Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

17.What is love?

Le dio un beso en la mejilla a su padre, después revolvió el cabello de sus dos hermanos y salió de su anterior hogar para ahora marchar a su cómodo piso.

Nayeon había ido a coger algunas cosas de las que tenía programadas para hacer ese día, le prometió a Mina una sorpresa y la verdad se sentía algo culpable pues tuvo a la japonesa como esclava cargando de aquí para allá las cosas. Además de que la hizo dar su opinión millones de veces.

Podría haber hecho eso con Jihyo o Jeongyeon, pero quiso molestar un poco a Mina y ver como se apañaba en esas situaciones, sumando a esto que quería disfrutar ese domingo antes de volver a estudiar como loca.

Llegó a su casa sana y salva, la casa estaba impecable gracias a sobreexplotar a Mina ayer, amenazándola con romper todos sus videojuegos si no veía todo limpio y así fue como después de unas exhaustivas compras limpiaron como era debido.

—Minari —llamó a la puerta, esperando alguna respuesta. La cual nunca llegó.

Nayeon se cruzó de brazos y miró la hora, iban a ser ya casi las dos de la tarde y Mina no daba señales de vida.
Tenía dos opciones, la primera que se había quedado jugando hasta tarde mientras estaba en videollamada con las torpes de Sana y Momo.

La segunda opción era la que menos quisiera que fuera, es decir, que justo después de ayudarla con las ultimas fuerzas que tenia se hubiera ido de fiesta con sus dos compañeras de aventuras y hubiera traído visita a casa para disfrutar aún más de la noche...ósea que se paso la noche bebiendo y teniendo sexo y por eso no se levantaba.

Ojalá fuera la primera opción porque sino Nayeon la echaba a escobazos del piso.

Con atrevimiento, Im pasó a la habitación de su compañera de piso. Estaría reluciente si no fuera por un cinturón, la camiseta y los pantalones tirados por seguramente la misma nipona, varios juegos de la Play esparcidos por el suelo junto los mandos y una botella de cola.

Ahí mismo estaba la cama de Sharon, la coneja sintió el susto de su vida cuando le pareció ver dos bultos en la cama. Algo enojada despojó las sábanas exponiendo los dos bultos que se encontraban escondidos por estas.

—¡Me dijiste que no meterías chicas a la casa...! —chilló Nayeon.

Uno de los bultos pertenecía a el cuerpo de Mina, completamente oculto por la sabana y luego el otro era la almohada a la que estaba aferrada abrazándola.

La nipona abrió los ojos algo asustada y se echó hacia atrás mirando a Nayeon.

—¡Qué haces! —bramó de mal humor.

—¡Son las dos de la tarde dormilona! Ven despierta, tenemos cosas que hacer hoy

—¿Hoy también? —bufo abrazando de nuevo a su almohada y enterrando su cara en ella, estaba cansada.

Im con una sonrisa pícara sin pensárselo dos veces cogió carrerilla para luego tirarse encima del cuerpo semi desnudo de Mina (algo que Nayeon no había notado)

—Vamos despiertaaa, Minaaari~

Mina levantó lo suficiente el rostro para observar divertida, la cara de maldad de la universitaria.

—Sabes que me puedo pasar toda la vida así. No pesas nada, beba —sonrío y Nayeon la abrazó intentando aplastar.

—¿Quieres morir ? —pasó uno de sus brazos por el cuello de Mina ejerciendo presión.

La extranjera rodó los ojos, solo quería dormir todo el día y a la noche repetir su maratón de videojuegos mientras hablaban con sus mejores amigas.

—Nayeon, si enserio te crees que —no pudo terminar de hablar, al sentir la suavidad chocar contra su espalda.

¿Esa suavidad era lo que ella estaba pensando...? Ahora tenía el pecho de Nayeon haciendo presión en su espalda sin ninguna compasión , quizás esas no eran las intenciones de la coreana, pero estaban haciendo un efecto negativo en ella.

—¡Vale! ¡Me rindo Nayeon! Quítate de encima —gimoteó Mina, sintiendo ya a su amiguito comenzar a levantarse.

—¡Ruégame! ¡Mira, me tienes miedo Myoui! —comenzó a reír Nayeon apretando el agarre de su brazo y esto hizo que su busto se apretara más a la espalda de la contraria.

Si tan solo Nayeon supiera lo que en realidad estaba haciéndole a la pobre japonesa.

—¡La más hermosa del mundo, reina Nayeon! ¡Por favor se lo suplico! ¡Levántate! —rogó y Nayeon se apartó y sonrió feliz con su labor, Mina con disimulo se tapó esa parte y miró enojada a la coneja.

Se levantó dejando ver sus abdominales a simple vista, al igual que su cuerpo. Cubierto por su ropa interior únicamente pues estar desde las once de la noche hasta las ocho de la mañana despierta solamente jugando le había dado un calor inmenso.

—¡Lo siento! ¡No me di cuenta que...! —se tapó los ojos saliendo colorada de la habitación, chocándose con la puerta que estaba medio abierta a la hora de salir.

Mina soltó una risita al verla así, luego vio su estado y se avergonzó un poco

—Me visto, como algo rápido y me dices tus planes Im —gritó abriendo el armario y buscando algo de ropa

—Está bien y deja de jugar hasta la madrugada, te vas a quedar ciega —la reprendió como de costumbre y Mina negó con la cabeza sonriendo.

Aún Nayeon estaba dándose aire con la mano, tratando de borrar esas imágenes del abdomen y cuerpo de la menor.









🔧🔧








La japonesa bufó al ver que Nayeon la había llevado con ella al garaje personal que tenían en el edificio, frunció el ceño al ver varias herramientas y un altavoz. Por último abrió los ojos al ver a su bicicleta algo rota.

—¡Sorpresaa! Arreglemos tu bicicleta juntas Mina —le sonrió dulcemente la coreana enseñando esos dientes tan adorables que tenia.

—¿Enserio sabes arreglarla? —cuestionó agachándose y analizando la variedad de herramientas que había.

Nayeon rió y asintió con la cabeza agachándose al lado de Mina, lentamente la menor giro la cabeza, encontrándose con la coneja mirándola fijamente. Algo nerviosa, apretó la mejilla de la mayor haciendo que gruñera.

—Ay, claro que sé. Mi padre es mecánico, cuando era más pequeña amaba pasarme las tardes con él arreglando mi bicicleta o la de mi hermano...—soltó observando las herramientas con nostalgia en su mirada.

Algo anonadada por las palabras de la coreana, Mina cogió la primera herramienta que quiso y se la entregó en las manos a Nayeon.

—Enséñame, genia —la desafió y la universitaria tomó la herramienta.

Al principio Myoui se sorprendió por la capacidad de Nayeon, había puesto algo de música mientras le daba instrucciones de como arreglar la cadena que se había desprendido.

Im le dio unos ultimo retoques y sonrió orgullosa por su trabajo, Mina que solo le había ayudado pasándole algunas cosas se sentó de rodillas sujetando la bicicleta.

—¿Quieres lavarla? —preguntó limpiando algo de sudor de su frente la mayor.

—Déjame hacerlo a mi —le pidió al notar los cubos con agua y una esponja al lado del altavoz.

La adolescente comenzó a pasar la esponja con delicadeza por la bicicleta, Nayeon observó la paciencia que tenía al hacerlo y esbozó una sonrisa. Metió la mano en uno de los cubos y salpicó un poco a la japonesa llamando su atención.

Mina metió la mano también y la salpicó haciendo que Nayeon negara con la cabeza, no quería mojarse la ropa que había comprado hace ya una semana.

—Ven aquí Im —la tomó de las caderas al verla tratando de huir, con las manos aún mojadas, pasó su mano por todo el rostro de la coreana que pegó un berrido.

—¡Idiota! ¡No tienes Corea para correr después de lo que me has hecho! —tomó la esponja y se la arrojó a la cara.

Así pues, se salpicaron y golpearon con la esponja hasta cansarse y decidir parar. Nayeon guardó todo en su lugar y Mina limpió lo que habían mojado. La extranjera miró de arriba a abajo su bicicleta, había quedado como nueva.

—Nayeon —llamó su atención al instante y continuó hablando —¿Se le puede poner algo suave a la parte trasera de la bicicleta para que alguien pueda montar conmigo?

La mayor se puso su mano en la barbilla y cerró los ojos unos segundos.

—Claro que se puede solo tendrías que comprarlo supongo —contestó acercándose para codearla —¿Por qué quieres llevar a tus conquistas en la bici?

—No, en realidad no.

—¿Entonces? —levantó una ceja intrigada por la repentina pregunta.

—Quería que solo te montarás tú.

Im se quedó sin aliento ante esa confesión, de todas las estupideces que le podría haber soltado, va y le dice algo bonito. Su corazón latía, latía y se sentía feliz.

—Minari, ¿todavía tienes esa película a la que me querías invitar? —dijo recordando cómo rechazó a Mina hacía unas semanas atrás porque estaba ocupada en la cena con su crush.

Sharon ladeó la cabeza y tomó su mano, empujándola o enviándole la sensación de querer ver la película con ella ya.











🐰💓













Siempre, desde que comenzó a ver películas románticas se preguntó qué se sentiría encontrarle amor, el amor con el que pasaría su vida.

Que se sentiría estar sonriendo por esa persona, o cada vez que se le viniera a la mente el nombre de esa personita especial que hacía que supuestamente volaras por los cielos de emoción. Incluso quería probar si el amor era tan dulce como solían decir.

Nayeon tenía de metas aquello, conocer con exactitud como era el amor de esas películas románticas que tanto veía. Tenía a Jinyoung como crush, no obstante nunca la hacía sentir como describían que se sentían las protagonistas de cualquier novela romántica.

Giro de manera disimulada, observando a Mina y su corazón se aceleró al verla apoyada en su mano izquierda mientras la otra la tenía ocupada dándole suaves caricias al cabello de la coreana.

Se sentía de una manera inexplicable con Mina. Porque vamos a ser sinceros se lo estaba ganando a pulso, ya no era tan cretina con Nayeon sino al contrario, habían cosas que adoraba de la nipona.

—Minari...

—Dime...—dijo bostezando y encarando el bonito rostro de la coneja.

—¿Hoy podríamos dormir juntas? —inquirió con algo de vergüenza, normalmente no le costaba pedírselo.

Ese día especialmente se sentía tímida con la mirada tan penetrante de Mina sobre ella.

—Claro, así no me quedo dormida mañana, coneja lista —aceptó e Im con cariño se acurrucó mejor en ella.

Mina rió ante el puchero que le hizo Nayeon al verla apartar su mano de su cabello, nuevamente reanudó sus caricias en su pelo mirando los labios de la coreana algo hipnotizada.

"¿Llegará el amor a mi algún día?" Se volvió a cuestionar a si misma Nayeon, mirando la pantalla de la televisión.

Si tan solo supiera que su "amor" estaba más cerca de lo que ella creía...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro