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48.Trabajos "orales"

aviso: este capítulo es todo +18 :)

Bueno no todo, la mayoría. No sé ni para que aviso si ya teníais ganas de esto :'D

Pestañearon varias veces, completamente incrédulas por lo que acababan de
escuchar. No les podía caber en la cabeza que la gran apasionada por el sexo de Myoui Mina la anterior noche se hubiera escaqueado para no acabar en ello.

Nayeon estaba teniendo una calmada charla en su apartamento con sus mejores amigas, Mina había salido con Sana y Momo a dar una vuelta por ahí a hacer sus tonterías con Kookeu.

—¿Por qué no intentas hablar con ella? —propuso Jihyo.

—Porque sé que no me lo diría, Mina es muy de ocultar sus sentimientos —suspiró Nayeon.

—Pues haz que te desee, caerá fácil ¡es Mina la que te manoseaba con nosotras delante! —dijo su propuesta Jeongyeon ganándose un empujón por parte de la unnie mayor.

Park se quedo algo más pensativa cruzándose de brazos y mirando a sus dos amigas enojándose mientras se daban ligeros empujones.

—Pero, ¿ya sabes que es lo a Mina más le enciende?

Las dos mayores se detuvieron y Nayeon sentía la sangre en sus mejillas.

—A Mina le gusta ser...ruda.

—¿Ruda? —Jihyo cuestionó.

—Oh joder Nayeon, ¿le dices Daddy a Minari?

Como era de esperar la mencionada ya estaba golpeando a Jeongyeon por su último comentario.

—Ósea que le gusta...

—No mierda, nosotras nunca lo hemos hecho así. Es que noto que Mina se contiene aveces, ella nunca me tocaría o haría cosas sin mi consentimiento.

—¿Pero a ti te gustaría? —volvió a preguntarle Park mientras que Jeong estaba riéndose.

Nayeon guardó silencio por unos instantes, se mordió el labio imaginándose lo sexy que se vería Mina.

—No hace falta que respondas —se burló su mejor amiga.

—Escuché una vez que a Mina le encantaba el sexo oral —trató de recordar Yoo una de las tantas anécdotas que solían contar cuando se sentaban a beber una cerveza con las japonesas.

—Pues ya lo tienes en bandeja coneja —sonrió Jihyo tomando de su lata de refresco.

La universitaria mayor tragó saliva y comenzó a jugar con sus dedos, hasta sus mejillas se habían colocado de un color rojo.

—Chicas es que yo nunca...

—Que buena broma —rieron sus mejores amigas, pero Nayeon seguía sonrojada.

Y es que era verdad, nunca antes le había practicado sexo oral a alguien, simplemente no le había llamado mucho la atención. Además siempre la que se ocupaba de esa parte era Mina normalmente.

—No puedo creerlo, nunca antes has —Park la miraba sorprendida.

—¿Te da miedo darle una por tus dientes?¿o porque es muy grande y te da miedo atragantarte?

Im no respondió a lo dicho por Jeongyeon, así que ésta siguió hablando.

—Bueno Jihyo dale consejos o qué.

—Yo no tengo ni idea, idiota —se defendió la menor de las tres.

—Oye y por qué no le preguntas a Chaeyoung, esa seguro debe saber cómo le gustan —dijo Yoo orgullosa, esa frase hizo que Nayeon explotara de la rabia.

Decidida se levantó, apretando sus puños.

—¡Basta! ¡Yo sé cómo satisfacer solita a mi novia!

Jeongyeon casi se ahoga al escuchar lo último.

—¿Le vas a llamar Daddy o algo así?

—¡No seas imbécil! —regañó Nayeon mientras que Jihyo no paraba de reír.

Le encantaba ver las constantes peleas e insultos de sus dos mejores amigas. Unos minutos después de casi matarse la una a la otra, volvieron a tomar el aire para calmarse.

—Tú en cuanto veas que pase por esa puerta compórtate lo más sexy que puedas —dijo Jihyo tomándola por el rostro.

—¡Demuéstrale esa dualidad!

—¡Sí va a caer de rodillas! —se llenó de confianza Nayeon, yendo a buscar prendas que normalmente Mina adoraba ver puestas en ella.

La puerta se abrió algunos minutos después dejando ver a tres japonesas llenas de sudor. Momo se limpiaba el sudor de su rostro con su camiseta y Sana se daba aire con la mano.

Mina por otro lado lo primero que hizo en cuanto llegó a su hogar fue acercarse a su novia para darle un beso corto en los labios.

Kookeu no paraba de mover su colita jugando con las invitadas.

—¿De dónde venís? —le preguntó tomándola por la muñeca mientras que con su mano libre acariciaba a su cachorro.

—Estábamos haciendo deporte, Sana quiere tonificar más sus abdominales.

—¿Queréis ver los resultados? —cuestionó Minatozaki rápidamente.

—No te emociones —rió Hirai.

Mina se iba a dar la vuelta para dejar la mochila de deporte en su habitación, pero no pudo pasar por alto el detalle de que Nayeon llevaba ese top negro y shorts que se ajustaban a su anatomía a la perfección.

La coneja le dió un guiño sacándola de su hipnosis. Mina se acercó más a Nayeon apartando uno de los mechones dejando a la vista su clavícula y algo de escote.

—¿Se siente un poco de tensión sexual aquí no? Mejor nos vamos —dijo Momo ganándose la mala mirada de la japonesa menor que ignoró sus palabras yendo a su habitación.

Rápidamente las dos japonesas se acercaron a las coreanas que empezaban a cuchichear.

—Soy yo o estás tratando de llamar la atención de Miguri —levantó una ceja Sana pues notaba las intenciones.

—Bingo —le dio la razón Yoo riendo al ver cómo el perrito le ladraba.

—¿Qué pasa? ¿Mina ya no te hace caso? —se unió a las preguntas Momo haciendo que Nayeon le tirara un cojín a la cara —Me tomare eso como un sí, tranquila unas palabras provocándola y te dejara en sillas de ruedas.

—O sin caminar durante unas semanas —rió la rubia causando la risa de todas a excepción de Im.

El dúo japonés trotó hacia la habitación de la menor que estaba buscando ropa fresca y limpia.

—Minita, ¿has visto que sexy estaba Nayeon? —provocó Minatozaki.

—Eres una suertuda, si no fuera tu novia...

—Dejadme en paz —cortó rápidamente las insinuaciones de Hirai.

—Solo digo que debería aprovechar lo que tienes —rió la mayor abrazándola.

—Podrías darle un último vistazo antes de ir a la ducha y pensar que quieres hacer con ella —levantaba y bajaba las cejas Sana.

—Yo no...—Mina paro de hablar al ver la demostración gráfica que le estaban haciendo sus amigas.

Momo había cogido de la cadera a Sana y se estaba estrellando contra ella mientras la rubia hacía gestos exagerados.

—Sois idiotas —sentenció Myoui mientras se separaban muertas de la risa.

Para cuando el trío japonés volvió a la sala de estar tanto Jeongyeon como Jihyo se habían marchado ya. En silencio Mina despidió a sus dos mejores amigas que no paraban de insinuar cosas sexuales.

Al volver la vista se encontró con una maravillosa obra de arte delante de sus ojos.

Nayeon estaba de espaldas, organizando el sofá.

Mina observó bien a Nayeon que recogía el desastre hecho por sus amigas, observó esas curvas y podía imaginarse a la perfección que había alli donde la ropa no cubría su desnudez.

Sus ojos viajaban por el cuerpo de la coreana de arriba a abajo, maravillada por las virtudes que poseía.

Y su suave piel, la suave piel que solía juntarse con la suya y...

Demasiada imaginación. Necesitaba una ducha fría.

Por el contrario, la universitaria que terminaba con su labor notó que su novia estaría tomando la ducha que había mencionado con anterioridad.

Una gran idea surgió y no tardó en llevarla a cabo.

De hurtadillas se escabulló dentro del baño, forcejeando la puerta para poder entrar.

El sonido de la ducha mezclado con pequeños jadeos de Mina eran música para sus oídos.

Podía ver la figura de la nipona a través del cristal que estaba ya bastante borroso gracias al vaho, la menor movía un poco sus caderas mientras que con su mano bombeaba su rígido miembro.

—Ugh Nayeon —gimió sin notar aún la presencia de la mayor.

Nayeon sin darse cuenta cerró la puerta con demasiada fuerza causando un estruendoso ruido causando el alarme de Sharon.

—Tenía ganas de hacer pis —se excusó.

—Tienes el otro bañor —dijo Mina roja dándose la vuelta, estaba muerta de vergüenza.

—Si quieres entro en la ducha contigo...

—¡Fuera!

—Pero—

—¡He dicho fuera! ¡Necesito mi privacidad!

La coneja bufó cruzándose de brazos mientras salía del baño. Había perdido la batalla, pero no la guerra.














🍋🍋














Sus pulgares presionan los botones con furia, estaba completamente centrada en su videojuego nuevo.

Aunque no del todo, Nayeon se había encerrado en su habitación desde hacía un buen rato.

Le había visto encerrarse en su habitación para cuando fue a comprobar si Kookeu se había quedado dormido en su antigua habitación (que ahora prácticamente le pertenecía a él) y efectivamente. El pequeño cachorro luego de una animada mañana, había caído profundamente dormido.

La culpa se instaló en el corazón de la pingüina que se cuestionaba si fue muy grosera o dura con ella hacía unos minutos. Lo último que quería era hacer sentir mal a su coneja.

Quizás debería ir y hablar con ella o ¿debería dejarla tener su espacio?

Terminaba ese nivel e iría detrás de Nayeon para consentirla y comer helado de chocolate mientras veían un dorama, también estaba la opción de salir a dar un paseo.

—Minari...—la voz de su novia resonó en su cabeza y Mina se giró unos instantes para verla.

Nayeon estaba con las mejillas coloradas y el cabello algo despeinado, se acercó al sofá y se quedó viéndola.

—Dime —contestó tratando de prestarle atención sin dejar de jugar.

—Mmm~ Nayeonnie quiere atención...—dijo utilizando su aegyo.

—Te daré todos los besos que quieras, pero espera un minuto —la japonesa le sonrió y luego volvió su mirada hacia la pantalla.

La coreana se sentó en el sofá, comenzando a dar suaves caricias en el muslo de la menor que se aclaraba la garganta notando los dedos rozar con su entrepierna.

—Im —reclamó la nipona.

—Es que te necesito...ya me he tocado pensando en ti y sigo caliente.

Sharon comenzó a toser exageradamente al escuchar aquello, sintiendo un gran tirón en su miembro.

—¿Por qué no mejor dejas ese tonto juego y mejor juegas conmigo?

Las manos de la mayor tomaron por sorpresa a Mina, girando su rostro para capturar sus labios y darle un candente beso.

En el cual ambas humedecían sus bocas con los labios, Nayeon introdujo la punta de su lengua rozando el labio superior de la japonesa, llevando el beso a un nivel más.

Los interiores de la pareja ardía, hacía mucho que no tenían un beso tan largo y sensual como ese.

Al separarse, Mina tuvo el detalle de acariciar con su pulgar la barbilla de la coneja que la miraba a los ojos con deseo.

—Te amo.

—Te amo mucho más.

De un momento para otro, con su mirada fija en los ojos de la nipona metió a su boca el pulgar. Lo succiono y chupo sin quitar la vista de Mina que sentía que los pantalones de explotarían al ver aquello.

Terminó y una sonrisa burlona salió de sus labios. Nayeon sabía usar muy bien su dualidad.

—A la mierda —masculló Myoui tirando el mando al suelo mientras que la mayor se ocupaba de deshacerse de la camiseta de ambas.

La unnie había conseguido desprenderse de todas sus prendas a excepción de su bonita lencería que calentaba aún más a la extranjera.

En el sofá la coreana beso y lamió su abdomen, succionando desde su cuello hasta sus abdominales mientras que con sus manos apoyadas en los muslos contrarios daba caricias.

Mina echó su cabeza hacia atrás viendo como su novia se relamía los labios para bajar de manera lenta sus pantalones hasta la rodilla.

Miró el duro miembro, chorreante de líquido preseminal y con la punta algo roja, nunca había visto a Mina tan dura o a lo mejor no se había tomado la molestia de tener su miembro así de cerca.

—Ven aquí cariño —palmeó el sofá haciendo que la chica se sentara tal y como lo había ordenado.

Mina hizo que se recostara lo suficiente y una posición cómoda quedando manera de que sus dedos separaran sus pliegues para jugar con su centro.

Nayeon soltó un gemido sintiendo los dedos de su novia, pero ella no debía de quedarse atrás. Ella le daría placer también.

Lamió desde su ombligo rodeando su base  tímidamente hasta la punta haciendo que Mina apretara sus ojos pasó su mano por el cabello de la mayor.

—No quiero forzarte.

—No me estás forzando, tonta —sonrió —Déjame darte la mejor mamada de tu vida.

Esas palabras calientes salieron de sus labios y trató de meter a su boca la polla que casi la ahoga.

Mina se separó asustada por la reacción de su pareja.

—Eh calma...hazlo hasta donde puedas.

Si Nayeon fuera otra chica hubiera cogido sus cosas y se hubiera largado o bien se hubiera follado su boca sin importarle los sonidos de arcadas.

Pero era Nayeon.

La mencionada se sentía avergonzada, una vez más lo intentó metiendose solo mitad de su pene, Mina echó la cabeza hacia atrás llena de placer.

Las manos de Nayeon viajaron hasta sus testiculos dandoles atención a ambos, impaciente Mina tomó de la cabeza con su mano libre obligándola a ir más al fondo.

La otra mano de Mina masturbaba a Nayeon que gemía con la polla metida dentro de su boca.

Mina sentía que estaba cerca, no quería durar mucho así que comenzó a embestir la boca de Nayeon.

Nayeon trató de parar los bruscos movimientos de Mina tomándola por la cadera, pero esto fue ignorado y Myoui la cogió del cabello haciendo que se lo tragara todo.

—Jodida mierda —gimió notando como la mayor estaba cerca.

El orgasmo exploto en Nayeon unos segundos más tardes al sentir los dedos de su novia penetrarla.

—Sabes bien —dijo con apenas aliento.

—Lo siento, no quise ser tan bruta.

Comentó la japonesa haciendo el amago para subirse sus pantalones, no obstante fue detenida por la universitaria.

—Me gusta que lo seas, sabes que si algo me incomoda te lo diría.

—Lo sé...

—Entonces a que esperas para romperme.

Si prácticamente su miembro no se había bajado del todo, ahora estaba tan despierto como antes. Mina solo desvió la mirada, su miembro le pedía a gritos follarse a Im en ese sofá y su cabeza le decía lo contrario.

—N-no puedo, tengo miedo de que vuelva a pasar lo mismo.

Nayeon la miró asombrada, así que esa era la razón.

—Mina, mi vida esta vez me estoy cuidando  —con algo más de delicadeza acarició sus mejillas —¿Confías en mi?

—Confío en ti.

Para sorpresa de Nayeon, Mina fue quien tuvo la iniciativa de tomarla por la cadera apegando su miembro a ella. Se fundieron en un largo beso con lengua mientras que se una vez por todas se quitaban la ropa interior faltante.

De manera brusca, Im se sentó encima de Mina comenzando a saltar con su ayuda. La sensación apretada y caliente del interior de Nayeon hizo que Myoui acelerara las embestidas.

—Dios Mina, extrañaba esto.

La mayor que había olvidado el placentero sentimiento de tener a Mina en su interior se movía a su libertad, no tardándose en llegar al orgasmo.

—Joder, ¿tanto me querías adentro? —le susurró intercambiando posiciones, de un instante a otro ya la tenía a cuatro.

—Mina...—suspiró agotada notando como su novia jugaba con su punta en su otro orificio.

—Estas lo suficientemente lubricada, ¿quieres que te rompa o no? —preguntó.

Nayeon solo ladeó con la cabeza y una sonrisa salió de los labios de la japonesa. Llevaba mucho tiempo queriendo experimentar ese tipo de sexo con ella.

—Hazlo con cuidado...—rogó.

—Nunca te haría daño queriendo bebé —dijo esto último dejando un chupetón en el cuello de Im.

Introdujo la punta en ese orificio tan apretado, el chillido de Nayeon hizo que se detuviera.

Llevó su mano libre hacia su clitoris y la estimuló mientras que seguía con su labor.

—Se siente bien...—gimió la coreana.

Ese gemido Mina lo interpretó como señal de que ya era hora de meterla entera, así pues de una embestida se metió por completo causando otro grito en la universitaria.

—¡Idiota! —se quejó.

La coneja notó que se movía muy lento, demasiado para su gusto. Pues poco a poco ya se estaba acostumbrando al tamaño.

—Muévete más.

—¿Segura?

—Ujum —respondió mordiéndose el labio, las manos de Mina eran una maravilla que la complacían. Eran una bendición.

Y vaya que aceleró la velocidad, había tomado con tanta fuerza de las caderas a su novia estrellándose una y otra vez sintiendo placer por cada vez que lo hacía.

Dejó un instante de estimularla para darle un sonoro azoté entre su trasero apretándolo.

—¿Más fuerte coneja? —se burló viéndola hecha un desastre opacando sus gemidos en uno de los cojines del sofá.

—Que te jodan.

—Yo te estoy jodiendo a ti —dijo entre dientes, notando la presión en sus testiculos que hacían un morboso ruido gracias al suave trasero de Im.

El climax explotó en Mina que rápidamente salía embarrando de su sustancia cálida los glúteos de la mayor.

Segundos después caía sobre ella abrazándola y besando su hombro.

—¿Estás bien?

—Perfecta, pero creo que tendremos que comprar un nuevo sofá.

—Seguramente —decía riendo sin dejar de abrazarla, completamente apegada a ella.

Y aunque Nayeon dijera en ese momento que se encontraba bien, nadie le avisó que los problemas, dolores y agujetas vendrían al día siguiente...














🤡

Prometo que el siguiente cap será soft :)
bueno y con un poquito de drama que esta vida se basa en ello.😘

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