Capítulo 3
III.
Necesitamos hablar.
Sofía deambulaba por el IAD tratando de conocer más la institución. Aquel lugar podía llegar a ser más grande que todo el pueblo de Álamo Seco y si iba a empezar a estudiar ahí lo mejor es que supiera dónde se encontraba cada estancia.
Aquella mañana se había reunido con Diego e Isabel en la oficina del Guevara, le habían informado que aquella tarde irían a recibir la respuesta dada por las autoridades de la Intercopa.
La ojiazul tenía demasiadas cosas en su cabeza; la respuesta para jugar con los halcones, volver con sus estudios, la investigación sobre su familia, el problema con su hermano. En parte es por ello que había decidido salir a recorrer el instituto en vez de encontrarse encerrada en su habitación haciendo suposiciones negativas sobre lo que pasará en adelante con su vida.
Sumida en sus pensamientos, la Moretti no había notado que había llegado a un pasillo con una gran puerta color rojo casi al final de este. Con la curiosidad recorriendo sus venas la chica giró la perilla y se adentró aquel lugar, encontrándose con el vestuario de los Halcones Dorados.
La castaña miró con detenimiento aquella habitación con colores rojos y grises. Se concentró durante más tiempo en la pared que tenía la imagen de las manos de antiguos jugadores de los Halcones Dorados alzando una copa; luego su vista dirigió a los vestuarios de cada jugador, fijando su mirada en donde colgaba la camisa con el número 10.
Sonrió y volvió a mirar todo el lugar donde se encontraba.
Al final, Gabo lo había logrado, había cumplido el sueño que alguna vez tuvieron.
— ¿Sorprendida?
Sofía volteó rápidamente a la entrada del lugar, encontrándose con el DT de los halcones.
— Bastante, si soy sincera. — Miró el suelo detallando el escudo de aquel equipo. — Mi sueño de jugar al fútbol profesionalmente se había desvanecido dos años atrás cuando me llego una beca para estudiar artes.
— Bueno, si algo he aprendido a lo largo de todos estos años es que siempre debes perseguir tus sueños. Y estoy seguro de que si decidís seguir tu sueño de ser futbolista llegaras muy lejos, Sofía.
— Gracias, Francisco.
— Dime, en los videos que Vitto me envió sobre tus partidos, solías jugar en diferentes posiciones. ¿Jugás bien en todas?
— Y, creo que sí. Pero mis amigos siempre jugaban de enganche y goleador, es por eso que no juego tanto en esas posiciones. Soy mejor siendo delantera o volante.
— Cuando se nos confirme que puedes jugar, haremos varias pruebas con el equipo para ver dónde juegas mejor. — La ojiazul asintió ante lo dicho por el técnico. — Por cierto, podés venir a ver el entrenamiento hoy, para que te vayas familiarizando con el juego de los chicos.
Su celular sonó, indicando que le había llegado un mensaje, el Director Deportivo le decía que debían encontrarse en la entrada del IAD porque se había adelantado la reunión con los organizadores de la Intercopa. La Moretti se despidió del Velázquez y se dirigió rápidamente a la salida del lugar.
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Gabo salía de clases junto a su par de amigos, ayer no había podido conciliar el sueño en toda la noche. El que su hermana haya vuelto y la clasificación de los halcones no le permitían estar tranquilo.
Los tres se sentaron en la cafetería, el dúo de extranjeros hablaban acerca del partido de las Águilas y los Átomos.
— ¿Y tú que piensas, hermanito? — Ambos voltearon a ver al argentino que se encontraba con la mirada perdida. — ¡Hey, Gabo!
— ¿Ah, qué pasa, Rick?
— Chico, tenés la cabeza en otro lado. ¿Qué te pasa?
— ¿Tiene que ver con la chica de ayer? ¿La conoces?
Gabo suspiró y vió a sus amigos. — No tengo idea si la conozco en realidad.
Dudaba de que aquella chica sea la misma Sofía Moretti de hace dos años.
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La castaña se encontraba sentada en una de las oficinas de aquella organización, se encontraba bastante nerviosa respecto al veredicto que le darían. Diego se encontraba sentado junto a la ojiazul y ambos escuchaban detenidamente a los hombres frente a ellos.
— Luego de varias charlas con los organizadores de la Intercopa, hemos tomado una decisión respecto a la situación de la jugadora Sofía Moretti. — Hizo una pausa antes de seguir. — Hemos decidido que la señorita Moretti podrá jugar con el equipo de los Halcones Dorados durante lo que resta de la Intercopa. Siempre y cuando demuestre estar capacitada y no cause ningún inconveniente.
La chica sonrió mientras ella y el Guevara se levantaban de sus asientos, el mexicano se despedía de las autoridades mientras la Moretti les agradecía con emoción.
Ambos volvieron al IAD, Diego tomó camino a la sala de profesores para informarles a Isabel y Francisco lo que habían decidido los organizadores del campeonato.
En cambio, Sofía caminaba rápidamente hacía la cancha de fútbol, bajo atenta mirada del número 10.
— Chicos, ya vuelvo. — Sus amigos iban a seguirlo. — Puedo ir solo, vuelvo rápido.
El castaño siguió el camino que había tomado anteriormente la castaña, llegando a la cancha de fútbol y encontrándola a sentada en las gradas.
— ¿Abuela? ¡Me dieron la beca! — Escuchó a la castaña reír. — ¡Tu nieta preferida va a jugar en los Halcones Dorados!
Esperen, ¿En los Halcones Dorados?
— Vale, vale. Hablamos luego, le mandas saludos a Feli de mi parte. Te quiero.
Vió cómo la castaña colgó la llamada y se quedaba viendo la cancha con una sonrisa.
"Bueno, es ahora o nunca". pensó el castaño y se acercó hacia su hermana.
Con dificultad a causa de las muletas subió las gradas hasta llegar a la chica.
— Sofía. — Llamó a la castaña — Necesitamos hablar.
La ojiazul volteó a ver al castaño y disminuyó su sonrisa, sin embargo, aún se podían notar las esquinas curveadas hacía arriba.
Tosió un poco. — Sí, Gabo. ¿Qué sucede?
— Ayer hablé con la abuela.
— ¿Ah, enserio? No me dijo...
"Sí, porque yo se lo pedí." pensó el Moretti.
— Bueno... — suspiró. — Me habló de que fuiste hace poco al pueblo, supongo que era por lo de la beca. — Recibió un sonido de afirmación por parte de la ojiazul. — ¿Sabés que estoy intentado que hablemos de lo que sucedió? Podés poner un poco de tu parte.
Sofía rió sarcástimente. — Si bueno, ayer yo intenté lo mismo y empezamos a pelear, Gabriel. — La castaña suspiró antes de seguir hablando. — Perdón, lo que menos quiero es que volvamos a eso.
Hubo un silencio incómodo entre ellos dos hasta que el lesionado decidió romperlo.
— Ayer en la noche no pude dormir. Me acordé de cuando venías a mi habitación a contarme historias.
Ambos rieron mientras recordaban aquellas noches de lluvia donde el menor no podía dormir tranquilamente.
— "Las aventuras de Gabo, el mejor jugador del mundo." Nah, y después de esas historias te dormías como si tu hubieses bebido un vaso de leche caliente. ¿Tan aburridas eran mis historias? — Dijo con gracia.
— Para nada, si a la mañana siguiente me despertaba con un sueño de jugando en uno de los clubes más importantes del mundo.
— Terminarás en la Juve o en el Atlético, acordate de eso. — Habló la mayor nombrando a sus equipos favoritos.
— Igual Felipe quiere que los tres terminemos jugando en el Manchester United.
— Cualquier equipo de Europa se pelearía por el trío mágico de Álamo Seco, Gabo. A nosotros nos lloverán contratos.
Los hermanos rieron mientras miraban a la cancha y Sofía recargó su cabeza en el hombro del contrario. Pero aquel amigable ambiente volvió a tornarse incomodo en pocos segundos.
— ¿Por qué te fuiste, Sof? — Preguntó en un susurro el argentino.
— ¿Recordás que cuando cumplí 13 la abuela me dió una caja con cosas que guardaba mamá y eran mías? — Recibió un asentimiento por parte del 10. — Ahí adentro estaba mi acta de nacimiento original y una foto de mis padres, Gabo.
— ¿Y qué tenía?
— Pues, sé que mi nombre real es Sophia Williams. Nací en Londres y mis padres se llamaban Harry y Louise Williams. — Suspiró. — Cuando descubrí sobre mis padres quise investigar más acerca de ellos y pensé que yendo a Londres estaría más cerca de saber qué pasó con ellos-
— Sof, pero tus padres están muertos. — La interrumpió.
— No, Gabo. Cuando estuve investigando sobre ellos descubrí que los declararon muertos, pero nunca encontraron sus cuerpos en el accidente. La única que estaba en el auto era yo y no se sabía más... Gabo, yo sé que estuve mal por no avisar antes e irme, tal vez tengas razón y yo estaba pensando solo en mí, pero-
— No, Sofía. — El castaño la interrumpió antes de que siguiera hablando. — Yo estuve mal, tú quisiste explicarme todo durante dos años y yo te estuve tratando de la peor manera porque creí que me abandonarías igual que mamá.
— Mamá no nos abandonó nunca, Gabo. Ella está ahí. — Señaló el cielo. —Y estoy segura de que está orgullosa de todo lo que hemos logrado.
Gabo miró el cielo y sonrió. Luego volteó a ver a su hermana. — Te extrañé mucho, Sof. — Dijo mientras la abrazaba.
— Y yo a ti, Gabo. — La castaña se separó de su hermano. — Creo que es momento de que nos pongamos al día, hermanito.
Ambos se levantaron de las gradas y empezaron a caminar sin rumbo alguno mientras hablaban de lo que había sucedido durante los último dos años.
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— Pará, ¿Enserio el chico pintó la pared nada más poder llamar a un pintor que removía grafitis? — Preguntó la ojiazul riendo.
— Bueno sí, pero igual tenés que admitir que era un plan bastante bueno.
— No. — rió nuevamente. —Tengo bastantes ideas que son mucho mejores.
— A ver, ¿Cuáles?
— Y... Fácilmente alguno de ustedes podía llamarlo interesado sobre su vida, "Buenas tardes, señor Malaespina. En nuestro periódico quisiéramos hacer un apartado sobre usted. De un halcón a un gran pintor. ¿Podría decirme si aún conserva el pin que le entregaron a todos los egresados? ¿Qué hizo con él?" — habló fingiendo una llamada y haciendo una voz extraña. — O investigar sobre él, ver qué hacía hace 17 años y ver si conocía el pueblo.
— Y, tenés razón. — El argentino suspiró. — Pero lo último ya lo habíamos hecho y no hay información del tipo, no se dedicó al fútbol y no se sabe de él.
— Gabo, no todo es información básica. Si algo he aprendido en estos dos últimos años investigando, siempre hay información de sobra. — La chica tomó la Tablet que se encontraba en la masa de noche de su hermano, ambos se encontraban en la habitación que el enganche compartía con el 6 y el 7. — ¿Se llama Ricardo Malaespina? — Vió cómo su hermano asentía y tecleo rápidamente en el buscador.
Luego de unos cuantos minutos viendo los resultados dio con lo que necesitaba, por ello sonrió. — Y, listo. Ricardo Malaespina se encuentra casado con María Espinoza, vaya combinación de apellidos. María es la típica persona que ama compartir toda su vida en redes, y por lo visto hace poco cumplieron 17 años casados, por lo que están juntos un año antes de que vos nacieras. Y, meses después para cuando tu te encontrabas siendo "creado" ellos se encontraban disfrutando de su luna de miel en España. — Explicó mientras le mostraba la tableta a su hermano con toda la información recopilada.
Gabo iba a decir algo al respecto cuando fue interrumpido por la puerta siendo abierta por el par de amigos del número 10, quienes se callaron al ver a la castaña junto a su amigo.
Sofía le sonrió al par de chicos y se levantó de la cama mientras les tendía la mano a los extranjeros.
— Ayer no tuve el momento para presentarme, soy Sofía Moretti. — Habló mientras su hermano se colocaba a su lado.
— Yo soy Ricardo Flores, y soy mexicano de México.
— Yo soy Dedé, soy brasileño. — Ambos se presentaron ante la ojiazul. — Esperá... ¿Moretti? — El número 6 y el 7 vieron extrañados al enganche.
— Ah, sí. Chicos, ella es Sofía Moretti, mi hermana. — Explicó.
— Aaah... Momento, ¿¡HERMANA!? — Exclamaron al mismo tiempo.
— Eh, perdón hermanito. Pero ustedes no se parecen en nada.
Gabo y Sofía voltearon a verse para luego volver a dirigir su murada hacia el par enfrente de ellos. — Somos hermanos adoptivos. — Ahora ellos hablaron al mismo tiempo.
Los cuatro empezaron a charlar. Gabo le habló al dúo dinámico sobre el descubrimiento que había hecho la ojiazul sobre Malaespina y los chicos habían decidido en sumar a la castaña a la investigación.
— Y, Sofía... ¿Qué venís a estudiar acá?
La castaña iba a responder cuando se escuchó el sonido de varios mensajes entrantes. Los 4 sacaron sus celulares y vieron el mensaje que habían recibido, a los antiguos halcones se les citaba en el vestuario ya que su entrenamiento se había adelantado, mientras la castaña también recibió un mensaje por el DT, solo que también le avisaba que su anunció como la nueva jugadora de los halcones se haría ese día.
Sofía sonrió y miró a todos los chicos presentes. — Algo me dice que dentro de poco se van a enterar.
¡Hola, gente! ¿Cómo andan?
Aquí tenemos el capítulo de esta semana. Les prometo que haré el intento de actualizar semanalmente.
Díganme, ¿Qué les pareció el capítulo?
¿Qué teorías tienen y qué les gustaría qué pase?
Recuerden que si gustan pueden votar y comentar, a mí me encanta leer y responder sus comentarios. Si también gustan en seguirme, no me quejo.
Les voy dejando de molestar por aquí, mi gente.
All the love,
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