
18.Mal sueño...
La gruesa voz de su padre resonó por el pasillo, Hyunjin que estaba a punto de golpearla se quitó rápidamente de encima de su hermana y Mina enfurecida le pegó una patada haciéndolo retorcerse de dolor.
—¿Se puede saber que mierda estáis haciendo? —espetó Akira cogiendo de la muñeca a Mina y mirando mal a su hijo. —Mina, ve y sube al coche Hyunjin y yo ya vamos.
Hyunjin le dedicó una mirada de odio a Mina y ésta quiso romperle la cara ahí mismo. Aunque tuviera sus trece y dentro de nada catorce años, había desarrollado casi la misma rabia que tenía su hermano por ella y tampoco entendía por qué tenía que ir a verlo jugar la final del campeonato de fútbol.
Principalmente había sido su madre quien le obligó a ir, vería a su madre luego de irse a vivir unos meses con Akira. Y es que necesitaba procesar que su madre estaba en una relación con otro hombre y que ya tenían una hija pequeña, producto de su amor.
La vería allí y no quería, solo quería seguir viviendo con su padre y soportar a la "escoria" de hermano que tenía. Aunque eso no podría ser.
Su padre viajaría de nuevo a Japón y tendría que volver, volver y convivir con su familia quedándose así en Corea pues su padre se negó rotundamente la compañía de la pequeña Myoui.
Su hermano y padre ingresaron al coche, el portazo que dio el adolescente hizo que diera un respingo.
—Mañana iré a recogerte después de ballet —le aseguró su padre y Mina alzó sus cejas, él solo iba cuando estaba seguro de que sería una actuación importante y majestuosa.
—Bien —contestó Mina, mirando por la ventana.
—A mi también podrías recogerme papá —le dijo con arrogancia Hyunjin mirando de reojo a Mina.
—Como quieras —Hyunjin saltó del asiento como un perrito emocionado —me haces perder un solo minuto de mi tiempo y me largo —advirtió Akira mirando mal la acción de su hijo.
Mina se cruzó de brazos y siguió observando por la ventana. Quería crecer cuanto antes posible para irse de viaje con sus dos mejores amigas y desaparecer. Sin abusos, sin presiones, sin miradas llenas de odio...
—Baja —llamó su atención Akira.
La japonesa bajó del auto y rodó los ojos al ver a su hermano correr al vestuario a prepararse para aquella final de campeonato de fútbol.
El hombre, salió del auto y le hizo una seña de que lo siguiera, como siempre tan obediente tal y como le habían enseñado bajo la cabeza siguiendo a su padre.
—Akira, estamos aquí —exclamó una mujer frunciendo el ceño y cruzada de brazos.
Al lado tenía a un hombre con Yeji tomada de la mano con sus seis años.
Sachiko poseía la misma postura elegante y su belleza tan radiante al igual que siempre. Parecía más joven de lo que aparentaba.
Mina había sacado la elegancia a la hora de hacer las cosas de ella.
—Buenas tardes madre —hizo una reverencia y su madre con la mirada le indicó que se acercara más.
Así pues, se acercó y la mujer organizo bien el cuello de la chaqueta de marca de la japonesa.
—Así mejor, que parecías cualquier cosa —le espetó y luego puso ambas manos en sus hombros —Para el próximo mes ten ya tus cosas ordenadas para volver a vivir con nosotros Mina.
—Sí Sachiko, ya me había avisado mi padre...—la voz de Yeji la interrumpió.
—¡Mamá mira ya empieza! —saltó Yeji sacándole la lengua a su hermana mayor, sentada en las piernas de su padre que saludó con un apretón de manos a Akira y después a la nipona.
La mayor solo suspiró y miró a la pista de juego, miró a su izquierda y no se sorprendió al ver a su padre hablar con varias mujeres, seguramente coqueteando, ¿que tenía que llamara tanto a la población femenina? Se preguntaba la Myoui.
Al principio Mina se sorprendía de ver a tantas casi modelos, mujeres hermosas entrar al recinto con su padre. Era un verdadero mujeriego.
Y la curiosidad le llamaba, ¿que se sentiría tener a tantas personas comiendo de su mano? A lo mejor ser una persona que tiene una vida promiscua no es tan malo...
Había pasado en las gradas en silencio, sin emocionarse ni prestar mucha atención. El fútbol le gustaba sin embargo ver a su hermano jugando no le divertía para nada.
Apoyó su mejilla en su mano izquierda, muerta de calor por ese sol que sentía que golpea en su rostro, en cualquier momento la iba a derretir.
Yeji comenzó a quejarse también del aburrimiento y luego de un buen berrinche consiguió que su padre y madre se levantaran a buscar algo que distrajera a la pequeña.
Con la ida de sus parientes Mina regresó su mirada algo pérdida a los jugadores de fútbol.
—¡Vamos Minhyuk! —saltó una voz, demasiado ruidosa para el gusto de Mina.
Una pelirroja, con el pelo algo ondulado se movió, ocupando los asientos anteriores o para ser más exacto el de Sachiko. Estando a la derecha de la extranjera.
—¡ESE ARBITRO NO SABE LO QUE HACE! —chilló una vez más y Mina hizo mala cara, le había tocado a la persona más gritona justo al lado.
Myoui observó lo que señalaba y se llevó las manos al rostro, seguramente la pelirroja no sabía ni lo que estaba viendo.
—¡ESE NÚMERO SIETE ES UN FALTON! —saltó esta vez enojada y Mina la miró de nuevo.
Bueno, había que admitirlo: era bonita. Se sonrojó al pensar aquello y miró sus zapatillas nerviosa.
Escucho de nuevo la voz de su madre, levantó la visto lo suficiente para darse cuenta de que su madre había vuelto y estaba discutiendo por su asiento con la pelirroja bonita.
—Lo siento señora, pero como dice el dicho quien se fue a Sevilla perdió su silla.
Sachiko, harta de la actitud de la adolescente seguramente, se sentó dos asientos más alejada de Mina.
Vaya con la pelirroja, nunca se esperó que desafiara a Sachiko como si nada. Esto le sumó puntos, si antes era bonita ahora era muy bonita, el cabello le caía por los hombros y era algo adorable. Nunca había sentido tanta atracción instantánea por alguien, asustada continuó mirándola de reojo.
Ahora Mina amaba al sol ya que gracias a este, el pelo pelirrojo brillaba con intensidad y su piel relucía como si fuera de porcelana.
—¡GOOL! ¡GOOOL! ¡BRAVO MINHYUK! —comenzó a aplaudir como loca la muy ruidosa y sorpresivamente se giró para darle un abrazo de la emoción a Mina.
Sentir los brazos de esa desconocida la hizo sentir aún más una extraña sensación.
—Gol —sonrió algo apenada Mina y la pelirroja asintió enérgicamente con la cabeza, para después sonreír.
Dios, era la sonrisa más adorable que había visto. Esos dientecitos de conejito radiantes hicieron que Mina también sonriera, contagiándole así la felicidad.
—Hija, tu hermano juega en el otro equipo no es de los que acaban de meter gol —le susurró su padre al oído y la nombrada se encogió de hombros.
Definitivamente a Mina le gustarían las pelirrojas. Y si llegaba a tener pareja tendría que ser de ese característico color de pelo.
El partido continuó y la japonesa se sentía afortunada, algo feliz de las pocas interacciones que estaba teniendo con la muchacha que tenía sentada al lado. Se veía tan llena de emoción que se la estaba contagiando.
Desgraciadamente aquello no duró para siempre tal y como deseaba Mina, la pelirroja se despidió de ella y se fue fugaz a buscar como un cohete al tal Minhyuk.
Finalizado el partido, se despidió formalmente de su madre encaminándose hacia el coche de su progenitor.
Su hermano, que acababa de perder el partido estaba apretando con rabia su mochila de entrenar entre sus manos. Su padre conducía y ella se dedicaba a pensar en aquella adolescente.
—Era guapa —se dirigió Akira hacia su hija pequeña.
