
Capítulo 11
XI.
Reconciliaciones, dramas y discusiones.
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— ¿Are you kidding?¹
— No, no. Dedé. Sua culpa Chico².
Los tres entraban al IAD mientras se regañaban entre ellos. Le habían preguntado los tres al mismo gemelo.
— ¿La mía? — Se queja el brasileño. — ¿Por qué no la de Sofía? Ella también estaba ahí.
— Eh, eh. A mí ni me metan. Yo busqué una solución donde todo salía bien, pero ustedes decidieron hacerse los de misión imposible.
Iban a seguir discutiendo si no fuese porque el enganche se acercó apurado a ellos apenas los divisó.
— ¡Al fin llegan! Les tengo malas noticias.
— Nosotros tenemos peores, Gabo.
— ¿Qué? ¿No hablaron con los gemelos?
Dedé sonrió nervioso. — Si hablamos, pero con el mismo.
— ¿¡Eh!?
— Se confundieron de gemelo. — Sofía suspiró. — A la próxima hacemos el plan aburrido y seguro ¿vale? — Sofía sonrió sarcásticamente, mientras el 6 y el 7 siguieron discutiendo.
— ¡¿Cómo pudiste confundirte, Dedé?!
— ¡No sé si te diste cuenta de que son idénticos!
— Shhhh. — Gabo les calló y todos voltearon a verlo. — ¿Cómo saben que los tres hablaron con el mismo gemelo?
— Porque Guillermo me dijo a mí que tenía el PIN guardado junto a todos sus trofeos, y a Sofía y a Dedé le respondieron lo mismo.
— Pero eso no significa nada, porque son gemelos. — Dedé intentó escusarse. — Hablan igual, piensan igual; quizás responden igual. — El par volvió a discutir, pero volvieron a ser interrumpidos por el Moretti.
— Bueno, chicos ¡Ya! Cálmense. Tenemos cosas más importantes para preocuparnos. — Dirigieron su atención hacia el 10. — Resulta que Joaquín los siguió al entrenamiento y transmitió todo en vivo por su canal.
— ¡¿Qué?!
— ¿En serio?
— Sí, y hay repercusiones. — Sacó su teléfono. — "Hay que echar a Ricky, Dedé y Sofía" "Nadie traiciona a los halcones sin recibir su merecido." — Iba a seguir leyendo, pero el mismo se interrumpió al ver el siguiente comentario.
— "Sofía no merece estar ahí, cómo se nota que para lo único que sirve es dividir equipos y hacerse la enferma." — Leyó en voz alta.
— Sabes que eso no es verdad.
— Claro que sí, Gabo. No se preocupen por mí. — Les dedicó una sonrisa sin mostrar sus dientes.
— ¡No puede ser! ¡De verdad piensan que fuimos a probarnos! — Ricky seguía leyendo los comentarios. — Tenemos que decirle a Joaquín que borre ese video antes de que-
— ¿Se puede saber de dónde vienen?
Diego Guevara y el resto de halcones dorados se acercaron a ellos; las caras enojadas se notaban en los jugadores.
— ¿Y entonces? ¿Van a hablar o no?
Sofía se mantuvo callada mientras los otros trataban de excusarse sin mucho éxito.
Zoé llegó rápidamente hacia donde se encontraban "reunidos". — Perdón, perdón. Esto es mi culpa.
— ¿A qué te refieres con eso?
— Es que todo fue una confusión, ¿no es cierto? — Los cuatro afirmaron ante lo dicho por la rubia. — Yo les pedí que fueran a ayudar a un amigo que justo entrena en el club sin saber que hoy hacían pruebas y los terminé metiendo en un lío. Perdonen, chicos.
— ¿Y entonces por qué entraron a la cancha?
— Nosotros ni la pisamos. — Todos voltearon a ver al defensa.
Yo lo hice para divertirme. — Trató de explicarse. — Pero sé que estuve mal. De hecho, si mira bien el video, se va a dar cuenta que ni me movía.
El director asintió con una mirada seria en el rostro. — Lo que ustedes deben de saber es que son jugadores de esta institución y no pueden estar haciendo esas cosas. ¿Qué hubiera pasado si se hubieran lesionado? — Ricky intentó defenderse a él y a su par de amigos, ganando solo un regaño del Director Deportivo. — Y tú, — miró a la Velázquez. — la próxima vez que quieras pedir un favor, primero lo tienes que hablar conmigo ¿entendido?
Zoé asintió y luego tanto el director como los halcones se fueron dispersando, a excepción del arquero que se quedó mirando a la inglesa esperando captar su atención.
Sofía notó la mirada y frunció sus labios. Ambos no habían hablado desde la discusión que habían tendido. Cuando vió que el mayor desviaba su mirada y caminaba hacia la sala de estudio, volteó a ver a sus amigos.
— Eh, chicos. Tengo que hacer algo, importante. Nos vemos luego. — Antes de irse, dirigió su mirada a la jugadora de vóley. — Gracias, Zoé.
Caminó rápidamente en dirección hacía dónde se había ido el de 5to año. Llegando a la sala de estudio, se posicionó frente al arquero.
Ambos se miraban fijamente sin emitir una palabra alguna, creando un silencio incómodo en dicha habitación.
— So... ¿Qué sucede?
— ¿Por qué fueron al club?
Sofía colocó sus labios en una línea recta y se removió incomoda. Él no iba a hablar del tema.
— Fuimos a ayudar a un amigo de Zoé ¿No lo escuchaste?
— ¿Por qué será que no me creo esa historia?
— Valentino, ¿para esto me llamaste? Si fuera esa la razón o no, yo no te tengo que dar ninguna explicación.
El arquero suspiró y dirigió su mirada al suelo. — Perdón... — subió su mirada a los ojos azules. Yo sé que el ocultarte lo que sucedía con Gabo estuvo mal; pero creí que sería lo mejor para ti... Sof, sé que es difícil todo lo que puede estar pasando en tu cabeza; aun así, no puedo entender lo que puedes estar pensando y si eso te hará daño. Pensé que, dejándote libre de preocupaciones, que al fin y al cabo eran supociones mías, podría ayudar a que nada malo te pasase. Tienes que saber que nunca quise dejarte de lado o apartarte por tu ansiedad, lo que quería era pensar en tu salud.
Ahora fue la ojiazul quien apartó la mirada; a la vez, empezó a abrazarse a sí misma. — Yo... estuve pensando lo que sucedió antes de dormir, y, Valentino. Tú no tienes que disculparte de nada, yo fui una dramática que pensó que su trauma de pequeña se iba a repetir con una de las personas que más quiere. Y entiendo lo que tú tratabas de hacer; solo creo que me dolió más que se lo contaras a los chicos que habérmelo ocultado a mí.
El número 1 se acercó más a la suplente y le sonrió. — Creo que todo está bien, entonces.
Sofía le miró y le abrazó. — Yo también tengo que pedirte perdón, debí haber escuchado el por qué no me contaste lo que sucedía antes de enojarme contigo.
— Bueno... ¿No deberíamos ir a por un par de malteadas al Hat Trick como modo de disculpa?
La castaña se rió mientras negaba. — Quién llegue de último le tiene que comprar una dona al otro. — Y sin más salió corriendo hacia la salida del IAD.
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— ¿Y Sofía? — Ya era de noche, Gabo y su par de amigos se encontraban en su habitación y no habían visto a la castaña desde que volvieron del club.
— Eh, no lo sé... — Ricky iba a seguir hablando si no fuese porque el brasileño hizo una exclamación de felicidad.
— ¡Chicos! Me aceptaron. — Empezó a hacer un baile de felicidad.
— ¿En dónde te aceptaron?
— ¡En el club de los gemelos! — Ambos lo vieron confundido. — Me acaban de llegar un mensaje de ellos. Dice acá que, aunque me falta un poco de energía y un poco de ganas, les gustó cómo me pare en la cancha y cómo marqué. Quieren que vaya mañana a hablar con ellos.
— ¡Esa es la escusa que necesitamos para hablar con Gustavo! — El número 7 exclama. — Lo único malo es que tenga que ir Dedé y no yo, porque corremos con el riesgo de que vuelva a hablar con Guillermo.
Gabó negó poco decidido. — No, no sé... Si Diego se vuelve a enterar de que fue, lo va ha expulsar. Tal vez deberíamos pensar en otra cosa.
— Sí, puede ser. Además de que, a la hora que me quieren ver, tenemos entrenamiento con los halcones.
— Bueno, ¿Entonces qué hacemos?
Antes de que alguien respondiera, tocaron la puerta. Él número 6 abrió dejando ver a una inglesa con una sonrisa en su rostro, a tal punto que se achinaban sus ojos, y unas bolsas con donas.
Gabo se acercó a la castaña apresuradamente. — ¿Dónde estabas?
— Por ahí... — Ensanchó su sonrisa. — ¡Les traje donas!
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Al día siguiente, Lorenzo se encontraba discutiendo con su par de seguidores, cuando Martina llamó al mexicano.
— Te traje un regalo, corazón. — La de 5to año le tiende una pequeña bolsa al goleador. Este revisa el contenido y saca extrañado el perfume. — ¡Dale! Pruébatelo, mira.
El nueve disimuló su mueca de asco con una sonrisa falsa. — Sí, sí, sí... ¿Se puede saber por qué el regalo?
La cara de la jugadora de vóley cambió drásticamente y se cruzó de brazos. — ¿Cómo por qué? ¿No sabes qué día es hoy?
— Sí. ¡Empiezan los octavos de final!
— ¡No, Lorenzo, no! Es nuestro aniversario.
Sofía salía de la cafetería cuando presenció la pelea entre capitanes. Se rió internamente y cuando pasó a su lado para dirigirse hacía donde se encontraban sus amigos, aprovechó para toser indiscretamente unas palabras. — Bad boyfriend³.
Guevara observó cómo la castaña se alejaba y se acercó a uno de sus amigos. — Luego solucionamos lo de Martina, ahora es momento de hablar de cosas importante. Por ejemplo, lo que sucedió con Sofía, Ricky y Dedé.
— Pero Zoé ya dijo que iban a...
— ¿Y tú le creíste? — Interrumpió a Lucas. — Porque yo no. Además, tú me dijiste que Adrián los escuchó hablando en el salón; y la escusa de Zoé no encaja. Justo el equipo donde entrena el amigo de Zoé, es dirigido por dos ex-alumnos del IAD. Es raro... — Paró de hablar cuándo divisó a Joaquín caminando cerca suyo y le llamó.
Él los podría ayudar.
— Sí es por el tema del video. Ya lo bajé de mi canal y pedí disculpas públicamente... O, voy a pedir.
— Eso a mí no me importa. Lo que quiero es que me digas qué es lo que viste exactamente. ¿Qué estaban haciendo ellos tres en ese club?
— Eh, no lo sé... Más que nada, hablaron mucho con los técnicos.
— ¿Escuchaste de qué hablaron?
— Eh, no lo sé... Porque yo estaba lejos y mi cámara no tiene tanto alcance. Pero, si querés, lo tengo todo guardado, porque en JoacoSp-
— Sí, sí, sí. No me importa. Lo que necesito es que me hagas una copia de todo.
— Claro, pero ahora no puedo. Estoy ocupado. Hoy arrancan los octavos y tengo que transmitir el partido entre Los Samuráis contra Los Escuderos.
— Ok, pero después haces lo que te pedí. — Y sin más, el reportero amateur se alejó de los jugadores.
— A mí no me parece raro. — Se queja Lucas. — Ellos mismos ya dijeron que hablaron con los Técnicos.
— Pero no me la creo. — Negó con su cabeza.
— Y entonces, ¿Qué vas a hacer?
Lorenzo sonrió y se alejó de su amigo para dirigirse al área de los dormitorios.
Para su suerte, la ventana del cuarto de Ricky, Dedé y Gabo estaba abierta, por lo que no se le dificultó mucho entrar a la habitación y empezar a revisar en las cajas que se encontraban cerca de la cama del argentino.
Luego de haber revisado sin éxito, se sentó rendido en una de las camas. Suspiró y dirigió su mirada a la mesa de noche que se encontraba a su lado, divisando una caja más pequeña colocada en esta. La sacó con cuidado y empezó a revisar el contenido.
Sacó lentamente el PIN de egresados que se encontraba al fondo de esta y lo detalló. Volvió a levantarse y se colocó en el centro de la habitación, haciendo el esfuerzo de buscar otra pista para saber en qué estaban metidos sus compañeros de equipo.
Se centró en la bandera de los halcones que estaba colgada en la pared, y gracias a la transparencia de la tela divisó un extraño marco debajo de esta.
Iba a levantar aquella bandera, cuando pudo escuchar unas voces acercándose a la habitación dónde se encontraba.
— ¡Cobarde! — Exclamó Dedé apenas entró a la habitación. — Cada vez que me ve, sale corriendo para el otro lado.
— ¡Lo que pasa es que nos está evitando! Tiene miedo, sabe que la regó con nosotros. — Sigue Flores.
— Bueno, bueno. Pero ya bajó el video ¿O no? — Él 10 trata de calmar a sus amigos.
— That's right⁴. Dejemos a Joaquín en paz, por ahora. Luego insistimos por las disculpas públicas y la difamación. — La ojiazul iba a seguir hablando cuándo percibió un olor extraño en la habitación, y no, no eran las medias de Dedé. — ¿Huelen eso?
— Uy, deben ser mis medias de la suerte. Perdón, el olor se intensifica en los días de calor.
Todos tosieron cuando el brasileño sacó las medias y las colocó cerca de ellos.
— Sí, pero creo que no es eso. — Gabo también notó un olor extraño. — Huele a perfume, ¿No, Sof? — La castaña hizo un sonido de afirmación mientras seguía revisando la habitación.
— Nah, no huelo nada. — Dedé y Ricky negaron el olor. — ¿Qué vamos a hacer con la entrevista del otro gemelo? — Cambió de tema.
— Em... No sé. Pero ahorita voy a hablar con Zoé para ver si se le ocurre algo. — Los tres empezaron a molestar al Moretti ante la mención de la rubia y se dirigieron hacia la salida de la habitación.
— ¡Esperen! — Dedé los detuvo mientras observaba con detenimiento un lugar específico de la habitación. — Hay algo en la habitación que no está bien.
— ¿Qué sucede? ¿Qué decís, Dedé? — El 7 les indicó que guardaran silencia mientras se acercaba al fondo de la habitación.
— Ajam... ¿¡Cuántas veces tengo que decir que la ventana de la habitación tiene que estar cerrada? — Cerró dicho objeto. — Si no, el olor de mis medias se va por ahí; y pierden su poder.
Los tres rodaron los ojos ante lo dicho por el moreno y salieron de la habitación para dirigirse al entrenamiento.
Cuando cerraron la puerta, a través del cristal se pudo ver la cabeza del goleador intentado abrir nuevamente la ventana, fallando en el intento.
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Ya en el vestuario, los tres extranjeros se encontraban arreglando mientras el Moretti solo les acompañaba, ya que este seguía teniendo entrenamiento diferenciado.
— Ya conseguí a alguien para que vaya al club en vez de Dedé. — Sofía se levanta mientras escucha a su hermano hablar, aun así, sin prestarle mucha atención, ya que el argentino le había contado su plan más temprano.
— ¿Quién? — Cuestiona Ricky.
— La hermana de Dedé. — Automáticamente, el mexicano golpea a su amigo para llamar su atención.
— ¿No se supone que era tu mejor amigo?
— ¿Ah? — El brasileño ve extrañado al 7.
— ¿Por qué nunca me lo contaste?
— ¿Contarte qué, Ricky?
— ¡No sabía que tenías una hermana!
— ¿Ah? ¡Yo tampoco! ¿Tengo una hermana?
Sofía rueda los ojos ante la discusión de su par de amigos y vuelve a sentarse junto a ellos.
— No, no, chicos. Zoé... — El enganche trata de explicar.
— ¿Zoé es mi hermana?
La castaña bufa. — ¡No, Dedé! Enviaremos a Zoé a que finja ser tu hermana y que diga que no pudiste ir. De paso, que sea ella quién le pregunte a Gustavo si tiene el PIN o no. Pero es fingiendo.
— Buena idea, ¿no?
— Sí es buena idea. Pero, si Zoé es su hermana y viene de Brasil, ¿no tendría que hablar igual que él?
— Nah, creo que se las podrá ingeniar.
Los cuatro se levantaron para dirigirse a la cancha. Pero antes de que pudiesen salir, Lucas los frenó por unos segundos.
— Ay, mis canilleras. ¿Cómo me las voy a olvidar, Dedé? — Los cuatro vieron extrañados al defensa, sin embargo, Ricky y Dedé no le tomaron importancia y salieron del vestuario, mientras Sofía esperaba a que Gabo tomara su mochila para que la acompañase al entrenamiento antes de que fuera con la Velázquez.
— ¡Gabo, Sof! ¿Podemos hablar un momento? — Ambos se extrañaron ante el llamado del goleador, sin embargo, se acercaron a este.
— ¿Qué pasa?
— ¿Cómo vas con la rehabilitación? — Su pregunta fue dirigida al menor.
— Bien... Gracias. — El enganche iba a voltearse para tomar sus cosas, pero el capitán lo detuvo.
— ¿Los ejercicios son muy duros? Es importante que no te sobre esfuerces.
— Pues, no me duele mucho... — Sofía percibió sonidos a sus espaldas y trató de divisar de reojo qué sucedía; Lorenzo, al notar eso, rápidamente llamó su atención.
— ¿Y tú, Sof? ¿Cómo vas con el psicólogo?
— ¿Yo? — Miró extrañada al azabache. — ¿Bien?
Lucas había logrado sacar el teléfono de Gabo de su mochila y le hizo una seña al Guevara.
— Bueno, hay que hidratase mucho ahorita. — Ambos miraron aún más extrañados al goleador.
Lucas se acercó a ellos indicando que ya tenía sus canilleras y salió del vestuario.
— Espero que ambos se recuperen, por el bien del equipo. — Les sonrió. — Me voy a entrenar, nos vemos en un rato. — Salió detrás de su amigo.
Gabo frunció el ceño cuando percibió el olor que ahora se encontraba en el lugar de Lorenzo. — Sof, ¿Ese no es el perfume que estaba en la habitación?
Levantó una ceja y también percibió el olor. — Revisa tu mochila y las de Ricky y Dedé. Creo que Lucas estaba revisando nuestras cosas. — Ambos se acercaron a sus casilleros.
— Falta mi teléfono. ¿Crees que Lorenzo estuvo revisando nuestra habitación?
— Y algo debió haberle faltado, porque parece que va a ir nuevamente a investigar. — Sofía suspiró. — Voy a enviarle un mensaje a Zoé para que vaya al club sin ti. Tú ve a tu dormitorio y sorprende al capitán cuando vaya.
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Are you kidding?¹: ¿Están bromeando?
Sua culpa, Chico²: Tu culpa, chico.
Bad boyfriend³: Mal novio.
That's right⁴: Eso es correcto.
Este... ¿Holis?
Si me linchan por tener casi un año sin actualizar, no les culpo.
Fue un desastre de año y además, no encontraba cómo piratearme la serie JAJAJA
Pero, hemos sido salvados: Gracias a spider-ludmi que es una amor de persona que ha estado desde el minuto uno apoyando a la fic y me ha pasado un canal de Telegram para ver la serie. Razón por la cual le dedico este capítulo y, además, les invito a seguirla que cuando le entra la inspiración te saca unas historias brutales <3
Otra cosa, también hay una dedicación especial para todos ustedes que se leen la historia y siguen aquí a pesar de que se actualice cada siglo. No puedo creer que ya llevemos más de 14K en vistas, más de 1k de votos y los comentarios siempre van subiendo. Síganlo haciendo que contestarles siempre es mi pasatiempo favorito y me ayudan muchísimo para ver el apoyo que recibo <3 Les amo.
En fin, recordarles que siempre tienen mi DM disponible por si quieren hablar de cualquier loquera o fangirlear de O11CE (o más cosas, yo sirvo para todo)
Sí los veo activos me atrevo a publicarles dos capítulos más esta misma semana en forma de compensación 👀
Sin más que decir,
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