Epílogo
Una gota fría recorrió su frente, estaba completamente asustada sus manos temblaban agarrándola, ni siquiera sabía si deseaba hacerlo. Estaba aterrada.Tragó saliva negando con la cabeza, ese desmayo y los mareos se debían por otra cosa.
Aunque el flashback de la fiesta anterior a la graduación le vino a la cabeza recordando como no habían usado protección...se quería autoconvencer de que no era posible.
Ese día había ido a elegir el vestido junto a sus dos mejores amigas y al volver a casa su cuerpo había colapsado y poco después había vomitado.
Era obvio que tanto Jeongyeon como Jihyo llamaron alarmadas a Mina quien hacía la misma labor con sus dos amigas del alma.
Así habían terminado, después de una pequeña discusión y la preocupación de Mina llegaron a la conclusión de que podría ser dos cosas. Una podría ser agobio por todos los planes (la cual era la menos posible pues Im estaba sumamente feliz por primero graduarse y Segundo por casarse) y la segunda opción era un embarazo.
—No quiero verlo...—susurró cabizbaja Nayeon con la prueba de embarazo en su mano derecha.
—Salgamos de dudas —Myoui puso su mano sobre la temblorosa y gran mano de la coneja tranquilizándola.
Sharon le transmitió una gran confianza al corazón de la ahora graduada universitaria. La abrazó e iba a desvelar la misteriosa prueba cuando la mayor la detuvo.
—¡Espera! ¡Espera! ¿Y si sale positivo y vuelve a pasar—
Los labios de Mina la silenciaron un instante para luego notar como negaba con la cabeza.
—Está vez sé de corazón que todo saldrá bien. Haré todo lo posible para que salga lo mejor posible.
—Pero Mina ¿tú quieres un...?
—Yo quiero todo lo que tenga que ver contigo Im. Y ahora que nos vamos a casar aún más, no sabes la ilusión que me hace tener una pequeña coneja egocéntrica correteando por nuestra casa.
Los ojos de Nayeon se llenaron de lágrimas, a continuación los cerró dejando a la vista la respuesta.
—¿Qué ha salido...? —preguntó al no escuchar reacción por parte de su japonesa.
La nipona pegó un grito "¡positivo!" y tomó a su prometida y futura mujer en brazos para llenarla de besos y cargarla más que orgullosa.
—Te juro que esta vez iremos todos los días a consulta, se lo diremos a tus padres cuando quieras y compraré todo lo que se te antoje...espera ¿ya tienes antojos? ¿Es malo para el bebé si hacemos el amor ahora mismo? Me muero por expresar mi amor.
La coreana se abrazó con fuerza a Mina quien todavía la cargaba y soltó unos cuantos sollozos, estaba derramando lágrimas de alegría.
Era cierto que a comparación con la anterior vez, todo era mucho más diferente. Nayeon no tenía por qué preocuparse pues ya tenía un sitio fijo en un bufete de abogados gracias a varias cartas de recomendación, más sus contactos y amistades.
Encima Mina, quien seguía trabajando había logrado un ascenso y una mejora en su sueldo, además sólo le faltaba un año para terminar su carrera.
Así mismo, sus abuelos habían tomado la decisión de pasar su últimos años en Japón. Al principio fue duro para aceptar por parte de Mina que su abuela decidiera aquello sabiendo que no le quedaba demasiado tiempo.
"Vendré a visitarte, no me perdería tu boda" le dijo con una suave sonrisa limpiando las lágrimas de su nieta "Además presiento que lo necesitarán dentro de poco, tengo un buen presentimiento"
Y su abuela no se equivocaba, le estaría enormemente agradecida de por vida por ello, por dejarle toda la herencia únicamente a ella.
—Mañana mismo iremos a que te revisen y todo lo que necesites —hablaba entrecortada la menor.
—Minari...—suspiró antes de sentir como la japonesa devoraba su cuello.
