Llegaron lo más rápido que pudieron, a nuestra protagonista mayor no le había gustado nunca el olor y ambiente en los hospitales. No le traía buenos recuerdos, le resultaba algo desagradable de recordar sus experiencias en sitios como hospitales.

Apartó esos pensamientos, sintiendo la mano temblorosa de su novia aferrándose a ella. Mina estaba asustada.

—¿Dónde está Momo?

—En la sala de urgencias...

Aún tomadas por la mano, trotaron hacia la sala mencionada. Al llegar el ambiente era aún más pesado y negativo, un paisaje no tan feliz se pintaba justamente en frente de sus ojos. Lo más odioso era el no poder hacer nada por su amiga.

Momo estaba sentada mirando hacia el techo del edificio y Dahyun tenía una postura con sus manos de rezar.

—Momo —corrió Mina hasta donde su mejor amiga.

Se abrazaron de forma fraternal durante unos segundos y luego se separaron para verse a los ojos.

—Mina te lo juro que todo pasó tan rápido ...—sus ojos estaban ya rojos y Dahyun se levantó para abrazar a Nayeon.

—Respira, respira —sobó su espalda haciéndola sentar y tranquilizar algo.

La pareja escuchó atentamente a Momo, se notaba de sobra que Dahyun parecía estar bastante afectada para decir algo al respecto.

Hirai comenzó a explicar la situación de forma resumida: habían quedado en ir a visitar a Dahyun o más bien a recogerla de su trabajo nuevo. El problema comenzó cuando empezaron a discutir por con quien debía subir a la bicicleta.

Kim eligió a Momo porque Sana siempre iba demasiado rápido, ese fue el incentivo para que las dos japonesas mayores comenzaran a discutir mientras conducían en sus bicicletas.

La coreana menor, harta amenazó con bajarse pues ella misma reclamó que no era ningún premio por el que debían pelearse.

—Le dije a Sana que mirara como me abrazaba Dubu—explicaba la japonesa mayor mirando al suelo —Ella nos vio y quiso adelantarnos sin quitarnos la vista de encima, entonces fue cuando se chocó con el coche que frenó, pero ella no y casi salió volando.

Nayeon consolaba a Momo mientras que Mina sólo aspiró aire para luego revolver su pelo dándole a entender de que no era del todo su culpa.

—¿Dónde está el que conducía el coche? —cuestionó Nayeon.

—N-No pude ver bien el coche ni el rostro, solo me preocupe por Sana...—expresó Momo adolorida

—El chico que lo conducía dijo que estaría aquí en cuanto terminara algunas preguntas y trámites —respondió Dahyun

La más pequeña se dió aire sintiendo alguna que otra lágrima deslizarse por su mejilla.

—Sana unnie es fuerte, no le pasará nada —se decía a sí misma.

Una doctora salió de la habitación en la cual se encontraba Sana para buscar con la mirada a las chicas que la acompañaban con anterioridad.

—¿Familiares de Minatozaki Sana?

—Aquí, somos nosotras —levantó la mano Nayeon, sacando su lado materno para comenzar a hablar con la mujer adulta.

—No tiene nada grave, pueden pasar a verla —les sonrió y Dahyun fue la primera en entrar como un rayo.—Está algo adolorida todavía.

La nipona menor iba a entrar también, pero se quedó mirando a su mejor amiga parada ahí como si tuviera miedo. Conocía esa cara...

—Sana no podría enfadarse contigo Momorin —golpeó repetidas veces su espalda Mina dándole ánimos.

—Sí, Sana es como mi alma gemela —dijo sonriendo y entrando juntas para ver el estado de su amiga.

Conocía a Sana desde que tenía pañales, era su mejor amiga de la vida. Eran hermanas, las mejores hermanas que podían existir en la faz de la tierra y Momo sabía muy bien que no sería correcto por su parte dejar tirada a su amiga por solo tener miedo de cómo pudiera reaccionar.

"Es Sana, es Sana, es Sana no te puede odiar" se repetía antes de entrar. Con una sonrisa se aventuró a adentrarse para ver por fin el estado de la rubia.

—¡Ardilla dime qu—su enorme sonrisa se borro de enseguida.

La escena de cómo Dahyun abrazaba con tanto sentimiento a Sana hizo que se callara, Kim la abrazaba escondiendo su rostro en la cavidad del cuello de Minatozaki que estaba sorprendida por tal acto de la coreana menor. Esto provocó un extraño nudo en la garganta de Hirai...

Era un abrazo lleno de amor puro. Y ambas lo disfrutaban en silencio.

—Nos has dado un susto Sanita —se aclaró la garganta Mina, mirando de reojo a Momo.

Claro que lo había notado, había notado la reacción que acababa de tener. Conocía demasiado bien a Momo.

—Ya sabéis que soy torpe —rió notando como Dahyun cortaba el abrazo avergonzada.—Estoy perfecta, lo único es que me han puesto cuatro puntos en el codo para cerrar la herida.

—¿Y tu cabeza esta bien? —volvió a preguntar Nayeon.

—Sí, me duele un poco aún —Sana sonrió a sus amigas —el golpe fue fuerte, pero no tanto como para abrirme la cabeza. Menos mal puse los brazos antes de caer o sino habría sido peor, eso me dijo la doctora.

Los ojos de la rubia se fijaron en Momo que estaba demasiado retraída mirando cada reacción de la coreana menor ante las palabras de Sana.

Un silencio se instaló en la habitación, las miradas de las dos japonesas eran intensas, parecían estar hablando telepáticamente o eso creían las demás.

—He llamado a tu madre Sana-chan —se atrevió a decir Momo.

—Sabía que dirías eso, me va a caer una buena bronca...—suspiró imaginando los gritos de su madre.—Pero lo entiendo.

Se abrió la puerta sorpresivamente, por arte de magia justamente la señora Minatozaki entraba alarmada entre lágrimas a ver a su hija.

—Mamá...—trató de calmar el sollozo de su madre.

—¡Sabía que algún día te pasaría esto! De ahora en adelante irás solo en coche y con siete cinturones de seguridad.

Sana soltó una carcajada y miró a los ojos a la mujer.

—¿Eso significa que me comprareis un coche solo para mi?

—Si consigues entrar a Yonsei...

Mina estaba aún en silencio, admirando el momento madre-hija que estaba teniendo su amiga, se asustó en cuanto sintió como la coneja tiraba de su mano.

—Mina, mejor las dejamos a solas...

—Será lo más adecuado —le hizo una seña a Dahyun y a su mejor amiga para que salieran junto a Nayeon.

La madre de Sana se giró un momento para encarar a las jóvenes.

—Gracias por cuidar de ella chicas, os estoy muy agradecida , agradezco que tenga amigas que velen por su bienestar —hizo una reverencia la señora Minatozaki haciendo a las adolescentes hervir en vergüenza.

—Nos has asustado, cualquier cosa háblanos —dijo Mina despidiéndose para ir abrazarla antes de irse, cosa que todas hicieron.

Dahyun fue la última en despedirse durando unos segundos más que las demás.

Momo miró de reojo desde la puerta y aparto la mirada.

Hirai salió en silencio y Dahyun jugaba con el borde de la sudadera que Minatozaki le había prestado antes de accidente, ambas caminaban hacia la salida.

El Minayeon caminaba tras ellas, más acarameladas y apegadas. Sharon era la que estaba pendiente de los gestos de la nipona mayor.

—Tú —señaló Momo viendo a un chico algo alto que cambiaba por el pasillo que daba con la salida.—Mark, era tu coche ¿verdad?

Mark se paró en seco, dándole una mirada de menosprecio a Momo.

—Solo fue casualidad que acabara mi ex chocando contra mi auto, no seas niña Hirai —escupió esas palabras con arrogancia.

No faltó más para que la chica se abalanzara a cogerlo del cuello de su camiseta y estrellarlo contra la pared.

—¡No me jodas Tuan! ¡Sé perfectamente el rencor que le guardas a Sana!

—Ya he dicho lo que paso a los que tenía que decírselo, así que sí, te jodo —sonrió cínicamente y Momo ya iba a darle el primer puño cuando Dahyun la detuvo.

La menor trató de controlarla para que no usara su rabia como arma, pero fue en vano.

—¡No me toques! —empujó a Kim logrando que perdiera el equilibrio y cayera al suelo.

—Luego hablas de mi, pero bien que le haces daño a tu noviecita —rió Mark.

En ese instante Mina tuvo que intervenir alejándola del muchacho que huía despavorido.

—Contrólate, ya veremos qué hacemos con ese idiota, pero no puedes pegarle en medio de un hospital —espetó Mina golpeando su hombro.

Hirai solo suspiró y ladeó su cabeza, luego arrepentida volteó a ver a Dahyun y Nayeon.

—Dahyun, lo siento yo...

—Está bien unnie, estoy bien —forzó un poco su sonrisa.

—Solo salgamos a tomar aire fresco —cortó la tensión Nayeon, rogándole con la mirada a su novia salir cuanto antes.

La coreana mayor se sintió mucho más agobiada dentro de ese lugar, definitivamente ese no era su sitio favorito. Apoyada en Mina caminaron hacia el exterior sintiendo el aire inundar sus fosas nasales, eso es lo que necesitaba. Algo de aire.

—Me estoy mareando, vayamos a casa Minari —susurró en la oreja de la menor.

—Vamos en taxi y te doy un masaje con final feliz —le guiñó un ojo causando la risa de Im.

Pasaron unos minutos hasta que el taxi se presentó frente a ellas, la pareja le dio un brazo tanto a Dahyun como a Momo para despedirse.

Im miró por última vez a sus amigas y sonrió antes de montarse en el coche.

—Por cierto Dahyun-ah, no me dado tiempo de decírtelo —comentó la universitaria mirándola —Pero, el pelo rubio te queda de maravilla.

👼🏽👼🏽

El contacto suave en su piel era más un placer indescriptible, tener a Im Nayeon sentada en su trasero mientras ejercía pequeñas caricias y masajes era la gloria.

El deslice de sus manos y dedos en su cuerpo le inducían cariño, eran ese tipo de muestras de cariño por parte de la coreana que la volvían loca. Luego de un agitado día, tenerla encima de ella después de una ducha y una buena cena era una sensación entrañable.

—Nayeon, tus manos están hechas por los mismísimos dioses.

—No seas tonta —reía pasando de arriba hacia abajo sus manos trazando figura inexistentes en la delicada piel de Myoui.

—No lo soy, encima las tienes tan grandes al igual que mi amiguito así que que cada vez que me haces una pa—La mayor la golpeó  haciéndola callar mientras soltaba una risita—¡Vale, lo siento!En resumen, amo tus manos.

—No exageres Minari...

—No exagero, es una de las tantas virtudes por las que me tienes de rodillas...—se regocijaba la japonesa.

Aquello era totalmente serio, Mina estaba completamente absolutamente loca por la universitaria, por eso había hecho tales esfuerzos, como estudiar y trabajar a la vez.

Myoui haría de todo por solo ver a su coneja favorita feliz y con más razón si ella era la razón por la cual Nayeon disfrutaba de la alegría.

—Al final no hemos podido decir lo de mi embarazo...—se lamentó Im recordando la cena familiar.—Salvada por la campana Myoui.

—Tenemos tiempo, ¿cuantas semanas llevas ya?

La coneja se quedó pensativa por unos segundos y se quitó de la espalda desnuda de su novia, alzó ambas cejas emocionada.

—Estoy en la tercera, se supone que ya tiene corazón, he estado leyendo y se supone que para la cuarta semana el corazón ya comienza a latir...

Nayeon pasó una mano por su vientre pensativa, miró a la adolescente y luego miró una vez más su abdomen. Le sorprendió sentir la mano de Sharon en su vientre, se había dado la vuelta para admirarla.

—Quiero que sea niña...—murmuró logrando sacar una hermosa sonrisa a la mayor.

—Creía que no estabas muy emocionada por esto...

—No digas eso, si ya sabes que lo estoy porque te amo.

Las palabras fueron chocantes para la universitaria, lo fue tanto que todavía no se creía lo que acababa de escuchar. Las lágrimas amenazaban con salir y Mina corrió a abrazar a la coneja. Nayeon enterró su cara en el pecho de la menor.

—Yo también te amo Mina. Te amo tanto que pienso que mi corazón estallará en cualquier momento.

—Necesito besarte ahora mismo —respondió tomándola por la barbilla.

Junto sus labios de manera suave y pausada profundizando un beso representante del amor entre ambas.

Todo estaba saliendo demasiado bien gracias a los esfuerzos que ponían ambas para que aquello que comenzó como un error terminase siendo algo que las uniera aún más. Era como si estuvieran viviendo en un cielo donde no habrían nunca nubes ni mucho menos una tormenta...

🥶

Un regalito porque me he enterado de que Mina ha sido parte del MV para el comeback.

Estoy F E L I Z uwu

(Espero que no sea mentira 🤡)

Pd: No se crean que va a haber drama entres estas dos...no soy capaz...o si...bueno no...