14.Quedate.
Nayeon pov.
Dios bendiga el día en el que Jinyoung consiguió mi número gracias a no sé quién. Al parecer por fin abrió los ojos el muy tonto, se dio cuenta de que se perdía a este bombón. Aunque me gustaría tenerlo de rodillas rogándome un poquito.
En un principio me invito a cenar a uno de los restaurantes más caros de la ciudad, es lo mínimo que me merezco después de todo.
Quería hacerme de rogar así pues le respondí unos cuatro segundos más tarde.
Ya en el restaurante, me puse demasiado nerviosa, no estaba acostumbrada a que tuviera toda su atención puesta en mi, lo único que me disgustó fue que me comenzara a ahogar con preguntas acerca de Mina, no entendía a que venía su repentino interés en mi pingüino, ósea Myoui.
Siempre pensé que Jinyoung era un chico más reservado sin embargo, me sacó más de una sonrisa durante la noche. Obtuve una llamada de Mina ofreciéndome una noche de películas, aún así yo ya estaba ocupada.
No sé por qué, pero siento que le dolió, es Mina, a ella le da igual ese tipo de cosas...
Decidí olvidar el sentimiento de pena y disfrute lo que quedaba de noche con Jinyoung, me acompañó en coche de nuevo y noté caricias sutiles en mis muslos.
No le seguí el juego porque no soy fácil, en las primeras citas ni siquiera doy beso. Aunque Jinyoung podría ser la excepción, no se atrevió a besarme pues nos despedimos con un largo abrazo.
Llegué a casa y me asusté al no ver a Mina por ningún lado, después recordé que me aviso que estaría con Sana y Momo. Aunque las tres juntas aveces eran peligrosas sabían cuidarse entre ellas que es lo importante, después de lo de la universidad no creo que hagan más idioteces juntas ¿no?
🌸🌸
El orgasmo se expandió por todo su cuerpo al sentir las paredes de la contraria apretar su miembro.
—Dios Mina, creí que ibas a partirme en dos...—se abrazó a la japonesa Eunha.
—No niegues que lo has disfrutado.
—El mejor polvo de mi vida —concordó con ella la pelicorto comenzando a sentirse cansada.
—Duerme tranquila Eunha —dio suaves golpecitos en su cabeza esperando a que se quedara de una vez por todas dormida completamente.
Mina al escuchar la calmada respiración de Eunha se levantó con cuidado de no hacer ruido, se deshizo del condón y tomó algunos sobres que sobraron del paquete de condones que usaron.
—Muy rico y todo, pero demasiado cariñosa con una hija de puta como yo —dijo sintiendo algo de lástima saliendo de la habitación de la chica con la que acababa de tener sexo.
Trato de no encontrarse con alguna de las compañeras de piso con las que convivía ya que Eunha le había avisado de ello antes de entrar al edificio.
Por fin libre y con la ropa mejor puesta, llamó a Sana.
—¡Sana!
—¿Mina? ¿Sabes qué hora es? —respondió con la voz ronca y en japonés.
—¿Estabas soñando en japonés?
—Sí, estaba soñando que era una ardilla que corría por un árbol...
—Sana da igual, deja la droga, salgamos de fiesta hoy, llama a Momo y disfrutemos la noche.
—Momo no se despierta ni con el meme de los gemidos como alarma —se sinceró recordando aquella vez que intentó levantarla de esa manera —Te lo digo por experiencia.
—Aish, yo consigo que Momo se despierte y tú consigue las malditas llaves del coche. Por favor. —rogó Mina.
—Bien, además de eso quiero escuchar lo otro.
—Minatozaki no lo voy a decir.
—Uummm bueno, estoy a nada de cerrar los ojos...
—¡Está bien! ¡Lo diré! —Mina tomó aire y miró alrededor mientras caminaba a la casa de Momo —Por favor, Sana-chan~ te quieroo honey~ —dijo la japonesa menor con aegyo y Sana sonrió.
—Yo también te quiero darling, en quince minutos estoy lista, venid a mi casa sin hacer ruido.
Sana satisfecha de haber conseguido chantajear a Myoui, se levantó imaginándose que era una ninja y con cuidado tomó las llaves del coche. Dejando una nota al lado poniendo que era una emergencia por si su madre se daba cuenta de que faltaban.
Se quitó su pijama con el estampado de Shiba Inu y se puso lo primero que vio en el armario cómodo y fresco para salir de fiesta. Tomó algo de dinero prestado y fue hasta al garaje sacando el coche de él mientras esperaba con impaciencia a sus dos mejores amigas.
—Buenos días —abrió la puerta del coche riendo al ver dos cuerpos femeninos correr hacia el Mercedes.
—Cállate y conduce que necesito música y alcohol —bostezó algo cansada Momo, sentándose de copiloto, tenía el cabello algo mojado y miraba mal de vez en cuando a Mina.
—¿Te acabas de duchar?
—Pregúntale a Mina.
—Fue lo único que se me ocurrió, parecía muerta —se encogió de hombros la más pequeña y Sana comenzó a reír golpeando la pierna de Momo que gruñó mirando por la ventana
Minutos más tarde el trío japonés ya estaba dentro de cualquier discoteca, la más cercana a decir verdad.
—Brindemos, que le jodan al amor —levantó su copa Mina.
—¡Que le jodan! —la apoyó Momo juntando su copa con la suya.
Sana sólo pegó su copa sin decir nada.