🧡🧡
La doctora se aclaró la garganta, nunca había tenido un caso igual, pero igualmente no excluiría a la pareja de jóvenes. Se ajustó las gafas y cerró algo los ojos releyendo el informe.
—Bien, ajustándonos a lo visto...
La mujer se detuvo un momento para volver a leer los informes médicos y mirar por segunda vez al MinaYeon que tenían entrelazadas sus manos.
—Ambas pueden tener hijos sin problemas. Aunque no lo crean, un aborto espontáneo le puede ocurrir a cualquier. También pudo haber sido importante el factor del descanso, estrés o cualquier mala acción, sobreesfuerzo...—habló con calma para luego brindarles una sonrisa —Ustedes venga a mi consulta y mantendré a ese pequeño o pequeña lo más sano posible dándoles consejos, intente alimentarse bien y disfrutar de su boda.
—Muchas gracias, doctora Yubin —estrechó su mano con ella Mina quien irradiaba felicidad.
—¿Algún dato sobre este embarazo? ¿Algo que pueda mejorar o hacer? —preguntó atropelladamente la mayor.
Yubin se mordió el labio, pensativa y luego ladeó la cabeza.
—A ver, Nayeon, estás embarazada de tres semanas y media por la prueba que te hemos hecho. Lo único que les puedo pedir es eliminar, o por lo menos reducir, el consumo de algunas sustancias nocivas, tales como el tabaco, el alcohol y la cafeína —miró a los ojos a la embarazada y luego pasó a ver a Mina —Si tienen mascotas sean extremadamente higiénicas para evitar el contagio de infecciones.
—Está más que hecho doctora —se precipitó a responder Myoui, tenía los ojos brillantes y algo aguados.
Al igual que Mina, Nayeon quería llorar de la felicidad ahí mismo. Se llevó una mano a su vientre queriendo expandir pronto la noticia a su grupo de amigas y su familia.
Sabía que al principio les costaría y chocaría la noticia, si su hermano casi se lanza encima de Mina al enterarse que se casarían y que no le había dicho nada antes...no quería ni imaginarse como sería aquello.
En el fondo sabía que sus padres y hermanos adoraban a la japonesa sino, se habrían opuesto por completo al matrimonio. Por eso, pensó que la mejor manera de decírselo sería en un día de campo.
Un día de picnic organizado por ellas para soltar aquella bomba con dos semanas de anticipación para la dichosa boda.
Su padre estaba ahora mismo ocupado sacando y organizando la toalla encima del césped. Sus hermanos, en cambio la ayudaban a sacar la comida que habían traído y su madre estaba hablando con Mina mientras tomaba una refrescante lata de cerveza.
—¿Ya podemos ir a jugar con la pingüina? —preguntó inquieta Yeojin al ver que habían terminado de ayudar a su unnie.
—Le pienso demostrar que soy mejor que ella jugando —gruñó Jeongin tomando la pelota entre sus manos, había crecido unos centímetros más de altura al contrario de Yeojin que seguía teniendo cara de bebé.
La mayor rodó los ojos revolviendo el cabello de sus hermanos dándoles permiso para ir a molestar a su Minari. Corrieron inquietos dirigiéndose hacia ella que aceptaba gustosa, devolvió su mirada a su padre que la inspeccionaba.
—¿Tengo algo?
—Te ves diferente —comentó mientras su mujer tomaba asiento a su lado.
—¿Verdad que sí? Nuestra Nayeonnie parece diferente...—concordó la mujer con una sonrisilla.
—Estoy algo cansada, ya sabes preparativos...
La señora Im negó con la cabeza riendo y los gritos de enfado de Jeongin llegaron a los oídos de los mayores.
—¡Eso es trampa! —gritó frustrado al no poderle robar la pelota.
—Mina unnie es muy buena con las piernas —aplaudía Yeojin animando a la novia de su hermana.
Myoui al encontrar una manera de molestar aún más al adolescente le sonrió burlonamente.
—Deberías de ver como tu hermana mayor ama que sea buena con las piernas, mocoso —dijo alzando y bajando las cejas ganándose una mirada asesina del menor.
El Im sin dudarlo comenzó a correr tras Mina que huía rebasándolo como si nada y Yeojin solo grababa a su hermano haciendo el ridículo.
—¡Voy a impedir tu mierda de boda! ¡Te prohíbo tocar a mi hermana! ¡Ninfómanas!
La hermana mayor, rodó los ojos al ver el panorama.
—Mamá deberías de castigar más a Jeongin, míralo parece un simio gritando.
—Hija, no sabes lo difícil que es controlarlos a esa edad. Cuando tengas hijos lo entenderás —intervino el señor Im.
La última frase hizo a Nayeon desviar la mirada y carraspear. En ese momento su madre notó estos signos y entrecerró sus ojos juzgando a su hija.
En ese instante volvían agotados sus hijos menores y Mina, parecían muertos de hambre luego de jugar durante un buen rato.
Así pues se sentaron todos bajo la sombra de un árbol dispuestos a comer en aquel picnic que parecía ir perfecto durante la comida hasta que la más pequeña se acercó a su hermana.
—Mira coneja tonta, he traído la carne que tanto te gusta hecha por mamá —le ofreció un trozo la niña a su hermana que rápidamente sintió un malestar con solo el olor.
—No gracias enana —negó con su cabeza repetidas veces.
—¿Te ha dado náuseas el olor de tu comida favorita? —inquirió su padre alzando ambas cejas.
La coreana no sabía ni qué decir al escuchar eso, buscó ayuda en Mina, pero estaba demasiado ocupada comiendo como loca junto a Jeongin. Así que disimuladamente la pellizco haciéndola saltar del dolor.
—¿Qué...? —se quejó la japonesa y luego entendió.
—Parece que estuvieras embarazada
—rió su madre golpeando el hombro de su nuera.
Mina se quedó muda y miraba hacia los lados sin siquiera saber que decir, la inquietud se sentía en el ambiente el cual se había vuelto algo más pesado sobretodo gracias a las miradas expectantes de sus suegros.
—Yo...
—¡Sorpresa! —atinó a decir moviendo sus manos con una sonrisa nerviosa Sharon.
La Im mayor se llevó sus manos al rostro completamente roja por la manera en la que lo había desvelado la extranjera
—¡Lo estás! —abrió los ojos Yeojin siendo la primera en hablar.—Voy a ser tía, oh dios soy demasiado joven para esto.
—¡Felicidades cielo! —gritó su madre emocionada.—Esta vez tendrás todo nuestro apoyo...
Desde luego que ni su marido ni su hijo estaban contentos, primero el hombre no paraba de toser y Jeongin estaba que saltaba.
—¿Pero cómo...? ¡Quiero decir ya sé cómo! Pero, dónde quedó la protección...
Comenzaba a regañar su padre clavando los ojos en Mina y prácticamente matándola con ésta.
—¡Pero que protección van a utilizar! ¡con lo que tiene Myoui ahí abajo rompe el condón! —El adolescente bramó —¡Van a tener que crear un nuevo tamaño por su culpa!
—¡Jeongin! —lo regañó su madre.
Aún así poco le importó y siguió hablando.
—Ves papá, si el mejor regalo que podemos hacerle a la tonta de mi hermana es una silla de ruedas porque en la noche de bodas...
—¡Im Jeongin! —lo mandó a callar su padre severamente.
La pareja estaba ardiendo en vergüenza por los comentarios maliciosos, Yeojin decidió defender a las pobres que no sabían que decir.
—Bueno te callas niño rata que te matas a pajas que te he visto el historial —contraatacó la menor —Ni para poner modo incógnito sirves...
Jeongin se iba a levantar para pelear con su hermana menor sin embargo, Nayeon se interpuso levantándose.
