52.En busca de un final feliz
Entre las tres buscaron su nombre en la ansiada lista que definiría si estaban dentro de Yonsei...
Parpadearon repetidas veces, después de ver el resultado se abrazaron las tres manteniéndose así unos segundos. A las tres japonesas no les interesó en lo absoluto las miradas lanzadas por los demás estudiantes.
Lo habían logrado, las tres habían conseguido entrar.
—Os amo —gritó a todo pulmón Sana tomando el rostro de sus mejores amigas y plasmando un beso casto en los labios de ambas.
—Ay, Sana —se quejó Momo limpiándose tímidamente.
—Te has puesto rojita —rió Mina codeando a Momo.
Myoui sabía muy bien del pasado, de aquel verano en el cual esas dos parecían estar desarrollando sentimientos por la otra. Pero, eran cosas que no se preguntan para evitar traer de nuevo aquellos recuerdos o hechos pasados.
Sabía perfectamente que ahora sus dos amigas estaban interesadas en otras personas y había química.
—Deberías llamar a tus padres Sana-chan, estarán más que contentos —sugirió Hirai buscando su móvil para anunciárselo a los suyos.
La rubia ladeó su cabeza imitando sus acciones y Mina buscó entre sus contactos sin saber a quién llamar.
¿A quién debería de llamar? Pensó por unos segundos, su madre ya ni lo era , su padre un poco más de lo mismo y sus abuelos no sabían manejar correctamente el aparato.
"Nayeon" se respondió a sí misma automáticamente. Si había alguien que representara su todo sería ella, Im Nayeon.
Presionó el botón algo desesperada, esperando que la voz que tanto amaba escuchar le respondiera.
—¡Minari! ¿Qué pasa bebé? —su voz sonaba algo ronca, era algo temprano y la había dejado dormir.
Le molestaba el haberla levantado y ya había hecho un esfuerzo en no hacer ningún ruido para arruinar el profundo sueño de su pareja.
—Tengo una buena noticia, te va a gustar fea.
—¿Tiene que ver con la universidad? ¡Hoy te daban los resultados!
—Sorpresa.
—¡Yah! ¡Eres una id—Mina le había colgado. Sabía que aquello conllevaría consecuencias, pero quería ver la cara de emoción de Im.
El SaMo observó expectante a Mina que tenía esa sonrisa tonta de enamorada.
—Vamos a casa, tengo prisa.
—Dirás "tengo prisa de ir a comerme a una coneja" —la corrigió Sana causando la carcajada de Hirai.
—Y vosotras tenéis ganas de ir a celebrarlo con las ilegales, a mi no me engañáis.
Se burló Mina, era obvio que irían con las maknaes y ella en su lugar, iría a abrazar a su persona especial. La emoción le recorría de pies a cabeza, iniciaría una nueva etapa junto a sus mejores amigas de toda la vida y junto a Nayeon.
🥺🥺
En cuanto divisó la figura alta de su novia se abalanzó a sus brazos, la envolvió con por la cintura y se colgó a ella como si fuera un koala.
—Mina, Mina, Minari —canturreaba Nayeon siendo sujetada firmemente por los brazos de la menor que aún estaba descolocada por la rápida acción de Im.
—¡He entrado Nayeon! ¡He sido admitida! —y esa frase hizo que aún cargándola se desatara un fugaz beso entre ambas.
Un beso cargado por la euforia y felicidad. La coreana se separó del beso jadeando, sabía dónde iba a terminar aquello si seguían así.
—No sabes lo orgullosa que estoy —decía llenando su rostro de pequeños besos —Mamá estará más que feliz cuando te escuche...daremos una visita rápida...
—¿Y no podemos primero hacer lo esencial?—murmuró Mina atacando el cuello de la mayor.
—¡No! He dicho que iremos a visitar primero a mi madre, después me llevarás a la manicura junto a Jihyo y finalmente volveremos a casa —espetó dando por finalizado el tema.
Y vaya que Nayeon ya había planeado su día, pero Mina no sería tan tonta como para llevarle la contraria y quedarse sin sexo durante un buen tiempo. No señor, Sharon haría todo al pie de la letra para evitar problemas.
—Como digas mi vida —asintió con su cabeza dejándola en el suelo.
—Me encanta que me entiendas —dijo dejándole un beso en la frente.
Y durante el proceso de sorprendió, pues antes no tenía que inclinarse tanto para llegar a la frente de la japonesa. Alzó ambas cejas y examinó a su novia, ese detalle se le había pasado por alto.
—¿Has crecido? ¿O es cosa mía?
—Un centímetro y medio supongo —pensó recordando que tanto Momo como Sana se lo habían mencionado. —He dado el último estirón o eso me dijeron las idiotas...
—¡Eso es injusto! —molesta golpeó su hombro olvidándose por completo que su novia aún tenía diecisiete y dentro de nada tendría sus dieciocho.
Si ya antes Mina le sacaba unos tres o ccentímetros, ahora le sacaría unos cuatro. Le era frustrante a Nayeon, ella quería parecer la madura y mayor en la relación, pero más bien parecía la más pequeña.