—Sana reacciona —llamó su atención Momo.
—Ah l-lo siento, que le jodan al amor —negó con la cabeza y brindó junto a las dos.
Después de brindar, continuaron bebiendo sin preocupación, Sana estaba pendiente de Mina tenía miedo de que se metiera en alguna pelea pues era lo que solía hacer cuando bebía de más.
—¡Momo! ¡Momo! —animaban todos a Hirai que bailaba como si su vida dependiera de ello.
Sana negó con la cabeza al ver a su ex novio animar a su mejor amiga, comiéndosela con la mirada.
—Momo ven, ¡se acabo el perreo amigos! —gritó Sana cogiendo a Momo del brazo que ya iba muy mal.
—Siempre arruinando la diversión japonesita —se acercó a ella Mark.
Minatozaki bufó y le sacó el dedo del medio, Sana era un amor de persona, pero lo mejor era no hacerla enfadar.
—Y tú tan perro igual que siempre Mark.
—¿Me estás llamando perro? ¡Yo solo te engañe una vez! ¡Tú me habías engañado antes cuatro veces!
Sana sólo tomó aire dándose la vuelta mientras ayudaba a Momo a caminar.
—¡Eso es! ¡Huye!
—Mark, en realidad te engañe cinco veces. Disfruta de la noche.
Mina al ver a Sana cargando con Momo se acercó corriendo, le lanzó una mirada asesina a Mark al ver que quería ir tras la rubia.
—¿Cuánto ha bebido?
—No lo sé, parece que quisiera perder la conciencia o algo...
—Salgamos a tomar aire que me estoy empezando a marear —decidió Mina caminando a la salida y es que ella había bebido también lo suyo.
Al salir de chocó fuertemente con el hombro de un desconocido, cruzaron miradas rápidamente.
—Mira por donde vas.
Sharon se quedó pensativa, todo había pasado muy rápido. Aún así podía jurar que esa voz era la de Jinyoung acompañado por otros chicos altos, seguramente Jungyeom y no pudo divisar bien a los demás.
—Quiero vomitar...—lloriqueo Momo.
—Momo aguanta un poco...—comenzó a peinarla Sana, recogiendo el cabello lacio de su amiga en una coleta.
—Momo calla un poco que yo me estoy meando...
—¡Quiero vomitar!
—No pienso volver a entrar —se negó Sana —Vamos a buscar un bar o algo rápido...
Momo se levantó como una loca y corrió a vomitar en la acera. Sana corrió tras ella y Mina observó el desastre que había dejado al coche que estaba a milímetros del vomito.
—Momo has salpicado con tu vomito al...¡al coche de Mark! —aplaudió Mina y Sana rió
—No era lo que esperaba pero estoy satisfecha —soltó una carcajada Sana.
Hirai se giró y se lanzó a los brazos de Sana mientras le decía lo mucho que la quería y apreciaba, Sana comprensiva con una sonrisa acariciaba su espalda ayudándola a levantar del frío pavimento.
Mina camino unos metros para ver frente a ella el descapotable de Jinyoung, por una parte no quería hacerlo y por otra parte sí es decir la borracha, la rencorosa y la no consecuente la empujó a hacerlo.
—Me gustaría ver como limpia esto —se bajo la cremallera de sus jeans sacando su miembro para orinar en las llantas del coche.
Terminó con su labor y silbando se giró para mirar a las dos mayores.
—¡Mina! ¡Nos van a matar! —la regañó Sana asustada al ver a gente de seguridad junto a los dueños de los coches hablar.
—¿Nos vamos por fin? —preguntó Momo.
—Sí no vamos, pero que muy rápido. Trata de correr Momorin —la animó la rubia.
Las tres buscaron corrieron tambaleándose al coche de Minatozaki, no había noche en la que no se metieran en problemas. Sana al encender el motor comenzó a reír como loca.
—No sé cómo lo hacemos, pero siempre salimos de problemas como estos...
—¡El poder de la amistad! —saltó Momo que iba medio dormida.
—¡Las japonesas unidas, jamás serán vencidas! —cantó Mina presa de los efectos del alcohol.
Momo y Sana soltaron por fin esa risa tan característica suya, logrando que Mina se les uniera.
🤘🏼🤘🏼
Exhausta, así se sentía Mina. En cuanto toco su hogar se quedó dormida en el sofá, no recordaba ni la mitad de lo que hicieron.
Unos pinchazos en sus costillas la despertó.
—Minari, te dejo unas pastillas para el dolor de cabeza en la mesa de la cocina, yo ya me voy.
Nayeon estaba frente a ella, maquillada y vestida para salir.
—¿A dónde vas?
—Le he pedido ayuda a Jinyoung con algunas cosas que no entiendo, cosas de la uni...
Mina se sentó en el sofá y ladeó la cabeza, la coreana le sonrió y dejó un beso en su frente disponiéndose a salir.
—No te vayas —la tomó de la muñeca Mina haciendo que Im se girara.
El silencio de Nayeon habló por sí solo, negó con la cabeza con una profunda duda en su interior.
—Lo siento Mina, tengo prisa.
Se soltó sutilmente dando una caricia en la mano de la extrajera, salió de casa dejando a Mina con la palabra en la boca. No le había dado tiempo para decirle una última frase.
—Quédate aquí conmigo coneja...—suspiró escuchando la puerta cerrarse.
💕
2/4 faltan dos capitulazos para acabar con el maratón man :')
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro