XII.
Secreto no tan secreto.
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— ¿Una broma? — Los Moretti y el par de extranjeros se dirigían nuevamente hacia el club de los gemelos. Esta vez, sería el oriundo de Álamo Seco quien fuera a preguntarle al gemelo faltante sobre el PIN, puesto a que la jugadora de vóley también había sufrido unas cuantas dificultades al momento de entrevistar a los gemelos.

— Sí. — Gabo se encogió de hombros. — Pero es una excusa barata, piensa que ocultamos algo.

— Y, ya será tiempo para ocuparnos de nuestro capitán, hermanito. — Ricky cambia de tema. — Ahora, por favor acuérdate de interrogar al gemelo Gustavo, ¿ok?

— A mí no me lo tienen que preguntar. Yo no fui quien entrevisto al mismo gemelo. — Los tres empezaron a burlase del brasileño.

— ¿Qué parte no entienden de que son gemelos?

— Suerte que no son quintillizos porque ya los veía capaces de entrevistar cinco veces al mismo.

El celular de Duarte sonó, y les notificó a sus amigos el mensaje que había recibido. — Gol de los Samuráis. Se ponen en ventaja, 3 - 0.

— Les están dando una paliza a los escuderos. — Todos estuvieron de acuerdo con lo dicho por la ojiazul.

— Lo que daría por estar ahí.

— Perdón, chicos. Se están perdiendo un partido por mi culpa.

— Para nada, Gabo. Esto es más importante. — Le anima el número siete.

— Hey, ahí están. — Sofía señala la entrada de la cancha.

— ¿Cuál es cuál?

— El de la gorra es Guillermo, con él hablamos. — Empieza a explicar Dedé.

— Bueno, entonces voy a preguntarle al otro. — Se alejó del grupo para acercarse a los entrenadores.

Los tres esperaron pacientemente a que el argentino volviera de su misión, aunque, la británica supuso que esta había salido mal cuando lo vio regresar con el ceño fruncido y de manera apresurada.

— Era Guillermo.

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Zoé suspiró frustrada.

Después de que, gracias a Ezequiel, llegara tarde al partido, la entrenadora le había dicho que no jugaría. Teniendo como resultado que las Fénix perdieran el partido de ayer.

Martina puso a todas las chicas del equipo en su contra, y es que la capitana había dicho que, a su falta de interés, si Zoé no se iba del equipo, ella lo haría.

Y, para colmar el vaso, el goleador de los halcones se había enterado. Ahora tenía a un Lorenzo chantajeándola con decirle a Martina que olvide todo a cambio de decirle en qué andan Gabo, Sofía, Ricky y Dedé. Al negarse a esto, el mexicano le dijo que le avisaría a su padre o a Isabel.

En qué lío me metí.

Miró a Lorenzo con enfado. — Está bien. Gabo tiene un secreto...

— Eso ya lo sé. Lo que quiero es que me digas cuál.

— Primero, vos vas a hablar con Martina para que pare de conspirar en mi contra y yo te cuento lo que quieres saber. — Hace una pausa. — Pero, tienes que prometerme que no va a salir de acá. ¿Tenemos un trato?

— Tenemos un trato, Zoé Velázquez. — Le tiende su mano y la rubia la acepta.

Claro que ninguno de ellos notó a Apolodoros escuchando su pequeña conversación detrás de la puerta que da a la sala de estudio.

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— Vamos a comenzar con un entrenamiento de pelota parada. Penales, tiros libres... — 12 jugadores de los halcones se encontraban en la cancha junto a su DT. — Rafa, quiero que patees también, no solo que atajes. Nunca sé sabe.

— ¿Para qué practicamos? — Se queja el número 9. — Si va a haber un tiro libre, yo lo pateo. Si va a haber un penal, yo lo pateo.

— ¿Y si vos no estás en la cancha?

— ¿Cómo no voy a estar en la cancha? Si no, ¿quién va a hacer los goles?

— Y si van a callarte la boca, yo lo haré de un pelotazo. — Sofía mostró una sonrisa sarcástica. — Y mira, justamente estoy viendo a alguien que también puede hacer los goles.

Todos dirigieron su mirada a dónde señalaba la castaña. Vitto a su vez, habló. — A partir de hoy, Gabo se va a sumar a los entrenamientos en la cancha, chicos.

La mayoría de halcones se acercaron a saludar al enganche. A Gabo en la tarde le vino a visitar un médico y se les notifico que el enganche podría volver a los entrenamientos, ya que no tiene un esguince crónico y se encontraba recuperado. Claro que, no podía sobre exigirse.

— Bueno, bueno. Nos juntamos. Volvemos al círculo.

— Profe. — Catorce llamó la atención del DT. — Si Gabo vuelve al equipo, el planteo táctico que venimos trabajando, ¿va a cambiar?

— Aún no sabemos si Gabo puede jugar. Eso va a depender un poco de cómo evolucione físicamente.

— Pero, Vitto. ¿Y si evoluciona bien?

— Si es así, con él en la cancha, sí podríamos cambiar. Modificamos el dibujo táctico, jugaríamos un 4 3 1 2 con él de enlace. Ricky y Lorenzo arriba, Sofía jugaría...

— ¿Qué? — El capitán interrumpió al Voltaglio. Sin embargo, este siguió hablando.

— Sofía de volante por derecha. Eso nos daría un mayor poder ofensivo, lo podemos probar de todas formas. Volveríamos a un 4 4 2 si no funciona.

— Vamos a cambiar todo lo que entrenamos. — Lorenzo voltea a ver al enganche y lo señal. — Por él.

— No. Vamos a cambiar por el bien del equipo, Lorenzo. — Sofía sonrió con autosuficiencia ante lo dicho por el DT. — Vamos a entrenar. Ayúdenme con los materiales, chicos.

Sofía, quien había ido por los conos para marcar, frunció el ceño al ver cómo se notaba a su hermano discutiendo con Lorenzo cerca de la banca de suplentes. Le tocó el hombro a Ricky para llamar su atención y le señaló el lugar donde se encontraba el par.

Ambos decidieron acercarse cuando el de 5to año se había alejado del 10, el cual solo mantenía su mirada enojada hacía ellos.

— Hey, hermanito. ¿Qué sucede? ¿Qué te dijo Lorenzo?

— ¿Gabo? — Este solo se dedicó a caminar recto chocando su hombro con el mexicano al pasar por su lado.

Ambos extranjeros se vieron extrañados ante la actitud del argentino, sin embargo, volvieron hacía dónde el equipo como si nada hubiese sucedido.

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— ¿Fuiste vos?

Sofía bufó. Era como la tercera vez que el castaño preguntaba eso.

— Ya te dije que no, Gabo.

— Yo tampoco, a mí no me mires. — Ricky secundó lo dicho por su mejor a amigo.

— Es que no puede ser. — Se quejó. — Alguien le tuvo que contar todo a Lorenzo.

— Sí, Gabo. Pero, de todas las personas aquí presentes. ¿De verdad crees que pudimos haber sido algunos de nosotros? — Gabo iba a hablar, pero la ojiazul le interrumpió antes. — Si lo hubiésemos hecho, ¿Cuál hubiese sido nuestra finalidad?

Gabo se quedó callado ante lo dicho por su hermana.

— Las únicas personas que sabíamos de esto somos nosotros cuatro y Zoé.

— ¿Zoé? No, no, no. Ella nunca... — El Moretti fue interrumpido por Joaquín, quien se acercó rápidamente al grupo y empezó a grabar al 10 con su teléfono.

— Gabo, para JoacoSports. Tengo que hablar con vos. — Ricky le preguntó con ironía si deseaba que les dejarán solos, sin embargo, el periodista se negó. — Lo que le quiero preguntar ustedes ya lo saben. ¿Gabo, es verdad que estás buscando a tu papá?

— ¿Qué? ¿Lorenzo te lo contó?

— No, me lo contó catorce.

­­— ¿¡Y de dónde lo sacó catorce!?

Se puede decir que la respuesta del Costa fue la que todos esperaban, pero la que ninguno quería creer.

Sofía suspiró viendo a su hermano echado en su cama. Se encontraban en el cuarto de la inglesa mientras su otro par de amigos ya hacía dormido en el cuarto que compartían con el enganche.

— ¿Por qué confié en ella?

Sofía le dio una sonrisa comprensiva. El menor juraría que había visto a su madre reflejada en aquel gesto.

— Gabo, tú confiaste en ella porque, del tiempo que llevas aquí, ella te ha demostrado que merece esa confianza. Y no está mal.

— Sí, bueno. Parece que no la merecía al cien por ciento.

La castaña frunció sus labios en una fina línea antes de hablar. — Mira, yo no conozco a Zoé lo suficiente para decirte si debes confiar en ella o no. Pero sí sé que ella te quiere lo suficiente como para hacer algo que te haga daño a ti.

— Las apariencias engañan, Sof. — Gabo dirigió la mirada que tenía puesta en el techo hacía los ojos de su hermana.

— Y a veces lo que escuchamos de otras bocas, también lo hacen. — La castaña se levantó y se dirigió al pequeño refrigerador que tenía en su habitación, sacando dos botellas de agua de este. — ¿Escuchaste la versión de Zoé antes de creer al 100% a Joaquín? ¿Sabes las razones que tuvo ella o las cosas que estaban pasando por su cabeza antes de que hablara con Lorenzo? ¿Siquiera sabes si estaba a su voluntad no decirle nada? Es Lorenzo Guevara de quien hablamos, Gabo. Puedes esperar de todo y nada de nuestro querido capitán.

Gabo tomó la botella que le tendía su hermana y no tuvo más opción que darle la razón.

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— ...Este video va a ser un éxito en JoacoSport. ¡Nadie se lo va a esperar! Será una mirada exclusiva a la intimidad de los halcones. — Joaquín hablaba en la cafetería con su "socio".

— Un golazo de media cancha. — Ambos hacen sonidos de emoción. — Eso sí, ¿vos estás seguro de que Zoé va ha participar?

— Obvio, ¿Cómo no va a participar si fue su idea?

Por otro lado, en una mesa más alejada de la cafetería. El dúo dinámico de los halcones escuchaba la conversación que ambos dueños del canal deportivo tenían sobre su nuevo proyecto.

­— No me lo puedo creer. — El brasileño le susurra a su amigo. — ¡Van a hacer un video con la historia del papá de Gabo!

— Dedé, era verdad: Zoé nos traicionó.

Ambos se acercaron enojados hacía el par. No iban a permitir que hablaran de la historia de su amigo, sin el consentimiento de este.

— Sabemos lo que están haciendo. — Ambos se situaron con enojo frente a ellos. — ¿Se puede saber qué les pasa a ustedes dos?

— ¡Eh! ¿De qué están hablando?

Claro que de aquella charla no salió más que una discusión entre ambas parejas de amigos, dando por visto que no resolvieron el malentendido.

Y eso fue notorio cuando, durante el entrenamiento de ese día, todos los halcones pudieron observar cómo el 6 y el 7 se dedicaron a sabotear toda jugada realizada por Apolodoros Nikotatopulos.

— ¿Qué te pasa con catorce? Casi le arrancaste la pierna en una jugada.

— Estuvieron saboteando todo lo que hacía. — Sofía secundó a su hermano mientras veía al par.

— Se lo ganó. — Contestó el brasileño. — Él y Joaquín están planeando realizar un video sobre tu papá.

— ¿Qué?-

Antes de que pudiesen seguir hablando, el DT les llamó para finalizar el entrenamiento.

