Aún mantenía sus manos empuñadas, las lágrimas recorrían sus mejillas dejándole un sabor salado en los labios. Por mucho que quisiera controlar sus llantos, pero le era duro. Le era duro ver como la doctora encargada se mordía el labio sin saber ni cómo empezar a narrarle que es lo que ocurría.

El sangrado se había detenido y gracias a la ayuda de la doctorada el dolor había parado y ahora le inspeccionaban para asegurarse que había pasado. Volvieron a tocar por millonésima ves la puerta.

Por su propia petición, había pedido a Mina que se quedara afuera mientras se realizaban los chequeos, sabía que esa fachada de "insensible y chica mala" era solo eso; una fachada. Había pasado mucho con Mina y ya la conocía  (no al cien por ciento) le era más que suficiente para indicarle que seguía en el muy fondo siendo una persona muy sensible.

Myoui por otro lado estaba desesperada, quería tirar la puerta abajo. No podía resistir dejar a Nayeon ahí metida sin saber que le estaban haciendo, de un momento a otro le abrieron la puerta.

Dejándola ver por fin a su amada, rápidamente tomó asiento a su lado abrazándola, tomando su mano temblorosa para escuchar lo que la mujer tenía que decir.

—Nayeon, has tenido un aborto espontáneo.

La mencionada rápidamente escondió su cabeza en el pecho de la japonesa comenzando a llorar,Mina quien contenía sus lágrimas notaba un nudo en su garganta enorme, el dolor en su corazón era incomparable. Después de tantos esfuerzos, todo se había ido al garete.

—¿L-la razón? ¿Hice algo mal? —preguntaba bañada en dolor y lágrimas la coreana.

—Lo lamento, pero no hiciste nada mal.  Nadie lo hizo. De hecho no siempre se sabe la causa exacta por la que se produce un aborto espontáneo, la más habitual es de origen genético, es decir, suele producirse por anomalías en los cromosomas...

Mina al escuchar lo ultimo apretó sus puños, ella era un "fenómeno." Básicamente había sido su culpa.

"Todo es mi culpa" pensó aún con el nudo en la garganta.

Aunque ya hubieran salido del hospital, Mina miró el coche algo manchado. La coneja por primera vez lloraba en silencio, sin poder mirar a los ojos a su novia.

Le era doloroso, pero que muy doloroso verla en esa condición. Sharon se sentía culpable como nunca y Nayeon no era capaz de pronunciar palabra. Ambas demasiadas sumidas en su propio dolor.

Tan retraídas la una con la otra y con miedo en sus corazones.

Lo peor vino al llegar a casa. Era una mezcla de nostalgia en la cabeza de ambas, un mix de palabras y promesas que no habían sido cumplidas. La gota que colmó el vaso fue la reacción de Im al ver aquello.

Aquellas sábanas algo manchadas de sangre, sin poder controlarse cayó de rodillas aferrándose a la tela llorando desmesuradamente.

La menor lo único que se le ocurrió fue abrazarla por la espalda, sobando su cabeza mientras hundía su rostro en la espalda contraria.

—Lo siento...—murmuró dejando de una vez relucir aquellas lágrimas brotando desde el más fondo de su ser.

Era obvio que Mina estaba padeciendo un dolor inmenso por ver mal a su novia, el aborto y lo peor es que se culpaba a sí misma una vez más. Quería cargar ella sola con el dolor y convencer a la mayor de que todo se había causado gracias a ella.

—Si no fuera una fenómeno nada de esto habría pasado, soy una basura...

—Mina...—se dio la vuelta tomando el rostro de la nipona —No digas eso, nunca.

Nayeon se tomó uno segundos para analizar el dolor en los ojos contrarios, su corazón de apretujó de una manera excesiva. Si bien Myoui se sentía culpable, ahora Im se sentía aún más por hacerla pasar por todo aquello...

Ella la había ilusionado teniendo ese bebé y de la noche a la mañana todo había salido mal.

Dándoles a ambas la peor noticia...

—Soy yo quien lo siente...—lloriqueó la coreana.—Necesito hablar con mis padres Mina, necesito el apoyo de mi madre.

Otra pesadilla más salía de la mente de Mina sin embargo, no podía oponerse. Entendía que su pareja necesitará su figura materna para guiarla en ese doloroso camino y que sobretodo sus padres merecían saber la verdad.

—Les llamaré, puedes descansar algo —le dijo Nayeon viéndola a los ojos.

—No puedo cerrar los ojos, no hasta que te vea mejor —la abrazo con fuerza buscando reconfortarla.

—Lo estaré.

No se hablaron más y de forma rápida, la universitaria con la voz temblorosa llamó a su madre mientras caminaba hacia la terraza queriendo evitar que la extranjera escuchara cualquier tipo de confesión o grito telefónico.

Mina tomó las sábanas manchadas y comenzó a limpiarlas para meterlas a la lavadora las imágenes de lo ocurrido venían en bucle en su cabeza durante el proceso, se tuvo que apoyar en la pared rememorando las palabras de su familia.

Sobretodo las de Hyunjin:
"Un fenómeno como tú no puede tener hijos"

Poco le habría importado en ese entonces no obstante, ahora esas palabras eran como veneno para su corazón. Una pequeña parte le decía que no había sido su culpa, pero prefería escuchar a la otra parte.

La parte que le gritaba que había sido su culpa.

Guardó silencio observando la lavadora, después escucho los ruidosos sollozos de Nayeon durante un buen tiempo, necesitaba consolarla. Pero la coneja apenas quería verla a los ojos, solo lloraba en su hombro.

Y como si su día no pudiera empeorar aún más el timbre sonó dejando ver a los padres de la mayor.

La señora Im ya tenía los ojos rojos seguramente de llorar y el señor Im venía cabizbajo.

Observaron a su hija y su estado, estaba destrozada.

Como si fuera una niña pequeña corrió a los brazos de sus padres que la recibían con los brazos abiertos, el abrazo fue más duradero entre la madre e hija.

El señor Im se había separado para aclararse la garganta.

—Por Dios Nayeon...¿cómo no pudiste decírnoslo antes?

El llanto de su hija incrementó en los brazos de la mujer.

—Es duro perder un embarazo cariño, lo sé. Sigues siendo nuestra niña asustadiza...—consolaba a la universitaria.

Mina sin saber no muy bien que decir se aclaró la garganta tratando de acercarse al hombre.

—Señor Im, nosotras —

—No quiero que digas nada —le espetó haciéndole un gesto de que se alejara —Lo último que quiero es escuchar alguna explicación, con las de Nayeon me han sido más que suficientes.

La más pequeña ladeó la cabeza manteniendo la cabeza en bajo.

—Vendrás a casa unos días cariño, seguro que te sientes mejor —le propuso su madre.

Nayeon miró a su novia y luego a sus padres. No tenía muy claro qué hacer.

—Antea de coger alguna ropa necesito hablar a solas con Mina...

La mencionada solo siguió a la mayor para escuchar sus palabras, aún dolida sabiendo que tendría que pasar algunos días sola no podía reprocharle por mucho que quisiera rogarle que se quedara a su lado.

—No serán muchos días lo prometo —hablaba metiendo alguna ropa en una mochila.

—Lo sé, pero está bien. Escríbeme, todos los días.

—Lo haré.

—Te iría a visitar, pero tus padres me odian ahora mismo...

La coreana sintió sus ojos cristalizarse, solo pudo morderse los labios sin saber muy bien que responder ante ese comentario.

La pingüina, sabiendo que posiblemente no les quedarían más minutos a solas quiso acercarse a los labios de Im, queriendo plasmar su amor en ellos.

—Nayeon, nos vamos —dijo desde el marco de la puerta el hombre haciendo que ambas se separaran.

Las dos adolescentes se separaron sin llegar a besarse. Así pues, Nayeon se marchó sin darle ni un último beso ni abrazo a la adolorida extranjera.

🤷🏻‍♀️🤷🏻‍♀️

El sonido hueco de la puerta azotarse por el viento causó en ella un vacío, se levantó un instante solo para cerrar la ventana, estaban pasando tantas cosas con las que no podía lidiar. Tendría la graduación, pero su mente no estaba completamente centrada en ello.

Su corazón ahora estaba únicamente pensando constantemente en la coneja, en lo idiota y desconsiderada que había sido cometiendo tantos errores y llamándose "fenómeno" durante todo el día.

Más bien: culpándose, básicamente.

La tristeza se la estaba comiendo viva, podrían haber pasado horas desde la marcha de Nayeon. No obstante, al tener el móvil en silencio, todas las ventanas cerradas ahora y persianas bajadas no sabía ni en qué hora vivía, poco le importaba ya.

No tenía nada de ganas de ir al instituto o de levantarse de la cama por mucho que su estómago gruñera o su vejiga comenzara a sentir como si fuera a explotar.

De fondo podía escuchar algunas gotas golpear el cristal de las ventanas, así que supuso que estaría lloviendo. Sentía sus párpados cerrarse, pero tal y como le había dicho a Nayeon no podía dormir hasta que la llamara al número de casa para afirmarle que estaba mejor.

Así pues esperaba una llamada al número fijo, esperando noticias positivas de su novia.

Sus ojos ardían del cansancio y a pesar de estar recostada sentía su cuerpo completamente agotado. Poco le faltaba para quedarse dormida cuando el timbre sonó repetidas veces.

Con esperanza abrió la puerta y se encontró con dos japonesas empapadas, con una mochila en sus espaldas y una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Qué hacéis aquí?

—Tú siempre respondes medía hora más tarde nuestros mensajes, también nos avisas si no vas a salir con nosotras —explicó Momo.

—Sabíamos que algo debía de andar mal...—concordó Sana.—Además tenemos un quinto sentido.

—Es sexto, tonta —la corrigió la japonesa mayor.

—¿Dijiste algo de sexo? —levantó y bajo las cejas la rubia.

Mina sonrió un poco observando a esas dos, siempre conseguían sacarle una sonrisa.

—Venga entrad, no quiero que os enferméis.

El SaMo se miró a los ojos y sonrió, entrando a la morada.

—Hemos traído comida y videojuegos por si estabas enfadada con nosotras —hablaba sentándose en el sofá Minatozaki.

—Y lubricantes para que lo pases bien con la coneja...oye Miguri ¿Y la coneja?

Mina que volvía con algunas toallas para que se secasen bajo la mirada adolorida.

—Nayeon ha perdido el bebé...y han venido sus padres...

Hirai se llevó las manos a la boca y Sana no movía ni un músculo ya queriendo llorar.

—Oh Mina-chan, no sabes cuanto lo sentimos...—Sana ya estaba llorando al igual que Momo.

Al final habían contagiado a Mina con sus lágrimas.

—Te ayudaremos a pasar esto...

Momo vio como Sana se levantaba abrazándola con fuerza, a continuación la más mayor carraspeó y trató de mostrar su mejor sonrisa.

—Miguri, nos tienes a nosotras. Somos tus hermanas después de todo ¿o no?

Minatozaki le dio dos besos en las mejilla a ambas.

—Eso mismo, aquí estamos nosotras para ti y para todo.

La japonesa menor se sintió algo más feliz en los brazos de sus mejores amigas que siempre encontraban la forma para rescatarla de sus peores momentos.

🥺🥺

Había conseguido dormir algo, eran últimos días de instituto y no le interesaba a ninguna de las tres asistir pues sabían que día colgarían el listado para ver sus resultados en los exámenes finales sin embargo, mientras tanto podrían descansar.

Abrió los ojos de forma lenta, estaba en el borde de la cama mientras que Sana y Momo se abrazaban aún dormidas.

Camino sin hacer ruido hacia el salón y revisó su móvil, teniendo una vez más esperanzas o indicios de su novia.

Pero Nayeon no le había escrito ni llamado para nada.

Era una tontería, si lo sabía. Pero era algo que quisiera o no le llegaba a preocupar.

Meditó en que quizás si Nayeon había sido capaz de llamar a sus padres para plantearles la situación, ella debería de ser capaz de hacer lo mismo con sus padres. Pero prácticamente ya sabría o intuía las respuestas de estos.

Estarían más que felices por la noticia.

De repente una notificación saltó en la pantalla.

"Espero que hayas descansado🐧" Leyó el mensaje de la universitaria una y otra vez. Quería escribirle cuanto la extrañaba y necesitaba, pero optó por contestarle de manera poco cariñosa y más preocupada.

Debía de tener más que claro que Nayeon necesitaba su tiempo, le daría todo el tiempo que necesitara porque la amaba con locura. No obstante, Mina se cuestionaba si sería mejor superar aquel desastre juntas y no por separado...

😭

Pido disculpas de antemano. Me perdonan?

Prometo que esto será recompensado...🙏🏼

Bueno...todo no es tan malo, al menos salió el trailer de Mina para el comeback.

Bro, que emoción.

Pd: cualquier error fue culpa del sueño :c