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Semi Au, Toji nunca se fue del clan. Diferencia de edad alterada. (Osea, aquí solo llevan unos 6 años)
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Apoyando su rostro en su mano con total indiferencia hacía lo que lo rodeaba y su propia existencia, inevitablemente llegaba a sus oídos todo lo que se decía de pared en pared. Era mucho el escándalo que se hacía en cada clan, algunos presentes por pura consecuencia u obligación, no era para menos sabiendo lo que se celebraba, el clan Gojo ya era liberado por Gojo Satoru, el glorioso portador de los 6 ojos, un prodigio entre prodigios, pero alguien sumamente criticado por su actitud ya más infantil o en su defecto irreverente de lo que uno esperaría de un liber, pero, por lo que se intuía no lo haría menos capaz.
O eso se esperaba. Había bastantes expectativas en Satoru desde que se anunció, apenas cumpliera los 20 (su mayoría de edad) es que tomaría él cargó. Justamente ese día.
— Que envidia nacer con algo así. — Dijo para sí mismo, dejando su expresión sería pasando a una sonrisa más sarcástica. Considerando escaparse un momento. — Tal vez pueda darle la bienvenida…
Recordaba que en el pasado logró ver a Satoru, pero fueron unos segundos muy cortos. Siendo una diferencia de bastantes años los pasados desde ese momento y el presente, pareciendo divertido verlo. Ya todo un hombre…
Parándose de su asiento para moverse por el clan. Para cualquiera era frustrante poner un esfuerzo sobrehumano en obtener sus logros y luego quedar en nada. Caso del conocido Toji Zennit, la única razón porque no lo han vendido o echado era por la fuerza que demostró tener. De cierta forma le agradaba y aburría por igual, mucho era el esfuerzo y era poco lo logrado, haciendo que pocos le prestan atención pero le teman por igual. Por lo que, no le pesó en ningún sentido robar uno o 2 de estos "tesoros" muy interesantes e importantes para el clan, para usarla de regalo improvisado entregado por cortesía.
Un poco complicado pero con paciencia fue capaz de hacerse posesión de este tesoro sin ser visto o llamar la atención. Aparte de un buen arsenal de armas y equipo de hechicería el clan Zennit tenía otros secretos como cierta joyería bien escondida. Tomó una de ambas.
Satisfecho tuvo que ir a arreglarse para ir hacia el clan Gojo. Vestir formal no era muy de él tampoco, de cierta forma era también desinteresado allí, pero lo bueno era que ropa no le faltaba, tardó poco en estar preparado.
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Desde que empezó el día había tenido a varios a sus espaldas, mejor dicho, desde hace una semana se le venía informando que a falta de sus padres con su mayoría de edad empezaría a hacerse cargo de tanto decisiones del clan como de otras cosas.
Muy tedioso en parte porque tuvo que recibir a varios de los miembros más importantes del clan Zennit y él Clan Komo, sin contar el resto de chamanes, un poco pesado para su gusto pero les atendió a todos orgulloso de su posición.
"El rey de los chamanes ha tomado su papel como líder de clan" le daba cierto ego escuchar esas alabanzas pero aprovechó en pedir su propia fiesta personal, solo con amigos ya una vez haya terminado con todo el tema formal y tradicional de su posición.
Estaba muy emocionado, eso no se le podía negar.
— ¿No crees que has comido mucho? — Shoko se paró detrás de él, sonriendo de medio lado mientras su compañero se tomaba una lata de refresco de una.
— Para nada. Me gusta celebrar como se debe. — Respondió. Detrás de ellos una risita se escuchó siendo Geto. Nanami por su parte, a un lado comía lentamente sin decir nada. Gojo ya tenía los planes hechos, así que disfrutaría. — Gracias por estar aquí presentes durante toda esta ceremonia, vayan alistándose que en la noche estaremos un largo rato divirtiéndonos. — Exclamó, era claro lo entusiasmado que estaba. Por petición suya propia, esto se realizó durante la tarde justo por esa razón. Quería la noche para su cumpleaños.
Una vez estuvo solo y dispuesto a relajarse hasta llegar la hora se movió hacia su cuarto. Siendo llamado.
— Un gusto verte, Gojo Satoru. — Consternado, el nombrado se volteó hacia el hombre dueño de esa voz, bajando los lentes oscuros al tenerlo más cerca, no entendía cómo no fue capaz de darse cuenta de su presencia. Pudo haberlo atacado de tener oportunidad, por lo que, se puso a la defensiva como primera reacción.
— Un gusto. ¿Puedo saber tu nombre y por qué vienes?
— Cortesía y curiosidad. Miembro del clan Zennit; Toji.
— Toji… Curioso que seas de ese clan. — Le lanzó una indirecta, Toji entendió rápido.
— No ha sido fácil nacer así. Ciertamente. Pero, si mal no recuerdo te llegue a ver en una ocasión, por lo que no iba a desperdiciar la excusa perfecta para irme un minuto. — Le extendió la mano con un cofre de manera, teniendo allí lo robado del clan. — Un regalo de parte de mi parte en nombre del clan.
— Vaya. Gracias por el detalle, no esperaba algo así, he de decir. — Detrás de los lentes sus ojos expresaban un sentimiento de estupefacción bastante notorio. — Muy generoso de tu parte.
— No tienes nada que agradecer. — Se encogió de hombros, acción que indirectamente dejó a Satoru detallarlo un poco mejor .
— ¿Llevas mucho aquí? Me sorprende que un cuerpo como el tuyo no haya pasado desapercibido. Un gigante en bruto. — Bromeó.
— Cierta ventaja de mi "condición" me permite pasar más desapercibido. No es la primera vez que lo hago.
— Supongo que la ocasión también me ayudó un poco. He recibido varios todo el día.
— Puede ser, pero la verdad no me tope con casi nadie. Creo que a sus ojos fuí solo un visitante más. — Quitándose los lentes Gojo detalló de arriba a abajo a su contrario, acercándose levemente a él.
— Supongo que has de ser una persona fuerte. ¿No?
— Llámame cuando desees probarlo, a decir verdad probar la fuerza del portador de los 6 ojos me resulta muy tentador. — Agachando el cuello, de forma que sus miradas quedarán clavadas él uno en el otro, le dejó saber. Aún sentía una fuerza abrumadora pero la mayor diferencia era el aura que tenía Satoru, una más "amigable" por buscar una palabra.
— Tienes bastantes cojones para pedir eso. Pero no me desagrada. — Separándose se volvió a poner los lentes. — Espero volver a vernos entonces, y no seas una decepción llena de palabras.
— No te defraudaré mocoso. — Le indicó. Cada uno tomó su lado en ese momento. Sonriendo mutuamente uno satisfecho, el otro bastante intrigado y con ganas de saber más.
Una vez de regreso a su clan, Toji se preguntaba cuánto tardarían en darse cuenta de su pequeño regalo al nuevo líder del clan Gojo, no obstante, contra todo lo que pensó, a los 3 meses fue llamado por este. Aceptando sin poner objeciones.
Lo que un viaje que estaba pensado para fugaz marco, no quería conversar, no quería llamar la atención, solo quería simple y llanamente ver por su propia cuenta ese gran poder del que tanto se hablaba.
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