— Gracias, Amadeo. — Habló por su intercomunicador. Y se dirigió a los jugadores. ­— Amadeo me acaba de pasar los números de sus mediciones y están mucho mejor, incluso mejor que en el anterior entrenamiento. — Todos festejaron lo dicho por el Voltaglio. — Lo importante es que mantengamos este ritmo para enfrentar en octavos de final a los Vikingos. — Hizo una pequeña pausa. — Lo que quedan son todas finales; si perdemos, ya saben. Nos quedamos afuera.

— Conmigo en la chancha alcanza y sobra para ganar. — La mayoría de jugadores volteó sus ojos ante lo dicho por el goleador.

— Bueno... Voy a dar la formación titular que va a enfrentar a los Vikingos. — Todos escucharon atentamente a Vitto, quien miró su carpeta con la formación que había terminado de definir ese mismo día. — En el arco, Rafa. — El número 12 festejó.

— Obvio, es nuestro único arquero.

— Bueno... — Este se iba a quejar de lo dicho por Adrián, aunque aún mantenía una sonrisa en su rostro.

— ¿Y esa sonrisa? No me digas que ya no te da miedo estar en el arco. — Mariano empezó a molestarlo.

— Bueno, tampoco así. Pero es que desde el partido contra los rayos me siento más seguro. Por primera vez en mi vida tengo ganas de atajar. — La mayoría le felicitó y Sofía le dio unas palmadas en el hombro.

No iba a mentir, estaba orgullosa del arquerito asustadizo.

— Sigamos. — Anunció el DT. — Los defensores vienen haciendo un buen trabajo. Están confirmados Leo, Dedé, Lucas y Daniel como nuestra defensa. — Volvió a revisar sus anotaciones y se dirigió al capitán. — Adelante me gustaría que juegue; Lorenzo obviamente, de punta; Ricky, por el costado. Y bueno, en el mediocampo es donde tuve más inconvenientes, Pablo está confirmado, Adrián y... Sofía y Gabo.

Ambos hermanos sonrieron y se abrazaron, mientras su dúo de amigos gritaba de emoción.

— Bien, Gabo. Catorce... — Dedé le hizo una mueca de desanimo al que solían llamar "Error grosero". Sofía le negó y le bajó la mano con el que el brasileño apuntaba al ahora suplente.

— Dedé, eso no se hace. — Le recriminó el entrenador. — Bueno, ese fue todo el entrenamiento, pueden retirarse. — Se alejó.

— Pero bueno, muchachos. ¡Esto hay que festejarlo! — Exclamó el número 7.

— ¡Vayamos al Hat Trick! — Secundó el moreno.

— Los tres mosqueteros y la damisela en apuros se van a celebrar. — La 16 le brindó un puñetazo a Ricky en su hombro mientras reía.

— Ustedes vayan, yo los alcanzó luego.

— Pero-

— Tengo que hacer algo antes. — Y así fue como los tres extranjeros vieron a su amigo alejarse.

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Hola
(procede a esconderse descaradamente)

¿Todavía hay alguien leyendo esto?

Bueno, nada. ¿Cómo están, mi gente?

He de decir que, entre que se me dificulta ver la serie porque las páginas piratas no me colaboran y las que consigo no me dejan tomarle captura de pantalla a los capítulos para hacer la escena recreada del final, no le he estado echando muchas ganas a la historia, pido perdón.

Sin embargo, una amiga aka spider-ludmi
me pasó varias pruebas de que puede que saquen nueva temporada de la serie y, aunque voy a extrañar como siempre a Sebas, estoy muy emocionada.

¿Ustedes qué opinan? Porque yo ya estoy maquinando ideas, JAJAJAJ

Bueno, tal vez ahorita en navidades me ponga a hacer otro cap,
ya veremos dijo el ciego

Espero que les haya gustado y nos vemos próximamente, amores

All the love,
-jeaaanne