TREINTA Y CUATRO
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Había escogido la mejor ropa que tenía, lo había hecho. En serio. Lo que no hizo fue comprobar la alarma.
Tenía el sueño pesado, no era culpa tuya.
Así que cuando se despertó y lo primero que vió en su celular fue un mensaje de hace 15 minutos de Louis diciendo que estaría ahí en 20, entró en pánico. No lo suficiente como para que sus matemáticas no fueran precisas y pudiera deducir que los 5 minutos que le quedaban debían ser aprovechados al máximo.
Se lavó los dientes mientras se puso el primer conjunto que encontró en el armario, se peino al mismo tiempo que se ponía los zapatos y de milagro no tiró su perfume en el suelo.
Louis fue puntual, como siempre lo era. Fueron juntos al set de grabación y una vez ahí estuvieron, extrañamente, juntos hasta que les fue avisado que la proyección empezaría.
Harry no era tonto, aunque lo aparentara. Podía notar las miradas desconfiadas y hostiles que el castaño lanzaba en contra del director cada que cruzaban miradas, y la sutil forma en la que se ponía adelante o se pegaba a él cada que el otro intentaba acercarse no le eran indiferentes. Harry lo notaba, cada gesto.
Y se sentía tonto por disfrutar de ellos un segundo.
No necesitaba que le defendiera, lo había dejado en claro desde la primera vez. Cuestionó bastante el haberle contado, llegó a arrepentirse por creer que el ambiente se volvería incómodo... Imagino muchas cosas, pero esta definitivamente no era una de ellas.
Era ingenuo, no había duda. Le gustaba amar y demostrar su cariño sin miedo, se ilusionaba fácil y tenía la mente y corazón inundados en sueños. Le gustaba ser directo, era torpe por naturaleza y creía que confíar en el mañana era tonto.
Hacía lo que quería en el momento, No aceptaba un "después" como respuesta y trataba de disfrutar hasta de los errores.
Así que sí, se ilusionaba cada que Louis decía que era bonito, se emocionaba con las pequeñas sonrisas que le lograba robar y aprovechaba la cercanía que el actor demostraba a ratos.
Pero no demasiado, no quería llevarlo más allá de un platónico.
Louis era, definitivamente, el amor imposible de su vida.
No imaginaba una vida juntos, ni intercambiar miradas galácticas o besos cometa porque le era imposible. Él era idílico, y se dedicaba a apreciarlo desde ahí. En donde sea que se encontrara.
Se rió en silencio cuando Zayn quiso empezar a hacer drama por el abandono que sufría, y por un momento incluso pensó en decirle a Louis que estaba bien si le cancelaba lo que sea que iban a tener.
"No hace falta que te sientas mal por el morocho" dice. "Quedé contigo antes, no voy a cancelarte".
Esa era una prueba clara de lo que la palabra compromiso significa, Y no era de alabar o agradecer porque era lo que se debía hacer por mera cortesía. Aún así, qué especial se sintió por un segundo.
El auto de Louis era bonito, y aunque no supiera mucho de coches, sabía que era costoso. ¿Lo que más le gustaba de él?: la pequeña figura de un gato rubio estirándose en el tablero.
"Taylor lo puso" explica, cuando lo nota observandolo de más. "Dijo que se parecía a ella y lo dejó para que siempre la tenga en mente".
"Que linda".
"Ajá".
Harry dirige la vista a la ventana, notando que las calles comienzan a oscurecerse. El día le apareció de lo más corto, entre el capítulo, los agradecimientos y todos los vestuarios que tuvo que arreglar para la entrevista, ni tiempo le había dado de quejarse.
"¿Te divertiste?" Pregunta, cuando el semáforo se pone en verde de nuevo.
"Quitando el hecho de que nos pusieron a trabajar a pesar de haber prometido que no lo haríamos... Supongo que no fue tan malo" suelta, con su tono habitual de fastidio. "¿Y tú? ¿Lo hiciste?"
"Sí, bastante" vuelve su vista al gato. "El capítulo fue asombroso, creo que incluso lloré".
"Un poco, sí" suelta una risa, burlona.
"¿Un poco? Estoy seguro de que más bien fue un llanto desconsolado".
"No te des tanto crédito, con los gritos que diste al ver a Taylor en traje ni llorar bien pudiste".
"Es que... ¿¡La viste!?" Se gira en su asiento, para poder verle de frente. "¡Usó el traje de Rebecca! ¡Uno que yo ayudé a hacer! Sé que para ti no tiene sentido y que puede que no lo entiendas, pero..."
"Significa mucho para ti, lo sé. Me lo imagino".
Y entonces, la emoción de Harry se apacigua y un sentimiento de calma le invade cuando lo ve reír de esa manera. Su vista en la calle, su perfil iluminado por la luz de la lámparas Y esa comisura levemente arriba lo hipnotizan. Louis no lo mira siquiera, pero Harry se encuentra perdido en él.
Llegan a la casa del castaño, antes de que pueda reaccionar del todo. Es bonita y grande, con grandes ventanas y un jardín el precioso.
"Me gustaría decir que te prepare una cena, pero la verdad es que no. ¿Te importa si pedimos algo?"
"¿Tienes algo en la cocina? Puedo hacer algo"
"¿Sabes cocinar?" Indaga curioso. "Creí que solo eras bueno en los postres".
"Oh, y no te equivocas" acepta. "Pero sé lo básico y queda decente".
"De acuerdo, veamos..." Abre el refrigerador. "Que sorpresa, está vacío" suelta sarcástico.
"¿No tienes nada? ¿En serio?" Ve preocupado el interior, y sin permiso revisa la alacena. "¿Aquí tampoco? ¿Qué comes entonces?"
"No lo hago, no aquí. Voy a restaurantes".
"¿Por qué?"
"Porque aquí está solo" dice, con un tono bajo y suave. "Digo, también voy solo a los restaurantes pero el ruido que hacen los demás lo hace animado".
Un silencio se forma y Louis lo siente como la cosa más incómoda que ha vivido.
"Sonó bastante ridículo, lo sien..."
"Comamos juntos la próxima vez" le interrumpe. "Compraré ingredientes y vendré a hacer la cena más rica que puedas probar. Comamos juntos, ¿sí?"
Louis suelta una risa estruendosa, auténtica y burlona. Tanto que la vergüenza no tarda en invadir al rizado.
"Si no quiere está bien, no hace falta burlarse" se da media vuelta, tratando de huir apenado.
"No, no, no..." Le detiene, tomándolo de la muñeca sin dejar de reírse. "No me burlo, en serio".
"Te estás riendo".
"Lo sé, lo hago. Pero no me burlo de ti"
"¿Entonces de quién?" Se le escapa un puchero.
"De mi" confiesa, enfocándose en los labios del otro. "Me burlo de mi por haberme emocionado ante la propuesta".
"¿De qué hablas, hombre?" Siente sus mejillas encenderse un poco. "¿Por qué te emocionaría que un chico venga a tu casa a cocinarte?"
"No me emociona que un chico venga" lo suelta. "Me emociona que el chico seas tú".
"Oh, estamos con la indirectas a todo, ¿verdad?" Trata de reír, nervioso. Trata de mantener el contacto visual que tienen, porque no quiere verse sospechoso o algo parecido.
"¿Indirectas?" Sonríe de lado, sarcástico. "Creí que estaba siendo muy directo al respecto".
Quiere gritar, saltar y chillar. Todo al mismo tiempo. Su mente le estaba jugando una broma de muy mal gusto.
"Yo..." Balbucea.
El coro de Danger le interrumpe, reconoce la canción. Es de las favoritas del castaño, claro que lo hacía.
"Tengo que atender" avisa al revisar el número que le llama. "Puedes ordenar lo que quieras, yo invito".
Sale de la habitación, dejándolo solo. Mientras revisa las formaciones en pollo frito piensa en dos cosas: en lo jodido que estaba y en lo caro que era ordenar por internet la comida.
Ordena, sigue el pedido desde la aplicación y lo recibe, sin tener señal de vida del castaño. Prepara la mesa y cuando termina, se dispone a buscarlo por las habitaciones. Encuentra el baño, que está al fondo a la izquierda. Raro pero le entiende, probablemente Louis lo había pedido así para molestar a las visitas. Encuentra una especie de oficina, una pequeña biblioteca y un cuarto con espejos. Se detiene afuera de una, solo porque escucha una voz del otro lado.
Parece que Louis discute con alguien, se escucha molesto. Toca solo una vez que las palabras se detienen.
"¿Qué ocurre?" Pregunta el castaño, abriendo la puerta.
Harry se asusta al verlo tan tranquilo y normal. No puede evitar divagar en cuántas veces había utilizado sus dones de actuación para situaciones similares.
"La comida está lista".
"¿En serio?" Sale del cuarto y comienza a caminar al comedor. "¿Pagaste con mi tarjeta?"
"Cómo si fuera a hacerlo" se burla. "Creo que yo invito esta vez".
"¿Esta vez?" Se sienta, robando una pierna de la cubeta. "¿Aceptas que habrá otras?"
"Bueno, en lo que va de la noche ya quedamos para dos citas más. Entonces..."
"¿Citas?"
"Creo que estoy hablando de más, ¿verdad? Perdón, no sé escoger palabras".
"Pues creo que escogiste la correcta".
"¿Vas a burlarte entonces?"
"Solo hasta que digas algo más tonto que esto".
"Me estoy arrepentiendo de haber venido".
"¿Ah, sí? Yo estoy comenzando a disfrutar que estés aquí".
Comen, hablan de cosas sin sentido. Ríen, se pelean por el pure de papa y luchan a muerte por la última pieza.
"Creo que debería irme ya, ¿sabes que camión me lleva al centro desde aquí?"
"No seas ridículo, Harry" le regaña. "Yo puedo llevarte a casa, pero..." Parece nervioso de repente.
"¿Pero?"
"También puedo prepararte una pijama, por si quieres quedarte..."
"¿Puedo quedarme a dormir?"
"Solo si quieres".
"¿Tú quieres?"
Suspira, la discusión solo lo está dejando como un tonto. "Harry..." Se queja.
"Perdón, perdón" sonríe solo con los ojos, y eso es motivación suficiente.
"Quédate" pide.
Y Louis se convierte, por primera vez, en humano.
...
Solo dos capitulos porque este me tomo tiempo y yo necesito descansar... Tengo una nueva historia en mente y me gustaría iniciar con el capítulo lo más pronto posible.
Byeeeeeee
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