—¡Basta! —gritó Nayeon poniéndole fin a esa discusión que se comenzaba a ir por las ramas.—Estoy embarazada y Mina y yo hemos decidido tenerlo, queremos formar una familia. Podéis ser duros conmigo, pero con Minari no.
Un silencio se hizo en los Im, Mina solo podía temblar notando todas las miradas posadas en su semblante.
—Y-yo sólo quiero ser feliz con Nayeon...y no saben las ganas que tengo de formar por fin una familia con el amor de mi vida no sé si me entenderán señor y señora Im. —sin dudarlo acarició la mano de su futura esposa — Solo les pido que entiendan que mis sentimientos hacia su hija son solo positivos...
El adolescente aplaudió limpiándose una lágrima falsa y Yeojin miraba la escena romántica anonadada. Los mayores se tomaron unos segundos para suspirar, sobretodo el hombre que fue el primero en hablar.
—Ya eres una mujer Im Nayeon, confiamos plenamente en que Mina y tú saldréis adelante y por último —señaló a su hija —Espero que sea niña...
—Sabemos que sus sentimientos son sinceros Mina-ssi —sonreía de oreja a oreja la mujer.
—Eso, eso como le pegues con la chancla a nuestro sobrinito te las verás con nosotros —avisó Yeojin a su hermana.
—¡Yo quiero que sea niño! —pidió Jeongin ya se le habría pasado el berrinche seguramente.
Nayeon se sorprendió al notar aquella positiva, pero algo rara reacción. Miró de reojo a Mina que comenzaba a pedirle consejos a su padre y madre sobre el embarazo mientras que sus hermanos se acercaban para sobar su vientre ilusionados.
👏👏
Se quedó mirando el cielo después de terminar de prepararse, sus dos mejores amigas que habían ayudado a ello. Al terminar Nayeon se miró en el espejo y luego abrazó a sus dos amigas para finalmente abrazar a su madre que se limpiaba las lágrimas.
Im volvió a admirar por aquel cristal las hermosas vistas, un cielo despejado con algunas nubes adornándolo. El tan esperado día había llegado.
Había pasado por tanto y finalmente estaba ahí. A punto de casarse...
La puerta se abrió dejando ver a su padre y sus dos hermanos pequeños. Yeojin pegó un berrido al verla.
—Te ves muy guapa noona —asintió Jeongin admirándola.
—¡Estás muy guapa, pareces una princesa de verdad! —la menor de los Im miró a su padre —¿Verdad que sí, papá?
Nayeon llevó sus ojos a su padre que tenía la mirada más seria, después se le suavizó al hacer contacto con su hija. El hombre asintió con la cabeza para sonreír.
—Sí, estas hermosa hija.
Después de aquello Nayeon sonrió aún más y unos nudillos tocando la puerta interrumpieron el hermoso momento.
Una muy guapa Yeji golpeaba la puerta asomándose y sonriendo.
—Lamento interrumpir, pero mi hermana te está esperando —le avisó su cuñada—por cierto te ves genial Nayeon unnie.
—Gracias Yeji...
Miró por última vez a sus seres queridos y tomó el suficiente valor para salir y escuchar los gritos y aplausos o silbidos de sus invitados. Todos estaban maravillados por la belleza que irradiaba.
No obstante buscó de inmediato la mirada de Mina, quien se había quedado embobada mirándola.
"Me voy a casar con la persona que amo..." se dijo a sí misma bajando la mirada avergonzada al notar lo bella que estaba también la nipona.
Ahí estaba ella esperándola, con esa tonta sonrisa que solo le ponía a ella y acomodándose nerviosamente el cabello. Estaba a pasos de casarse con Myoui Mina y aún no podía creerlo.
—¿Lista, fea? —inquirió Sharon en cuanto llegó a su lado tomándola fuertemente de la mano.
—Ya sabes que sí, idiota.
💍💍
Fue duro, en un principio fue más bien un caos. Nayeon se ponía a llorar por cualquier cosa que le dijera, incluso la mandaba a dormir al sofá y luego le reprochaba que no dormía con ella.
También era difícil aceptar con los gustos de la coreana, aveces le apetecía comer pasta y otros momentos solo con verla iba corriendo al baño. Un descontrol completo.
Y ni hablar de cuando sus amigas iban a visitarlas para burlarse de la situación de Mina, o de los cambios de humor de Nayeon. Pero también iban a mimar el creciente vientre de Im o a ayudarla a hacer ejercicio cuando Mina no estaba.
—Vale quiénes apostáis niño —preguntó Chaeyoung viendo a su grupo de amigas reunidas, esa tarde habían decidido pasarla en el enorme apartamento de Park.
Dahyun, Jihyo y Momo alzaron la mano.
—Yo creo que es niña, Mina tiene cara de fabricar solo mujeres —opinó Jeong causando la risa de Nayeon.
—Pues vamos a tener una niña —anunció Mina trayéndole agua a su esposa.
—Wow Mina que manera de ¡arruinar la sorpresa! —gruñó la embarazada.
Todas comenzaron a reír al ver el puchero que se formaba en la japonesa menor. Momo le dio un abrazo a su mejor amiga consolándola.
—¿Habéis pensado en un nombre ya? —se apuró a preguntar Tzuyu. —Que Mina no le ponga esos nombres raritos de sus videojuegos...
—Podríais llamarle como yo —ofreció Dahyun.
—Dahyun, ¿como pueden llamar a su bebé tofu? —regañó Momo ganándose un codazo y pellizcó por parte de Kim.
—Yo había pensado Sooyoung —confesó la más mayor de todas.
El grupo de amigas guardó silencio un instante para analizar el nombre y al fin reaccionaron halagando la elección.
—Es bonito —aplaudía Jihyo —Quiero que me reconozca como su madrina...
Esa frase desató una gran discusión entre el grupo, más bien una guerra. En resumen todo se calmó cuando Nayeon se levantó a por la escoba amenazando a sus amigas que las echaría a golpes si seguían así.
—Imaginaros cuantas escobas he tenido que esquivar cuando me he pasado de graciosa —susurró Mina a sus amigas que se mordían la lengua para no reír.
—Eso, tu sigue Sharon —le dijo para poner sus ojos en blanco la coneja.
—Te amo —rió abrazándola. —Y amo el nombre de Sooyoung para nuestra pequeña.
La cuadrilla soltó un "aaww" viendo a la pareja.
🐰🐰
El trío japonés iba en el nuevo coche de Minatozaki, específicamente iban saliendo de la universidad. Mina estaba hipnotizada pensando en lo rápido que estaba pasando el tiempo y como su mujer ya estaba en sus nueve meses de embarazo y no faltaría nada para el nacimiento de su pequeña.
El teléfono de Momo sonó y la mayor se precipitó a contestar. Era Nayeon.
—Hola Nayeon.
—¡Momo! ¡Momo he roto la bolsa!
—¿La bolsa del supermercado? Te dijimos que no la llenaras tanto de comida y que—
—¡Momo ese tipo de bolsa no! ¡Joder! ¡Pásame a Mina!
Hirai abrió sus ojos tanto como pudo y puso el dispositivo en la oreja de su mejor amiga.
—¡Nayeon va a parir al mini pingüino! —gritó desesperada Momo haciendo que Sana gritara también.
—¡Ahhhh! ¡Meto el turbooo! ¡Mina si nos ponen una multa la pagas tú! —chillaba Minatozaki pisando el acelerador.
—¡Cerrad la puta boca que no puedo escuchar dónde está!
Mina escuchaba atenta las indicaciones para decirle el lugar exacto a Sana.
—Voy a poner "don't stop me now" para darle ambiente a la cosa —sonrió Momo a Myoui que negó con la cabeza.
—Ni siquiera teniendo a Nayeon a punto de parir os vais a comportar serias.
—¡Noo! —cantaron las dos japonesas mayores al unísono. No sabían muy bien la ubicación del hospital así que tardaron bastante. Aproximadamente tres horas...
En cuanto llegaron al hospital Mina tuvo que correr como loca, ni Momo ni Sana le podían seguir el ritmo es más ni siquiera se molestó en utilizar el ascensor. Parecía una atleta subiendo de dos en dos los escalones y las enfermeras la miraban asombradas.
Tardó unos quince minutos encontrar el lugar de partos y otros quince localizar a su esposa y familia.
—¡Nayeon! —ahogó su grito al ver a sus suegros ahí.
—Entra, te necesita...lleva ahí dentro demasiadas horas —golpeó su espalda la señora Im informándole a la enfermera de la situación para que le cediera el paso a la japonesa.
Fue algo problemático en un principio no obstante, finalmente le cedieron el paso no sin antes vestir a la japonesa de manera correcta.
Tuvo que esperar unas dos o tres horas más para pasar, que para Mina fueron eternas.
Ver a Nayeon sudando y abierta de piernas no le ayudo de nada junto a varios doctores y enfermeras. Si ya la coreana estaba nerviosa, ver a Mina sin saber que hacer la puso más nerviosa aún.
—Las contracciones me están matando...—dijo sin fuerzas.
—Falta poco para llegar a los diez centímetros de dilatación —aseguró una de las enfermeras.
Sharon estaba parada sin saber que decir o hacer solo se llevó las manos a la cabeza moviéndose por toda la sala durante diez minutos mientras escuchaba a Nayeon maldecir por los dolores.
—Empuje cuando se sienta lista señorita Im.
—Mierda, mierda —Mina se estaba comenzando a marear al ver a su mujer empujar de esa manera.
Seguramente había pasado ahí dentro horas, pero Mina lo sentía como minutos no como Nayeon que había pasado horas y horas ahí muriéndose de contracciones y dolores.
Era la última recta, lo podía notar. Al escuchar el consejo de una de sus enfermeras sacó las fuerzas para gritar más fuerte.
—¡Pido el divorcio como te vayas Myoui! —gritó adolorida.—¡Dame la puta mano!
La nombrada se acercó y tomó su mano completamente sudada y temblorosa. Se quejó al notar como la muchacha clavaba sus uñas y apretaba de manera desesperaba su mano.
—Pelo del bebé empieza a ser visible en la vulva de su madre —avisó la mujer.
La nipona al escuchar eso y verlo por encima sintió que se iba a desmayar ahí mismo. Se iba a desmayar.
—¡Como te desmayes te arranco las pelotas y las vendo en el mercado negro! ¡Joder Sharon! —gruñía sin poder controlarlo —¡Te odio puta egocéntrica de mierda!
Ese fue el último bramido por parte de la mayor antes de escuchar el lloro de su bebé.
Nayeon no era muy consciente de lo que ocurría ya que estaba completamente debilitada, tanto que estaba por cerrar los ojos.
—Es una niña sana, nos haremos cargo de todo para que pueda estar pronto en sus brazos señorita Im y Myoui —aseguró el doctor
—La madre está perdiendo mucha sangre.
—Mina, por favor cuida de Sooyoung...
Mina que apenas pudo ver a su pequeña fue expulsada a la fuerza sin entender muy bien lo que ocurría.
—¡Nayeon! ¡Nayeon! —chilló antes de ser cogida por el señor Im y sus dos mejores amigas —¡Señor Im! ¡Nayeon ella y...! Y mi pequeña bebé apenas he podido —lo ocurrido hace unos segundos bombardeaban su mente.
—¡Mina! ¡Que estás diciendo! —la sacudió y la pobre chica estaba abrumada.
Tan abrumada que sus ojos se cerraron y terminó perdiendo el conocimiento.
🧚🏻♀️🧚🏻♀️
Podía escuchar unas voces, le dolía la cabeza y a penas sabía dónde estaba. Tenía que haber sido una pesadilla, se levantó de golpe asustada y con lágrimas en sus ojos.
—¡Nayeon! —gritó aterrada.
Nuestra protagonista se giró y se vio recostada en una camilla, se levantó enseguida y sintió un gran alivio al ver a la señora Im ahí y a su lado a su esposa.
Nayeon sonreía ampliamente y al ver que Mina finalmente despertaba sonrió aún más soltando una risita.
—Mira quien se ha despertado, es mamá...—susurró Nayeon a su bebé.
Mina parpadeó y temblando se acercó aún más para apreciar al ser tan pequeño que tenía delante.
—¿Puedo...?
—Claro que sí Minari, es nuestra pequeña.
Su suegra la ayudo a cargar a su bebé recién nacida. En cuanto la tomó en brazos su pecho se aceleró.
¿De verdad una cosa tan hermosa había sido producto del amor entre ella y Nayeon? No podía parar de preguntarse.
—Hola Sooyoung, soy tu mamá, no sabes cuanto he esperado para tener entre mis brazos, ahí está tu otra mamá. Te puede parecer un poco pesada y egocéntrica, pero es la mujer más bella y hermosa que he tenido el placer de conocer —hablaba despacio acunando a la pequeña Soo —Sin ella tú no estarías aquí. Y posiblemente yo tampoco, tú mami es la más fuerte y la más inteligente y guapa...
—Me vas a hacer llorar, idiota —respondió Nayeon limpiándose las lágrimas que amenazaban con salir.
—Nayeon, ¿no es increíble? Ahora está cosita de aquí lleva nuestra sangre...—Mina miró con auténtico orgullo a la bebé —Bienvenida a la familia Im Sooyoung.
🐥🐥
Sooyoung había revolucionado la vida de la pareja casada. Lo mejor era que se comportaba como una bebé bastante tranquila y dormía como un tronco a las noches dejándoles completa calma al MinaYeon.
A veces ignoraban los consejos que les daban sus amigas sobre qué debían de dejarla durmiendo en otra habitación diferente. Pero es que simplemente no podían, necesitaban escuchar los tranquilos y profundos ronquidos o respiraciones de su hija.
Nayeon después de tener la baja por su embarazo comenzó con su trabajo como abogada y la verdad es que le iba de maravilla. Tenía talento en ello.
Y Mina, había comenzado a trabajar en la empresa del padre de Chaeyoung , una de alto prestigio cabe resaltar.
Nayeon estaba acostada boca abajo, revisando algunos papeles de su trabajo no obstante, una traviesa Mina que acababa de salir de la ducha observó con una sonrisa pícara a su mujer.
Im utilizaba su ropa interior y una camiseta algo más grande que ella (seguramente de Mina) y a su lado estaba la pequeña Sooyoung con sus nueve meses jugando con sus peluches y Kookeu
—Hola pequeña coneja —agarró una de las mejillas de su hija haciendo que refunfuñara.
—Mina ya sabes que odia que le hagas eso —regaño Nayeon sonando la suave mejilla de su bebé.
—Solo le demuestro mi amor, como a ti.
La japonesa se sentó y pasó su mano por el muslo de su esposa que no se inmutó pues ya estaba acostumbrada. Inevitablemente, Mina agarró el trasero de la mayor y comenzó a dar pequeños azotes.
—Minari —espetó Nayeon. —Está Sooyoung aquí.
Lo gracioso vino cuando la pequeña Im curiosa al ver lo que hacía ese ruido se acercó y rió imitando el gesto de la nipona.
Ambas madres rieron, sobretodo Nayeon.
—No hagas eso Soo, esto de aquí es de mamá.
La bebé la miró confusa y dio un sonoro golpe negando con la cabeza.
—Sí, mami es mía y solo mía~
Canturreaba haciendo que su hija inflara molesta las mejillas y negara con la cabeza haciendo un puchero.
—¡Ma! —lloraba Sooyoung consiguiendo que Nayeon se diera la vuelta y afligida tomara entra sus brazos a la bebé.
La más alta de estatura rió un poco e intento darle un beso a su pequeña coneja sin embargo, esta la miraba mal y se escondía en el cuello de su madre.
—Minari, deja de molestarla mira como se pone.
—Es que se pone rojita de la rabia. Y me parece adorablee. Amo molestar a las Im.
Lo mejor venía cuando la pequeña Soo era visitada por sus seis "tías" No hace falta recalcar el desastre ni como la mimaban trayéndole cantidades de juguetes, comida o llenándola de besos.
En una de esas tardes se había sumado Yeji a la visita general a la bebé Im. Y el resultado había sido un caos completo pues la pequeña coneja estaba aprendiendo a caminar y todas morían de amor al verla gateando o intentando caminar hacia los brazos de Nayeon.
La ahora madre coreana era un amor con su hija y se notaba como tenía un específico apego la pequeña con ella que estaba más experimentada a tratar bebés. No obstante Sooyoung amaba a Mina y por ello, ahora estaban intentando que le dijera "mamá" al igual que lo hacía con Nayeon.
Myoui suspiró frustrada. Sujetaba a Sooyoung desde hacía rato y Nayeon no paraba de reír y su hija la acompañaba en el acto.
—¡Muy bieen Sooyoung-ah! ¿Quién es ella? —Yeji señalaba a Nayeon.
—Ma...mi~ —dijo la pequeña, estaba aprendiendo a hablar.—¡Mami!
Todas las presentes aplaudieron haciendo que la bebé soltara adorables risitas. Sana no se pudo contener más y plantó un beso en su frente, Jeong la regañó diciéndole que la agobiaría y luego Dahyun imitó el gesto de su unnie desencadenando que por orden todas comenzaran a abrazarla y mimarla.
Yeji, señaló a Mina y sus amigas contuvieron la risa sabiendo lo que se venía.
—¿Y quién es ella? —señaló de nuevo a su hermana mayor que le abría los brazos a la bebé.
—¡umm! ¡Nari! —saltó en el regazo de Tzuyu que reía como loca. Era como observar a dos bebés siendo felices.
—¡Soy mamá! ¡Llámame mamá! Ma-má, ¡Minari no!
Sooyoung sonrió ampliamente mirando el esfuerzo que ponía la pingüina para enseñarle a decir aquellas palabras. Había aprendido a decir "Minari" ya que escuchaba como su madre le llamaba así continuamente. He ahi las consecuencias.
—Aprenderá tarde o temprano —se burló Nayeon observando a su mujer frustrada.
—Entonces ¿puedo llamarte mommy también?
La coneja sonrojada golpeó el pecho de la menor fingiendo estar ofendida.
—No te pases.
—Podemos aprovechar y regalársela a las chicas un ratico...
—Ya veremos Myoui, no te hagas ilusiones.
Mina cerró sus ojos inclinándose para plantarle un dulce beso a su amada mas algo interrumpió el romántico beso entre la pareja. Sooyoung había caminado hasta Mina para hacerle un gesto de que la cargara.
—Alguien está celosa —silbó Momo.
—Mamá es solo mía, mira Soo—molestó Mina robándole un beso a la coreana.
Su hija comenzó a patalear y a hacer un berrinche. Pronto las quejas por parte de las chicas comenzaron a sonar.
—¡Mina eres tonta! —le llamó la atención Jihyo.
—Monstruo —soltó Chaeyoung.
—Pero si Sooyoung es mía también, ¿verdad que si pequeña coneja? —preguntó cargando a su hija y haciéndole cosquillas.
La dulce risita de la pequeña Im resonó en la sala y Nayeon no se pudo sentir más afortunada observando la adorable escena.
🦕
Falta la otra mitad amigos...
por si se preguntan por qué Sooyoung (Yves):
su sonrisa de conejito🥺
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