- Vuela.

- Los humanos no vuelan, Saskia.

- Es porque nunca haz intentado.

Saskia y Luke se encontraban en la parte más alta del edificio donde ella vivía junto con su prima Lila, simplemente disfrutando de la compañía del otro. Ella se encontraba con los brazos en alto, en la punta de la edificación y con los ojos cerrados, como tantas veces atrás había hecho, solo para sentir la misma sensación de las aves al volar y a un paso del abismo. Habían pasado ocho años desde que eran los mejores amigos y, como muchas otras veces anteriores, se juntaron para hablar. Hablaban de muchas cosas, como de sus pensamientos, de la vida, de la muerte, del amor. También habían cosas de las que no hablaban, como de las noticias, de tendencias, del amor. Luke estaba enamorado de Saskia desde quinto grado, cuando se cambió a su escuela. Pero con el tiempo simplemente fueron amigos, casi hermanos. Y aunque todavía atesoraba esos sentimientos, los sentía como un fuerte incesto entre su gran amistad. Saskia, bueno, Saskia era todo un caso especial. Era la persona más ingenua e ignorante, pero no porque fuera estúpida. En realidad, era mucho más madura e inteligente de lo que eran las chicas de su edad, y tenía más conocimientos que muchos adultos. Pero simplemente no se daba cuenta de las cosas. Como la vez en la que salió afuera sin equipo para la lluvia porque no se había percatado del cielo nublado. O la vez en la que caminó con una hoja de árbol enrulada en su cabello por los pasillos de la secundaria. O del amor que Luke sentía por ella. Simplemente era de esas personas que no se percataban de los indicios que la vida le daba para hacerla más fácil. Si ella fuera atenta, podría ver con otros ojos la lluvia, su trayectoria por la secundaria, y a Luke. Sobremanera a Luke. Porque él haría lo que fuera por verla feliz. Porque él era el amor de su vida, sólo que ella no lo sabía. Y quizás la relación de Saskia Zódka y Luke Hemmings era uno de los clichés más mencionados en las películas, pero de algo estoy seguro; las situaciones pueden cambiar. Los giros del destino son de esas incógnitas de la vida, en las que muchos salen beneficiados y otros, arruinados. Quizás tu vida está por dar un giro de 180° y tú no lo sabes porque vamos, es imposible saberlo. Sólo queda vivir. Vivir lo mejor que puedas. Quizás tu vida no sea la mejor, pero amigo mío, es tuya. ¿Saben algo? Soy de esas personas que odia la frase "Hay cosas peores" porque es verdad, pero no por ese motivo siguen siendo cosas de impacto para nosotros. Es como reprobar un examen para el que haz estudiado, o no poder entrar en ese concurso para el que tanto empeño haz intentado encajar. O el perder algo que quieres, ya sea un objeto o una persona. Porque "todo se supera en algún momento" pero nadie nos prepara para hacerlo. Es siempre un camino que hay que afrontar solo, y eso no garantiza que salga bien. Como cuando Luke era un niño y Saskia no quiso ayudarlo a alcanzar el tarrón de galletas de la cocina porque la madre de éste había especificado que "Eran sólo para merendar" y recién acababan de llegar. Y sí, el tarrón de cristal terminó en el piso y a Luke le pusieron cinco puntos en la rodilla ese día. O cuando Saskia perdió los marcadores favoritos de Luke y él no la ayudó a buscarlos porque era obligación de ella. Al final, se encontraban debajo del sofá de la sala. Los finales son alternativos, pero cada relato los tiene. Luke y Saskia tomaban la vida como una gran novela, que se basaba en cada recuerdo por relatos, y cada etapa, por capítulos. Algunas personas llegan a leer el final, otras dejan el libro a medio leer, por voluntad propia o por circunstancias de la vida. Saskia, por su parte, adoraba su novela, esa novela que ella misma había adaptado y mejorado con el pasar de los años. Luke, Luke era más de borrar y reescribir. Aprender u olvidar. A la conclusión que habían llegado ambos es que la vida es un mar lleno de olas que uno debía aprender a surfear. Aguas calmas y aguas turbulentas. Sí, así era la vida para ellos. Porque tenían toda una vida por delante, y eso es lo que importaba. Tenían por delante una vida juntos, porque qué melodramáticos son los adolescentes, que cuando cosas sin importancia suceden creen que su mundo se derrumba y sus vidas acaban, sociales o físicas. Cuando Saskia había terminado con Isaac, pensó que su vida había terminado. Cuando Luke rompió accidentalmente esa guitarra nueva que su primo le había regalado, pensó que su vida había acabado. Cuando Saskia se torció el tobillo en su clase de Ballet y tuvieron que darle el papel protagónico a la odiosa de Stacy, pensó que su vida había acabado. Cuando Luke hizo el ridículo en la clase de ciencias porque su proyecto no había funcionado y sacó un tres, pensó que su vida había acabado. Cuando el tío de Saskia entró a su habitación y abusó de ella, pensó que su vida había acabado. Cuando el padre de Luke golpeaba a su madre cuando el era un niño todos los días mientras él sólo podía acurrucarse debajo de la cama y llorar, hasta que no escuchó más los ruidos, sollozos y quejas por parte de ella, creyó que la vida de su querida madre había acabado.

- Es porque nunca haz aprendido.

Y cuando Saskia intentó bajar de la cornisa para volver a sentarse junto a Luke, dió un paso en falso y cayó del noveno y último piso de la edificación.

La policía llegó después de los insistentes llamados de los peatones al ver a la chica caer. Su cuerpo, el cual estaba destrozado, se encontraba en el suelo, tiniéndo las veredas de un tono rojizo. Y yo, yo estaba allí. Arriba. Recordando su mirada al caer. Se determinó que la muerte de Saskia Zódka había sido un accidente, luego de que un traumatizado Luke hiciera muchas pruebas y declaraciones, con la misma gracia de un alma que trae el diablo. Él no habló con nadie más que con la policía para explicar los hechos, y unos días después, con todo finalizado, no volvió a hacerlo con nadie. Habían pasado cuatro días desde el caso Zódka y aún habían noticias de ella en todos los medios de comunicación. Lo catalogaron como "Tragedia en vía pública" y otros como "Suicidio de Adolescente" sea como fuere, Luke no estaba enterado de nada, ya que llevaba dos días encerrado en su habitación sin siquiera asomarse. Dos semanas después Luke no había salido de su habitación y su madre ya no aguantaba más la angustia. La policía abrió a la fuerza la habitación de Luke, encontrando nada más que una ventana abierta con un papel pegado a la pared.

"05/05/2008. Conozco el mejor lugar para aprender a volar."

Unos excursionistas encontraron el cuerpo de Luke luego de cuatro días de búsqueda. Se encontraba golpeado, ensangrentado y muerto, en medio del bosque. Los forenses determinaron que se había tirado desde el acantilado que conectaba con la zona en donde el cuerpo fue encontrado. Lo único que tenía era una campera con otro papel dentro.

"06/05/2008. Los humanos sí vuelan, Saskia."