—¿Quién? —negó con la cabeza Mina haciéndose la confundida.
—La asquerosa pelirroja que no paraba de gritar y animar al otro equipo —se giró para darle una de esas miradas de asco y Mina le sacó el dedo del medio.
Si su padre no estuviera al volante, ya hubiera detenido a los dos.
—Poco más y se te caía la baba, lesbiana.
Akira rió y miró a su hijo con seriedad, dándole una mirada asesina de unos dos segundos.
—Escucha Hyunjin, Mina seguramente la tenga el doble de grande que tú. Déjala que disfrute de sus atributos y tú Mina, podremos hablar más tarde acerca de ti y lo que tengo previsto para ti...
—De acuerdo —sonrió con sátira hacia el Myoui mayor que tenía la cara roja de la rabia.
Lo que no espero Mina es que su padre los fuera a dejar a los dos de nuevo solos en casa, haciéndolos bajar del coche en cuanto llegaron a la morada. Con la única explicación de tener "asuntos pendientes" la nipona ya sabía de qué tipo de asuntos se refería.
Le preocupaba un poco el tener que compartir el mismo techo que Hyunjin luego de que perdiera un partido y Akira se burlara de él y encima lo humillara poniendo de ejemplo a Mina.
Fue cruzar la puerta y cerrarla, prácticamente trotó hacia el baño para darse un baño antes que él y así poder encerrarse en su habitación para luego escaparse con Sana y Momo.
—Tú no te vas de aquí hermanita —habló Hyunjin en cuanto abrió la puerta del baño luego de que Mina se diese una "larga ducha"
—Qué quieres.
—¿Te crees que te vas a ir de rositas después de todo lo de hoy? —una sonrisa aterradora salió de él y Mina trató de huir, pero la altura de su hermano le servía para no dejarla pasar.
Sin miedo la japonesa menor lo empujó, apartándolo.
—Déjame en paz idiota.
—Primero que todo te quería decir que conozco a la chica que estaba buena, la que se sentó al lado tuyo —la tomó de la camiseta empujándola fuera del baño.—Pero, eres un fenómeno no te hagas ilusiones. Idiota.
La rabia recorrió el cuerpo de Mina que intentó darle una patada en la entrepierna a su hermano. Rápidamente este la esquivó y rió devolviéndosela.
El dolor se expandió en esa zona y Mina se agachó lo suficiente para cubrir esa zona. A veces odiaba esa cosa de ahí abajo.
Hyunjin aprovechó eso para darle un buen gancho haciendo que la nipona tratara de cubrirse, el mayor trato de empujarla y hacerla caer.
Mina tomó las manos que trataban de derribarla haciendo fuerza para que fuera al contrario y así cayera Hyunjin y poder golpearlo hasta cansarse.
Los músculos de ambos brazos se sintieron débiles, entumecidos al igual que sus manos. Mina estaba perdiendo el duelo.
Joder, justo unos minutos antes se arrepentía de haberse hecho la paja de su vida y con ambas manos en la ducha.
—¿Que pasa hermanita? —comenzó a burlarse el mayor al lograr conseguir tirarla al suelo.
—Que te jodan.
Hyunjin se sentó sobre ella y levantó el primero puño para impactar de lleno en su rostro.
—Admite que eres un fenómeno y no te daré tan fuerte...
Mina negó y una risa amarga salió de él, volvió a levantar el puño para golpearla de nuevo.
🤑🤑
Mina pov
Estaba sudando frío, abrí los ojos. Acababa de tener un mal sueño al parecer cuando era más pequeña. Era como si hubiera soñado cosas del pasado, la verdad es que no me gusta mucho pensar en ello.
Trate de controlar mi respiración tan agitada, mire la almohada y estaba empapada en sudor. Deslice mi mirada hacia el otro cuerpo que yacía aún dormida.
Nayeon dormía como una bebé, con su respiración tan tranquila y sus sonidos raros que parecen gemidos como de costumbre.
Mi respiración logró normalizarse al mirarla, me sentía mucho más cómoda. Menos mal había aceptado dormir con ella por esta noche, no sé por qué, pero Nayeon es la única que me calma en mis ataques de ansiedad como de rabia.
—Mina...vuelve a dormir —la voz ronca de Nayeon hizo que la mirara, golpeó suavemente la almohada y yo ladee la cabeza.
Era como una pesadilla, una pesadilla que era real.
—Dios Mina, estas sudando muchísimo —se dignó a abrir los ojos lentamente.
—Estoy bien —mentí.
—Bien no pienso discutir ahora, pero si ha sido alguna pesadilla puedo levantarme y bebemos leche caliente —se ofreció mirándome y tomando mi mano.
Yo solo le puse una cara pervertida mientras levantaba y bajaba las cejas.
—Si quieres beber la mejor leche caliente no hace falta que te levantes, sírvete tu sola —dirigí mis ojos hacía mi pantalón corto de pijama y Nayeon me pegó una patada.
Valía la pena solo con verla ponerse nerviosa.
—Ya vuelvo —Nayeon se levantó torpemente, se notaba que tenía sueño.
A veces no entiendo por qué no mejor es egoísta y deja de esforzarse por mi. No merezco su bondad.
Busque algún reloj en la habitación y el despertador marcaban las dos de la mañana. Yo tenía cinco horas para dormir y Nayeon tenía unas dos o tres más que yo aunque no sé qué horario tenga.
—Toma, para que duermas mejor Minari~
Me entrego una taza haciéndome algo de aegyo y yo con nervios evité el contacto visual. Im se sentó en la cama comenzando a comer unos cereales, esta mujer ama comer. Con razón se lleva tan bien con Momo.
—Pensé que beberías leche caliente —la moleste y ella inocentemente levantó una ceja.
—Me entró el hambre al ver tus cereales de colores en la mesa —sonrió dándole otra cucharada y yo hice lo mismo, le sonreí.
Me tiene tan jodida. Es decir, confundida.
—Ya me entra sueño —bostecé mirando como se terminaba demasiado rápido los cereales.
Deje la taza en la mesita de noche, me arrope de nuevo dándole la espalda. Me sorprendió ya que escuché a Nayeon hacer pequeños ruiditos, de esos que hace cuando está molesta.
Me giré riendo, la coneja me miraba como si mientras dormía me quisiera ahogar. La atraje hacia a mí abrazándola y ella después de unos forcejeos me abrazó con más fuerza.
El silencio volvió a nuestro departamento, estaba ya cayendo dormida abrazándola cuando su voz me volvió a despertar. Tan oportuna como siempre.
—Mina, mañana os haré un anuncio a ti y a las chicas. Serán noticias buenas.
—Bien...—fue lo único que pude decir, me moría de sueño.
—¡Ay, ya no te cuento nada!Parece que nada de lo que digo te importa —me dio esta vez ella la espalda.
A veces Nayeon es tan complicada de tratar que me duele la cabeza, o le das lo que le gusta o te da ella una patada en el trasero, literalmente.
—Bueno, estoy ansiosa, pero muero de sueño y estaba tan cómoda abrazándote que no te escuchaba del todo —dije tratando de sonar arrepentida, eso siempre funcionaba con ella.
Por fin, Nayeon luego de tres minutos se dio la vuelta y volvimos a estar en la cómoda posición de antes.
Antes odiaba cuando Momo o Sana me abrazaban mientras dormían sin embargo, con Nayeon era diferente.
Los párpados cada vez se me cerraban más y más y tuve algo de miedo por volver a soñar algo relacionado con esa pelirroja que ahora que pienso ¿que habrá sido de la vida de esa mujer...?
Borré esos pensamientos y me rindo finalmente para abrazar algo posesiva a la coneja cerrando mis ojos. Necesito descansar para mañana.
Un capítulo largo, pero es que tenia demasiadas dudas. Lo he escrito como 2 o 3 veces. Solo por curiosidad, ¿les interesa el pasado de Mina?
El siguiente cap prometo que habrá muchos momentos Minayeon, aunque no sé si hacerlos soft o de otra manera 7u7
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