Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

◤Capítulo Uno◥


Espero que la gente cambie◥

—¡¿Qué rayos planeas?!—Ataco algo exaltado por la situación, ocasionando una sonrisa en el rostro de su contraria, el cual se mostraba dulce como caramelo.

Lo observaste un poco más antes de responder, cabello castaño, desordenado y un tanto descuidado. Alto y delgado, con unos ojos azabache, que, en estos momentos, no sabían hacia dónde ver.

—¿Mm?—No diste palabras, simplemente continúaste observándolo, ahora, de manera lasciva para sonrojarlo aún más.
—¿Prefieres Senpai?—Cuestionaste, agudizando tu voz, jugueteando con tus manos.

—¡Detente!, ¡¿Quieres?!—Suplico un tanto desesperado ante tus actos evasivos.

—Waa, ¿Entonces para que reservaste la noche?—Comentaste un tanto curiosa, tomando lugar en la cama, para observarlo.

—Y-yo—Tartamudeo, logrando que notarás su nerviosismo y le dedicaras una sonrisa traviesa.

—¿Sabes?, eres tierno—Molestaste ante sus dudas, obteniendo un lindo sonrojo por parte del chico.

—T-te lo diré, si te vistes—Sugirió, volteando su rostro hacia cualquier lugar erróneo de la pequeña habitación.

—No tengo ropa aquí, además, no estoy desnuda—Dijiste señalandote a ti misma. Observaste como soltó un sonoro suspiro, un tanto frustrado.
Bueno, la lencería contaba como ropa, ¿No?.

—Ten—Hablo, pero esta vez tendiendote su abrigo, el cual era un sueter negro.

—¿Uh?, eres un cliente raro—Pronunciaste, tomando suavemente aquel objeto con tu mano derecha, ocasionando que abandonaras tu lugar en la cama.—Me agradas—Alagaste, vistiendote, y, sintiéndote bastante cómoda a decir verdad.
Ya que la prenda te quedaba bastante grande, ocasionando que te llagara hasta la rodilla.

—Será porque yo no vine a buscar nada de... —No supiste si callo para buscar las palabras correctas o simplemente por que comenzó a observarte. —Eso—Continuó, logrando que notaras la incomodidad en sus palabras.


Aunque había que admitir que te sentías bastante aliviada al saber eso.

—No se porque viniste, pero no es necesario hacerlo—Concluiste, observandolo detenidamente, queriendo averiguar sus emociones en esta situación.

—¿No eres muy joven?—Comento, evadiendo totalmente la discusión anterior.

—¿De qué hablas?—Confundida por su pregunta, comenzaste a jugar con la manga del cálido abrigo. —¿Muy joven para qué?—Cuestionaste nuevamente, observándolo con tus curiosos ojos.

—Para este trabajo, supongo que estas en los 17—Explico sin mucho interés, tomando lugar en el colchón, para ponerse a jugar con las almohadas.

—Si buscas conversación, ese no es un buen tema—Comentaste mirándolo de reojo, ocasionando que tuvieras que darte vuelta para verlo bien.

—No busco nada—Dijo abrazando una almohada, dejándote nula de vista de su rostro.—Solo que no me parece adecuado que trabajes aquí—Finalizando su explicación, notaste cómo comenzaba a ejercer fuerza con sus brazos sobre el objeto sobre él.

—A mí no me parece adecuado que hablemos sobre esto—Discutiste, mientras le dedicabas una mirada sombría.-Después de todo, nunca sabremos realmente lo que sienten los demás-Suspiraste pesadamente, observando tus pies. —Y menos lo que desean o quieren—Concluiste en un susurro, cerrando tus párpados por unos segundos.

El chico te observo confundido, sabiendo que tal vez no debería haber metido sus narices por donde no lo llaman, pero, aún así quizo saber más.
Tal como dicen, "La curiosidad mato al gato", pero, "¿La curiosidad no puede matar al perro, verdad?".

—Solo comente, aún así, ¿Por—El joven fue interrumpido por varios golpes en la puerta, alarmando a ambos de la presencia de alguien más tras la puerta.

—¿Señor, planea quedarse toda la noche?—Hablo uno de los matones desde afuera, o bueno, eso supusieron por la voz.

Kiba tomo asiento en la cama, apartando la almohada sobre el, mientras fregaba una de sus manos por su cara, tratando de dispersar sus pensamientos y formular una respuesta válida. Ya que, ni siquiera el sabía como había terminado en dicha situación.

—Si, ¿Hay algún problema con eso?—Habló finalmente, elevando un poco el tono de su voz y mantuvo su cabeza gacha.

—Realmente no, pero debe pagarnos por hora—Expreso sin vergüenza alguna, tu acompañante tomo pie, caminando hasta la puerta para abrirla.—Pagaré la noche, ¿Cuánto es?, te lo daré ya—No sabía de donde había sacado el valor, pero junto a ti, su ego volvió de cierta manera.

El guardia lo miró de mala gana, para hablar nuevamente-Son $(Cifra alta de dinero) por noche-.

—Bien—El castaño extendio el dinero, para que este sea tomado, vio como el guardia estaba a punto de retirarse, así que lo sujeto del hombro, provocando que este lo mirara mal.  —Podrías traer algo de ropa para ella, ¿No?—Dijo, tomandote por sorpresa con su nueva petición.—¿Qué?, la mesera había dicho que pidiera cualquier cosa—Se defendió, en el pasillo solo logro oírse el bufido del hombre hacia el castaño. Provocandote una risa ahogada.

—En un momento se lo traigo, Señor—Exclamo de mala gana antes de retirarse.

Luego de comprobar que aquel se haya ido, Kiba se encargo de cerrar la puerta, con una pequeña sonrisa en sus labios cuando volteo a verte.

—Sabes, no hacía falta que pagarás la noche, después de todo, ¿Qué haces aquí?—Preguntaste, tomando asiento en el suelo, el cual era recubierto por una alfombra negra.

—¿No deberías estar feliz?, por una noche no tendrás que estar en brazos de tipos asquerosos—Concluyo, acompañándote en el suelo, pero en vez de sentarse, simplemente decidio recostarse en el.

—Umh, entonces—Dudaste, para posar tus ojos en él, dedicándole una sonrisa tierna, para decir tu siguiente malicia. —Gracias Senpai—Canturreaste.

Sentiste como se incorporaba rápidamente, así que decidiste abrir tus ojos, ocasionando que rieras al ver el ceño fruncido junto a un sonrojo, pertenecientes a tu acompañante.

—¡¿Por qué sigues llamándome así?!—Pronunció exaltado, señalandote completamente ruborizado.

—¿Uh?, pues es tu culpa, no me has dicho tu nombre—Comentaste, divagando tu vista por la habitación.

Oíste un nuevo suspiro, para ver como extendía su mano derecha hacia ti—Soy Kiba—Se presento, dándote una mala mirada, que pronto se convirtió en una de gracia.—¿Y tú?—Cuestiono.

—Emiko—Contestaste, aceptando su saludo.

Ambos se dedicaron una pequeña sonrisa. Tal vez no era la mejor manera de conocerse, pero al fin y al cabo, lo que importa es la continuación de ese vergonzoso encuentro, y los que vienen en el futuro.
¿Qué me dicen?, ¿Vendrán a leer los siguientes encuentros entre estos revoltosos jóvenes?.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro