Epílogo (II)
Recogieron las últimas cajas de la mudanza, había un ambiente lleno de recuerdos y no era algo muy bonito de experimentar. El matrimonio Im-Myoui había decidido mudarse de hogar ahora que tenían un salario más que decente.
El piso compartido se les quedaría pequeño con el nacimiento de su nuevo bebé. Porque sí, habían optado por tener otro hijo y esta vez todo está mejor arreglado.
Mina comprobó que todo estuviera en su lugar y luego se giró en dirección de Nayeon que estaba en silencio meciendo el carrito de Sooyoung.
—Ya está, todo está listo ¿se ha quedado dormida?
—Sí...—murmuró viendo como su esposa se arrodillaba frente a la bebé para acomodar la manta.
—¿Qué le ocurre a la mujer más hermosa de este universo? —sonrió Mina levantándose y abrazándola.
En cuanto la coneja sintió a su mujer rodearla con sus brazos, inmediatamente escondió su rostro en el pecho de Mina. Se abrazó con fuerza y parecía no querer salir nunca.
—Me da pena dejar esto...aquí fue dónde te conocí Mina, tengo tan buenos recuerdos de esto que no puedo dejarlo.
—¿Qué más da a dónde nos vayamos a mudar? Mi hogar eres tú y Sooyoung.
Nayeon sonrió satisfecha con la respuesta dada por la menor, se lanzó a los labios ajenos dejándola sin habla.
—No seas así, Yuna va a terminar sufriendo diabetes por tu culpa.
—Yuna va a ser una tercera copia Im —rió para volver a besarla mientras acariciaba el vientre creciente de la coreana.
—¿Estás segura de que quieres que se apelliden Im?
—Sabes que el apellido Myoui traería muchos problemas. No quiero que mis hijas tengan nada que ver con esos temas —dijo segura y la mayor ladeó la cabeza.—Tenemos que darnos prisa, ¿no querías estrenar la piscina de nuestro nuevo palacio?
Sharon abrió la puerta recibiendo un codazo por parte de Nayeon, habían comprado una casa con jardín y piscina y claramente tenían ganas de estrenar su nuevo hogar. Sus amigas lo habían apodado "el palacio" ya que era bastante caro.
Primero camino Nayeon fuera de su antiguo piso tirando del carrito en el que yacía la durmiente bebé coneja. Mina se quedo unos segundos admirando lo vacío que se había quedado, tomó aire y sonrió con nostalgia.
Una nueva etapa en su vida empezaba.
🤍🤍
Como su rutina de siempre, Im se puso sus gafas y revisó el último caso con el que estaba asignada, ya tenía experiencia y se le daba bastante bien, de ahí que estuviera tan solicitada. La madre se sentó en el sofá observando a sus dos hijas pequeñas jugar entre ellas construyendo un castillo con piezas que le habían comprado las chicas.
Sooyoung era la hermana mayor y ya tenía cuatro años, por otro lado Yuna ya había cumplido sus dos años hacía poco. La mayor era mucho más calmada y obediente, por otro lado Yuna era todo un torbellino destrozando todo lo que se le cruzaba por delante o siendo muy ruidosa.
Mina llegaría del trabajo en nada y mientras eso ocurría ella adelantaría su caso para tener las navidades libres.
—¡Yuna-Yah! —lloró Sooyoung desesperada al ver que su hermana menor le había tirado la torre que había construido
Yuna solo puso cara de susto y paró de reír al ver el llanto de su hermana mayor.
—Mami...quiero que juegues con nosotras, Yuna solo rompe las cosas —siguió llorando.
Nayeon se levantó mirando a sus dos princesas, ambas peleándose cómo era de costumbre. Socorrió primero a su hija mayor limpiándole las lágrimas y sintió a Yuna abrazarla por la espalda comenzando a llorar también.
—Mami —lloró la otra pequeña.
—Yuna eso no se hace, has hecho llorar a tu hermana —le dijo con un tono dulce peinando el cabello de la más pequeña.—pídele perdón a tu unnie.
—Lo siento unnie-ah —dijo abrazando a su hermana y haciendo un puchero.
Después de aquella disculpa, Nayeon se unió al juego de sus hijas ayudándolas de nuevo a construir la torre que tanto esfuerzo les había costado.
—¿Dónde debería de poner esta pieza? —preguntó a sus hijas que le indicaban gritando.
—¡Mami! ¡Ya casi terminamos!
De repente sonó el teléfono y Mina se comunicaba con sus hijas por japonés informándoles de que no tardaría nada en llegar.
No obstante, a Mina le surgieron problemas de última hora y al llegar a su hogar vio como Nayeon se estaba quedando dormida en el sofá con las dos niñas profundamente dormidas.
—Minari...—bostezó la abogada al notar las tibias manos de su esposa acariciar su mejilla.
—Siento por llegar tan tarde, es solo que el señor Chou...
—Cariño, tranquila. No pasa nada, lo sé —sonrió robándole un beso a la pingüina. —Intentaron quedarse despiertas esperándote, pero estaban agotadas...
—Las llevó yo a la cama —aseguró y la mayor beso las frentes de sus hijas antes de levantarse para marchar a su habitación.
Sharon así, las llevó hasta la gran habitación llena de juguetes y una cama enorme dejándolas dormir, en esta.
Observó lo adorables que estaban, las calmadas respiraciones que soltaban y como se aferraban a sus almohadas teniendo la misma manera de dormir que su madre.
Antes de cerrar la puerta para dejarlas dormir plácidamente se aproximó frente a las hermanas Im, luego con mucha sutileza sobo las diminutas mano de sus bebés.
Un pensamiento cruzó su mente, ¿sus padres no sintieron aquello cuando ella nació? Sachiko le había enviado una tarjeta de felicitación por el nacimiento de sus hijas, pero no se había molestado ni en responder.
Una cosa tenía segura, que le daria todo el amor del universo a su princesa. Que le daria todo lo que a ella no le dieron, un beso de buenas noches antes de dormir, un abrazo o un "estoy orgullosa de ti hija"
🥺🥺
Ese día Nayeon había tenido que partir temprano (para comprar los regalos de navidad básicamente) dejando a su familia sola. La coneja hizo el mínimo ruido posible para no despertar ni a sus hijas ni a su mujer que le había explicado la situación.
La mayor quiso dejar descansando a la agotada Mina pues ahora había estado hasta altas hora de la noche trabajando para ascender de puesto en la empresa. Con lo que no contó fue que una traviesa Sooyoung saltaría sobre la cama de matrimonio.
—Okaasan...despierta...—pidió la pequeña coreana y enseguida la japonesa sintió el peso de un segundo cuerpo sobre ella, seguramente el de Yuna.
—Kaachan —balbuceaba Yuna golpeando a la adormilada Mina.
Sharon abrió los ojos mirando a sus dos hijas mirándola expectante, seguro que tendrían hambre.
—¿Qué pasa pequeña coneja? —sonrió Myoui dándole un beso en la frente a ambas.
—¡Ya es de día, el sol ha salido! —apuntó a la ventana emocionada —Y mami no está para hacernos el desayuno...
—¿Mi bebé pingüino tiene hambre? —preguntó en japonés a su hija menor que ladeaba su cabeza repetidas veces.—Vamos a comer algo delicioso.
Cogió en brazos a sus dos hijas, Sooyoung comenzó a reír con Yuna mientras iban camino a la cocina.
—Yuna-yah mamá es muy fuerte ¿verdad mamá?
—Sí coneja, siéntate aquí mira y aprende de la mejor cocinera del mundo —señaló sentando a ambas menores en la amplia encimera de cocina.
Mina jugó con las pequeñas Im mientras preparaba el desayuno manchándose de harina y derramando casi todo lo que tocaban.
—Yuna cuidado, cuidado no rompas ese huevo —gritó frustrada Myoui.
—Ama —rió antes de romperlo y Sooyoung comenzó a reír como loca.
—Vamos a hacerlo más fácil y vamos a desayunar cereales ¿vale? Con vosotras dos no puedo.
Algo sucias y manchadas se dispusieron a desayunar cereales, un huevo frito y pan, Yuna bebía su biberón en silencio y Sooyoung comía como loca al igual que su madre.
—Está delicioso ¿verdad? —cuestionó al terminar de comer y revisando la hora por si Nayeon ya estaba de camino.
—Pan —pedía la más pequeña.
—Toma —le dio un trozo de su pan a su hermana menor.
Yuna tomó el pan y comenzó a comérselo con gusto y sonrió a su hermana mayor de manera adorable.
—Eres muy buena hermana Soo, tienes que cuidar de Yuna siempre —halagó nuestra protagonista abrazando a su hija.
—Mamá ¿podemos jugar?
—Play —asentía con su cabeza Yuna señalando la sala de estar.
—Bueno...jugamos unos diez minutos y luego nos vamos a duchar que sino mami se enfada por no haber recogido la casa.
Sus dos hijas no esperaron a que terminara de hablar para correr a encender la consola. Mina camino de forma perezosa hacia sus hijas y se acomodó mejor, con Yuna entre sus piernas y la bebé coneja a su lado recostada en su hombro.
—¡Mamá, esta vez te voy a ganar!
—Sigue soñando, el bebé pingüino y yo te ganaremos.
Lo que empezó como "diez minutos" terminó como una hora y media en la que Sooyoung había cogido las galletas de chocolate y las golosinas comiéndolas como si nada junto a su madre que jugaba mas que gustosa.
Una puerta cerrándose de golpe asustó a las tres. Mina parpadeó asustada, había perdido la noción del tiempo. El terror se instaló en la japonesa y levantó a sus hijas haciéndole un gesto de que guardaran todo y fueran a limpiarse.
Sin embargo, Nayeon ya estaba cruzada de brazos observando el espectáculo.
—Ay pero que bonito...—las pequeñas Im rieron al ver la cara de temor de su otra madre.
Myoui se levantó e intentó esconder un poco el desastre, pero era demasiado tarde. Nayeon lo había visto todo.
—Sooyoung-ah, dime ¿mamá os ha duchado ya?
La mayor de sus hijas miró a sus dos madre sin saber que decir. Mina le dijo que guardara silencio de manera indiscreta.
—No pasa nada bebé, mami te ha enseñado a decir la verdad —aseguró y su hija se mordió el labio nerviosa.
—Hemos jugado y ya está...
—¡Traido—la mirada asesina de su mujer la calló.
Y ya por si no fuera suficiente Yuna corrió hacia la más mayor con la cara llena de chocolate
—Está rico mami —aplaudía la pequeña y eso fue la gota que colmó el vaso.
—¿Qué les ha dado de desayunar? ¿Han estado comiendo esto toda la mañana?¡Sharon!
Mina tragó saliva y supo que se había metido en un gran lío, lo mejor era obedecer las órdenes de su esposa y arreglar lo mejor posible la casa para prepararse para la comida y cena familiar navideña primero con los Im y luego con sus amigas.
🎄🎄
Los niños corrían de aquí para allá en el hogar de la japonesa y coreana. Acababan de llegar por fin todas sus amigas, las nueve estaban sentadas burlándose de Mina. Sobretodo de los memes que mandaban por el grupo.
—Ese lo hizo Momo, lo juro —rió descontroladamente Sana.
—Madurad de una vez —regañó Mina sirviéndose un trago más.
—¿Qué han hecho? —preguntaba Nayeon pues no se enteraba de la conversación.
Jihyo limpiándose las lágrimas de la risa le mostró la imagen de la cual se habían estado mofando todas. Y de paso los mensajes que se había estado perdiendo esa semana...
las gobernadas 😎
Sana:
Mina cogiéndose a la coneja en la fiesta del mk de DO
Momo:
Mina-chan preguntándose si realmente valió la pena...
Nayeon miró a la japonesa mayor con una sonrisa escalofriante, aterrada se escondió tras Dahyun que la regañaba diciéndole que no tenía gracia.
—No entiendo como podéis estar casadas con estas dos —les habló a sus amigas que se encogieron de brazos.
—Como te emborraches con tu hija aquí presente...—riñó Tzuyu a la nipona que negaba con la cabeza.
Jeongyeon había ido a jugar con los pequeños, primero se aproximó a la mayor de los Im.
—¡Ah! ¡Una cucaracha! ¡Cuidado Sooyoung-ah! —señaló el cabello de la niña causando el llanto.
Jihyo golpeó a su amiga para luego decirle a Nayeon que estaban molestando a la pequeña Soo.
—Antes de que empecéis a pelear, tía Mina ha dicho que vayamos a cenar todas —pidió Chaewon, hija de Sana.
El ambiente navideño estaba más que presente durante la cena, las niñas en cuanto terminaron de cenar se organizaron en sofás a ver películas de dibujos animados mientras las mayores seguían a lo suyo.
Chaeyoung junto a Somi intentaban hacer dormir a su bebé recién nacida con la ayuda de Dahyun y Tzuyu. Jihyo reía viendo a la algo ebria Jeongyeon bailar junto a Momo y Sana.
Nayeon dio un último vistazo a las menores distraídas con la televisión, dejó el hogar un momento para salir a apreciar el cielo. Unos brazos se enrollaron a su cintura consiguiendo asustarla.
—Dios, Minari que susto.
—¿No vienes a bailar conmigo, fea?
—Después , cuando se te baje el alcohol —bromeó y besó a la menor dejándola callada —Las niñas se van a quedar dormida en el sofá pronto, no te olvides de dejar los regalos debajo del árbol.
Sharon correspondió al beso mientras asentía con la cabeza. De repente se separó al escuchar los gritos de que volvieran dentro de sus amigas.
—Deberíamos entrar...
—Mina, me alegro de haberte escogido a ti...solo pensaba en lo feliz que me has hecho. A mi y a las niñas.
Mina no supo que decir ante tal declaración. Solo dijo lo primero que le salió de corazón.
—No digas eso, tú fuiste quien empezaste centrándote en mi. Gracias, fea.
Apretó fuerte a su esposa, recorriendo sus curvas con ambas manos. Im relamió sus labios, amaba que Mina la abrazara por la espalda.
—Te amo con toda mi alma, a ti y a Yuna y a Sooyoung.
—Y eso nunca cambiará, idiota...
Al final un edificio las había unido y ahora vivían juntas, desde los dieciocho y diecisiete años. Eran almas gemelas que habían encontrado su otra mitad compartiendo piso, y que ahora compartían su vida.
Fin.
🥺
Espero que les haya gustado, hice lo mejor que pude. Quizás haga un extra porque siento que este epílogo apesta.💗 feliz navidad con retraso
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