—Si te hace feliz —comenzó a hablar Myoui —He crecido y no solo de altura...
—Ya estás con tus cochinadas —rodó los ojos la coreana.
—Pues bien que te gustan cuando las hago —bromeó ganándose un pellizco. —Perdón.
Nayeon se mordió el labio y tomó con fuerza la mano de Sharon que se sorprendió por la fuerza ejercida.
Había cambiado de idea después de todo. Como siempre a último momento.
—Vamos a la ducha, juntas.
—Tus órdenes son deseos para mi...
🍫🍫
Tuvieron que visitar el famoso pequeño local de comidas rápidas de la señora Im, quien escuchaba atentamente en la barra la narración de cómo Mina había conseguido su propósito.
—Sabía que eras una chica lista, anda te invito a lo que quieras del menú. Te lo mereces, bien hecho —la halagaba la señora Im dando palmaditas en su espalda.
—Mamá —suspiró Nayeon apenada.
—No hace falta señora Im —negó con su cabeza numerosas veces la extranjera. —Sus palabras ya me llenan de felicidad el corazón y con eso basta.
La mujer miró enternecida a su nuera y se limpió una lágrima conmocionada.
—¡Te lo dije! ¡Te dije que te ganaste la lotería con esta chica! —señaló a su hija que estaba sonrojada por las exageradas acciones de su madre.
La madre de Nayeon abrazó a la pareja y después le sonrió a Mina.
—Ya te invitaremos mi marido y yo a una cena para celebrar que hayas entrado —se pausó un momento pensando en lo que diría a continuación —Y estate tranquila que todos te vemos como una más en la familia, bueno Jeongin aún no se acostumbra...
—Jeongin tiene que aprender a superar las cosas mamá —se cruzó de brazos Nayeon.
Y es que la cosa era que tal y como lo dijo desde un principio, su hermano menor se había negado rotundamente a participar en actividades familiares que estuviera relacionadas con la novia de su hermana.
—Creía que le agradaba un poco...—sonrió incómodamente la menor.
—Mina no es cosa tuya, te lo contaría, pero no soy la indicada para decírtelo —esta vez la señora Im miró a su hija que blanqueó sus ojos.
—Pues que Mina vaya a recoger a Jeongin de sus clases de robótica y a Yeojin de sus clases de baile para fortalecer sus lazos y yo me voy a hacer la manicura con Jihyo —sonrió haciéndole ojitos a su novia que no podía decirle que no.
La mujer mayor rió al ver lo fácil que accedía a todo lo dicho por su hija mayor, pensaba que muy enamorada tenía que estar para responder de aquella manera. A continuación, las dos se despidieron de la señora Im que felicitó por décimo sexta vez a Mina por sus logros.
No sin antes darle una mirada de advertencia a su hija de que le diera detalles sobre aquello que la japonesa desconocía.
—Jeongin odia que tenga pareja porque me vio sufrir, hasta escuchó una vez como le gritaba a uno de mis ex parejas que no quería tener relaciones...—soltó todo de golpe la coreana al entrar al coche —Tendría unos siete u ocho años, recuerdo que entró aterrado con su bate de béisbol para golpear a mi ex novio, ya sabes como es.
Mina abrió sus ojos, ese enano al fin y al cabo si que quería a su hermana mayor.
—Me hizo jurarle que no tendría nada serio con nadie porque no me quería ver llorar.
—Así que es por eso, pero coneja, tú sabes que yo nunca te obligaría a hacer algo que no quieras —la nipona tomo la gigante mano de su novia enlazándola con la suya.
La coneja sonrió y acto seguido abrazó a la adolescente.
—Tarde o temprano tendrá que entender que tú no eres como los demás...
—Venga, no te pongas sentimental ¿a qué hora paso a recogerte?
Luego de una breve explicación de dóndey a qué hora recoger a su "cuñado" o como le llamaba Mina el mocoso, se encaminó después de dejar a su novia al lugar indicado.
Bajó del bonito coche perteneciente a su pareja (últimamente lo manejaba más ella que la propia dueña) a esperar la aparición de Jeongin. Unos minutos pasaron hasta que vio al preadolescente siendo empujado en la salida por un chico más alto.
Myoui enseguida frunció el ceño, viendo como el pequeño le mostraba el dedo del medio ganándose otro empujón logrando tirarlo al suelo. Ese fue el instante en el que Sharon sin pensárselo ni dos veces para defenderlo.
—Enfádate lo que quieras, Félix...
—¡Es tu jodida culpa! ¡Podrías haberte esforzado más! —iba a patearlo desde el suelo, pero el grito de la mayor lo detuvo.
—¡Yah! Lo tocas y te metes en problemas.
El chico llamado Felix retrocedió asustado.
—¡Quién te crees que eres para meterte! —gritó tartamudeando.
—Soy su...—miró al chico abatido en el suelo y decidida lo gritó —Soy su hermana mayor así que si te metes con mi hermano de nuevo, te cruzó la cara ¿entiendes?
Utilizó un tono amenazante logrando que las piernas del desconocido flaquearan, el chico no pudo ni decir palabra antes de correr e huir.
—Le podría haber ganado, solo me estaba haciendo el muerto —se levantó con la ayuda de Mina.
—Jeongin, ¿ese chico se mete contigo?
—¡No! Fue mi culpa...—bajó la cabeza ocultando su vergüenza.
Supuso que habría una razón por la cual Mina lo había ido a recoger y prefirió no preguntarla.
—Gracias —murmuró a mitad de camino, mientras iban en busca de su hermana menor.
—No es nada, si alguien se quiere meter contigo diles que la novia de tu hermana es cinturón negro.
Jeongin negó con su cabeza y miro por la ventana.
—No diré que mi hermana tiene novia, no lo acepto.
Mina buscó las palabras correctas para hablar:
—Yo no le haré daño, además soy de las pocas personas que saben aguantarla. Y créeme que me gusta tu hermana, me encanta, me fascina Im Nayeon porque estoy jodidamente enamorada de ella.
El menor se giró sin creerse del todo las palabras.
—Si quieres ponerme a prueba, hazlo. Te demostraré que la amo con el alma.
—Está bien, estarás a prueba.—guardó silencio un momento para hablar algo sonrojado. —Solo porque supongo que si me defendiste a mi así, lo harás igual con mi hermana.
—Eso ni lo dudes.
Por otro lado, mientras esos dos fortalecían sus lados, Nayeon que había quedado en tener una relajada sesión con Jihyo de belleza, había salido traicionada al ver que Chaeyoung también iba con ellas.
Es decir ella consideraba a Son como su hermana pequeña, pero existía una especie de tensión entre ambas rara causada posiblemente por Mina. Era algo estúpidamente enorme, no obstante, ahí estaba esa pequeña tensión.
Y pudo confirmarlo al despedirse de ella y de su mejor amiga.
—Mina unnie vendrá a recogerte...
—Sí le pedí que lo hiciera.
—Me enteré de que entró en Yonsei, no te lo tomes como una amenaza o algo así Nayeon unnie, pero —esas palabras asustaron por completo a la coneja —Aunque te cueste creerlo, Mina es una chica que atrae, y atrae bastante, llama la atención de todos...lo que quiero decir es que llamará la atención de muchos y de muchas durante su etapa nueva en Yonsei ¿crees que caerá en la tentación, que te tendrá como prioridad siempre? Digo que, habrá muchas revoloteando a su alrededor y...
—Chae, no hace falta que te preocupes. Confío plenamente en Mina —fue lo único que respondió al ver como el Maserati pitaba para que se montara.
Hondeó su pelo como diva y entró con clase al coche, haciendo que las palabras de Son no le habían afectado en nada. Tomó aire y miró a sus manos que sudaban. Quizás se había asustado un poco...
❄️❄️
Recomiendo poner la canción, escúchenla y vean su significado para este "final" :)
Por fin en su casa, el MinaYeon se ocupó de estar empalagosas en lo que quedaba de día, se sentaron en el sofá hecho por Mina para aquella vez especial en la cual se declaró a Nayeon.
Ambas disfrutaban tiradas viendo como el sol se escondía dando paso a la noche, aún abrazadas y con los labios hinchados buscaron darse unos cuantos besos más.
—Te amo —susurró Nayeon. Estaba sumamente sensible con la pingüina.
—Y yo...¿te conté ya que Jeongin me ha puesto a prueba?
—Sí, ya me los has dicho como tres veces. Así prácticas para cuando le vayas a decir a mi padre que te quieres casar conmigo.
Mina se atragantó al imaginarse en la situación. Im le dio pequeños golpes en la espalda asustada por la reacción que había tenido.
—¿Casarnos? ¿Quieres que nos casemos?
—Solo si quieres, tonta —rió Nayeon —Pero no ahora, todavía nos quedan muchas cosas que vivir señorita Myoui.
—Que susto señorita Im, no quería ser asesinada por un enano y un enfadado señor Im.
—Eres idiota.
La japonesa coló su mano bajo la camiseta de su novia mordiendo sin ningún resentimiento su cuello, sabiendo perfectamente la marca que se quedaría.
—Y tú fea, muy fea.
—Mentirosa. Soy lo más hermoso que has visto.
—Y lo que más feliz me hace. Te lo digo enserio Nayeon, quiero una vida junto a ti.
—Aw Minari —la universitaria escondió tímidamente su rostro en el cuello de la menor que acariciaba su espalda.—No sabes lo feliz que me haces, deseo con mi corazón pasar lo que me queda de vida contigo...y no te digo más porque terminaré llorando.
Sharon soltó una risita consolando a la muchacha quien en el más fondo temía que su historia de amor no tuviera un final feliz.
—Te amo.
—Yo no —rió Nayeon plantando un suave beso en los labios de Mina, uno duradero y bonito.
Un futuro juntas, esa era la meta de Mina ahora y cómo no; una familia.
No obstante, muchas veces el futuro no se puede predecir y solo estaba en manos de Mina como conllevarlo, ¿era difícil tener un final feliz?
No, no lo sabía, o en ese entonces al menos no.
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