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29.Adiós vacaciones

creo que la canción se ajusta a lo que pasa entre Mina y Nayeon, so disfrutad del capítulo.

Mina juró que nunca se enamoraría, nunca sentiría cosas por alguien porque sabía o más bien pensaba que los sentimientos debilitan al ser humano. Y enamorarse no le convendría para nada, ella solo quería ser un alma libre que únicamente disfruta del sexo mas no de los sentimientos.

No obstante si no hubiera decidido emanciparse y mucho menos elegir el piso en el que convivía con Nayeon nada entre ellas dos habría pasado.

No se habría enamorado de Nayeon.

En plenas vacaciones ella estaría levantándose de una borrachera, Sana estaría vomitando en el baño y Momo dándose una fresca ducha mañanera. Pero no.

En lugar de eso, el cuerpo desnudo de Im Nayeon estaba abrazándose a su anatomía, como si no quisiera alejarse nunca de ella después de tener sexo la noche anterior. Era demasiado temprano, era obvio que Mina lo sabía gracias a los pequeños rayos de sol que traspasaban las cortinas.

Posó su mirada en el cuerpo ajeno, recorriendo lentamente cada detalle de Nayeon. La mayor se removió incómoda notando la erección mañanera de Myoui en su estómago.

—Será mejor que tome una ducha fría —se sonrojó notando como la adormilada coneja ponía una mano en su miembro tratando de aparta lo que fuera que estuviera obstruyendo el estar completamente abrazada a la menor.

Con unos no muy puros pensamientos, Mina se levantó para ir hacia el baño a darse un baño, no sin antes agarrar una toalla para cubrirse.

Pasados los minutos, el ruido de la japonesa vistiéndose y su risa al leer los mensajes de sus mejores amigas, despertaron a la bella durmiente de Nayeon.

—Buenos días, fea.

—Buenos días, idiota —contestó acercándose para darle un casto beso en la frente.











🌈🌈









Obtuvieron la ventaja de tener un desayuno a solas y romántico pues al haberse despertado tan temprano gozaban de la cocina para ellas solas.

Estaban besándose no de manera desenfrenada, pero tampoco de una muy tranquila cuando el grito de Yeojin hizo que se separaran.

—¡Que asco! —negó con la cabeza completamente asqueada.

—Yeojin —llamó su hermana, arreglándose un poco el cabello.

La niña pequeña que buscaba sus galletas de chocolate en el armario de la cocina. Se giró con una sonrisa traviesa.

—No le digas nada de esto ni a mamá ni a papá —rogó la hermana mayor y Yeojin rió.

—¿Y qué gano yo mintiendo? —se cruzó de brazos y miró a Mina —quiero que la pingüina me lleve a un parque de atracciones.

Nayeon miró a Mina expectante, ésta solo atinó a mover la boca sin saber que decir.

—Al cine —le cambió la oferta la japonesa.

—Y conmigo —añadió Nayeon.

—No, contigo no —negó nuevamente la cabeza.

—Vamos con la fea de tu hermana y te compro todo el helado que quieras —se arrodilló Mina ante la pequeña que al ver la manera en la que le sonreía asintió con la cabeza.

La mayor de los Im bufó viendo como su hermanita pequeña se disponía a desayunar viendo la televisión. Poco a poco cada integrante de la familia comenzaron a despertar, mientras esto pasaba las dos adolescentes escuchaban música sentadas en las tumbonas del jardín.

Nayeon tenía el auricular derecho y Mina el izquierdo, la coreana pasó un brazo por la cintura de la menor pareciendo así que estuvieran acurrucadas mientras disfrutaban la playlist que Myoui se había molestado en crear. Estaba basada solamente en canciones de IU, las favoritas de la universitaria.

Im cerró sus ojos tarareando y moviendo un poco sus dedos al compás de la música,   la extranjera solo se limitaba a verla con una sonrisa.

—Buenos días —se tiró prácticamente en las piernas de ambas Jeongin.

—Quita —lo empujó su hermana, haciéndolo caer.—Que me duelen las piernas.

¿Por qué siempre había algo que irrumpía sus momentos tranquilos y bonitos? Y ese algo era su hermano.

—¡Es normal que te duelan las piernas después de lo de ayer! —exclamó el varón.

—¿Y tú que sabes? —levantó una ceja Nayeon, sin entender a lo que se refería el menor.

Mina se pudo hacer una idea y sinceramente quiso descartar el que hayan sido descubiertas, para su desgracia el preadolescente se levantó para ir al baño a la madrugada escuchándolo todo.

Jeongin tomó aire y se acercó al rostro de ambas para comenzar a hacer gestos exagerados de suspiraciones.

—¡Ah así Mina, dame más Mina! ¡oh sí Minari! —comenzó a imitar gemidos y gritar.

Las caras de las protagonistas cambió rápidamente a un color rojo intenso, Nayeon por su parte estaba roja tanto de la vergüenza como de la rabia.

—¡Eres idiota! —se levantó comenzando a ir tras él.

La apenada Myoui sintió más vergüenza al ver como el padre de la coreana se asomaba a ver cuál era él problemas entre sus hijos.

—¡Suéltame! ¡Que ayer ya nos dimos cuenta de que os gusta mucho aplaudir! —se retorcía de dolor mientras Nayeon lo tenía sujeto de una oreja.

—¡Cierra la boca mocoso!

El señor Im se acercó y suspiró tomando su café, solo intervendría si los veía más agresivos aún, obviamente llamando a su mujer para que los calmara.

—¡Papá! ¡Ayuda! ¡Tú también lo escuchaste! —Gimoteó de dolor el pequeño, siendo aplacado por la mayor. —¡Dile algo!

—Papá yo, bueno nosotras...—Mina ensanchó los ojos, ¿acaso quería que su padre la matara?

Nayeon sonrojada miró a su padre, completamente asustada a lo que fuera a decir.

—Créeme hija, no quiero ni imaginármelo y mucho menos saber los detalles —volvió al interior del hogar con las mejillas encendidas.

Un suspiro tranquilo salió de la nipona, la universitaria continuó torturando a su hermano por un rato más, dejándole claro que no debería de meterse más con ellas.

Mina sonrió al ver como Yeojin se unía a las burlas hacia Jeongin, notó como su móvil vibraba. Bufó pensando en que se trataría de Sana lloriqueándole y diciéndole que volviera ya, pero no fue así. Era su padre.

Caminó con prisa contestando a la llamada hacia la terraza para tener algo más de privacidad a la hora de hablar con su padre, hacia mucho tiempo que no tenía una llamada de él.

—¿Papá?

—Mina, te llamaba para avisarte de que iré a Corea por negocios y como sabrás organizaré una fiesta.

—Mamá ya me ha informado de ello —habló recordando lo que su propia madre le había pedido.—¿Es...obligatorio llevar pareja?

La risa de su padre hizo que se confundiera.

—Sería lo ideal, ya sabes para cuidar las apariencias. Sé perfectamente que no te hace falta que te busque a alguna chica guapa para que sea tu acompañante, lleva a quien te parezca la mujer más hermosa —dijo sonando de muy buen humor, nunca esperó que le diera tanta libertad.

Se le había olvidado que Akira siempre había sido más liberal con ella. Con sus palabras no pudo evitar pensar en invitar a Nayeon, pero temía ser rechazada.

—Por cierto, tu madre me ha hablado de tu compañera de piso, con la que estás ahora mismo de vacaciones —uso un tono algo más serio —Como llegáis un día antes del evento le he enviado algo de dinero a tus mejores amigas para que os compren algo a ti y a tu pareja, algo caro y de gala.

—Gracias papá, ya hablaré con ellas de eso con más calma.

Una voz de varias mujeres sonaron de fondo. Seguro que estaba acompañado por mujeres jóvenes y hermosas, como era de costumbre.

—Hija te tengo que dejar, estoy algo ocupado...

—Ententido —no le dió tiempo ni a despedirse, su padre ya le había colgado.

El transcurso del día a partir de la llamada con su padre dejó pensativa a Mina. No tenía ni idea de qué mierda hacer, estuvo algo ausente y la coreana no lo pasó por alto.

Incluso cuando fueron a la playa todos en familia, notó a la adolescente retraída. Aunque estuviera constantemente jugando con sus hermanos pequeños y compartiendo una cerveza con el señor Im en la arena, hablando de quién sabe que. Nayeon notaba que había algo que la preocupaba, la conocía muy bien.

—No le quitas el ojo de encima —habló su madre echándose crema. —Ponme un poco por la espalda, hazme el favor hija.

A regañadientes, la mayor tomó entre sus manos la crema y comenzó a aplicarla en la espalda de su madre que estaba tirada en la toalla tomando el sol.

—Sé que es incómodo, así que no haré muchas preguntas —Y ahí iba una de las tantas charlas incómodas.—Sé que Mina tiene pene cariño, pero dime que como mujer responsable que crié usasteis protección.

—Pues claro mamá...¿Y cómo sabes qué...?

Su madre sonrió, negando con la cabeza.

—La ví ocultando su problema al verte en bikini nada más llegar —comenzó a reír y Nayeon estaba inexpresiva.—Déjame decirte que te ganaste la lotería con ese tam—

—¡Mamá! ¡No quiero escuchar más! —se levantó dejando a su madre riéndose sola, como se notaba que le gustaba avergonzarla.

Que tipo de madre no avergüenza a su his después de todo, camino por la arena y abrazó por la espalda a Mina.

—Voy a hacerle compañía a tu madre —anunció su padre dejándolas a las dos cuidando de Jeongin y Yeojin que construían castillos de arena distraídos.

—¿Qué pasa? —preguntó la mayor dejando que Mina se diera la vuelta para encararla y darle un cálido beso en la frente.

—Nada —negó con la cabeza y se agachó para jugar con los menores —¿Quieres que construya un castillo?

—Construye el mejor castillo para tu reina Im Nayeon —se agachó a su lado sacándole la lengua a Yeojin.

Jeongin desafió a las mayores a un concurso de construir el mejor castillo de arena, no hace falta decir que las dos se lo tomaron demasiado enserio como siempre.

—El mejor castillo, para mi reina —dijo a punto de acabar la japonesa, Nayeon comenzó a llenarla de besos.

—Ew mis ojos —se quejaron sus hermanos.

Mina comenzó a discutir con ellos y Nayeon sólo rió.

Con una ramita la coreana comenzó a escribir en la arena, trazando el nombre de Mina y el suyo, rodeándolos de un enorme corazón.











💓💓










Mina pov.

Ayer estuve pensando la mayoría del tiempo en que jodida mierda voy a hacer con la fiesta de mi padre, sé muy bien que en cuanto volvamos será otra atmósfera.

Ni siquiera sé por qué acepte a sucumbir ante los encantos de Nayeon y hacer lo que quisiéramos cuando ella prefiere a Jinyoung.

Y estoy pensando en quizás invitar a Chaeyoung o Eunha...no lo sé. Solo le he pedido a Sana que me coja lo que le parezca mejor para asistir a la fiesta, para mi pareja lo mismo.

En un abrir y cerrar de ojos ya era el día en el que tenemos que marchar y volver. Llegaríamos a casa antes del anochecer según el señor Im.
Los padres de Nayeon se habían ido con los enanos al pueblo a comprar algunos souvenirs, dejándonos la casa sola a nosotras. Obviamente aprovechamos el tiempo como la señora Im nos dijo, primero organizamos bien las maletas y luego hicimos un buen uso de lo que nos mandaron Sana y Momo.

Ya era la tercera ronda de sexo que teníamos y Nayeon aún estaba moviendo su mano sobre mi miembro semi-erecto para dejarme satisfecha del todo.

El líquido salió disparado hacia su pecho. Quise ayudar a limpiarla, pero se levantó a limpiarse ella misma.

—Minari...¿qué es lo que tanto piensas? —desnuda se sentó sobre mi abdomen.

En nada, solo pensaba lo insaciable que eras coneja —le di un sonoro azote a su nalga izquierda y gimió del dolor.

—¡Yah! Te hablo enserio —me hizo un pequeño puchero y yo reí.

Ya me ha rechazado una vez, que más da que me rechace una segunda.

—He estado...confundida, estoy confundida sin saber que hacer —fui sincera y ella abrió los ojos sin saber que decir.

—Yo también estoy confundida —uso un tono algo apagado, bajo la mira y luego se dedicó a mirarme fijamente unos segundos.

El silencio se apoderó de nosotras, finalmente Nayeon tomó mi mano llevándola a su pecho. Me miró a los ojos esta vez, dándome una mirada intensa que no podía comprender muy bien.

Fue ahí cuando preste más atención en donde estaba mi mano y lo noté, noté como su corazón latía con fuerzas.

—Tú eres la causante de esto Mina —me dijo y yo me sorprendí.

Acaricié con mi pulgar su mano que aún estaba sujetándome contra su pecho con fuerzas.

—Si te dijera que mañana por la noche tengo una fiesta elegante y necesito una pareja para ir, ¿irías conmigo? —sentía mi cara ardiendo.

—Pues claro —se inclinó para apretar mis mejillas.

—No te pongas celosa si ves que se me acercan muchas pretendientas —quise molestarla como siempre.

—Que ilusa, te digo lo mismo Mina Celos Myoui —acercó su rostro al mío , lamiéndose los labios.

—Me lo dice la que tiene celos de Yujin, mi otra conejita —recalqué y su cara de indignación fue épica.

La abrace por la cintura y quise besarla, pero se echo hacia atrás dejando que le diese un beso al aire, ¿me acababa de rechazar un beso?

—Que te de el besito Yujin —se levantó de mi abdomen y se fue hacia el baño con ropa entre sus manos.

—¿Y nuestra cuarta ronda? —esta bastarda me mintió.

—No falta nada para que lleguen mis padres, idiota —chilló con un tono molesto.

Como si fuera bruja, tal y como dijo Nayeon media hora después sus padres ya estaban preparando todo para irnos, yo sigo diciendo que nos hubiera dado tiempo a otro orgasmo.

Me di una ducha justo después de la coneja y salí para ver que ya todos estaban listos para marchar, mire con algo de pena la casa de verano. Me lo había pasado verdaderamente bien.

—Myoui camina, que te sientas a mi lado en el coche para escuchar música juntas —me metió prisa y camine detrás suyo.

Se notaba que estaba enojada todavía, subí al enorme coche y le sonreí no obstante ella solo rodó los ojos. Genial, se va a pasar todo el trayecto enfadada ¡Qué suerte la mía! Cerré los ojos, intentando dormir además sería una excusa perfecta para evitar el enfado de Nayeon.

Noté como alguien pellizcaba mi mejilla y desperté adolorida, ¿cuanto tiempo había pasado? Apenada vi como toda la familia Im reía al verme tan desubicada.

—Ya llegamos pingüina —se bajó del coche la coneja sin antes acercarse a la ventanilla del coche dándoles besos a toda su familia.

—Muchas gracias, señor y señora Im —siempre la educación por delante.

—No es nada Mina ya eres como una más, ya os vendremos a visitar —me sonrió de forma maternal la señora Im.

Me emocioné, acababa de decirme que era una más.

—Un placer hija, sigue así de responsable con Nayeon —la gruesa voz del señor Im hizo que diera un respingo.

Yeojin me hizo un puchero y me lanzo un besito, Jeongin me mostró el dedo del medio.

—Adiós Minita, todavía tienes que decirme cuál es tu truco para "eso" —enfatizó y yo negué con la cabeza revolviéndole el pelo al igual que a Yeojin.

—Tú hermana me mataría —le dije, seguro que no tiene a nadie con quien hablar de eso.

—Gobernada —me replicó y yo suspiré para despedirme finalmente de todos.

Salí del coche confundida al ver que Nayeon no me había esperado, bueno que esperaba, está enojada. Troté hacia la puerta de nuestro edificio y me quedé helada al ver lo que estaba en frente.

Era él, era ese imbécil.

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