento? No lo sabían con exactitud, solo sabían que la sonrisa en sus rostros no iba a desaparecer por un tiempo.
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Por la tarde del día siguiente la castaña se acercó a la cafetería nuevamente, viendo cómo Ricky trataba de ayudar a su hermano con la lesión.
— Ricky, déjalo. Cuando está enfermo o algo por el estilo no se deja ayudar. — Habló cuando estuvo lo suficientemente cerca del par.
— No es eso. — Dijo el Moretti. — Solo quiero que me dejen tranquilo por dos segundos, no soy un bebé.
— Yo sé, hermano. Pero estás así por mi culpa-
Gabo lo interrumpió — ¿Qué? No, no. Fue una lesión nada más... ¿Podemos cambiar de tema?
El brasileño se acercaba a sus amigos con una sonrisa, la cuál cambió por una mueca de preocupación cuando estuvo enfrente de ellos. — Estoy preocupado. ¿Estás seguro que tu plan va a funcionar? — Se dirigió hacia el mexicano.
— Por supuesto que va a funcionar, Dedé. — Le respondió con obviedad al 6. — Si Isabel siempre nos dice que los alumnos y ex-alumnos del IAD somos como una familia. Te aseguro que ella hará lo posible por ayudar a Malaespina y así tendemos vamos a tener el momento exacto de hablar con él. — Explicó.
— Y, mal plan no es. — Habló la Moretti. — ¿Arriesgado? Sí, pero mal plan no es.
— Ja-ja que graciosa, Sofía. Gracias por tu confianza.
— I'm just saying the truth³. — Levantó sus brazos en forma de inocencia. — ¿Cuándo empieza el partido? — Cambió de tema mientras dirigía su mirada a la pantalla de la cafetería.
El número 10 iba a responder, pero fue interrumpido por un pelinegro que ya conocía. — ¿Cómo andan los perdedores?
— ¿Qué hacés acá? — Preguntó fastidiado moreno hacia el arquero de las Águilas.
— Vine a jugar mi partido contra los Átomos. — respondió. — ¿Por qué no vienen a verlo? Les va a venir muy bien ver cómo juega un equipo de verdad.
— Lo único que podemos aprender de vos es a ser insoportable, Ezequiel. — Habló el oriundo de Álamo Seco.
— Te queda bien ese look, eh. Siempre dije que jugabas al fútbol con una pierna menos. — El jugador de las águilas habló con burla, causando que el número 7 saliera en defensa de su amigo. — Ey, tranquilo. No me vas a lesionar a mí también, Ricardito.
— No vale la pena, ya vamos a tener otra oportunidad para enfrentarnos en la cancha.
— Y, no lo sé. Algo me dice que los halcones no van a clasificar a octavos.
Dedé iba a hablar, pero fue interrumpido por la ojiazul quien se había mantenido callada desde que vió llegar al desconocido. — ¿Y, alguien quiere explicarme quién es el Mr. Payaso?
Fue en ese momento que Ezequiel volteó a ver a la castaña. — Así que los rumores son ciertos, los Halcones decidieron sumar a una chica a su equipo. — Habló mientras se acercaba a la número 16. — Ezequiel Correa, cariño. Si buscas estar con el mejor arquero, o mejor, buscas estar en el mejor equipo del campeonato, estoy seguro de que las Águilas tienen más bacantes.
— ¿Así? Qué raro, me parece que confundiste Águilas con Halcones. Hablando del mejor equipo del campeonato, acaban de hacer una nueva integración y su nombre es Sofía Moretti. — La ojiazul sonrió con autosuficiencia cuándo vió que el arquero volteaba a ver a su hermano y a ella con extrañeza luego de haber dicho su nombre.
— Interesante, parece ser que ahora hay un halcón que tiene agallas.
— No dudes de eso, cariño. — Dijo el mismo apodo con que el Correa la había llamado anteriormente. — Son cosas de familia, solo que algunos prefieren llevar todo con calma. — Se refirió a su hermano.
Gabo tosió al ver el comportamiento que tenían el arquero y su hermana. — ¿A qué te referías cuando dijiste que los halcones no van a clasificar a octavos?
— Pues, estoy seguro de que ustedes necesitan de que nosotros ganemos a los Átomos para que puedan clasificar, ¿no?
— ¿Vos estás diciendo van a perder apropósito para dejarnos afuera?
Ezequiel ignoró la pregunta del enganche. — Me encantaría quedarme a perder el tiempo con ustedes, pero me tengo que ir a la cancha. — Antes de que el 1 pudiera salir de la cafetería, la extranjera lo llamó haciendo que este volteara.
— ¿Tanto miedo tienes de verme jugar en la cancha que decidiste perder un partido? No esperaba eso de ti, cariño.
El arquero sonrió en respuesta hacia la castaña y se dio vuelta nuevamente para irse hacia la cancha.
— Espera un momento, ¿ellos dos estaban coqueteando en nuestras caras? — Preguntó el brasileño a sus amigos.
La castaña rió y negó con su cabeza mientras veía hacia el lugar por donde se había ido el aquero, pero su mirada se dirigió hacia dónde Dedé había hecho el grafiti, notando que la directora y un señor desconocido se encontraban enfrente de dicha pared.
— Chicos. — Llamó la atención de sus amigos y hermano. — Creo que ahí está su hombre. — Señaló.
Los tres dirigieron su vista hacia donde señalaba la castaña y luego voltearon a ver al moreno de su grupo.
— ¿Qué? — Los tres miraron al brasileño con obviedad y movieron su cabeza hacia el hombre. — Está bien, está bien. Vean el partido y yo averiguo sobre el pin. — Dedé bufo y emprendió camino hacia dónde se encontraba el antiguo jugador de los halcones.
Vieron cómo el de rulos se acercaba a Malaespina y cómo entablaban una corta cuando de repente el mayor puso al brasileño a quitar el grafiti.
Los tres chicos rieron mientras miraban a su amigo hacer el trabajo. — Y al final el terminó quitando el grafiti.
Su hermano iba a responder, cuando la voz de Joaquín se escuchó en el lugar; la transmisión del partido de Las Águilas VS Los Átomos había comenzado.
Todos voltearon a ver el partido, pero la chica miró hacía atrás cuando escuchó unas voces conocidas acercarse.
Valentino y unos cuantos chicos del equipo se acercaban a ver el partido. La castaña agitó su mano en forma de saludo hacia el arquero y este le dedicó una sonrisa.
La número 16 volteó nuevamente hacia la pantalla escuchando detenidamente el relato de Joaquín.
— ¿Estás grabando ahí? Hola, mi nombre es Joaquín; aunque muchos ya me conocen. Bienvenidos a JoacoSports, siempre a disposición de la información deportiva. — En la pantalla se veía cómo algunas personas molestaban al chico e interrumpían su relato. — Hoy tenemos un partido realmente apasionante, Las Águilas VS Los Átomos; un partido que puede llegar a definir el futuro de los halcones en el torneo. — El relator hizo una seña para que la cámara enfocara a los jugadores en medio de la cancha. — Cara a cara los dos capitanes en el circulo central para hacer el sorteo. El arbitro va a dar inicio... Es tremenda la energía y la sensación que se siente en el aire, y vos, lo vivís por JoacoSports. — El chico obstruía la visión de algunas personas en las gradas, por lo que tuvo que sentarse antes de volver a hablar. — Las Águilas, únicos invictos en su grupo, buscan mantener su lugar en lo más alto de la tabla. Por su parte, los Átomos, quieren de cualquier manera pasar a la siguiente fase. Ahora bien, si las águilas quisieran darle una "ayudita" a los Átomos, esto podría perjudicar a los halcones y dejarlos afuera del torneo; cosa que nunca ha pasado en la historia de la intercopa... Amigos, yo no sé ustedes, pero creo que estamos en presencia de un partido que va ha ser historia.
Ricky había traído un par de jugos para Gabo y para Sofía, mientras trataba de cuidar del Moretti lesionado. — Todo bien, Gabo. ¿Estás seguro que no quieres ir a verlo en la tribuna?
— Sí, sí. Con las muletas se me complica. Pero anda vos, eh, todo bien.
— No, no, no. Si tú te quedas, yo me quedo. — Respondió el mexicano.
La ojiazul rió mientras rodaba los ojos, al parecer Ricky aún pensaba que la lesión de su hermano era su responsabilidad.
— ¿Y cómo va eso? — Llegó Zoé y dirigió la pregunta hacia su hermano.
La Moretti y la jugadora de vóley se habían conocido esta mañana en clases, su hermano fue quién las presentó y a pesar de haber compartido escasas palabras, ambas habían conseguido llevarse bien.
— ¿Eh? Todavía no empezó. — Contestó sobre el partido el 10.
— Siempre pensando en fútbol, ¿no? Hablaba de tu pierna, ¿te duele?
— Ah, la pierna, no, no. No me duele. — Volvió a contestar el enganche desinteresado.
Zoé le dijo al oriundo de Álamo Seco que era mejor tener la pierna levantada, es por eso que le alcanzó una silla y lo ayudó a subir su pierna en esta. Mientras el par de extranjeros solo veían la pantalla, solo que la inglesa tenía una sonrisa en sus labios mientras veía de reojo cómo la Velázquez cuidaba de su hermano.
La rubia se sentó junto a Sofía y el partido dio inicio junto al relato de Joaquín.
— Da inicio el partido, Julián avanza a gran velocidad, lanza una gambeta en cara. Deja dos atrás. Hace una pared con Ramiro. ¡Es tremendo lo que se vive! Las águilas no pueden robarles la pelota en los primeros segundos del partido.
— Me gusta el relato de Joaquín. —
— Pensé que solo hacía videos graciosos, pero acá parece un profesional. — Concordó la hija del DT.
— Lo hace bastante bien, y yo que confundo palabras de español a inglés cuando hablo. — Dijo la castaña.
Siguieron viendo el partido, hasta que en un punto Julián iba a colocarse para hacer un gol, pero Ciro, un jugador de las Águilas, logró quitarle el balón en una barrida. Haciendo que Ricky lo felicitara a través de la pantalla y algunos de los halcones que se sentaban detrás de ellos se enojaran con él.
La castaña se acercó a la rubia y le susurró. — ¿Por qué tanto odio hacia las Águilas?
— Y, siempre han sido los rivales más grandes de los halcones. Pero el odio incrementó este año cuando Ezequiel, Alejandro y Ciro dejaron a los halcones para irse a jugar con ellas.
La ojiazul asintió ante la respuesta de la Velázquez, ahora las cosas tenían más sentido.
Julián volvió a estar cerca de hacer un gol, pero terminó siendo un saque de meta a favor de las Águilas.
— Ezequiel saca del arco, la pelota cae en poder del sólido mediocampista que tienen los Átomos. Ahora la pelota la tiene Julián que se viene a gran velocidad. ¡Remataaa... Travesaño! La pelota pegó en el travesaño y le dice a Julián que "¡No!" — Joaquín volvió a sentarse ya que se había levantado ante el casi gol, pero cuando se sentó hizo un ruido bastante particular. Logrando que todos los que se encontraban en las gradas empezaran a taparse la nariz y quejarse del chico, mientras los que se encontraban en la cafetería solo reían de lo sucedido.
En la pantalla solo se vió como todos trataban de deshacerse del olor causado por el Costa, pero cuando Joaquín intento volver con su relato Adrián y Leo empezaron a burlase del chico evitando que pudiera seguir relatando.
Cuando la cámara volvió a enfocar el partido, Julián llevaba posesión de la pelota, pero cuando se encontraba cerca del área el número 14 en un intento fallido de quitarle la pelota solo logró que los átomos obtuvieran un tiro libre.
— ¡Tiro libre peligroso para los Átomos! Se viene Julián, esta no se la saca nadie... Ezequiel arma la barrera, se lo ve muy confiado. Va a rematar Julián, remataaa ¡GOL! — Todos los halcones en la cafetería empezaron a quejarse. — ¡Goool de los Átomos! Increíble, Ezequiel se quedó atornillado en el suelo. Parece que se olvidó los reflejos en su casa. Los Átomos se ponen a la cabeza 1-0 con un golazo por parte de Julián. Gracias a la ayuda de Ezequiel que se quedó atornillado en el suelo, y vos, en tu casa, con tu familia, con tus amigos, lo vivís por JoacoSports.
— Es increíble. ¡Nunca vi que Ezequiel se quedara quieto de esa manera! — Dijo la jugadora de vóley.
— Lo hizo apropósito.
— Ezequiel se dejó hacer el gol, está perdiendo para dejarnos fuera del campeonato. — El Moretti habló.
Sofía miró nuevamente a la pantalla para luego volver a dirigir su vista a sus amigos. — ¿Ustedes están seguros de que se dejaría comprar?
— Y sí, Sofía. ¿No viste cómo se quedó parado cuando la pelota pasaba a su lado?
La ojiazul levantó sus manos. — Solo decía, igual el partido no termina hasta el último segundo, chicos. Todo puede pasar. — Sonó un silbato indicando el inicio del medio tiempo. — Voy al baño, ya vuelvo.
Vió cómo los tres asentían, tomó su celular y se dirigió al baño. Ahí se acercó a los lavamanos, abrió la llave y mojó sus manos para luego pasarlas por su cara. Cerró el agua y secó sus manos con su pantalón para luego revisar la hora en su celular, 3:50 pm. La hora en la que debía de tomar sus medicamentos había pasado, y debía procurar tomarlos si no quería sufrir un ataque en la escuela o peor, frente a su hermano.
Salió de aquel lugar directo a su habitación, en la puerta de este sacó su celular nuevamente para pasarlo por el decodificador en esta, logrando así que se abriera. Buscó la cajita en su mesa de noche, en esta había varias fotos de sus familiares y seres queridos, pero debajo de todas esas imágenes se encontraba un frasco de antidepresivos.
La castaña tomó un par de pastillas y se las tragó sin necesidad de un líquido, hizo una mueca ante el respectivo sabor de las pastillas que se había colado en su legua. Luego se recostó en la cama, cerrando sus ojos y respirando pausadamente, esperando a que el par de pastillas hiciera efecto.
Su primer ataque de ansiedad había sido el día que se enteró de la muerte de Diana, recuerda que asustó bastante a Gabo y Amelia cuando se sentó en el suelo rápidamente y avisó con dificultad que no podía respirar, cuando la llevaron al doctor solo le indicaron que era debido al estrés y la noticia dada repentinamente, por lo que tuvo que asistir al psicólogo durante un tiempo. Lastimosamente no pudo seguir yendo por la situación económica en la que se encontraba su abuela, pero de todas formas había aprendido a controlarlos.
Con respecto a los ataques de pánico, estos habían comenzado una semana después de haber llegado a Londres, había hablado con su abuela y recuerda haberla escuchando insistirle a Gabo que hablara con ella, solo para escuchar al Moretti gritar "A ella yo no la conozco, no es mi hermana." Y que aquella simple frase desencadenara un ataque que no podía controlar.
Para su suerte, la Academia de Artes les brindaba un seguro estudiantil a los becados, y luego de algunos estudios y sesiones psicológicas había comenzado a tratar ambos tipos de ataques con Antidepresivos y algunas actividades que le recomendó el psicólogo para mantenerse calmada. Claro que no pudo seguir con sus sesiones luego de que la academia revocara su beca, y con ella el seguro.
Cuando sintió el efecto de las pastillas en su cuerpo, se levantó despacio de su cama y se dirigió a la cafetería para seguir viendo el partido.
Pero cuando estaba por entrar a la cafetería, pudo escuchar la voz del Director Deportivo provenir de la esquina dónde se encontraban las consolas.
— ... Deberías ver la cara de los halcones, ahora se convirtieron en pollitos.
¿Por qué Diego Guevara se encontraba tan feliz cuando el equipo de los halcones se estaba quedando fuera del campeonato?
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Ele é uma pessoa horrivel¹: Él es una persona horrible.
That's weird²: Eso es raro.
I'm just saying the truth³: Solo estoy diciendo la verdad.
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Hablemos de que estoy publicando esto en medio de una evaluación, mientras lloro porque no entiendo matemáticas.
Ni modo, wenaaaas gente.
Espero que hayan disfrutado el capítulo♡︎
Recuerden que cada voto, comentarios, lectura y follow me llegan al corazón.
En serio no puedo creer que ya vamos por más de 350 vistas en menos de un mes, son lo máximo.
Espero que tengan lindo día.
All the love,
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